La visita a Kobe sirvió para completar el día que habíamos comenzado con Himeji.
En este recorrido visitaremos el célebre Tetsujin 28-gō, el puerto de Kobe y terminaríamos en el barrio chino de la ciudad.
La visita a Kobe sirvió para completar el día que habíamos comenzado con Himeji.
En este recorrido visitaremos el célebre Tetsujin 28-gō, el puerto de Kobe y terminaríamos en el barrio chino de la ciudad.
En esta séptima edición de La Próxima Parida nos vamos a conocer algunos de los rincones más frikis de Japón. El país del sol naciente es fuente inagotable de lugares que harán disfrutar a los más fanáticos del anime, manga y demás industrias audiovisuales que han conseguido trascender fronteras.
Así, aprovechando este 28 de diciembre, un año más os traigo una entrada distendida y diferente en la que recorremos lugares de lo más peculiares en Japón.
Asentar nuestro campamento base en la ciudad de Osaka puede ser un gran acierto, ya que desde allí tendremos unas estupendas conexiones para visitar lugares de su entreno Sin entrar en apreciaciones de si es mejor o peor que hacerlo en Kyoto, eso ya lo tocaremos en las conclusiones referentes a ambas ciudad, vamos a hacer un repaso sobre las escapadas que hicimos desde Osaka.
Debido a que estuvimos un número de días bastante elevado en Osaka, tuvimos la oportunidad de hacer varias escapadas desde esta ciudad, por lo que este es un capítulo de los más completos en nuestro viaje. Cuando hablamos de escapadas nos referimos a visitas que se realizan en el mismo día y queda totalmente recorrido el lugar, sin necesidad de volver sucesivas veces, es por tanto que en este análisis no entraría Kyoto que contará con su capítulo exclusivo y cuya ciudad visitamos en numerosas ocasiones.
Una mañana más comenzaba y esta vez las sábanas se nos habían pegado más de la cuenta. Eran las 10 cuando pegamos un salto y nos pusimos de camino a nuestros siguientes objetivos. El descanso extra era necesario, pues después de la odisea que supuso volver de Hiroshima el día anterior, el cuerpo nos pedía un par de horas más de reposo, si queríamos afrontar la nueva jornada con posibilidades de no desfallecer a media mañana.
En esta ocasión habíamos dividido el día para 2 visitas, en primer lugar para visitar el Monte Hiei, lo que nos depararía naturaleza y tranquilidad, mientras que en segundo lugar terminaríamos con una visita a Kobe, ciudad portuaria que queríamos conocer al anochecer, momento en el que muestra su mejor cara.