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Hiroshima

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La combinación de la ciudad de Hiroshima y la isla de Miyajima, suele ser un tandem habitual en un itinerario de 2 semanas por Japón. Dos destinos separados por apenas unos pocos kilómetros de mar y cuya visita no se suele concebir sin ver ambas en un día o en día consecutivos. Meterlo dentro de nuestro viaje siempre estará sujeto al número de días y a las zonas que queramos ver con más detenimiento. Normalmente si el viaje va a durar una semana o apenas 10 días y nos centramos en visitar Tokyo y Kyoto, aunque duela, lo mejor es descartarlo para no saturarnos en desplazamientos. Pero si por el contrario vamos a estar allí durante 2 semanas y gran parte del tiempo lo pasamos por Kyoto u Osaka, se hace casi obligatorio llegar allí y realizar la visita en una jornada de un día, como fue nuestro caso o haciendo al menos una noche en cualquiera de los 2 lugares.

En esta entrada intentaré realizar a modo de conclusión, como plantear una visita a Hiroshima y Miyajima, ventajas e inconvenientes, así como datos prácticos que pueden interesar al viajero.

El despertador sonó un poco más pronto de lo normal, eran poco más de las 6 de la mañana cuando saltamos de la cama y pusimos rumbo a la estación de tren. Hoy era uno de esos días marcados en rojo en el calendario, pues a lo largo del día tendríamos la oportunidad de visitar dos de los lugares más representativos de Japón, uno por su historia, Hiroshima y otro por su indudable belleza natural, el santuario de Itsukushima en Miyajima, con su símbolo por excelencia el «Torii Flotante».

Para llegar allí tendríamos que desplazarnos hasta la estación de Shin-Osaka, que es desde donde salen los trenes shinkansen en esta ciudad y coger el Hikari 491 que previamente habíamos reservado unos días atrás en Tokyo. Sin duda un día único e irrepetible, pero en el que tuvimos que luchar más de la cuenta con las inclemencias metereológicas.

Cuando finalmente nos decidimos a visitar Japón y ya contamos con los vuelos, una de los grandes interrogantes del viaje es sin duda el tema del transporte. Si por algo se caracteriza este país es por tener una amplia red de transportes que unen cada palmo de su territorio, servicios de trenes, autobuses y decenas de lineas de metro en sus principales ciudades nos hacen preguntarnos si realmente no será un gran follón moverse por allí.

Una vez de vuelta de esta grata experiencia, os puedo afirmar con rotundidad que desplazarse por el país usando la red de transportes es tremendamente sencillo, no obstante aquí os he preparado una completa guía con los pasos a seguir y las distintas opciones que podemos tomar en nuestras conexiones entre los distintos lugares a visitar.

El continente asiático engancha de eso no hay duda, prueba de ello es que no había pasado ni un año desde nuestra primera incursión en Asia, en la que visitamos India y Nepal, cuando se nos puso por delante la oportunidad de volver y viajar al país que más ganas teníamos de conocer de todo el globo terráqueo, Japón.

A finales del año pasado nos encontramos con una inesperada noticia, la prima de Carmen había sido seleccionada para dar clases como profesora de flamenco en Japón. Así que viendo que el alojamiento por ese lado lo teníamos solucionado al poder quedarnos a dormir en su casa durante los días que estuviéramos por allí, nos pusimos manos a la obra para organizarlo todo.

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