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Elevado sobre una colina y perfectamente visible a lo lejos desde la ventana de nuestra habitación se encontraba el templo budista de Swayambhunat. Está sería nuestra primera visita a los alrededores de Katmandú, nos levantamos sobre las 10 de la mañana, la noche se había pasado durmiendo de un tirón y si no hubiera sido por la alarma, no nos hubiera importado haber echado unas 2 ó 3 horas más de sueño, pero como siempre digo, ya habría tiempo de dormir en casa a la vuelta, ahora lo primordial era comenzar a conocer la ciudad.

Durante toda la noche estuvo lloviendo, algo que fue bastante habitual durante toda nuestra estancia en Nepal, aunque que teníamos un pacto con el agua, podía estar lloviendo todo lo que quisiera por la noche, pero nos tenía que respetar en el momento en que nos plantáramos en la calle, parece que Paryania, dios hindú de la lluvia estaba conforme con nuestra propuesta y así fue, por lo que nos pudimos librar de ese terrible mal del verano que es el monzón en toda nuestra visita, algo de agradecer sin duda.

Hoy tendríamos una última cita con Lumbini justo antes de coger un bus que durante 10 horas nos llevaría hasta la capital del país, Katmandú.

La noche pasó rápida y descansamos lo que pudimos, 7 horas de trayecto separan la ciudad sagrada de Varanasi de Gorakhpur en tren, una ciudad de paso que utilizan la mayoría de mochileros que quieren cruzar a pie la frontera Nepalí de Sunauli desde la India. Una vez la cruzáramos tomaríamos un bus que nos llevaría en aproximadamente una hora a Lumbini, lugar donde cuenta la leyenda que nació Siddhartha Gautamá, considerado el último buda histórico y fundador del budismo.

Lo que se suponía iban a ser un viaje de aproximadamente 7 horas en tren nocturno terminó siendo una odisea de 11 horas llegando para la hora de desayunar al hotel. Teníamos por delante 2 días para visitar la ciudad sagrada de Varanasi, bañada por el Ganges es una de las principales ciudades de peregrinación para los hinduistas y no queríamos perdernos ni un detalle de este místico lugar.

El motivo principal y casi me atrevería a decir exclusivo de visitar esta ciudad es acudir el mayor conjunto de templos hinduistas del país, famosos por sus esculturas eróticas. Por eso a la mañana siguiente de llegar y aprovechando los primeros rayos de luz nos levantamos y nos fuimos a visitarlos.Descubre en esta entrada los famosos «templos del kamasutra».

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