Cruzábamos el ecuador del viaje y comenzábamos un nuevo año de la mejor forma posible, viajando. Aquella mañana después de trasnochar para vivir por cuarta vez consecutiva una noche de fin de año fuera de España, las sábanas se nos pegaron más de la cuenta, también alentados porque al ser 1 de enero, la mayoría de puntos turísticos de Roma estarían cerrados y era mejor descansar un poco más, pues no sería una jornada demasiado exigente y llevábamos dos días seguidos prácticamente sin parar de un lado para otro.
En este día aprovecharíamos para disfrutar de los espacios abiertos a la naturaleza, así como algunos barrios pintorescos, mientras que seguiríamos tachando nuevas iglesias de la ciudad. Recorreremos un parque tan interesante como el de Villa Borghese, descubriremos un barrio tan peculiar como Trastévere y visitaremos monumentos religiosos tan espectaculares como la Basílica de San Pablo Extramuros.