Y llega la mañana en que nos toca abandonar esta gloriosa ciudad de poco más de 800.000 habitantes, que tantas cosas interesantes nos había mostrado, para comenzar el viaje no podíamos haber elegido mejor destino sin duda. Por tanto recogemos todo, lo metemos en las maletas y ponemos rumbo a Los Angeles.
Pero antes había que hacer una parada, subimos a Twin Peaks, un pico situado en el centro geográfico de San Francisco con una elevación de 281 m, desde allí descubrimos la mítica estampa entre la niebla de San Francisco. Este día nos esperaban más de 8 horas de conducción y aproximadamente unas 438 millas por la carretera escénica a pie de los acantilados de la Costa de California con vistas al Pacífico.