Compradores compulsivos, coleccionistas de objetos insólitos, amantes de los videojuegos retro y de los de ultimísima generación, electrónicoadictos, crafters de corazón, otakus, seguidores de lo Kawaii, pijos de las grandes marcas y adoradores de las tiendas de “todo a cien”. Todos y más confluyen por las zonas comerciales niponas formando, por derecho propio, otro tipo de espectáculo digno de ver muy diferente al de los templos, jardines zen y castillos varios.
Decir que Japón es un país consumista es quedarse, a todas luces, muy cortos. Y es que si yo viviera allí, estaría comprando día sí y día también aunque tuviera que vivir a base de ramen pre-cocinado. Y eso viniendo de alguien que le da a un euro catorce vueltas, es para tomárselo muy en serio.
A lo largo de las próximas 2 entradas intentaremos orientarnos en este submundo de compras al que nos somete Japón y ayudaros a no quedaros sin blanca a las primeras de cambio.