De sobra es conocida la pasión que tienen los japoneses por lo «kawaii». Para quien no conozca ese término japonés, sería un adjetivo en nuestra lengua similar a «bonito» o especialmente «tierno». Es por ello que Japón está lleno de motivos dulces allá donde miramos. Algo que a muchos podría llegar a empalagar, pero que los que lo disfrutamos, encontramos lugares tan chulos como montarse en un tren tematizado sobre Hello Kitty.

Este día la primera parte la dedicaríamos a visitar Himeji. Esta ciudad, conocida por su famoso castillo, forma parte de la ruta que hace los los trenes Kodama 840 (Hakata a Shin-Osaka) y Kodama 851 (Shin-Osaka a Hakata). Desde 2018 estos Shinkansen están decorados en los tonos pastel característicos de la gatita con lazo de la compañía japonesa Sanrio. En nuestro caso, pudimos montar en diciembre de 2019. Este homenaje suele ser por tiempo limitado, tiempo atrás lo fue de Evangelion. Pero lo que es cierto es que a día de hoy aún se mantiene. Y es que seguramente el tirón hace que no haya aun vistas de cambiar el diseño.

Hello Kitty Shinkansen

Por eso aquella mañana tomamos el tren en la estación de Shin-Osaka a eso de las 11:32 horas, momento en el cual pasa por allí. Para llegara a las 12:15 horas a Himeji. Ese día madrugaríamos mucho menos. Nos serviría tanto para descansar más, como especialmente para disfrutar de este edulcorado viaje en uno de los trenes más divertidos y pintorescos que habíamos probado hasta la fecha.

Este tren está cubierto por la Japan Rail Pass. Justamente en este día activaríamos la semana que teníamos reservada para este viaje. Lo mejor para evitar quedarnos sin reserva en este trayecto, es ir a las oficinas de JR Pass y obtener nuestros billetes para la hora indicada. Especialmente importante reservar sin coste adicional a la Japan Rail Pass si vamos a querer ir sentados en el coche número 2. Precisamente este módulo del tren se le conoce como «Kawaii». Aunque todo el tren está tematizado por dentro y por fuera, el número 2 es el más recargado de todos.

Aquí encontramos un área con un mapa promocionando las diferentes paradas que hace esta ruta de tren japonés. Y un punto ideal para hacerse fotos con una gatita Hello Kitty. Hasta el lugar donde ponemos nuestras maletas tiene referencias a la mascota de Sanrio. El hilo musical del coche se intensifica cuando llegamos a las paradas y se emite la banda sonora de Hello Kitty.

El suelo es rosa, las típicas «faldillas» de los reposacabezas de los asientos son rosas, así como las cortinillas y los reposabrazos. Los asientos, para darle algo de variedad al tono casi monocromático del tren, son morados. Aunque el resto de coches están decorados de forma más sobria, no os preocupéis, os podéis dar un paseo por allí una vez arranque. Y especialmente importante es visitar el coche número uno. En la cafetería encontramos un festival del consumismo. Podéis comprar multitud de obsequios y merchandising de Hello Kitty. También os harán una foto con vuestra cámara totalmente gratuita con un cartel que indica el día que hemos realizado tan singular visita. Si no queréis dejaros mucho dinero, bien podéis probar suerte en una de las máquinas de «gachapones» que dan evidentemente premios de Helly Kitty.

Nos lo pasamos genial en este camino de apenas una hora hasta Himeji. El tiempo se pasó volando y nuestra pequeña se lo pasó genial. Seguramente era la niña más pequeña no japonesa que se había montado en mucho tiempo y los curiosos japoneses no le perdían de vista. Una experiencia que sin duda recomendamos si podéis cuadrar la ruta y los horarios. Ojalá en futuras visitas podamos probar otros trenes Shinkansen tematizados.

El castillo de Himeji es pronto visible desde la propia Estación de Himeji. Situado al norte de la ciudad, llegar a él no tiene mucha pérdida. Simplemente tendremos que caminar algo más de un kilómetro en línea recta por la calle Otemae. Justo antes de llegar al castillo, encontramos unos servicios muy amplios y gratuitos a mano derecha. Algo que siempre agradeceréis si viajáis con niños pequeños. Aunque en el propio castillo también hay, pero no son tan cómodos.

Castillo de Himeji desde estación
Garza en Himeji

El castillo de Himeji es también conocido como «castillo de la garza blanca». Eso es debido al color blanco que es tendencia en su estructura. Es uno de los 12 castillos originales que aún conserva Japón y el más visitado de todos ellos. Y es que los incendios y las guerras han propiciado que, muchos de los castillo visitables en la actualidad, sean reproducciones de los originales. En este caso la fortuna nos ha brindado sea una de las estructuras más antiguas del Japón del periodo Edo. Es uno de los «Tres Famosos Castillos» de Japón junto al Castillo Matsumoto y el Castillo Kumamoto. Y si esto no fuera suficiente, también fue designado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993 y Tesoro Nacional. Básicamente uno de los lugares de imprescindible visita en Japón.

Hace unos años estuvo durante una larga temporada en obras. Aunque el castillo es original, cada cierto tiempo necesita pasar por «quirófano». Por ello en nuestro anterior viaje no tuvimos oportunidad de visitarlo ya que se encontraba cerrado. Posteriormente estuvo semiabierto, y en la actualidad ya se puede visitar completamente y en todo su esplendor. Su ubicación muy próximo a ciudades tan turísticas como Kioto, Osaka o Kobe le confieren una opción fantástica para hacer una escapada desde estas ciudades una mañana de nuestra ruta. Si queremos podemos hacer noche allí, pero lo más destacado que es su castillo y los jardines anexos se visitan cómodamente en una mañana.

Visitar Castillo de Himeji:

  • Horario: De 09:00 a 17:00 (Hasta las 18:00 desde finales de abril hasta agosto).
  • Cerrado: 29 y 30 de diciembre.
  • Precio de la entrada (2022): 1000 yenes / 200 niños o 1040/260 con el Jardín Kokoen.
  • Más información: Himeji Castle (inglés).

Aunque el vistoso castillo se lleva toda la fama, es más que recomendable comprar la entrada que incluye los jardines. El entorno, una vez superado el canal y el muro que circunda el castillo, es muy amplio. Hay una gran área por la que caminar libremente, e incluye hasta un zoo. Ya en su acceso sur encontramos las taquillas donde comprar las entradas que nos permiten entrar al edificio del castillo. Una vez pasamos los tornos hay una zona para coger una guía gratuita de visita. En este punto también podemos dejar el carro si viajamos con niños.

El castillo reabrió al público el 27 de marzo de 2015, desde entonces se ha vuelto nuevamente a colocar como lugar predilecto de los turistas. Por eso si queremos realizar una visita con el menor número posible de gente, lo suyo es madrugar. Nosotros lo visitamos pasadas las 12 de la mañana, y al no ir en temporada alta, había gente, pero se pudo ver bien, sin agobios.

Entrada Castillo de Himeji

Es fundamental tener claro que el castillo pese a estar bien adaptado, hay multitud de escaleras, pasos estrechos y algunos puntos bastante vertiginosos. Ninguna zona es peligrosa, pero si tendremos que tener cuidado por donde pisamos. Con especial atención a la hora de bajar por las empinadas escaleras. En nuestro caso, al ir con una niña pequeña que por aquella época no andaba, fue fundamental ir con una mochila de porteo. Si sois altos, como es mi caso, mucho cuidado con la cabeza.

Uno de los puntos a favor de ser un castillo original, es que su interior es tal como fue en su origen. Eso a su vez puede ser también un punto negativo para muchos, pues es sobrio en su estilo. Muchos de los castillos que se han levantado tras un incendio, han hecho exposiciones bastante vistosas. Un ejemplo es el Castillo de Osaka, que incluso tiene ascensor en su interior. En este caso es todo lo contrario, madera y tonos oscuros son los predominantes. Tocará caminar por las diferentes salas tal como se usaban en la época y subir y bajar escaleras de madera. Las dos imágenes que se ven a continuación son muy ilustrativas de lo que encontraremos.

Personalmente si no queremos sumergir en el Japón clásico, prefiero mucho más los interiores originales. Al final en los castillo reconstruidos te sientes como en un museo cualquiera. Mientras que en castillos como el de Himeji, sientes mucho más esa historia a cada paso. También encontraremos algunas exposiciones mucho más escuetas, pero suficientes para hacerte una idea del funcionamiento del castillo.

Maqueta del Castillo de Himeji

Aunque normalmente lo que más entra por la vista a todo el mundo es el exterior del castillo. Otro de los puntos fuertes de visitar su interior son las vistas que vamos presenciando desde las diferentes ventanas según vamos subiendo. La panorámica de Himeji es muy agradable a la vista. Pese a ser una ciudad de más de 500.000 habitantes, su perfil nada tiene que ver con las grandes ciudades japonesas. Es una ciudad con edificios menos elevados y rodeada de vegetación. De hecho si tenemos tiempo una de las escapadas más recomendables es el monte Shosha. Se ubica a apenas media hora en transporte público. Como curiosidad, fue lugar de rodaje de las película «El último Samurai» protagonizada por Tom Cruise y Ken Watanabe. Además cuenta con un templo de más de 1.000 años de antigüedad,  el templo Engyoji.

Si vuestro tiempo es mucho más limitado, sin duda una vez hayáis terminado con la visita al Castillo de Himeji, debéis acudir al jardín Koko-en. Estos jardines paisajísticos fueron construidos en 1992. Y se ubican en la residencia Nishi-Oyashiki o residencia del oeste. Para llegar no tienen mucha pérdida, se encuentran al oeste del castillo. Simplemente una vez salgáis y crucéis el foso donde podéis tomar incluso una barca de recreo para navegar, tendréis que caminar hacia la derecha.

Está muy bien indicado y para mi gusto incluso aunque vayáis con el tiempo justo, tenéis que visitarlo. Si bien el Castillo de Himeji lo hemos visto en innumerables ocasiones tanto en fotografías o cine, los jardines es diferente. El hecho de no ser tan conocidos jugarán un factor sorpresa que seguro os sorprenderá.

Koko-en de Himeji
Estanque en Koko-en
Jardines Koko-en, Himeji

En nuestra visita el otoño estaba aún muy presente en el paisaje. Los colores ocre simplemente te dejaban embelesado a cada paso. En Japón hay innumerables jardines, pero sin duda en calidad precio me cuesta creer que podamos encontrar unos mejores que los jardines Koko-en. En general la visita conjunta al castillo y los jardines se puede realizar en alrededor de 3 horas. Eso siempre sin entretenerse mucho, pero lo suficiente para llevarse un buen sabor de boca del lugar.

Para mí, si es vuestra primera vez en Japón y contamos con alrededor de dos semanas de viaje, la visita a Himeji es imprescindible. Nosotros quedamos totalmente impresionados con la belleza del lugar. Sin duda es una opción perfecta para pasar una mañana, y complementarla con alguna ciudad próxima. En nuestro caso el resto del día lo pasaríamos en Kobe. Pero eso es algo que contaré en una próxima entrada.

Recursos útiles para el viaje a Japón

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

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