Una visita a Júzcar es adentrarse en el Alto Genal, paraje natural en la comarca de la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga. El Valle del Genal toma su nombre del río homónimo, que circunda este espacio agreste, pero con importantes masas forestales. Aquí encontraremos castaños, quejigos, alcornoques, pino de Monterrey, encinas, matorral de jaras y brezos.
Entre todos los pueblos que componen el valle del Genal, hay uno que luce de forma muy singular. Ese no es otro que Júzcar, que desde 2011 deslumbra por sus casas de color azul pitufo. Todo ello se debe a que Sony Pictures decidió realizar el estreno de su película «Los Pitufos«, viendo con buenos ojos la campaña publicitaria ideada por Bungalow25. La empresa de publicidad madrileña ideó esta puesta en escena tan singular. Los propios juzcareños, como así se llaman los habitantes de Júzcar, aceptaron la propuesta y todo lo demás es historia.

Los típicos pueblos andaluces encalados de blanco impoluto, encuentran en Júzcar ese hermano rebelde que quiere ser diferente y atraer al turismo con esta particular propuesta. Y es que los encantos de Júzcar, asentado sobre una hondonada del valle, ya eran más que destacados. Pero no nos vamos a engañar, este toque le sienta fenomenal y al final todos caemos en la tentación de descubrir este «Pueblo Pitufo» de Júzcar.
Cómo llegar a la Aldea Azul de Júzcar:
La mejor opción para llegar a Júzcar es en coche. La carretera que debemos tomar es la MA-525 desde la A-397 (Carretera San Pedro a Ronda). En el desvío próximo a la Estación de Servicio de La Ventilla tomaremos la sinuosa MA-525. No os voy a mentir, son algo más de 11 kilómetros que para los que se mareen con las curvas, no van a ser de lo más placenteros. Por lo que paciencia y cuidado con los coches que nos encontremos de frente. Una vez superemos el municipio de Cartajima, solo nos quedará bajar un poco más en el valle y llegaremos a la aldea.
Existe la posibilidad de tomar un autobús regular de la línea VJA -161. Esta línea cubre el trayecto entre Ronda y Pujerra. Pero con una frecuencia muy reducida. Por lo que las únicas opciones interesantes, si no vamos en coche propio, es alquilar uno o realizar un tour por la Serranía de Ronda que incluya Júzcar.

Una vez llegamos a al municipio, nos encontraremos con la oficina de Turismo de Júzcar. No debemos aparcar directamente en la carretera. Si giramos a la izquierda nada más llegar al punto informativo, encontraremos un parking bastante amplio. Salvo que vayamos en un día muy destacado, lo normal es que encontremos para aparcar allí. Mucho más cómodo y seguro que en los propios márgenes de la carretera.
Seguramente os habrá llamado la atención de que pasemos a llamar al «Pueblo Pitufo» como «Aldea Azul». Eso es debido a que desde que el 16 de junio de 2011 se realizara el estreno mundial de «Los Pitufos», el tiempo ha dejado de hacer efectivos los derechos de explotación de la marca de «Los Pitufos». Eso no ha impedido que el 18 de diciembre de 2011 sus vecinos, en consulta popular, ratificaran que querían seguir manteniendo sus casas azules. Es cierto que mirando un poco algún disidente hay, pero mayoritariamente parece que los juzcareños se sienten cómodos con ese tono pastel.
Qué ver en la Aldea Azul de Júzcar
Nada más llegar a Júzcar lo mejor es acercarse a la oficina de información turística de la Aldea Azul. Allí nos darán un mapa donde están todos los puntos fundamentales a visitar. Información práctica para hacer la mejor visita posible. Haciendo un estimado, siempre que no nos paremos a comer o tomar algo, la visita a la Aldea Azul se puede realizar en alrededor de 2 horas. Esto se puede ampliar bastante más si nos gusta hacernos fotos o viajamos con niños pequeños que harán las delicias por las calles de Júzcar.

Como recomendación personal, si vais con niños pequeños, mejor que el parque infantil que hay junto al Pitufo Sabiondo sea lo último que veamos. Sino igual no sois capaces de sacarlos de allí con todo lo que tenéis aún pendiente por ver. Este primer pitufo nos da la bienvenida a su aldea y seguramente sea una de las primeras fotografías de la visita.
Y es que aunque los derechos como tal de «El Pueblo de los Pitufos» no estén vigentes, eso no impide que Júzcar esté repleto de sus azulones personajes. Y también de otros tantos personajes creados por el dibujante belga, Peyo.
Básicamente la «Aldea Azul» está compuesta por las siguientes zonas:
- Ruta de Aventuras.
- Ruta de Graffitis.
- Rutas de senderismo.
Seguir el recorrido por la aldea de los Pitufos es muy sencillo. Se puede hacer prácticamente en un recorrido circular. Salvando, claro está, si nos animamos a hacer algunas de las rutas de senderismo que arrancan en Júzcar y se introducen en el valle.

Alojarse en Júzcar
Una buena idea para desconectar en plena naturaleza es quedarse a dormir en Júzcar. La Aldea Azul ha ido creando numerosos alojamientos. La oferta está compuesta por casas rurales y el Hotel Restaurante el Bandolero.
Si vamos buscando tranquilidad, desde luego que Júzcar es un buen punto para encontrarla. Pernoctar además nos permitirá realizar otras rutas de senderismo más exigentes en cuanto a tiempo a emplear. Algunas de ellas conectan con los pueblos aledaños en caminos con panorámicas realmente interesantes.



Curiosamente uno de los primeros murales que nos dará la bienvenida es el de Gargamel. El antagonista y villano principal de «Los Pitufos» se encuentra plasmado en la conocida como Casa del Bandolero. A partir de aquí nos esperan en total 14 graffitis repartidos por las pintorescas calles de Júzcar. En el plano que nos darán están perfectamente identificados todos ellos. Aunque incluso en la propia aldea iremos encontrando numerosas señalizaciones para orientar nuestro paso.
Júzcar indudablemente es un pueblo para disfrutar de sus panorámicas. Por ello existen varios miradores repartidos por el municipio que nos brindarán magníficas vistas. Sus nombres son los siguientes:
- Mirador La Torrichela.
- Mirador el Jardón.
- Mirador San José.
- Mirador Las Zuas.
- Mirador El Molino
Los dos primeros son los más significativos. La Torrichela cuenta con una figura de gran tamaño de Papá Pitufo. Es uno de los puntos que más turistas aglutina. Y es que ¿Quién se puede resistir a no hacerse una foto con el barbudo pitufo?
El segundo es el Mirador el Jardón, para mi gusto el que brinda las mejores vistas de Júzcar. Y allí se encuentra una colorida seta. Otro elemento de la serie que indudablemente tenía que aparecer en algún momento de nuestra vista.


La Aldea Azul de Júzcar además de contar con el reclamo de «Los Pitufos», también destaca por el buen cuidado de las casas vecinales. Plantas, macetas y múltiples decoraciones engalanan aún más la villa. Se nota el mimo de sus habitantes con su pueblo.
Repartidas alrededor del Ayuntamiento de Júzcar, encontramos algunas actividades que harán las delicias de los pequeños de la casa. Pudiendo encontrar varios rocódromos, tirolinas, un puente tibetano e incluso camas elásticas. Algunas experiencias como puedan ser las tirolinas pueden ser también disfrutadas por adultos. En cada una de las actividades y experiencias disponibles existen una guía que nos orienta en cuanto a la edad permitida y las consideraciones previas para realizar las mismas. Es fundamental informarse previamente al día que vamos a visitar, de las actividades que están en funcionamiento. Dependiendo de la época del año algunas puede estar cerradas.
La visita a la Aldea Azul no estaría completa sin acercarnos hasta la Iglesia Santa Catalina de Siena. Allí encontramos a nuestra querida «Pitufina». Otra de las grandes reinas de la visita a Júzcar. Y en la misma plaza del pueblo, podemos también aprovechar para visitar el Museo Micológico de Júzcar. Y es que las setas y Júzcar tienen su relación, y no exclusivamente por «Los Pitufos».
En caso de estar pensando en tomar algo, la gastronomía de Júzcar destaca por las migas, el sopeao, los guisos de ajos porros, todo ello acompañado de vino del terreno (mosto, tinto) que se hace en el propio municipio. Muchos de los establecimiento ofrecen rutas de la tapa a buenos precios. Sin duda el ambiente de Júzcar es de lo más agradable. Tanto por el entorno natural que lo rodea, como por lo agradable que es pasear por sus calles. Incluso aunque vayamos con niños se puede transitar cómodamente empujando carrito. Hay alguna cuesta puntual, pero la parte central y casi todo el recorrido están bien asfaltadas y en parte peatonalizada.

Antes de «Los Pitufos», este pueblo era conocido por su Fábrica de Hojalata, la primera que se estableció en España. El motivo es la riqueza maderera de la Serranía de Ronda. La fábrica comenzó a producir a mediados del año 1731 . Aunque en la actualidad apenas se conservan sus ruinas. Y también por formar parte de la Ruta de Fray Leopoldo. Este beato anduvo hasta los 3 años tanto por Júzcar, como por otros municipios de la zona como Alpandeire, Pujerra, Igualeja, Cartajima y Faraján. Hasta que finalmente a esa edad partió a Granada a la orden capuchina.
Precisamente si hablamos de los municipios próximos a Júzcar, hay que recomendar 3 de las rutas de senderismo más interesantes para realizar:
- Ruta de Júzcar al despoblado de Moclón: son 10 kilómetros en una ruta lineal y dificultad media. El trazado comienza en la calle Sol, en uno de los extremos del municipio hasta llegar al caserio de Moclón.
- Ruta de los Molinos de Júzcar: es una ruta muy asequible de aproximadamente 2 kilómetros considerando la vuelta. La dificultad es baja e ideal para ir con niños y así podremos conocer el espectacular nacimiento de «Las Zúas». Una zona ideal para darse un refrescón en verano. Se comienza a la espalda del cementerio de Júzcar.
- Ruta de los Ricos: en este caso son aproximadamente 7 kilómetros con una dificultad media/alta. Comenzando en el Puerto de las Eras. Lo destacado de esta ruta es su singularidad geológica. Su llamativo paisaje de relieve Karstico, característico de las rocas calizas y provocado por la acción del agua de lluvia que origina singulares formas.
Estas rutas se pueden hacer con tiempo y ganas sin ningún problema en la misma visita a Júzcar. Siempre que lleguemos por la mañana al municipio malagueño. Evidentemente hay que tomar consideración de la dificultad y el estado de forma de cada uno. Aunque en la propia oficina turística os recomendarán la que más se ajuste a vuestras condiciones. Luego también existen otras más exigentes, tanto en distancia como en requerimiento físico, que cubren distancias que unen Igualeja – Parauta – Cartajima – Júzcar – Pujerra. Algunas realmente interesantes para hacer a pie o en bicicleta de montaña. Sin duda el Valle del Genal es fuente inagotable de recursos para el turismo activo.


En resumidas cuentas, la Aldea Azul de Júzcar es una de esas sorpresas singulares que nos guarda el interior de la provincia de Málaga. Un recóndito municipio en la Serranía de Ronda que nos sorprende por su singular propuesta. Aunando la belleza del paraje en que se encuentra, con la simpática visión de la aldea pitufa.
Mi recomendación para la visita, es hacerlo en un día del año que no haga excesivo calor. Descartando por tanto días lluviosos que desluzcan la visita, además de encontrarnos unas condiciones en la carretera de acceso menos deseables. Lo habitual en estos casos es aprovechar la visita a Ronda, para realizar una cómoda escapada hasta Júzcar. Por lo que ya sabéis, aunque oficialmente sea la «Aldea Azul», los simpáticos Pitufos siguen allí presentes esperando vuestra visita.

2 Comentarios
Dichosos los ojos que te leen!!
Muy buena entrada. Ya había visto en algún noticiario y/o leido en algún diario sobre el «Pueblo Pitufo», pero nada tan extenso como ésta entrada.
Por curiosidad, las carreteras son muy estrechas? Las curvas las aguanto pero las carreteras estrechas si puedo evitarlas las evito.
Me alegra verte de nuevo
Buenas, Antonio.
Parece que el gusanillo de escribir a vuelto para quedarse. Aunque como habrás visto estamos dándole un repaso a la plantilla y toca trabajo interno de ese que no se ve, pero que le hace falta a muchas entradas jeje
Las carreteras son bastante estrechas, de las típicas que parece que no van a caber los dos coches. Lo único bueno es que hay bastante visibilidad, por lo que ves de venir y puedes ir con calma para pasar ambos. Es la única pega que se le puede poner a la visita, pero al final el entorno es el que es, y por eso se disfruta tanto.
Un saludote 😉