La pequeña villa francesa de Lourdes no destaca precisamente por su población, siendo apenas 15.000 habitantes. Pero desde el siglo XIX comenzaría a ser foco de atención debido a que aquí tuvieron lugar las apariciones de la Virgen a la niña Bernadette Soubirous. En la actualidad es uno de los lugares más importantes de peregrinación cristiana, acogiendo cada año a cerca de 3,5 millones de visitantes venidos de más de 140 países. Ubicada al sur de Francia, a una altitud de 400 metros, pertenece al departamento de Altos Pirineos en la región de Occitania.
La localidad está bañada por el río Gave de Pau, que junto con el entorno montañoso que la rodea, le confieren un aspecto idílico. Es por ello, que seamos o no creyentes, la visita a Lourdes es realmente recomendable.

Cómo llegar a Lourdes
La opción más cómoda es hacerla en nuestro propio vehículo. La carretera nacional 21 parte de Limoges hasta Argelès-Gazost, pasando por Bergerac, Agen, Auch, Tarbes y finalmente Lourdes. En coche, si venimos desde el norte, entraremos por la Route de Pau, mientras que por el sur lo haremos por el Boulevard du Gave. Por su parte, el aeropuerto más cercano es el de Tarbes-Lourdes-Pyrénées, que se encuentra a 15 kilómetros del Santuario y los precios en taxi rondan los 25 euros. Mientras que si llegamos a estación de tren de Lourdes, hay autobuses que nos acercan al propio Santuario. Que enlazan con los City Bus que se mueven por la ciudad.
Dónde dormir en Lourdes
Al tratarse de una zona eminentemente turística, los precios son sensiblemente más altos que la media que encontramos por esta región del país. La mayoría de alojamientos se encuentran distribuidos alrededor del río Gave de Pau. Este cauce atraviesa la ciudad haciendo un pequeño recodo a la derecha y conforma el característico entono de Lourdes. Las opciones más cómodas para alojarse en Lourdes se encuentran junto a este río, especialmente en su zona más céntrica. Aunque otras opciones también interesantes son junto al Castillo de Lourdes o al sur, también pegado al río.
Hay que tener en cuenta que hay que pagar una tasa turística por persona y noche de entre 0,70 a 2,20€ que pagaremos en el propio alojamiento. La tasa será mayor en función de la categoría del mismo. He tenido ocasión de visitar Lourdes en 2 veces, y estos han sido los alojamientos en donde dormí:
Hôtel Biarritz en Tripadvisor (año 1992).
Hotel Alliance en Booking (año 2019).
Otras opciones para dormir en Lourdes (Booking).
El primero lo recuerdo como un hotel correcto. Evidentemente después de tanto tiempo os tendréis que orientar por las reseñas que hayan dejado recientemente. Pero del Hotel Alliance podéis leer la reseña que hice el pasado año. Sino tenéis el enlace más arriba con otras opciones en el buscador de Booking.
Qué ver en Lourdes
Para planificar la visita a Lourdes, tenéis que tener en cuenta que se ajusta bien para verla en un día. Salvo que queramos hacer alguna ruta de senderismo por la zona, o visitar alguna de las estaciones de esquí a pocos kilómetros como Barège o La Mongie, entonces sí que podremos emplear algún día más. Lourdes evidentemente está muy enfocada al culto cristiano y, en especial, a la vida de Bernadette. Aunque antes de seguir sus pasos no debemos dejar pasar la oportunidad de visitar el Castillo y su Museo Pirenaico. La fortaleza milenaria refleja la importancia del lugar incluso en la Edad Media. Fue residencia de los condes de Bigorre. Su castillo data del siglo XIV, reedificado en el XVI. Está catalogada como monumento histórico y el museo alberga las colecciones más importantes de la historia de los Pirineos franceses y españoles.

Las vistas desde encima del castillo son magníficas, dándonos una preciosa panorámica del propio Santuario de Lourdes y alrededores de la ciudad. Aunque si tenemos algo de tiempo no hay que dudar y montarse en el Funicular del Pic du Jer. Una oportunidad única de disfrutar de los Pirineos desde las alturas.
La oficina de turismo de Lourdes se encuentra en la Place Peyramale. Un fantástico lugar donde comenzar nuestra ruta por la vida y obra de la pastora y religiosa francesa Bernadette Soubirous. No muy lejos de allí se encuentra la Iglesia del Sagrado Corazón, fue levantada en tiempos de las apariciones, pero su mayor singularidad es que se conserva la pila bautismal del anterior santuario (destruido en 1904) donde Bernadette fue bautizada el 9 de enero de 1844.
Si comenzamos nuestra ruta por la vida de Bernadette, lo primero a visitar debe ser El Molino de Boli, lugar donde nace Bernadette, ubicado en el número 12 rue Bernadette Soubirous. Aquí vivieron durante 10 años. Se conservan la cocina, su habitación y el antiguo molino. Desde aquí nos desplazarnos hasta el 15 rue des Petits Fossés. Aquí se encuentra «Le cachot«, el Calabozo (antigua cárcel hasta 1824). En estas dependencias estuvieron viviendo ella y su familia durante una dura época de apuros económicos. La Casa Paterna, también llamada “Molino Lacadé”, fue un regalo del Abad Peyramale, párroco de la parroquia posterior a las apariciones. Está llevado en la actualidad por familiares de la pastora, y en su interior encontraremos mobiliario y objetos que pertenecieron al a familia. Es uno de los puntos de la ruta que más visitas recibe.Se encuentra en el número 2 rue Bernadette Soubirous. Se puede visitar de lunes a domingo de De 9:30 a 12:15 y de 14:15 a 18:30 horas. El precio de la entrada es de 2 euros destinados a la conservación del lugar.
Otros puntos de visita menos habituales son el antiguo hospicio, junto al actual Centro Hospitalario de Lourdes. Aquí Bernadette haría su primera comunión. Así como algunas galerías como Petit Lourdes en las que nos mostrarán Lourdes en miniatura tras los pasos de Bernadette ahondando en el origen de Lourdes en 1858. O el Musée de Cire, 18 escenas y más de 100 personajes reproducidos en cera a escala natural, con la vida de Cristo y la vida de Bernadette.
Como es natural, esta ruta por la vida de Bernadette es solo recomendable para creyentes y cristianos que busquen conocer un poco más la historia. Para los que visiten Lourdes desde la distancia ideológica, quizás no sean los lugares más interesantes de visitar en la villa.



Aunque indudablemente el punto clave de la visita a Lourdes es su santuario. El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es un conjunto de edificios y lugares dedicados al culto de la Virgen María en Lourdes. Está compuesto por las basílicas de la Inmaculada Concepción, la de Nuestra Señora del Rosario y la de san Pío X, así como la Gruta de las apariciones, donde la Virgen se presentó ante Bernadette Soubirous, según la creencia católica. Como singularidad, este santuario forma parte de la conocida como Ruta mariana, a los que hay que añadirle los santuarios de Torreciudad, Montserrat, Meritxell y El Pilar. Un itinerario de gran riqueza patrimonial y espiritual.
Una gran explanada nos brinda unas magníficas vistas del santuario. Frente al mismo un pedestal sostiene una representación de la Virgen de Lourdes. Una imagen potente y de gran significación para los creyentes. El santuario a su vez está formado por tres basílicas. La Basílica del Rosario de estilo romano-bizantino con un gran interés monumental por la ornamentación de mosaicos venecianos . La Basílica de San Pío X de gran aforo y en la que encontramos un importante patrimonio artístico. Y por último, la Basílica de la Inmaculada Concepción, cuyos vitrales trazan la historia de la Virgen María hasta la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción por el Papa Pío IX en 1854 y las Apariciones de Lourdes en 1858.
Como los horarios de visita al Santuario de Lourdes varían en función de la época del año, lo mejor es visitar la siguiente página: Horarios Santuario de Lourdes.
Por las noches los fines de semana se realiza un Rosario con antorchas. Si procesamos la fe, o simplemente queremos dejarnos llevar por la concurrida y vistosa procesión de las antorchas, no dudéis en visitar el santuario al caer el sol.



Otra de las actividades que los fieles no dejan pasar es el Viacrucis de Lourdes. Un recorrido durante 17 estaciones de penitencia rememorando el camino de Jesucristo al Calvario. El camino asciende a la izquierda del Santuario de Lourdes y por medio de potentes escenografías iremos viendo los diferentes momentos desde que Jesús es condenado a muerte, hasta su Resurrección. El camino además aprovechando la dura pendiente de la ladera nos hará ascender bastante. Una oportunidad de revivir estos últimos pasajes de Jesucristo, a la vez que vemos la ciudad de Lourdes desde otro punto de vista. Hay que tener en cuenta que aunque la primera parte está bien asfaltada, la parte final es terreno de grava. Nosotros lo hicimos por nuestra cuenta, y lo que al principio parecía un camino cómodo, al final se hizo un tanto tedioso al ir con nuestro bebé en el carro. Afortunadamente una vez arriba, la vuelta se hace en sentido circular y está bastante mejor asfaltado.

Aunque lo hagamos por libre, es realmente recomendable realizar la ruta del Viacrucis de Lourdes. Es prácticamente como un museo al aire libre. Además podremos ver como la devoción de la gente ha dejado huella en el camino en varios puntos. Además también podremos visitar por el camino una gruta, que no debemos confundir con la de las apariciones, de gran belleza y sensiblemente más tranquila y relajada. Este camino por la ladera está abierto todos los días de 6.00 a 22.00 horas.
Hay que tener en cuenta que el área que compone este santuario tiene 52 hectáreas con 22 lugares de culto. Por lo que nos llevará un buen rato conocer cada uno de ellos.Pero como decía al inicio, incluso con calma y parándonos a escuchar misa, se visita perfectamente en un día sin problemas.


Y entre todos los puntos del Santuario de Lourdes, es la Gruta de Massabielle el lugar clave de nuestra visita. En esta gruta tuvieron lugar las apariciones de la Virgen a Bernadette y es hoy el epicentro del santuario mariano. Aquí se dispuso una estatua de la Virgen María, además de un altar, bancos con reclinatorio, un soporte para cirios. Aquí miles de fieles a diario pasan a servir oración a la Virgen. La gruta está abierta día y noche durante todo el año. Aunque por la noche el acceso es únicamente desde la parte alta, en la Calle Mons.
Para tomar idea de la magnitud que tuvieron las apariciones marianas en 1858, el lugar donde se encuentra la gruta era una zona solitaria y de paso únicamente para pastores. Junto a esa Gruta de las Revelaciones hoy en día se alza el prominente santuario. Este centro de peregrinación fue creciendo en importancia con el paso de los años hasta convertirse en lo que es hoy en día. Junto a la gruta se han dispuestos una serie de grifos en la que los fieles llena botellas, garrafas y cualquier recipiente que se precie para llenarlas del agua a la que se le confieren poderes sanadores. Este agua bendita ha contribuido a la expansión del negocio turístico que ha crecido alrededor del santuario. También es posible bañarse en las piscinas. “¡Venga a beber y a lavarse en la fuente!” Estas palabras de la Virgen María a Bernadette, durante una de las apariciones han inspirado la creación de baños cerca de la Gruta. Creyentes o no, cualquiera puede bañarse en ellas.


Como era de esperar, la llegada de turistas ha hecho que los alrededores del santuario se hayan plagado de multitud de tiendas que aprovechan el llamado «negocio de la fe». Como es natural los visitantes, como en cualquier otro destino turístico, gustan de volver con algún detalle recuerdo de su visita. Desde que la niña Bernadette afirmara presenciar casi una veintena de apariciones de la Virgen María en la gruta, han pasado más de 160 años. Desde entonces se han contabilizado setenta milagros validados, y más de 7.000 curaciones sin explicación científica relacionadas con la devoción a la Virgen de Lourdes. Es por ello que la pequeña villa de Lourdes se ha convertido en la auténtica joya de los milagros en Europa.
Esto ha hecho que las tiendas hayan sabido aprovechar el tirón para ofrecer multitud de souvenirs religiosos, locales tematizados en los que no falta el más mínimo detalle en referencia al lugar. Tanto es así, que el propio Papa Francisco en el último año ha dado un toque de atención para devolver la verdadera vocación al santuario. Siendo el trato a los visitantes y la caridad cristiana, muchos de ellos enfermos que viajan cientos de kilómetros con la fe de mejorar de sus dolencias. Y no enfocar Lourdes en una suerte de parque temático de los milagros en las que el único interés es exprimir la cartera de los creyentes.
Mi particular punto de vistas es que, mientras en el Santuario de Lourdes la experiencia se acerca correctamente a lo que se puede entender que viviremos en un lugar de peregrinación, en sus alrededores dista un tanto de la misma. Es evidente que la industria turística ofrece muchos puestos de trabajo a la villa, pero especialmente por la noche el aspecto difiere bastante de lo que debería ser un centro religioso. Excesiva iluminación nos transportan en alguna de sus calles a Las Vegas, algo que choca bastante con el entorno en que se encuentra. La sobreexplotación de los comercios y tiendas que rodean el santuario. Tiendas plagadas de souvenirs y algunas con productos con unos precios realmente prohibitivos. Algo que dista bastante de los valores que se le presuponen a la religión cristiana. Aunque al final todo queda en una elección personal, quien quiere compra, y quien no, simplemente visita el santuario y se vuelve a su casa con la experiencia.
Y es que la localidad de Lourdes en el inicio del sistema montañoso de los Pirineos y junto al promontorio rocoso conocido con el nombre de Massabielle (Rocas Viejas), nos sumerge en un entorno natural de gran vistosidad. Las panorámicas verdes y sinuosas que se divisan junto al cauce del río Gave de Pau le confieren al Santuario de Lourdes un ambiente muy auténtico. Bien merece caminar por los alrededores del monumento religioso para disfrutarlo desde diferente ángulos. Personalmente es una visita que me agrada por su entorno y el marco que lo rodea. Como os podéis imaginar son muchos los españoles que lo visitan a diario. Aunque es interesante comprobar la cantidad de lenguas que se escuchan en unos cuantos metros cuadrados. Al final la fe no tiene fronteras. Sin contar la cantidad de curiosos que no procesan la fe cristiana, pero que se sienten atraídos ya sea por la historia de las apariciones, o simplemente por el bello pueblo francés de Lourdes.


Y es que en resumidas cuentas, visitar Lourdes no obliga a ser creyente o prácticamente católico. Igual que visitamos una mezquita islámica, o un templo sintoista, al final se trata de patrimonio cultural y natural. Una visita al sur de Francia que sin duda recomiendo, especialmente si nos animamos a visitar regiones tan interesantes como Occitania o Nueva Aquitania. Estoy seguro que incluso quien no la tuviera en sus planes, le sorprenderá. Aunque evidentemente para quien tengan devoción cristiana, es un auténtico imprescindible por su importancia religiosa.
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Índice del viaje Roadtrip Nueva Aquitania & Lourdes 2019
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