Una visita imprescindible, si nos encontramos en Poitiers, es la ciudad medieval de Chauvigny. Ubicada en un vistoso promontorio, se alza esta bella villa a apenas 23 kilómetros de la ciudad de Futuroscope. Un pequeño pueblo por el que parece que el tiempo no ha pasado. Pertenece a la región de Nueva Aquitania en pleno departamento de Vienne. Una escapada ideal que nos permitirá conocer uno de los pueblos medievales mejor conservados de Francia.
Para llegar a Chauvigny desde Poitiers tenemos el autobús número 103. La estación de autobuses está próxima a la estación de tren, por lo que no tiene pérdida. Hay dos frecuencias diarias 7:45 de la mañana y 12:10. El trayecto es de aproximadamente una hora. La vuelta se realiza a las 17:38. Incluso hay una conexión a demanda para ir hasta Saint Savin, pero es necesaria una reserva previa con antelación de 24 horas llamando al siguiente número: 0549462745. Aunque evidentemente la opción más cómoda es contar con nuestro vehículo propio y realizar la ruta a nuestro ritmo por la D951, una carretera con un carril para cada sentido. Se encuentra bien asfaltada y es bastante recta, por lo que el trayecto en coche entre Poitiers y Chauvigny no nos demorará más de media hora.
No obstante, si queremos obtener más información, lo mejor es visitar la web de la Oficina de Turismo de Chauvigny. Aunque está en francés, cuenta con un fichero en castellano con referencias para visitar Chauvigny. En el enlace anterior tenéis información detallada para conocer esta fantástica ciudad medieval. La oficina en la propia Chauvigny abre de martes a domingo en horario de 09:00 – 12:00, 14:00 – 18:00.

Una de las ventajas de visitar Chauvigny en nuestro vehículo es que podremos parar cómodamente en el mirador del número 62 de la Rue de Bellevue, desde allí podremos disfrutar de una magnífica panorámica de la ciudad rodeada de un verde valle, y con la presencia del río Vienne. Una vez hayamos disfrutado de las vistas, iremos a estacionar nuestro vehículo. Afortunadamente en la parte alta de Chauvigny encontraremos una amplia zona de aparcamiento gratuito (Place Louis Pagenault). Eso nos permitirá poder visitar Chauvigny sin problemas y especialmente sin tener que meternos en su entramado laberinto de calles, ideales para descubrir a pie, pero no tanto para conducir por ellas.
A partir de aquí nos podremos introducir en esta ciudad de la Edad Media. Estrechas y enrevesadas calles empedradas junto a un rico patrimonio arquitectónico nos espera en este recorrido por Chauvigny. Como dato, visitamos la villa con nuestra hija de 7 meses en el carrito y no tuvimos ningún problema. Las calles no suponen mayor problema que algún que otro escalón puntual que haya que sortear.

Es indudable que uno de los mayores placeres de visitar Chauvigny es caminar por sus calles. Por algo está considerado como uno de los pueblos más bellos de Francia. En ellas además podemos encontrar un rico patrimonio compuesto por nada menos que cinco castillos, aunque de alguno de ellos apenas se conservan unos cuantos vestigios. Brevemente en Chauvigny podemos encontrar en su ciudad medieval un patrimonio compuesto por:
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- Castillo de los Obispos
- Castillo de Hacrourt
- Castillo de Montleon
- Torre de Flins
- Mantener de Gouzo
- Colegiata Saint-Pierre
- Museo de las tradiciones populares y de la arqueologia
- Espacio de arqueología industrial[/message]
A ello hay que añadirle multitud de talleres de artesanos. Perfectamente integrados en su ambiente y con una cartelería exquisita. A eso hay que sumarle que particularmente la palabra francesa «Atelier» me encanta. Tiene una sonoridad especial y prácticamente parece que estamos hablando de talleres de fantasía. Aunque en muchos de ellos se hacen verdaderas obras de arte dedicados a tallar la piedra, trabajar con cerámica o crear cesteros entre otros. No hay que olvidar que está considerada como la cuna de la porcelana en la región, por su altísima calidad. Es admirable ver el cuidado de cada uno de los jardines y callejones que atesora Chauvigny. Y cuenta con buena señalización para encontrar los puntos más representativos e indispensables de la visita.
El edificio más famoso de Chauvigny es la Colegiata de San Pedro, uno de los templos más armoniosos del Románico francés. Fue construida en el siglo XII. De su interior, integrado en el corazón de la villa, destaca la torre de la intersección del crucero y los ábsides. Aunque sus elementos más reveladores se encuentran en el interior, donde la armonía y elegancia de sus volúmenes no nos dejará indiferentes durante la visita. Una rica ornamentación y una curiosa arquitectura en la que las paredes que coronan el ábside y las capillas no son cúpulas, sino simples albardillas que disimulan una techumbre de tejas. El coro cuenta con capiteles de seis columnas adosadas, junto con episodios de la vida de la Virgen y de su hijo. Por méritos propios es una de las obras maestras de la escultura románica francesa.

No muy lejos de allí encontramos el Castillo de Harcourt. Construido entre finales del siglo XII y principios del XIII y es el mejor conservado de Chauvigny. Uno de los ejemplos defensivos que aún perduran. Su muralla es de forma rectangular y está compuesta por por altas cortinas flanqueadas por torretas cilíndricas macizas. Su entrada sorprende por una imponente torre de salta y un puente levadizo. Por su parte la torre del homenaje data del siglo XII con algunas modificaciones durante el siglo XIV. La plata baja cuenta con una prisión abovedada. En la actualidad sus dependencias están destinadas a sala de exposiciones.

Continuaremos la visita con el Castillo señorial de Chauvigny. También conocido como Castillo de los Obispos, se encuentra en el extremo del promontorio de la parte alta de la villa. Las ruinas que se conservan son lo que quedaron tras ser usado como cantera de piedra por su comprador. En la actualidad se muestra el arte de la cetrería en su interior. También se pueden ver los pequeños restos de lo que fue el Castillo de Montleón, o de la propia torre de Flins. Muchos realmente hay que imaginar como fueron en su pasado más glorioso. Pero el conjunto, especialmente por la ubicación, es muy bonito de conocer.


La Place du Donjon es una zona muy chula para caminar, o para pararnos a tomar algo en alguna de las cafeterías que hay por la zona. Además encontramos alguna que otra estatua en diferentes posturas en las que sacar a paseo nuestra vena juguetona. Nuestras caras más abajo evidenciaban que nuestro visita a Chauvigny se iba acabando. Aunque en la parte alta aún nos quedaban dos galerías más que visitar. Por un lado el Museo de Tradiciones populares y de Arqueología. Se encuentra muy cerca de allí, en la Place du Vieux Marché. Este museo fue instalado en una casa del siglo XVI. Concretamente en el antiguo presbiterio de la colegiata de Saint-Pierre (San Pedro). El precio de la entrada es de 5 euros (año 2019). Y los horarios de visita son los siguientes:
- 1 abril al 14 de junio y de septiembre a octubre: de martes a domingo de 14h – 18h .
- 15 de junio de al 31 de agosto: todos los días excepto sábados y domingos de 10 – 12h30 y de 14:30-18:30.
- Noviembre a marzo: los fines de semana y vacaciones 14h – 18h.
El recorrido nos muestra un hogar típico de Poitiers. Una bonita representación de la vida cotidiana en la región durante el siglo XIX. Además cuenta con una sala dedicada a los oficios y una colección con objetos arqueológicos galorromanos y medievales pertenecientes a los propios vecinos de la localidad.

El siguiente se encuentra en el antiguo Castillo de Gouzon, y está destinado a la Arqueología Industrial. El precio nuevamente es de 5 euros (año 2019). Y los horarios son calcados a los de la visita al anterior museo. El recorrido nos lleva desde la mazmorra de Gouzon, consolidada y restaurada. Un espacio en cuatro niveles que se puede visitar tanto andando, como por un ascensor. El conjunto para su puesta en valor fue obra del arquitecto diseñador Sylvain Dubuisson. Las industrias chauvinesas se evocan desde el Neolítico hasta hoy a través de los ojos del arqueólogo.
Si bien el museo es interesante, el punto clave para mi gusto de la visita es la terraza panorámica. Una oportunidad sensacional para disfrutar de Chauvigny desde las alturas. Prácticamente podremos tocar la torre de la Colegiata de San Pedro. Y localizar otros lugares de interés de Chauvingy como la iglesia de Notre Dame, o Saint-Pierre-les-Eglises. Visitas que podremos conocer si nos damos un agradable paseo junto a la ribera del río Vienne. Otros dos buenos ejemplos de la arquitectura románica que conserva la villa. También contemplaremos a lo lejos el estanque de «La Puye» donde darnos un baño en los meses de verano.



Si disponemos de tiempo, otra forma divertida de visitar de Chauvigny es hacerlo gracias a su velorail. Una divertida vagoneta sobre una antigua vía de tren a lo largo de 17 kilómetros que nos permitiría recorrer los alrededores de esta ciudad medieval en familia. Nosotros no tuvimos oportunidad de probarlo, y la verdad que me fui con ganas de probar la experiencia. Quizás en otra ocasión. La verdad que es imposible no dejar la mente volar cuando nos encontramos en todo lo alto del Castillo de Gouzon y tenemos un valle tan interesante y con tantas posibilidades a nuestro alrededor. Seguro que se os ocurren muchas ideas para continuar vuestra visita.
En nuestro caso, una parada clave que hicimos fue el Hotel Le Chalet Fleuri. Una acogedor establecimiento hotelero con restaurante propio que se encuentra en los alrededores de Chauvigny. Esta localidad francesa no es que cuente con una oferta hotelera muy amplia. Pero sí es cierto que dispone de una serie de alojamientos muy pintorescos. Algunos de ellos junto al propio río y con vistas privilegiadas a Chauvigny. Este es el caso del Hotel Le Chalet Fleuri. Allí tuvimos ocasión de comer una ensalada de la casa, para después tomar un rico pollo al horno y, para rematar, un buen surtido de postres. Todo ello regado con buenos vinos de la zona. Menos los que conducíamos, para nosotros agüita fresca que siempre sienta bien 😀
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Ciertamente se trata de un alojamiento con mucho carisma. Un rincón tranquilo donde descansar durante nuestra ruta y comer bien. Además las vistas que tiene son un auténtico extra. Uno de esos sitios por los que pasas solo para comer, pero te lo apuntas para una escapada romántica en un futuro.

Llegado el final de nuestra visita a Chauvigny, toca valorar si disponemos de más tiempo durante ese día, o sucesivos, para realizar escapadas a sus alrededores. Considerando la propia Poitiers, desde la que seguramente nos habremos desplazado, podemos apuntar una serie de lugares para completar nuestra visita. Uno de ellos es el Château de Touffou, a pocos minutos en coche al norte de Chauvigny. Mientras que al sur podemos visitar Valdivienne, dominada por la Iglesia de Nuestra Señora – Morthemer. O como hicimos nosotros, visitar la Abadia de Saint Savin. Sin olvidarnos que es una zona fantástica para practicar el senderismo. Sin lugar a dudas el departamento de la Vienne, perteneciente a Nueva Aquitania, tiene encantos para tenernos entretenidos unos cuantos días y con desplazamientos cortos. Lo que es indudable es que si estamos parando en Poitiers, la visita a Chauvigny se muestra imprescindible.
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Índice del viaje Roadtrip Nueva Aquitania & Lourdes 2019
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7 Comentarios
Me encantan las ciudades medievales y Chauvigny tiene una pinta estupenda! Fíjate que teniendo Francia tan cerca aún no conocemos nada , exceptuando Córcega jajaja. De todas formas esperamos ponerle remedio pronto y esta ciudad está ya apuntada en la agenda 😉
Saludos!
Eso pasa siempre Marga, lugares que los tenemos a un lado y los dejamos pendientes precisamente por eso, porque podemos ir en cualquier momento.
Este viaje nos ha demostrado que el sur de Francia tiene para muchas escapadas. Seguro que repetiremos por la zona para seguir conociéndola mejor 😀
Francia es mucho más que París. Siempre lo decimos. En los dos últimos años nos hemos comprometido a conocer esa «otra Francia» que no suele ser destino para nosotros, los vecinos españoles. Justo esa zona que muestras no la conocemos pero estoy segura que más pronto que tarde lo haremos. Por cierto me ha maravillado el interior de la Colegiata de San Pedro!! Gracias por compartir!!
Es que la tenemos a un paso y da para muchas escapadas muy disfrutables.
A nosotros esta ruta nos descubrió otra Francia muy diferentes a los lugares clásicos. No me cabe duda que volveremos por allí 😀
Desde hace un par de años Francia nos tiene completamente «enganchados». Hace un par de veranos esuvimos en la zona de Bretaña y el verano pasado en Nueva Aquitania, aunque hicimos una ruta por la costa que nos gustó mucho, queda claro que el interior de la región también es precioso.
Nos apuntamos este pueblo Chauvigny porque seguro que más pronto que tarde volveremos a esta zona del país vecino…
Saludos.
Todo el interior de esta región tiene cantidad de pueblos con mucho encanto. Y estoy con vosotros, Francia la tenemos a un paso y merece mucho la pena recorrerla en profundidad 😀
Un saludote.
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