Continuamos nuestra visita a Varsovia por donde lo habíamos dejado en la entrada anterior. Estábamos en plena plaza de Zamkowy o, para los hispanohablantes, la plaza del Castillo. A partir de aquí dedicaríamos el resto de la noche a recorrer el centro histórico de Varsovia. Conocido como Stare Miasto, la Ciudad Vieja de Varsovia, corazón de la actual capital de Polonia. Una ciudad que fue fundada en el siglo XIII rodeada inicialmente por una muralla de tierra. Décadas después sería fortificada por muros de ladrillo. La ciudad en aquellos tiempos crecía alrededor del palacio de los duques de Mazovia, lo que hoy en día se conoce como el Palacio Real de Varsovia. Tristemente en el siglo XX durante la Segunda Guerra Mundial este casco histórico fue tremendamente dañado, por lo que, hasta que terminó la contienda, no pudieron volver a retomarse los trabajos de restauración. Gracias al meticuloso trabajo de los polacos, la Ciudad Vieja fue reconstruida de la forma más fidedigna. Usando los materiales originales en la medida de lo posible, y siguiendo el trazado original de los edificios en su origen. Prueba del buen trabajo es que en 1980 fue declarado este Centro histórico de Varsovia como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además, marcándolo como ejemplo único de reconstrucción prácticamente total el conjunto de un patrimonio arquitectónico histórico de los siglos XIII a XX.

Ciudad Vieja de Varsovia
Uno de los primeros elementos a visitar en la Ciudad Vieja es su Barbacana. Fue levantada como muro defensivo a mediados del siglo XVI, aunque el blindaje que proporcionaba fue prácticamente insignificante. Tan solo jugó un papel clave durante la invasión sueca de Polonia a mediados del siglo XVII. Con el paso de los siglos se fue desmantelando, y hoy en día apenas se encuentran restos de la misma. Aunque aún se conservan algunos tramos de esta obra en estilo renacentista italiano. Es bastante curioso comprobar como en su reconstrucción se pueden apreciar perfectamente los ladrillos nuevos que se pusieron en color más claro, en contraposición con los originales.
En navidad, si continuamos por las murallas que circundan junto a la calle Podwale, encontraremos un mercadillo navideño bastante animado donde comer o comprar algunos souvenirs típicos, y no tan típicos. Y además nos encontraremos con una estatua de Kiliński, uno de los comandantes que se levantaron contra la Rusia imperial y el Reino de Prusia. Fue zapatero de profesión, pero comandó el levantamiento de Varsovia de 1794. Y también otra realmente significativa de un niño soldado que es conocida como el “Monumento al Pequeño Insurrecto de Varsovia”, en honor de todos los soldados jóvenes que lucharon durante el Levantamiento así como un mensaje claro de que ningún niño debería pasar por portar un arma.



Un asunto que debemos tener en cuenta a la hora de visitar la Ciudad Vieja de Varsovia es que lo mejor que podemos hacer es callejear. Aunque la calle Swietojanska que conecta la plaza de la Ciudad Antigua y el Castillo Real es una buena vía para tomar como referencia. Por sus alrededores todo huele a su pasado más próspero entre los siglos XV al XVIII. Y además encontraremos a lo largo de la misma algunos lugares de imprescindible visita. En su número 8 hallaremos la Catedral de San Juan Bautista, en el número 10 Iglesia de los Jesuitas. Y en el número 31 una controvertida casa adosada bajo un barco. El resto de la calle está repleta de tiendas, restaurantes y es posiblemente uno de los lugares mas turísticos de toda la ciudad. Si vais buscando ambiente, picar algo y disfrutar de las obras de los artistas callejeros que la puebla, sin duda Swietojanska será una de vuestras calles favoritas de la ciudad. Y como no podía ser menos, cuando la visitamos en navidad estaba deliciosamente iluminada.
Entrando ya en el recorrido por la Ciudad Vieja de Varsovia, el primer conjunto de edificios que nos sorprenderán serán por un lado la Catedral de San Juan de Varsovia y junto a ella la Iglesia de los Jesuitas. La primera de ellas, la Catedral de San Juan, sorprende por su bonita fachada escalonada. Esta iglesia católica del siglo XIV es una de las tres catedrales con que cuenta Varsovia. Aunque es la única con la condición de Archicatedral. Hoy en día es uno de los grandes panteones nacionales de toda Polonia y su interior sin embargo nos deja algo fríos al comprobar el sobrio aspecto gótico. Esto es debido a que es uno de los edificios más castigados por las continuas revueltas y guerras que han mermado gran parte de su patrimonio. Junto a ella el Santuario de Nuestra Señora de Gracia, también conocida como Iglesia Jesuita. En contraposición con su vecina, su fachada es más simple, pero su interior es mucho más vivo e interesante. En su entrada encontramos un oso tallado en piedra en el que recae una leyenda. La romántica historia cuenta que en su interior se encuentra encerrado un príncipe que espera a la mujer cuyo amor logre devolverlo a su forma humana. Ambos lugares son de visita gratuita y merece la pena recorrerlos. En la calle Piwna, contigua a Świętojańska, también podemos visitar la Iglesia de San Martín y el Convento de las Hermanas Franciscanas Siervas de la Cruz. Como podéis apreciar, Varsovia es una ciudad repleta de edificios religiosos de interés.


Y pocos después nos daremos de bruces con la Plaza del Mercado del centro histórico de Varsovia. Quizás si venís de Cracovia, esta plaza os pueda saber a poco, ya que en dimensiones es sensiblemente inferior. Pero eso no quita para restarle encanto y destacar algunos puntos de interés que bien merecen echarles un vistazo. La plaza del Mercado en Varsovia es la más céntrica y antigua de la capital. Fue creada a finales del siglo XIII y era el corazón de la ciudad en aquellos tiempos. Pero una vez más, durante la Invasión de Polonia fue terriblemente dañada por las bombas. Los edificios que hoy en día encontramos fueron reconstruidos entre 1948 y 1953, pero manteniendo el aspecto original del siglo XVII, su época de máximo esplendor. En el centro de la misma se encuentra la Sirena de Varsovia, una talla en bronce de Konstanty Hegel que además es símbolo de Varsovia. Por ello en el escudo de la ciudad se encuentra a la sirena blandiendo espada en la mano derecha y con escudo en la mano izquierda. Esta figura de “Syrenka” también se encuentra junto al río Vístula a mayor tamaño, y que veríamos al día siguiente. Singularmente la plaza cuenta con cuatro que reciben los nombres de cuatro parlamentarios polacos del siglo XVIII.
El lado norte se conoce como Dekert (Strona Dekerta). En esta zona nos toparemos con el Museo de Historia de Varsovia, cuya entrada se encuentra en el edificio llamado “El Negro”. El precio de la entrada es de 5 PLN (unos 2 euros en 2018). Y abre de martes a domingo de 9 a 6 de la tarde. Aunque los fines de semana su horario se amplía hasta las 8, aunque abre a las 10. Para más información: MHW. Su lado este se conoce como Barss (Strona Barssa), en el mismo encontramos el Museo Adam Mickiewicz, que honra al poeta polaco del siglo XIX. Un museo de literatura que abre de todos los días de la semana de 10 a 4 de la tarde. Aunque algunos días de la semana su apertura es más amplia. Su precio es de 5 PLN. Para más información: ML. Para mi gusto ninguno de ellos es una visita obligatoria, creemos que hay mejores opciones en la ciudad. En una próxima entrada os relataremos los museos de Varsovia de imprescindible visita. El lado oeste de la plaza recibe el nombre de Kołłątaj (Strona Hugo Kołłątaja). Y por último el lado sur es conocido como Zakrzewski (Strona Zakrzewskiego). Aunque su tamaño no es muy elevado, es una plaza realmente bonita y agradable de recorrer. Más aun teniendo en cuenta que nosotros lo visitamos en plena navidad y encontramos un mercado navideño de lo más animado. Encima, alrededor de la estatua de la Sirena de Varsovia, tenían montada una pista de patinaje. Algo bastante curioso, pues en verano se sustituye por unos chorros donde la gente acude a refrescarse. Como es natural los precios para comer de este mercado no son los más económicos de toda la ciudad, pero, aunque solo sea por disfrutar del ambiente, no está de más tomar algunas de las delicias polacas que se sirven especialmente en estas fechas navideñas. Nuestras recomendaciones son el Mokawiec, un bollo típico relleno de múltiples ingredientes, como pueden ser las nueces, las pasas, la almendra o el zumo de limón entre otros ingredientes. El Oscypek, queso ahumado a la brasa. Los Pierogi, una especie de empanadillas polacas. Y como no podía ser menos, el vino caliente y una buena Zapiekanka, la mítica baguete cubierta de carne o verduras al gusto.



Al norte de la Ciudad Vieja de Varsovia se encuentra la Ciudad Nueva. En función de por donde salgamos, quizás ni nos demos cuenta que hemos abandonado los territorios que circunda la Barbacana. En sus orígenes fue concebida como una ciudad completamente independiente. Hasta que a finales del siglo XVIII fue incorporada a la actual Varsovia. El área más interesante se encuentra en los alrededores de la Plaza del Mercado de la Ciudad Nueva. Una amplia zona que en navidades luce espectacular. En la misma encontraremos otro nutrido número de edificios religiosos. Entre los que cabe destacar la Iglesia del Espíritu Santo, la Iglesia de San Jacek, la Iglesia de San Casimiro y la Iglesia de la Visitación de la Virgen María. Y ya si nos proponemos callejear aún más por esa Ciudad Nueva, encontraremos otras tantas iglesias, así como dos interesantes museos, por una parte, el Museo de Asia y el Pacífico con una importante colección privada de arte de Indonesia. La entrada gratuita de martes a domingo de 12 a 6 de la tarde. Si necesitáis más información sobre el mismo podéis consultarla en: MuzeumAzji. Y por otro el Museo de Marie Sklodowska-Curie sobre la conocida científica polaca. Este en concreto se puede visitar por 11 PLN (2,50 euros en 2018). Abre de martes a domingo con un horario de 9:00 – 16:30, aunque en verano se amplía de 10:00 – 19:00. Para más información: Muzeum MSC.
Mientras que un poco más al oeste, junto a la Plac Krasińskich, se encuentra el monumento más importante de la Ciudad Vieja, el Monumento al Alzamiento de Varsovia. Su lugar no es casual, pues justo aquí es donde se encuentra una de las entradas al sistema de canales de Varsovia, por aquí lograron escapar muchos de los ciudadanos de las tropas alemanas.





Desde la propia Plaza del Mercado en la Ciudad Nueva podemos descender por unas escaleras que comienzan junto a la Iglesia de Casimiro y la Iglesia de la Visitación. Donde además encontramos una estatua en honor a Marie Curie. Desde aquí llegaremos hasta el Multimedia Fountain Park, un curioso parque junto al río Vistula. Este lugar se ha hecho especialmente conocido gracias a su fuente multimedia donde cada noche en los meses de verano se realiza un espectáculo de luces, agua y sonido espectacular. Como es natural en los meses de invierno el espectáculo no se encuentra en funcionamiento debido a las temperaturas. Aunque en los meses de navidad la fuente funciona varias veces al caer la noche en un espectáculo algo diferente. En esta ocasión se han creado unas estructuras lumínicas que funcionan al son de la música. Hay que reconocer que, habiendo visto vídeos del espectáculo durante el verano, la puesta en escena durante la navidad nos deja algo fríos, y no solo por las temperaturas. Pero bueno, al menos la zona da en navidad para hacerse unas fotos con algunos de los carteles luminosos que encontramos.
Demasiado habían cundido nuestras primeras horas en Varsovia. Ya iba tocando buscar un sitio en el que cenar antes de acudir a la fiesta para dar la bienvenida a 2018. Aunque de camino nos cruzamos con dos lugares bastante interesantes. Por un lado, con el Gran Teatro de Varsovia. Es la sede de la Ópera Nacional Polaca y curiosamente fue inaugurado el 24 de febrero de 1833 con El barbero de Sevilla de Rossini. El edificio en estilo clásico sorprende por sus dimensiones. De hecho, está catalogado como el mayor teatro del mundo, después de ser reconstruido en 1965. Ese día se encontraba en plena actividad y por la seguridad que lo rodeaba, se notaba que asistirían importantes personalidades aquella noche. Y por otro la Tumba del Soldado Desconocido, emotivo monumento militar que existe desgraciadamente en otras tantas capitales europeas, en honor de las personas que sacrificaron su vida por defender su país. Un lugar de respeto y meditación en una amplia explanada justo delante de los Jardines Sajones. Este parque es un lugar ideal para disfrutar de un poco de silencio dentro del ruido normal que encontramos en cualquier gran ciudad. Además no muy lejos de allí se encuentra el la Universidad de Varsovia y el Palacio Presidencial.


Pero como decía, ya iba siendo hora de buscar un lugar donde cenar y apuntarse al fiestón que ya se venía escuchando desde las 7 de la tarde en las inmediaciones de la estación de Ratusz Arsenał. De hecho cuando nos montamos en el metro hacia nuestro hotel, ya informaban que esa estación estaría cerrada todo el día por la celebración de fin de año 2017. Y es que al contrario que pasa en otras ciudades europeas, en Varsovia no hay sitio fijo para la celebración del cambio de año. Unos años se ha realizado en la avenida próxima a la plac Konstytucji, donde se encontraba nuestro hotel. Otros años junto al mítico edificio del Palacio de la Cultura y la Ciencia. También en el propio Estadio Nacional de Varsovia. Pues para entrar en 2018 el lugar elegido fue la plaza Bankowy. Un lugar fantástico y espacioso en el que tenían montados dos amplios escenarios con música en directo. Un espectáculo de luces y sonido magnífico. Así que cenamso algo por los alrededores de la Plac Bankowy y para allá que nos fuimos cuando faltaba aún una hora para las 12 de la noche. Para ponernos en buena ubicación no tuvimos problemas. El espacio para acercarse al escenario principal estaba muy controlado para que nadie entrara con alcohol ni ningún tipo de aparato pirotécnico. Los que querían ver el espectáculo tomándose unas cervezas o un buen vodka, lo tenían que hacer fuera del cordón de seguridad que rodeaba un amplio espacio junto al escenario.


Por lo que una vez accedimos, nos sentimos en todo momento tranquilos y seguros. Es evidente que en los últimos años este tipo de festejos están en la diana y la seguridad ha crecido considerablemente, algo que se agradece. Aunque había gente que llevaba horas en primera fila, como se aprecia en las imágenes pudimos disfrutar del concierto hasta la medianoche estupendamente. Y ya con las uvas en mano, nos preparamos para una cuenta atrás que nos permitió vivir una noche más el cambio de año fuera de casa. Una experiencia que recomendamos completamente. Además hacía una temperatura estupenda, de aproximadamente unos 5º grados, que sumado al calor de la gente, costaba incluso creer que estábamos en pleno invierno. Y además durante el rato que disfrutamos de la música me sirvió para conocer un poco mejor el rock polaco, que la verdad sonaba bastante bien, pese a que la mayoría era en riguroso polaco y en cuanto a letras, poco puedo decir 😀
Y con un grandioso castillo de fuegos artificiales Varsovia daba la bienvenida a 2018. Nosotros aguantamos un poco más en los alrededores disfrutando de la música y ya tornamos hacia el hotel. Nos quedaban aún dos días por delante en la capital polaca y nos hacían falta unas cuantas horas de sueño para reponer fuerzas. Ya en el hotel seguimos disfrutando desde la tele nacional de las dos fiestas de fin de año más importantes del país, la que habíamos vivido nosotros mismos en directo unos minutos antes en la propia Varsovia, y otra macro fiesta que se realiza en Zakopane. Esa fiesta en el pueblo de montaña ya pudimos comprobar el día que lo visitamos que ya los prolegómenos prometían. Pues se nota que la noche del 31 de diciembre en Zakopane también daba mucho juego para plantearse celebrar allí esta mágica noche. Quizás en otra ocasión. Y con esto dimos por terminado el día y le comenzábamos el año en Varsovia. El siguiente día seguiríamos recorriendo la capital polaca. Pero eso ya lo contaremos en próximas entradas.
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Índice del viaje Polonia fin de año 2017
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10 Comentarios
La verdad que Varsovia nos está pareciendo un lugar que visitar si o si y además ahora queremos ir también nosotros en fin de año… jajajaja Nos habéis dado envidia. Deberíais haber salido a tomar una copita para que nos contáseis cómo son los bares la noche de fin de año… ¡O vamos nosotros y os lo contamos! Un abrazo
La verdad que nosotros somos animales diurnos, cuando cae la noche un paseíto a la luz de la luna y para el hotel, que al día siguiente hay que seguir viendo la ciudad. Pero ya os decimos que es un lugar ideal para pasar estas fechas, eso seguro 😀
Un abrazote.
Se ve preciosa Varsovia en Navidad, ese letrero de i love warsaw con el arbolito me ha encantado. Ojalá este año podamos pasar el fin de año fuera de casa y Varsovia no sería un mal lugar 😛
Un saludo.
Pues ojalá que sí, nosotros este año lo vamos a tener más complicado. Pero para el año siguiente volveremos a las andadas seguro 😀
Un saludote.
Nos parece extraño que en Varsovia no haya un sitio fijo para celebrar el Fin de Año como ocurre en otras capitales europeas. Incluso en Málaga existe la tradición de comerse las uvas en la Plaza de la Constitución o frente al Ayuntamiento…
Por cierto, comparado con Málaga ¿hacía mucho frío en Varsovia o era soportable?
Saludos.
Pasa en muchas ciudades, en Budapest nos pasó algo similar. Parece que en otras ciudades de Europa no son tan cuadriculados y les gusta variar. Y luego hay ciudades como pueda ser Roma, que se celebra en varios puntos de la ciudad. Comparado con Málaga este año muy similar, pero es que ha sido un invierno no demasiado gélido. Un abrigo no demasiado gordo y a correr millas 😀
Un saludote.
Siempre que veo una entrada dedicada a la Nochevieja en otra ciudad me entra la envidia (envidia sana se entiende :D), en esta ocasión no iba a ser menos.
Una ciudad bonita, con un estupendo ambiente en las fiestas navideñas.
Cómo nota curiosa, una vez acabada la II Guerra Mundial y al tocar la reconstrucción, los líderes comunistas polacos no estaban muy por la labor de reconstruir edificios religiosos. Pero teniendo en cuenta el amplio sentimiento católico de Polonia, junto a haber visto como se las gastaron los polacos en los tiempos de la ocupación alemana, les hicieron reconsiderarlo
Pues al final le cogieron el gusto a los edificios católicos, te podrías tirar días y días en Varsovia viendo iglesias 😀
Hola! Qué post más completo e interesante. Este año seré yo la que pase la nochevieja allí y me preguntaba cómo estaba el tema de la cena de nochevieja por Varsovia. ¿Recuerdas dónde cenaste? Era fácil encontrar algo decente y a buen precio? Muchas gracias
Buenas Sara,
Pues la verdad que no tuvimos mucho problema para encontrar sitio donde comer esa noche. Lo hicimos en restaurante próximo a la Barbacana. No recuerdo el nombre, pero hay mucho donde elegir por esa zona, incluido el propio mercado navideño.
Un saludote.