La visita a las Minas de sal de Wieliczka es uno de esos imprescindibles que no hay que perderse si visitamos Cracovia. Por la mañana de nuestro tercer día de viaje a Polonia ya habíamos tenido ocasión de recorrer y empaparnos de los negros acontecimientos que se produjeron en el campo de concentración de Auschwitz. Así que por la tarde decidimos visitar la conocida como catedral subterránea de la sal de Polonia. Visitar ambos lugares en el mismo día es una excelente idea, pues si bien la visita guiada al campo de concentración es recomendable hacerla por la mañana, una de las dos visitas guiadas diarias en español a las minas tienen un horario de tarde perfecto para encajar ambos lugares. Así tendremos un día de lo más redondo.
Cómo llegar a las Minas de Sal desde Cracovia:
Las minas de sal pertenecen a la ciudad polaca de Wieliczka, que a su vez forma parte del área metropolitana de Cracovia. En distancia y tiempo invertido para llegar son apenas 15 kilómetros, que se pueden realizar en unos 20 minutos si disponemos de vehículo propio por la carretera 94. Una autovía que circula en travesía por varios poblados pertenecientes al término de Cracovia. Por lo que suele haber bastante tráfico y muchas incorporaciones. Si necesitamos tomar transporte público, las mejores opciones son las siguientes:
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- En tren: desde Cracovia deberemos tomarlo en la estación de Kraków Główny hasta Wieliczka Rynek-Kopalnia como destino. El precio es de 3,50 PLN (0,80 euros – año 2018). El trayecto dura unos 20 minutos. Para más información: Trenes desde Cracovia.
- En bus: deberemos tomarlo en la estación central de Kraków Główny. Salen desde la planta baja y el más conocido es el número 304 (Consultar horarios). Aunque también van a Wieliczka el número 204 y 244. No obstante, en los paneles informativos suele verse con facilidad el horario de salida y el apeadero. Para cualquier duda consultar en las taquillas. Ver horarios de autobuses en general. El precio es similar al tren, pero cuentan con una mayor disponibilidad de horarios, ya que normalmente los trenes se llenan con más facilidad. Aunque como es natural el trayecto dura entorno a 45 minutos, ya que va haciendo numerosas paradas por el camino.
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Otra opción es elegir una visita guiada a la mina, como la que ofrece Civitatis. Esta visita incluye los desplazamientos en autobús, guía en español y las correspondientes entradas para acceder. Además, está visita está perfectamente conectada con la guía de por la mañana al campo de concentración. Por lo que es posible realizar ambas el mismo día. En este caso hay que tener en cuenta que la visita por libre ya cuenta con guía en español. Así que lo principal de ir en guiado desde Civitatis es la comodidad que ofrece no tener que caldearse la cabeza a la hora de ir hasta allí y reservar la entrada. Eso ya dependerá de cada uno y cuestión de echar cuentas.
Información práctica del Itinerario Turístico:
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- Tarifas vigentes desde 1.01.2018 excepto el periodo del 28.04 al 6.05.2018 y del 1.07 al 31.08.2018. Entrada normal: 89 PLN (20 euros – año 2018). Entrada reducida: 69 PLN.
- Tarifas vigentes del 28.04 al 6.05.2018 y del 1.07 al 31.08.2018. Entrada normal: 94 PLN (22 euros – año 2018). Entrada reducida: 74 PLN.
- Dependiendo de la temporada será recomendable reservar o no. Es posible comprar en las propias taquillas de la mina. Pero si queréis una guía en un idioma determinado, lo mejor es traerlas reservadas de casa. Además la web oficial está en castellano y es bastante intuitiva.
- El horario turístico es el siguiente:
- 1 de abril a 31 de octubre: 7:30 a 19:30h
- 2 de noviembre a 31 de marzo: 8:00 a 17:00h
- 26 a 30 dic. y 2 a 4 enero: 8:00 a 18:00h
- Sábado Santo: cierre a las 17:00h
- 31 de diciembre: de 8:00 a 16:00h
- Cerrado: 1 enero, Domingo de Pascua, 1 de noviembre, 24 y 25 dic.
Como última hora nos referimos al cierre de las taquillas, así como la última bajada que se realiza a la mina en el día.
- Horario de las visitas en castellano:
- De abril a diciembre: 16:20h
- De junio a septiembre: 11:20 y 16:20h
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La tarifa reducida corresponde a niños a partir de 4 años, hasta entonces entran gratis. Así como estudiantes hasta 26 años de edad. Incluyendo también personas con movilidad reducida y sus asistentes. También existen tarifas espaciales para familias. Para más información: Tarifas Minas de Sal.
El itinerario turístico es el habitual que realizan la mayoría de visitantes. Aunque existe otra opción llamada “itinerario minero” mucho más especializada. Los grupos son más reducidos, normalmente formados por 20 personas. En este caso el recorrido comienza en el Pozo Regis. Dura aproximadamente 3 horas. En nuestro caso optamos por el recorrido habitual turístico, pero sin duda en una futura visita habrá que probar la segunda opción.
Por tanto, después de comer algo en Cracovia, tomamos un autobús desde Kraków Główny. Intentamos ir en tren, pero los horarios no nos combinaban bien. El trayecto se hizo algo lento para la distancia recorrida. Por lo que si tenéis reservada la entrada (como era nuestro caso) será conveniente salir de Cracovia con al menos 2 horas de antelación a la fecha de entrada. Así evitaremos sustos de no llegar a tiempo. Nosotros vinimos con las entradas reservadas de internet. Al viajar en los últimos días de diciembre, notamos pronto que las entradas para hacer la visita por la tarde en español comenzaban a agotarse. Así que nos curamos en salud reservando con aproximadamente 1 mes de antelación.

Llegamos a Wieliczka en aproximadamente unos 45 minutos. La entrada a las minas para el recorrido turístico se encuentra en el Pozo Daniłowicza. Ubicado en Kopalnia Soli, Wieliczka. A la hora de bajarnos del autobús no habrá mucha pérdida, la mayoría de la gente del bus se bajará a los pies del edificio principal de las minas. No obstante, encontramos buena información y mapas bastante amplios que nos indican como llegar. Una vez allí nos acercamos a las taquillas, que están a mano derecha en un kiosco exterior, y canjearemos nuestra reserva por las entradas oficiales que debemos entregar al acceso. Esta todo perfectamente indicado. A la derecha del edificio principal de las minas encontramos varias filas marcadas con unos carteles con banderas de los idiomas de la guía y los horarios de inicio de cada uno de los tours. Son bastante puntuales y los grupos se suelen formar por torno a 30 personas. En nuestro caso, al ser navidad, la zona estaba adornada y se notaba que la noche anterior había nevado, pues aún quedaban restos de nieve.
Recorrido de las Minas de Sal de Wieliczka
Llegado a este punto comenzamos la visita que se realiza en aproximadamente 3 horas a lo largo de 3,5 kilómetros. Una distancia en la que recorreremos cantidad de salas, capillas y cámaras de lo más variopintas. Pero que es solo un pequeño aperitivo de los 300 kilómetros de galerías que componen este lugar, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1978. Un lugar que ha sido posible gracias en parte al descubrimiento de la sal gema en esta zona. Que desde el siglo XIII se comenzó a extraer a partir de dos pozos. Hoy en día aún están en activo y son de las más grandes del mundo, llegando a alcanzar una profundidad de 325 metros bajo tierra. Aunque en nuestro recorrido “solo” descenderemos hasta los 135 metros. Y de hecho el recorrido comienza con un vertiginoso descenso por unas estrechas escaleras junto a la pared de un viejo ascensor minero. Es importante señalar que es la parte más claustrofóbica del recorrido. Los casi 400 escalones que hay que bajar sin descanso pueden ser un tanto agotadores. Así que es una parte a tener muy en cuenta. Una vez abajo, las galerías son mucho más amplias y lo único que nos puede angustiar es pensar en que estamos bajo tierra.



Una vez abajo, nuestro guía nos irá llevando por las diferentes áreas. Llevaremos unos cascos que nos permitirán escuchar en todo momento el relato. En nuestro caso nuestra guía en español resultó realmente simpática y las explicaciones sobre las Minas de Sal de Wieliczka se hicieron muy amenas. Incluso en algunos momentos tuvo cierto humor con algunos de sus comentarios. Era nativa polaca, pero cualquiera diría que tenía raíces de salero andaluz por algunas de sus expresiones.
Una de las primeras salas que encontraremos está dedicada a Copérnico. En honor al famoso astrónomo polaco. Los mineros quisieron honrar así a uno de los personajes mas ilustres del país cuando se cumplían 500 años de su nacimiento. En zonas posteriores descubriremos la vida y gracias de la princesa Kinga, patrona de las Minas y todo un emblema a nivel religioso en Polonia. Sin faltar tampoco el busto de Casimiro el Grande, un rey de la Edad Media que legisló sobre las minas. En esta sala junto a su busto encontramos numerosa maquinaria que a escala nos permite hacernos una idea de como se realiza todo el proceso para transportar la sal. Sin duda es una visita que nos sirve para conocer una actividad tan importante durante siglos para el país, como el papel que jugó en su historia, llegando como no podía ser menos, a implicar hasta a sus reyes, de ahí su importancia.


Uno de los lugares que no deja indiferente a nadie es la Capilla de Santa Kinga. Esta considerada como la catedral, por su tamaño y belleza. Es la típica imagen que a nada que nos hayamos informado de lugares que ver en Polonia, habremos visto en cantidad de ocasiones. Sus famosas lámparas que cuelgan de sus altos techos cuentan con cristales también hechos de sal. Y para colmo la sala está repleta de elementos tallados en sal que nos dejarán sin palabras. A destacar especialmente una representación del celebre cuadro de Leonardo, “La Última Cena” y otra del Papa San Juan Pablo II. Es una de esas salas que se llevan todos los flashes durante nuestra visita. Y hablando de ello, en esta zona deberemos pagar un pequeño suplemento para tomar fotos o videos de 10 PLN (2,30 euros en 2018).
Este pago en diferido, como se podría llamar, no amarga tan exultante lugar. Pero hay que reconocer que bien podían incluir el precio en la entrada, y no andarse con este tipo de cobros posteriores. Aunque realmente lo normal es que, si vamos en grupos, con que uno lo pague, será suficiente. En este punto nos dejarán un tiempo para recrearnos la vista, y continuaremos la visita. De aquí nos iremos hasta dos cámaras muy diferentes entre sí, pero ambas igual de sorprendentes. La primera es la cámara Weimar, un lago subterráneo iluminado realmente bonito en el que además se representa un pasaje de la historia de la Reina Kinga. Para luego ir hasta la cámara Michalowice, con nada menos que 35 metros de altura es una de las últimas áreas que se han abierto al público. Sorprende que para permitir la visita, se han construido unos enormes andamiajes que apuntalan toda la cavidad. Es realmente impresionante echar la vista hacia arriba y ver tan colosal obra bajo la tierra. Finalmente, la visita termina en la cámara Warszawa. Toda esta zona está preparada para realizar bodas y eventos. Existen capillas y salas donde realizar banquetes. Una visita que se remata con un ascensor que nos llevará hasta la superficie, aunque no precisamente al punto donde comenzamos. Pero nuevamente la señalización es buena y en unos 10 minutos andando se puede regresar al lugar de inicio.


El trayecto es cómodo y no muy exigente. Andaremos con unas temperaturas entorno a los 15º. En invierno que fue cuando lo visitamos nosotros se estaba de maravilla. Aunque quizás si vais en verano y lleváis ropa demasiado corta, igual notáis algo de fresco. Además en las tres horas que dura la visita tendremos dos parados entorno a los 40 primeros minutos y a la hora y media del recorrido para tomar algo e ir al servicio.
Tengo que reconocer que las Minas de Sal de Wieliczka fue uno de los lugares que más me gustaron del viaje a Polonia. Lo considero un auténtico imprescindible con todas las letras si estamos en Cracovia. Y de hecho repetiría sin dudarlo en un futuro viaje. Su precio para los precios habituales en el país puede parecer caro, pero vale cada zloty que gastamos.


Nosotros al ir en diciembre llegamos ya pasadas las 3 de la tarde a Wieliczka, con la hora justa para visitar las Minas de Sal. Pero realmente este municipio cuenta con otros encantos que bien merecen darle una oportunidad. Pudiendo visitar el Castillo Żupny, de estilo gótico levantado en una colina en el siglo XIV, bajo el reinado de Casimiro III el Grande. Podremos hacer un poco el “tonto” en la pintura en 3D de Ryszard Paprocki. Una de las mayores del mundo que refleja una panorámica a corazón abierto de las Minas de Sal en una de las calles del municipio. La Iglesia de San Clemente del siglo XIX en estilo neobarroco. La curiosa iglesia de madera de San Sebastián. Y recientemente se ha inaugurado no muy lejos de las minas la Torre de graduación o Tężnia Solankowa. Un bonito mirador para disfrutar del parque que rodea las minas.



Es indudable que en Wieliczka se lleva todo el protagonismo las minas. Pero como podréis comprobar, incluso en días largos de verano nos puede dar para echar un buen rato extra siguiendo algunos de los puntos turísticos citados anteriormente. O si viajamos en invierno, para plantearnos dedicar un día al completo a esta escapada desde Cracovia. Nosotros al salir de las Minas ya era noche cerrada, así que simplemente nos fuimos camino de la parada del autobús 304. La parada es encuentra al sur de la entrada de las Minas junto a la carretera principal. En el autobús se puede pagar con tarjeta a través de una máquina, pero no acepta billetes, solo monedas. Algo importante porque el conductor del autobús posiblemente no tenga cambio. Así que no estará de más llevar tarjeta o algo suelto. Y así terminamos nuestra segunda y última visita del día. A la mañana siguiente continuaríamos nuestro viaje por Polonia. Para el cuarto día teníamos reservada una escapada muy especial, nos iríamos a ver la nieve al bello pueblo montañoso de Zakopane. Pero eso será una historia que contaremos en una próxima entrada.
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Índice del viaje Polonia fin de año 2017
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10 Comentarios
El tercer día de este viaje estuvo bien aprovechado. Ir a Cracovia y no visitar las minas de sal, para mí es un absoluto sinsentido. A pesar de haber visto fotos y comentarios de este tipo de visita, es un error pensar que no os va a sorprender, porque durante todo el recorrido es imposible no dejarse de vez en cuando la boca abierta en señal de admiración.
Además tuvimos la suerte de contar con una guía super agradable que hizo que el recorrido fuese, si cabe, aún más ameno y entretenido.
No se me ocurre qué más decir salvo que merece muchísimo la pena acceder a esta catedral subterránea.
Uno de esos días que llegas al hotel con las piernas cansadas, pero vaya si ha merecido la pena 😀
La leche, menuda preciosidad.
Muy buenas fotos y muy buen reportaje. Esta me la guardo por si alguna vez voy a Polonia.
Muchas gracias por compartirlo
Esta es una de esas visitas indispensables en Polonia, más aún teniéndola tan cerca de Cracovia 🙂
¡¡Un post muy completo!!. Pude visitar la mina hace muy poco y me sorprendió lo enorme que es. ¡Si solo se encuentra abierto al público un pequeño porcentaje!!. La Capilla de Santa Kinga me impresionó muchísimo, solo por ver esta capilla ya merece la pena la visita 😉
No me quiero imaginar lo que habrá si nos salimos de la visita turística. Debe ser como la entrada a otro mundo XD
Creo que no he visitado unas minas en mi vida, y tampoco Polonia…. Blanco y en botella! jajajaja
El como están conservadas es una pasada, pero me impresiona más aún la historia que hay detrás y «todo» lo que ha pasado por ahí… buf!
El lugar sin duda es parte fundamental de la historia y del presente de Polonia. Pues ya sabes, a mirar vuelos para Polonia jaja
De verdad que son impresionantes. Estuve hace mucho tiempo un mes entero en Polonia, estudiando, y visité Cracovia pero estas minas no las visité. Con vuestra descripción y vuestras fotos me han entrado muchas ganas de visitarlas!
Pues ya sabes… Que Polonia siempre se merece una visita más y las que hagan falta 😀