Los seres humanos tenemos poca memoria histórica. Según uno va cumpliendo años, se va dando cuenta que olvidamos con facilidad momentos de nuestro pasado más reciente relativos a política, problemas sociales o grandes acontecimientos y sus detonantes. Con el paso del tiempo tendemos a no recordar con exactitud cómo nos vimos sumidos hacia determinadas catástrofes o directamente no las sentimos tan vividas a como lo fueron en su momento. Es por ello que existen lugares que no son para nada agradables de visitar, pero que se hacen totalmente necesarios para no apagar en nuestra memoria lo que allí ocurrió. Uno de esos lugares que encajan en esta descripción es el Campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Ubicado a apenas 73 kilómetros de Cracovia, fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo. Hoy en día pertenece a la localidad de Oświęcim, una pequeña población polaca que se ha convertido en epicentro del turismo en el país, siendo uno de los lugares de imprescindible visita en Polonia.

Cómo llegar a Auschwitz desde Cracovia:
[message color=»blue»]
- Con vehículo propio: para llegar a Auschwitz debemos tomar la A4. Gran parte del trayecto es una carretera con un carril para cada sentido, por lo que el ritmo puede ser lento, especialmente a la salida de Cracovia dependiendo de la hora. Tanto en el propio Memorial del campo de concentración nazi de Auschwitz (8 zloty todo el día), como en Auschwitz II Birkenau (2 zloty/hora, hay un área pequeña de estacionamiento gratuito) hay posibilidad de estacionar nuestro vehículo.
- Con autobús: junto a la estación de trenes de Kraków Główny en el lado este salen multitud de autobuses que cubre el recorrido entre Cracovia y Auschwitz. Las primeras horas de la mañana cuentan con una frecuencia de 10 a 25 minutos. Para ver horarios de los autobuses desde Cracovia a Auschwitz. Hay que tener en cuenta que la parada es Oswiecim Muzeum. El precio por trayecto es de unos 15 zlotys (4 euros aproximadamente). Para ir desde el Memorial del campo de concentración Auschwitz I a Auschwitz II Birkenau podéis tomar el bus lanzadera que une ambos recintos, totalmente gratuito.
- Con tour guiado: otra opción es realizarlo con un tour guiado que nos llevarán y traerán desde/hacia Cracovia. Entre las múltiples opciones disponibles recomendamos hacerlo con Civitatis. Fue la opción que realizamos nosotros y salimos encantados. Os lo contaremos a continuación.
[/message]
En función de la opción que elijamos para ir a Auschwitz-Birkenau, tendremos que tenerlo en cuenta si hacemos reserva de la entrada o no. Mientras que el Memorial del campo de concentración de Auschwitz es recomendable reservar la entrada en según que temporada u horario, Auschwitz II Birkenau tiene libre acceso. Si no queremos tener problemas para realizar la visita por nuestra cuenta al Memorial de Auschwitz, será necesario hacernos con la entrada con bastante antelación, especialmente si vamos en temporada alta. Mientras que, si lo hacemos con un tour guiado, lo normal es que la reserva incluya ya el precio de la entrada, por lo que no hace falta reservar nada más, con Civitatis es así lo cual es realmente cómodo.


Visitar Auschwitz por libre
En el caso de querer ir al campo de concentración de Auschwitz por libre, lo fundamental es hacer la reserva a través de la web oficial. Aquí en primer lugar deberemos elegir si queremos entrada individual o por grupos. Posteriormente elegiremos el día y los horarios en función del idioma y el tipo de guía que queremos. Como existen diferentes tipos de visitas, es importante visitar el enlace con Opciones de tours guiados y precios. También nos podemos animar a ir directamente allí y hacer cola esperando que queden entradas libres, pero no es lo más recomendable, incluso si queremos entrar sin guía.
Precio entrada Auschwitz (precios 2018): Las visitas guiadas en castellano duran 4 horas y cuestan 40 PLN (10 €) o 30 PLN (7.5 €) con tarifa reducida. Es digamos la visita estándar, aunque hay multitud de opciones. Por eso es recomendable visitar el enlace anterior para saber que opción escoger. Las visitas guiadas en inglés y castellano, que realizan el propio campo de concentración, suelen agotarse rápidamente. Aunque hay otras opciones como en polaco, alemán o italiano, si la barrera del idioma no es un problema, esas opciones suelen contar con reserva con menos días de antelación. Así que es fundamental ser previsor a la hora de reservar si lo queremos hacer por libre.
Horarios visitas guiadas por libre en castellano:
- Abril, mayo, junio, septiembre y octubre: 10:45, 12:15 y 13:45.
- Julio y agosto: 10:30 y 14:30.
Otro dato importante es que en temporada alta es obligatorio realizar la visita de forma guiada. Por lo que, si vais a reservar y no encontráis la opción de visitar por libre, o estáis en temporada alta o es que esta todo reservado. A partir de las 15:00 horas y hasta el cierre según temporada (entre abril y octubre) es posible entrar de forma gratuita en Auschwitz I, aunque personalmente no lo recomiendo, pues se pierde bastante en la visita.
Visitar Auschwitz con tour guiado desde Cracovia
Como es natural la oferta de tours organizados para visitar los campos de concentración es numerosa. Por lo que nos centraremos en el que realizamos nosotros con Civitatis (37 euros precio 2018). En su caso el tour parte desde la Plaza de Matejko 2 (Plac Jana Matejki 2), muy cerca de la Barbacana. Cuenta con muchos horarios, pero a nuestro modo de ver conviene coger el tour que comienza a las 6 de la mañana. Tocará pegar un pedazo de madrugón, pero llegaremos justo cuando la actividad del campo de concentración de Auschwitz I comienza. Eso nos permitirá ser uno de los primeros grupos en realizar el recorrido del día. Así que podremos visitar ambos campos en calma y con muchísima menos gente. El tour dura aproximadamente 6 horas y media. Lo que nos permitirá, si cogemos ese horario, volver a Cracovia a la hora de comer. Con tiempo además suficiente para aprovechar la tarde, en por ejemplo visitar las Minas de Sal, lo que hicimos nosotros.
Entrando ya en materia, llegamos como 20 minutos antes de la hora de inicio del tour. Era finales de diciembre por lo que era noche cerrada aún. Allí nos estaba esperando el autobús y los minutos previos a las 6 se destinan a organizar los grupos y mostrar nuestra reserva ya sea en papel o con el móvil. El autobús fue puntual y a las 6 en punto poníamos rumbo a Auschwitz. El trayecto fue bastante cómodo, nuestro guía en español nos fue comentado la información necesaria para realizar la visita. En aproximadamente hora y media habíamos llegado. En el momento de nuestra llegada comenzaba a amanecer y al salir del autobús nos dimos cuenta del frío que hacía. Las temperaturas rondaban los cero grados y el suelo estaba completamente nevado.

Primera parada Auschwitz I
La primera visita de la mañana era a Auschwitz I, esta zona está destinada para el Memorial del campo de concentración nazi de Auschwitz. El centro de visitantes cuenta con algunas tiendas, cafetería, aseos y un área acordonada junto a las taquillas en las que los diferentes grupos se organizan. En nuestro caso entramos realmente pronto, pues al ir con un grupo organizado todo es muy sencillo. Se dividen en dos grupos con unas pegatinas identificativas y unos auriculares para escuchar a nuestra guía lo mejor posible aunque se aleje.
Pronto nos dimos de bruces con la tristemente conocida puerta de hierro de entrada a Auschwitz I. El arco cuenta con el despiadado letrero “Arbeit Macht Frei”. Una auténtica broma macabra que viene a significar algo como “El trabajo os hará libres”, una promesa a todas luces falsa y que nos sumerge en uno de los centros clave del holocausto y de nuestro pasado negro más reciente. Aunque este es el campo original, y el que se lleva toda la fama, también contamos a apenas 3 kilómetros de aquí con Auschwitz II-Birkenau, campo de concentración y exterminio, así como Auschwitz III-Monowitz, campo de trabajo para la IG Farben y 45 campos satélites más. Se estima que se fueron enviadas cerca de un millón trescientas mil personas a estos centros de confinamiento, de las cuales murieron un millón cien mil, la gran mayoría de ellas judías (el 90 %, aproximadamente un millón), aunque también deben contarse a prisioneros de guerra, disidentes del régimen, etc
Una vez cruzamos esta puerta, realizaremos un recorrido por los diferentes barracones donde estuvieron confinados los presos. Muchos de ellos están hoy en día habilitados como museos para contar la triste historia que se vivió desde su apertura el 20 de mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético. Nuestra guía nos irá conduciendo a cada uno de ellos. En muchos casos nos indicarán que no podemos realizar fotografías a determinados elementos. Y en otras un servidor directamente no tuvo ganas de fotografiar las atrocidades allí presentes, pues veía innecesario caer en el morbo de fotografías de ese estilo. Algunas de las exposiciones que conducen la atroz historia nos dejarán totalmente consternados. En algunos momentos cuesta creer que los ejecutores de tal acto criminal fueran seres humanos y no auténticas bestias sin razón.



Además, en los exteriores encontraremos la pared donde los prisioneros eran fusilados, conocida como Muro de la Muerte, así como los zulos que servían de cárceles para los presos rebeldes. Y evidentemente, como no podían faltar, las salas donde gaseaban a los prisioneros. Rincones que nos angustiarán a cada paso, y que indudablemente se viven mucho mejor gracias a la guía que nos permitirá sumergirnos mejor en lo que hace apenas unas décadas estaba pasando dentro de esos muros.
A medida que íbamos recorriendo los diferentes caminos y estancias, el día se iba tornando más nublado y el sol no llegaba a salir. Además comenzaba a nevar con más intensidad y era aún más escalofriante pensar como muchos de los prisioneros consiguieron aguantar allí los meses con una ropa y calzados tan poco apropiados y desnutridos. Tener tan cerca las latas de gas Zyklon B, el pesticida a base de cianuro que era utilizado como uno de los principales instrumentos de la «solución final» nazi. Contemplar las alambradas y esos avisos tan perturbadores que rápidamente te producen una claustrofobia descomunal incluso estando en espacios abiertos. Para finalmente entrar en uno de los crematorios que aún se conservan en pie y pensar para que fueron usados, no deja indiferente a nadie durante la visita.
La visita a Auschwitz I, eso sí, se tiene que hacer con respeto y sabiendo lo que allí ocurrió. Pero incluso pese a los avisos de los diferentes guías que lo recorren acompañados de los numerosos grupos de visitantes, no faltará nunca gente que confunden uno de los lugares más vergonzosos de nuestra historia, con un Disneyland en el que hacerse fotos y poner nuestras mejores caras para salir lo más divertidos posibles en nuestra cuenta de Instagram. Y es que hay gente para todo, hoy en día los viajeros en muchas ocasiones visitan ciertos lugares simplemente porque hay que hacerlo. Un imperativo marcado por lo que hace el resto de la gente. Pero en realidad no se han parado a pensar que significa ese sitio, ni son capaces de crear una empatía con el lugar y el momento. Momento así seguro que los viviremos en más de una ocasión, ya sea hacerse una foto saltando en medio de los barracones, o una foto en pareja con caras sonrientes junto a las cámaras de gas ¿qué pasa por la cabeza de la gente que actúa así? Es complicado saberlo, pero está claro que no solo hay problemas a nivel educativo en España, y que en todos lados cuecen habas y algunas salen realmente pochas viendo la forma de comportarse de muchos.



Pero afortunadamente esos momentos serán los menos, y la primera de las visitas que realizaremos a Auschwitz nos servirá sin duda para tomar conciencia y plantearse que mundo queremos construir entre todos. Hay que aprender de los errores, siendo bastante blasfemo referirse a lo que ocurrió allí como un simple error. A la vez que nos sirve para no olvidar, algo muy importante. El sentido homenaje que allí se presenta a cada una de las víctimas que perdieron su vida entre esas alambradas nos llegará hasta el alma.
Algo realmente singular y especial de esta visita es ver las caras y las voces de todos los que realizamos la visita. Como nuestras expresiones van cambiando a medida que se desarrolla nuestro camino por las diferentes áreas. Pasando de las tímidas voces iniciales al silencio casi absoluto al terminar. Todo ello sumado a caras de incredulidad por lo vivido.
Segunda parada Auschwitz – Birkenau
Pero esta visita no sería completa sin visitar Auschwitz II – Birkenau. Posiblemente la imagen más conocida y que hemos visto en numerosas películas, como la propia La Lista de Schindler. Para llegar allí nuestro autobús nos llevará en apenas 5 minutos. Esta área se encuentra a apenas 3 kilómetros del campo principal en medio de una zona boscosa. Su reconocible estación a la que va a parar la vía del tren es de esas imágenes que nada más encontrarte de bruces con ella angustia con solo irte acercando. Este complejo fue construido en 1941 para ampliar el original. Llegando a concentrarse en su interior más de 90.000 prisioneros simultáneamente. El acceso es completamente gratuito, pero con nuestro tour guiado seguimos contando con una guía que nos fue haciendo el recorrido por los lugares más representativos.

Su enorme extensión de más de 200 hectáreas es colosal. En sus orígenes contaba con más de 300 barracones. Gran parte de su extensión se encuentra completamente diáfana. Apenas se aprecia la vía del tren hasta que termina en la estación, que hoy en día es una oficina de información. Este campo es mucho mas crudo y apenas hay exposiciones. Pero cuenta con elementos que nuevamente nos harán salir con una desazón extrema. Después de andar durante varios minutos junto a las vías, llegaremos al Monumento a las víctimas del fascismo en Auschwitz erigido en 1967. Que se encuentra muy próximo a las ruinas de las cámaras de gas y crematorios. El ejército nazi, al verse acorralados por los soviéticos, intentaron destruir todos los elementos que ocultaran las atrocidades que se habían cometido allí durante años.


Nuevamente el suelo completamente nevado nos fue acompañando durante todo el recorrido. En medio del silencio, escuchar como el hielo se resquebrajaba a nuestro paso, aumentaba la atmósfera tétrica que nos rodeaba. Finalmente tras 3 horas y media habremos terminado esta visita. Una de esas que te marcan y en las que se agradece haber contado con una magnífica guía que nos supo narrar perfectamente los acontecimientos, así como responder a nuestras preguntas. La organización de la visita con Civitatis fue estupenda. Y rondando la 1 de la tarde pusimos rumbo de vuelta a Cracovia. Lo cierto es que si bien en anteriores campos de concentración como el que se puede visitar próximo a Berlín (Sachsenhausen), decidimos hacerla por nuestra cuenta, en Auschwitz es más que recomendable contar con una guía durante la visita. En primer lugar, porque tendremos una inmersión mucho mayor y conoceremos mucho mejor toda la historia. Y además hay que reconocer que al contar ya con la reserva hecha dentro de la visita guiada, todo se hace más cómodo a la hora de llegar, conocer el lugar y volver de vuelta sin complicaciones. No es que sea imposible ni mucho menos hacerlo por nuestra cuenta. De hecho nosotros somos los primeros que nos encanta hacerlo todo por libre para ir a nuestro ritmo. Pero en esta ocasión no podemos estar más satisfechos de haber optado por la visita guiada desde Cracovia y así aprovechamos mucho mejor el día. Y hay que reconocer que el precio es muy competitivo para todo lo que ofrece.


Y sin más, habíamos completado la mañana de nuestro segundo día completo en Cracovia. La tarde la dedicaríamos para visitar otra de las escapadas imprescindibles desde esta bella ciudad polaca, las Minas de sal de Wieliczka. Pero eso será cuestión de una próxima entrada.
[message color=»orange»]
Índice del viaje Polonia fin de año 2017
- [image_icon name=»essen/world»]Crónica principal: Guía práctica viaje Polonia.
- [vector_icon name=»home»]Reseña de nuestro alojamiento: Pod Wawelem Hotel – Cracovia.
- [image_icon name=»essen/home»]Otras opciones de alojamiento: Hoteles en Cracovia.
- [vector_icon name=»flight» color=»0837F9″]Vuelos al mejor precio a Cracovia.
- [vector_icon name=»map» color=»FF5733″]Guía de viaje: Polonia [Amazon].
- [vector_icon name=»calendar»]Reservar visita guiada a Auschwitz – Birkenau con Civitatis.
- [image_icon name=»koloria/button-back»]Entrada anterior: La ciudad medieval de Cracovia – Día 1 (Parte 4 de 4).
- [image_icon]Entrada siguiente: Minas de sal de Wieliczka – Día 2 (Parte 2 de 2).[/message]
11 Comentarios
Sin duda una de las visitas imprescindibles si te encuentras en Cracovia o alrededores. Es cierto que te deja con malestar en el cuerpo, pero al mismo tiempo no puedes evitar sentirte agradecido por no tener que pasar por una situación semejante.
Haber contratado el tour con Civitatis fue otro acierto. No tener que preocuparte de cómo llegar al Campo de concentración y además disponer de un guía que te vaya explicando todo lo acontecido, es sin duda una ventaja cuando no se dispone de muchos días en la ciudad y quieres aprovechar el tiempo lo máximo posible.
Totalmente recomendable, ya no solo por su valor histórico, si no por obligación moral. Está en nuestras manos el mantener viva una tragedia de tal envergadura para evitar cometer los errores del pasado.
Hay que reconocer que realizar la visita guiada fue todo un acierto. Comodidad, bien organizada y encima en un lugar con tanto valor histórico.
Muy buena entrada.
La verdad verlo desde la pantalla es aterrador, no quiero imaginar verlo en persona.
Es una muestra demasiado horrorosa de la maldad humana, y si se mantiene es para recordarnos que algo asi no deberia repetirse.
En vivo y con el clima que tuvimos era bien sencillo meterse en la piel de los que allí sufrieron y penaron durante largos años.
Una visita necesaria, aunque sin duda golpea a nuestra conciencia.
Coincido contigo en que el ser humano por desgracia tiene propia memoria histórica y no aprendemos del pasado 🙁
No he visitado Auschwitz pero me imagino lo que se debe de sentir porque en Alemania visité Dachau y en Austria Mauthausen y me dejó muy pero que muy mal cuerpo…
Según avanza el tiempo se tiende a olvidar e incluso a reescribir lo que pasó. Por eso lugares como el de esta entrada necesitan seguir igual de vivos y creando conciencia 🙂
Nos has puesto los pelos de punta. Pero bueno de eso se trata… Es un lugar como dices que hay que visitar con respeto y con conocimiento. ¡Por eso para este tipo de visitas vemos imprescindible tener un guía o un audioguía! Sandra estuvo en un campo de concentración cerca de Berlin y todavía tiene el recuerdo del olor de las habitaciones… ¡Increiblemente triste! Y lo de la sensación de claustrofobia estando al aire libre es completamente cierto…
En visitas así claves un guía te permite ahondar aún más en la tragedia. Si nuestro pasado más glorioso hay que conocerlo, también el más negro para que no se vuelva a repetir.
Pingback: CRACOVIA: 30 POSTS QUE AYUDAN PARA VIAJAR [1] | Viatges pel Món
Este es la clase de sitio que te encoje el pecho y te deja un mal sabor de boca todo el día. Imprescindible visita para terminar de entender la magnitud de las aberraciones que se llevaron a cabo en ese lugar. Un punto negro en la historia de la humanidad que es importante mantener vivo para no permitir que se cometan de nuevo acciones similares.
Gran artículo! Saludos!
Totalmente, Gabriel.
Por duro que sea el lugar, no debe caer en el olvido.
Un saludote.