El hijo de Saúl es una película dramática estrenada en 2015 y con la que se estrenó en la dirección de largometrajes el director húngaro László Nemes. Su guion fue coescrito por el propio director, y por la escritora y guionista francesa Clara Royer. La historia que relata fue concebida a través del libro The Scrolls of Auschwitz, una colección de testimonios de miembros de Soderkommando. Nos sumergimos en el campo de concentración de Auschwitz en plena Segunda Guerra Mundial. Para el papel protagonista se decantaron por Géza Röhrig, un poeta húngaro que hacía décadas que no actuaba. El objetivo de Nemes era seleccionar actores que hablaban los idiomas de sus personajes para trasmitir la mayor fidelidad a las dolorosas situaciones que acontecen. Después de luchar mucho por conseguir financiación para el proyecto, especialmente del extranjero, la película fue producida íntegramente en Hungría.
El resultado final es de sobra conocido. Tras su lanzamiento en Cannes, la película recibió la aclamación de la crítica. A partir de aquí fue paseándose por cantidad de galas de premios y llevándose uno tras otro los galardones. Hasta que finalmente su proyección internacional le llevó a que El Hijo de Saúl ganara el Oscar a la Academia a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Como singularidad, para lograr un enfoque superficial y un campo visual estrecho que ayudara a sumergirnos mejor en las escenas, se filmó en película de 35 mm y la relación de aspecto no fue panorámica al estilo del cine de hoy en día. Si la fotografía a cargo de Mátyás Erdély se tomó con el más mínimo detalle posible, igual o más se hizo con el sonido, tomando nada menos que cinco meses en el diseño sonoro. Se grabaron voces humanas en ocho idiomas diferentes que se entremezclaron en las escenas para crear un contrapunto acústico en cada una de ellas. La banda sonora corrió a cargo de László Melis, aunque durante la película no encontramos acordes musicales para lograr que el espectador tenga la sensación de estar allí.
La sinopsis nos presenta a un grupo de Sonderkommando formados por prisioneros judíos forzados a trabajar y guardar silencio para que el engranaje del terror funcionara sin levantar mucho ruido. Sus tareas eran deshacerse de los cuerpos tras pasar por las cámaras de gas sus compatriotas y limpiar los restos, así como guardar las cosas de valor que pudieran llevar. En esas uno de ellos, Saúl descubre el cuerpo del que piensa que es su hijo. A partir de aquí luchará en pleno infierno de Auschwitz-Birkenau buscando poder darle un entierro digno.





Cuando una película abarca un tema tan duro como el Holocausto Judío, sabemos que si la forma de tratarse es la adecuada, tendremos por delante una historia dura y de esas que remueven conciencias. Es el caso de El hijo de Saúl, una de esas películas incómodas de ver por la dureza de la trama. Aunque para los que gusten de este tipo de cine histórico, deben saber que es un film que abarca el Holocausto, pero no muestra sus horrores de forma explícita. Eso quiere decir, que en El Hijo de Saúl lo importante no es lo que se ve, sino lo que se intuye y se imagina de las duras escenas que a lo largo de hora y cuarenta minutos presenciaremos. Las localizaciones de El hijo de Saúl se centraron principalmente en una antigua base militar a las afueras de Budapest, en Hungría. Este lugar fue el set de rodaje principal en donde se recreó el infierno de Auschwitz. Además el río Vístula fue recreado en Rácalmás, pequeño pueblo húngaro a las orillas del Danubio. En este punto es donde en varias ocasiones vemos a los Sonderkommando echando las cenizas al río.
La importancia de esta película radica en ver una faceta de los campos de concentración cuyo terror desgarrador que propiciaron los sanguinarios nazis hizo que no saliera a la luz antes, gracias a las coacciones sobre los Sonderkommando. Aquí comprobaremos cómo funcionaban los campos de exterminio por dentro y la poca dignidad que tenían los que controlaban su correcto funcionamiento. Inocentes vidas humanas en medio de una barbarie sin sentido alguno, y privando de la dignidad a todos los que allí eran llevados para permanecer prisioneros hasta que lo creían conveniente. Evidentemente el final de muchos de ellos era claro, la muerte. No obstante hasta en esas situaciones muchos lucharon para que lo que allí estaba ocurrieron se supiera. Algo que se ve perfectamente reproducido durante la película. Un film que realmente merece mucho la pena visionar especialmente antes de una visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
Nota El hijo de Saúl: 8/10
Y si esta película os ha generado curiosidad por indagar en otras películas que tratan sobre este tema, podéis visitar la entrada que publiqué hace unos años con las mejores películas sobre el Holocausto, por aquel entonces aún no se había proyectado El hijo de Saúl, pero indudablemente habría estado en dicha lista por méritos propios. Sin más, espero que películas así sirvan para crear conciencia de hasta dónde puede llegar el hombre, y que sucesos tan dramáticos y deleznables no se vuelvan a repetir.
[message color=»green»]
Si estáis interesados en revivir, o en ver por primera vez esta dramática historia, aquí os dejo el enlace para adquirir la película El hijo de Saúl [Blu-ray]. Tenéis también disponible The Scrolls of Auschwitz, una colección de testimonios de miembros de Sonderkommando en los que se basó el director para realzar la película. Os recuerdo que siendo clientes de Amazon Prime [vector_icon name=»amazon»] los gastos de envío no tienen coste alguno, entre otras ventajas. Podéis probar el servicio aquí: Amazon Prime.
Y si os gustan las bandas de sonoras de películas, podéis seguir las listas de reproducción con temazos de Música para viajar (Vol. 1) y Música para viajar (Vol. 2) que confecciono en Spotify [vector_icon name=»spotify»] con las novedades de cada mes en esta sección.
[/message]
2 Comentarios
Las películas relacionadas con el genocidio judío siempre me han llamado la atención, supongo que es porque no deja de asombrarme que una persona fuera el catalizador de tal odio y masacre hacia una etnia. Hay películas mucho más explícitas que El hijo de Saúl, quizás por eso mismo sea mucho más incómoda para la conciencia, porque es capaz de hacerte pensar y de imaginar más allá, de dejar patente que todos podemos ser capaces de la maldad más pura o del sacrificio y bondad en su máximo exponente.
El cine nos permite viajar a otros lugares y otras épocas de la historia. Y en ocasiones, como trata de El hijo de Saúl, nos traslada a la dureza y el sufrimiento de momentos de nuestra historia que nos gustaría que nunca hubieran ocurrido. Momentos que no hay que olvidar para no volver a caer en semejantes errores tan dramáticos.