Con los primeros rayos de sol de la mañana, nos pusimos en pie rumbo a nuestro primer día de visita a Budapest. Cuadrar un planning de viaje en fin de año no es sencillo, pero al final los años de práctica viajando en estas fechas nos permitieron ajustarlo para ver lo más posible cada uno de los días, y sin agobios. Nuestra primera parada del día sería al posiblemente edificio más representativo de Pest, el Parlamento de Budapest. En el margen derecho del río Danubio se encuentra ese colosal edificio gubernamental, centro de la legislatura húngara, además de otras instituciones. Una de las postales más representativas de Budapest y que fue construido entre 1884 y 1902. Con sus colosales dimensiones, tiene una longitud de 268 metros por 96 metros de altura en su cúpula más elevada. Este número, 96, en su altura no es casual, pues hace referencia a la conquista del Reino de Hungría en el año 896 y al milenio de la nación en 1896. Allí se albergan las reuniones de la Asamblea Nacional y dispone de 691 dependencias, incluida una biblioteca perteneciente al Parlamento.

Visitar el Parlamento de Budapest
Para poder visitar el interior del Parlamento de Budapest, la gestión se tiene que hacer directamente con la propia entidad. Desde la web Jegymester podemos reservar nuestra visita para el día que queramos. Es conveniente hacerlo con anterioridad a nuestra llegada, pues aunque es posible acudir el mismo día y reservar en alguna de las franjas horarias disponibles, es bastante normal encontrarse con las reservas agotadas y además evitamos realizar colas. Las visitadas guiadas duran alrededor de 45 minutos y están disponibles en húngaro, inglés, castellano, italiano, francés, alemán, ruso e incluso hebreo. Las visitas en castellano se ofrecen todos los días en los siguientes horarios: 10:15, 13:15, 14:15 y 16:00 horas.
El precio de la entrada al Parlamento de Budapest es el siguiente (precios año 2017):
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- Para adultos pertenecientes a la UE: 2.000 Florines húngaros (Aproximadamente 6,40 euros).
- Para menores de 18 pertenecientes a la UE: 1.000 Florines húngaros.
- Para adultos no pertenecientes a la UE: 4.000 Florines húngaros.
- Estudiantes no pertenecientes a la UE: 2.000 Florines húngaros.
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El transporte más adecuado para llegar al Parlamento de Budapest es:
- En metro: Estación de Kossuth Lajos tér (Línea M2). Actualmente en obras hasta finales de 2017. Como alternativa tenéis las estaciones de Arany János utca (Línea M3) y Batthyány tér (Línea M2).
- En autobús: Kossuth Lajos tér con las líneas 15, 70, 78 y 115.
- En tranvía: Kossuth Lajos tér con la línea 2.


Una vez tenemos nuestras entradas reservadas por internet, que al menos recomiendo hacerlas con unos 10 días de antelación, más si vamos en fechas muy señaladas, llega el momento de acceder. Usemos el medio de transporte que usemos, llegaremos hasta la plaza de Kossuth Lajos. En la cara norte del edificio próxima a la estatua del político y patriota noble húngaro, Lajos Kossuth, se encuentra el acceso para visitantes. Hasta finales de 2017 el acceso se realiza por una vía lateral junto al Danubio, para personas discapacitadas lo tendrán que hacer por la puerta XVII. La zona es la misma, simplemente hay que descender por unas escaleras laterales para llegar al centro de visitantes del Parlamento de Budapest.
Como en los viajes somos madrugadores e íbamos con tiempo de sobra, nos bajamos en Batthyány tér desde donde nada más salir se observan unas vistas fabulosas del Parlamento. Ascendimos por la avenida Angelo Rotta y cruzamos por el puente de Margarita, desde donde se disfruta de unas vistas de la isla homónima al puente además de unas bellas vistas de las 2 orillas del Danubio. Finalmente descendimos por la avenida Id. Antall József hasta el Parlamento. Como digo, es un paseo para realizar si vamos con tiempo. En este recorrido de aproximadamente media hora comenzamos a notar el fresco que hace junto al Danubio. Aunque ciertamente no nos podíamos quejar, pues estando en diciembre tampoco era algo que no se pudiera aguantar. Al llegar al centro de visitantes hay que esperar con nuestros billetes electrónicos impresos de casa, hasta que en los paneles marquen nuestra hora de visita reservada. A mano izquierda se encuentran las taquillas y unos paneles con las horas aún disponibles para reservar, mientras que a la derecha es el acceso con un arco de seguridad similar al de los aeropuertos. A la misma hora de nuestra visita aparecerá la guía que nos explicará alguna información previa referente a la visita. Pasaremos los tornos, un control de seguridad y dispondremos, por si queremos dejar nuestras mochilas, abrigos o incluso maletas de viaje. Su uso es gratuito y especialmente recomendable si viajamos con muchas prendas de abrigo, pues dentro la calefacción no las hace necesaria. Nos ofrecerán unos auriculares, también gratuitos, por los que durante todo el recorrido nos irá explicando nuestra guía la historia y curiosidades de este emblemático edificio de Budapest.


La singular estructura simétrica del Parlamento de Budapest nos brinda la posibilidad de visitar una de las alas del edificio. Al ser un parlamento bicameral, el ala norte alberga la oficina del Primer Ministro, mientras que el ala sur cuenta con las del Presidente de la República. El recorrido se desarrolla en la zona norte del edificio y se desarrolla en las siguientes estancias:
- Escalera Principal: una muestra del poder económico de la Hungría de principios del siglo pasado. Mármol y oro por todos lados con unos acabados repletos de detalles.
- Sala de la Cúpula: desde el año 2000 se puede admirar las joyas de la coronación de Hungría que comprenden la corona, el cetro, el orbe y la espada de estilo renacentista. Se encuentran en esta sala en el interior de la cúpula. A su alrededor en las diversas columnas que la circundan podemos ver estatuas de los distintos reyes de Hungría. En un sitio privilegiado frente a la escalera principal se encuentra la escultura de San Esteban, el primer rey de Hungría. Mientras que en el centro de la sala en una vitrina encontramos la citada corona. Aquí desgraciadamente no podemos hacer fotos, pues se encuentra tremendamente vigilada. Pero en el resto del edificio se puede grabar vídeo y fotos sin problemas.
- Antigua Cámara Alta: el último escenario a destacar de la visita es esta portentosa sala que hoy en día es únicamente usada para fines turísticos. Pues en el ala sur es realmente donde se encuentra una sala hermana que sirve para el Consejo de los Diputados.
- Sala de exposiciones: la visita finaliza en una sala donde se encuentran algunos paneles informativos. Justo antes de entrar debemos dejar los audífonos. Aquí ya nos podemos quedar todo el tiempo que creamos oportuno. Además de la información sobre la historia del Parlamento, encontramos una maqueta del edificio en la que podemos hacernos una idea a escala de las colosales dimensiones que tiene.


Sin lugar a dudas es una visita imprescindible en Budapest. En nuestro caso optamos por la visita de las 10:15 para comenzar pronto el día. No es necesario estar demasiado pronto, pues tanto el acceso como el control se realizan a la hora marcada, e incluso toca esperar unos minutos hasta que todo el grupo cuenta con sus auriculares, y a partir de aquí nuestra guía comenzará el recorrido. Si se viaja con niños con carro, es posible hacerlo pues las escaleras se pueden sortear por medio de ascensores y la propia guía se encargará de adaptar la visita. La historia y las curiosidades sobre este bello edificio de arquitectura neogótica son de los más amenos y hay que reconocer que nuestra guía húngara hablaba un perfecto español e incluso tenía un sentido del humor bastante curioso. Nuestra visita al Parlamento de Budapest fue de lo más entretenida y nos sirvió para conocer muchos detalles, tanto del propio edificio como de la historia y actualidad del país.
Al salir al exterior aprovechamos para recorrer sus alrededores, presenciar el cambio de guardia que se realiza en su cara este (se realiza cada hora) y comprobar que hacía un día estupendo. Además, al estar en época navideaña, encontramos un árbol de navidad en la plaza y un belén. Desde aquí nuestro rumbo nos llevaría hasta la otra orilla del Danubio rumbo al Castillo de Buda. Aunque antes según descendíamos por la ribera del río hacia el sur, nos encontramos con el monumento de los zapatos.



Nada menos que sesenta pares de zapatos se encuentran en la ribera derecha del Danubio. Su simbología nos lleva hasta los años de historia más truculenta de nuestro pasado más reciente. Un homenaje cuyas víctimas, principalmente judías, fueron ejecutadas durante la Segunda Guerra Mundial. Un rincón de visita ineludible entre el Parlamento y el Puente de las Cadenas en el muelle de Pest. Esta obra fue colocada allí en 2005 por obra de los artistas Can Togay y Gyula Pauer. Unos zapatos que no responden a género ni edad, pues encontramos de todo tipo de estilos y tamaños sirviendo como recuerdo para esos cruentos asesinatos, que además posteriormente fueron arrojados a las gélidas aguas del Danubio. Curiosamente sus zapatos no acababan allí también, pues se pensaba que se podrían vender. Sin duda el Holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial no deja de sorprendernos en cada uno de los viajes que hacemos por las zonas afectadas. La crueldad, barbarie y sin razón de cada uno de sus actos cuesta relacionarlos con la razón humana.
Es por ello que no es raro ver en este tipo de lugares para el recuerdo, la memoria y la cavilación personal, como mucha gente no sabe realmente comportarse. Y es que hacen falta muchas más clases de historia a edades tempranas. La educación siempre se muestra en este tipo de circunstancias y por ser parte de esa historia más negra, desde luego se echa en falta más sensibilización, para hacerse fotos divertidas ya están los parques de atracciones.
Y con este recorrido por el Parlamento de Budapest y por uno de esos monumentos que acongojan de hasta dónde puede llegar la raza humana, llegaba el momento de cruzar el Danubio por uno de sus puentes más emblemáticos y seguir descubriendo Budapest. Pero esa segunda parte de un día que concluiría con la entrada a un nuevo año será contada en una próxima entrada.
4 Comentarios
Es una de las visitas que más me gustaron de Budapest, tener la oportunidad de hacer un recorrido por su edificio y conocer un poco la historia política de la ciudad, las curiosidades de su construcción y algunos simbolismos, indudablemente merece la pena. Además tuvimos suerte con la guía que nos tocó, aunque en otras entradas en la que José Carlos hablará de otras visitas que hicimos, podréis saber que esa parece ser la tónica 🙂
Tuvimos mucha suerte con las guías durante este viaje, sin duda no nos podemos quejar ;D
El parlamento de Budapest no solo es bonito por fuera, por dentro también es espectacular. Además te cuentan bastantes curiosidades durante la visita. A nosotros nos encantó.
Por cierto, la escultura de los zapatos está llena de simbología. Es curioso como algo tan simple dice tanto.
Un abrazo chicos!
El Parlamento es desde luego un imprescindible de la ciudad. Aunque hace unos años era gratuito, en estos momentos se paga con gusto la visita 🙂
Un saludote.