Después de una fabulosa mañana visitando la encantadora Roskilde, tocaba regresar a Copenhague. En esta ocasión tomaríamos una vez más el tren, pero nos bajaríamos en Østerport St. El motivo de llegar hasta allí era conocer la ciudadela amurallada de Kastellet al norte de la ciudad. En ella se encuentras quizás el símbolo más reconocible de Copenhague, su famosa estatua de La Sirenita. Este emplazamiento es posiblemente el atractivo turístico más alejado del centro de entre los imprescindibles.  Aunque afortunadamente las líneas de tren lo conectan perfectamente, más aún en un futuro cuando el metro se encuentre totalmente operativo en su actual expansión. Para llegar a Kastellet desde Roskilde, realizamos el siguiente trayecto (ruta tomada con la aplicación Rejseplanen):

Ruta Roskilde a Kastellet con Rejseplanen
Ruta Roskilde a Kastellet con Rejseplanen

Kastellet, como apuntábamos antes, es una fortificación que servía como afianzamiento de los muros defensivos de la ciudad por parte del rey Cristián IV de Dinamarca allá por el año 1626. En su momento el propio rey pensaba crearse un castillo en su interior, pero finalmente la insuficiencia económica impidió ejecutar tal obra.  Con forma de pentagrama, cuenta con baluartes en sus esquinas para intensificar aún más su proyección de defensa. En la actualidad es un parque público, en el que aún se conserva cierta actividad militar, de hecho es aún propiedad del Ministerio de Defensa danés.

En nuestro caso entramos por el Revellín de Østerport, una pequeña fortificación triangular al norte del cuerpo del bastión principal. Por este acceso nos damos cuenta del basto tamaño que compone ese parque. Es bastante importante fijarse en las indicaciones de los mapas, pues para llegar a los diferentes puntos a visitar en Kastellet. Los caminos son largos y muchos de ellos en redondo, solo conectados por puentes puntualmente. Eso es debido a que la fortificación está rodeada por dos anillos de agua que envuelven la estrella de 5 picos interior que forma el corazón de “la ciudadela”, como se traduciría Kastellet en nuestro idioma.

Kastellet en Copenhague
Kastellet en Copenhague
Molino de Kastellet, Copenhague
Molino de Kastellet, Copenhague

Así que accedimos por una de las puertas del sistema defensivo exterior, conocida como línea Smedelinien, y cruzamos el foso para llegar hasta uno puntos más reconocibles de su trazado, el molino de viento en el Bastión del Rey. Fue levantado a mediados del siglo XIX en estilo holandés. Se trata del último molino, de los 16 que se construyeron, que se sigue utilizando. La verdad que es un punto muy singular del parque y desde el que se disfruta de una de las mejoras vistas del mismo.  Desde aquí nos fuimos hasta la iglesia y prisión de Kastellet. En estilo barroco, fue durante el reinado del rey Federico IV de Dinamarca cuando se levantó este edificio religioso (Kastelskirken), ampliándose en el año 1725 por una prisión en sus aledaños. Como singularidad, en los muros de las celdas encontrábamos huecos que permitían a los presos seguir la misa. La verdad que son unas instalaciones bastante escuetas, cuesta creer que allí se pasara 32 años el explorador inglés y pirata John Norcross, personaje que sostiene el record de tiempo encarcelado en Kastellet.

Edificios Ministerio Defensa Dinamarca

Terminada prácticamente nuestra ruta por los entresijos de esta fortificación, llegamos hasta la iglesia de Saint Alban. De confesión anglicana, fue construida en el año 1885 en estilo inglés. En el interior destaca el monumento a la princesa Alexandra en su capilla. Pero lo que sin duda destaca es su potente emplazamiento junto a los canales que envuelven Kastellet, pues es tremendamente fotogénica. Frente a ella encontramos la Fuente de Gefion, colosal hontanar inspirado en la legendaria diosa de la mitología nórdica Gefjun. Fue donada por la Fundación Carlsberg con motivo del 50º aniversario de la cervecería. La fuente representa la historia mitológica de la creación de la isla de Selandia, lugar donde se encuentra Copenhague. De gran belleza, desgraciadamente en invierno el agua está cortada para evitar la congelación de sus tuberías, por lo que le resta vistosidad, sin duda es uno de esos lugares que se disfrutan mucho más en primavera o verano cuando está en funcionamiento.

Iglesia Saint Alban Kastellet, Copenhague
Iglesia Saint Alban Kastellet, Copenhague
Fuente de Gefion Kastellet, Copenhague
Fuente de Gefion Kastellet, Copenhague

Y casi sin darnos cuenta nos vimos inmersos en una competición contra el sol. Aunque no lo parezca, la visita a Kastellet nos puede suponer prácticamente un par de horas. Si queremos recorrer todos sus senderos y disfrutar de sus puntos de interés. Cuenta con unas dimensiones importantes y sus caminos nos demoraron más de lo que teníamos pensado. Por lo que, cuando nos fuimos a dar cuenta, el día se había tornado oscuro y  nosotros aún no habíamos visto ni rastro de la famosa sirenita. Para llegar a la misma desde la fuente que nos encontrábamos, simplemente hay que tomar el camino junto al canal rumbo al parque de Langelinie en la bahía del Puerto de Copenhague. Aproximadamente unos 15 minutos después, sobre unas rocas que se adentran en el mar, encontramos a La Sirenita de Copenhague.

La Sirenita de Copenhague
La Sirenita de Copenhague

Den lille havfrue, como se conoce en danés, se encontraba rodeada de un público importante. Es bastante curioso pues la capital danesa es un lugar concurrido, pero sin las mareas de turistas que podemos ver en otras grandes ciudades europeas. Sin embargo La Sirenita es el icono por antonomasia de Copenhague y eso se nota. Todos quieren hacerse una foto con ella y están dispuestos a esperar lo que haga falta para conseguir la preciada instantánea. Inspirada en el cuento escrito por Hans Christian Andersen, fue el escultor danés Edvard Eriksen el encargado de tallarla en 1837. En bronce pulido, su estatura no es nada del otro mundo, apenas 1,25 metros, algo que sin duda a muchos decepciona, pero que a mí personalmente, tanto la ubicación como la escultura, me parecieron más que notables. Y es que tal como cita la leyenda danesa, quizás sus cantos de sirena me embrujaron, tal como hicieron durante años con marineros y pescadores. La verdad que, para haber cumplido 100 años en 2013, no se conserva nada mal.

Después de cumplir con el momento turistada de turno, algo que incluso nos costó, pues cuando llegamos la luz era bastante pobre, proseguimos nuestra marcha. Realmente eran poco más de las 4 de la tarde, pero en Copenhague en pleno invierno el sol se marcha pronto. Desde aquí dimos un paseo por la ribera de Langelinie. Realmente es un paseo fabuloso junto a la bahía de Copenhague, en el que nuevamente se puede ver el Real Palacio de Amalienborg, el edificio de la Opera y que finaliza en Nyhavn, el bello canal de la ciudad. Ya sea a pie, en bicicleta o en un barco turístico, es un paseo de aproximadamente 1 kilómetro de distancia que debemos hacer en alguno de los días de viaje en Copenhague, pues merece mucho la pena. Aunque sin lugar a dudas Nyhavn cuando realmente merece la vista es durante el día, por la noche pierde parte de su encanto. En cuanto a la visita a la Sirenita, al caer el sol hay menos gente y, al ser un monumento que podemos visitar en cualquier momento del día, lo ideal es colocarlo cuando otros atractivos turísticos han cerrado, así aprovechamos más la jornada, tal como hicimos nosotros.

Hotel D´Angleterre Copenhague
Hotel D´Angleterre Copenhague

Terminado nuestro paseo entre canales, no pudimos desaprovechar la ocasión de una vez más acércanos hasta Kongens Nytorv para ver algunos de sus edificios, esta vez por la noche. Y de paso hacernos una foto delante del Hotel D’Angleterre con sus famosos soldaditos de plomo. Desde aquí mucho más no quedaba por hacer. El primer día del año en Copenhague al ser un día festivo impedía realizar muchas visitas más, pues la mayoría de sus puntos turísticos están cerrados. Así que caminamos tranquilamente por Stroget, una de las pocas calles en las que aún quedaban gente o se mantenían algún negocio abierto, y terminamos cenando al estilo del norte de Europa, en un restaurante de comida ecológica en la estación central de Copenhague. Bastante curioso, pues todo estaba cuidado para ser sostenible, incluidos los envases.

Cena en Estación Central Copenhague
Cena en Estación Central Copenhague

Y así terminaba un día más de nuestro viaje a Copenhague. Ciertamente al habernos acostado tarde el día anterior, no nos venía nada mal irnos a la cama pronto para recargar pilas y estar en forma de lo que nos vendría el día siguiente. Y es que el día siguiente sería el último completo de la visita. Una vez más tomaríamos el tren para visitar los alrededores de la capital danesa para conocer alguno de sus castillos más emblemático. Además también descubriríamos un asunto curioso ¿sabéis que desde 2012 La Sirenita tiene “novio”? Pues en la próxima entrada os lo presentaremos.

[message color=»orange»]

Índice del viaje Copenhague Fin de año 2015

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

5 Comentarios

  1. Este es un recorrido que se hace casi sin darnos cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, así de impresionante es. Y como premio, llegar a La Sirenita. En principio parecía imposible el conseguir hacernos una foto con ella, pero la marea de turistas de alrededor no es impedimento para conseguir retratarnos con la misma, ya que se encuentra a distancia del sendero. Merece la pena llegar a ella dando un paseo por el parque y no directamente, pues el entorno natural por sí mismo ya es motivo suficiente para acercarnos a la zona.
    Puede que muchos tilden este monumento de turistada, pero para mí es un imprescindible en Copenhague.

    • Un lugar que indudablemente hay que visitar. Igual no es el punto turístico más céntrico de Copenhague, pero se ha sabido ganar su hueco en todo planning que se precie 😀

  2. Pues sí que anochece pronto en enero!!! Yo creo que sería de esas personas a la que la sirenita le decepcionaría… Me pasó con el Manneken Pis, que era superenano!

    • Es tremendo, acostumbrados a que en España aguanta algo más el sol, allí se va casi sin llegar a salir del todo jaja

      En cuanto a dimensiones es algo más grande, pero tampoco mucho más 😀

  3. Pingback: De puerto en puerto : Frederiksstaden, el barrio rococó de Copenhague

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies