Nada como comenzar el año viajando. Tras dormir unas horas para recuperarnos de la resaca de fuegos artificiales que vivimos la noche antes, tocaba ponerse de nuevo en marcha. El 1 de enero en Copenhague es bastante problemático, sus principales monumentos a visitar en la ciudad están cerrados, por lo que tocaba buscarse alternativas para aprovechar el día. Una de las escapadas que teníamos marcadas era a la considerada como ciudad satélite de Roskilde. Es denominada así debido a que prácticamente se puede incluir dentro del área metropolitana de Copenhague, conectada con tren desde la estación central, en apenas 25 minutos recorreremos los 30 minutos que la separan. La ventaja de visitar Copenhague es que, al comprar los billetes de todo un día, podemos recorrer tanto la ciudad como llegar a destinos teóricamente más alejados, como fue el caso de Roskilde o a los castillos del norte, por lo que resultan realmente útiles. Para llegar a Roskilde realizamos el siguiente trayecto (ruta tomada con la aplicación Rejseplanen):

Ruta Copenhague a Roskilde con Rejseplanen
Ruta Copenhague a Roskilde con Rejseplanen

Eran alrededor de las 11 cuando llegamos a la estación de Roskilde. La propia estación construida en 1847 es todo un punto de interés, pues la línea que llega hasta allí es una de las más antiguas de Dinamarca. Aquel día no habíamos madrugado tanto como acostumbramos, pero igualmente no teníamos pensado ni mucho menos dejar pasar un día sin disfrutar de los alrededores de Copenhague. La antigua ciudad de Roskilde, que fue capital hasta el siglo XV, tuvo un gran peso tanto administrativo como eclesiástico. Hoy en día es centro cultural y educativo del país, resaltando su universidad, fundada en 1972, y su Festival anual de música de fama mundial en el que han participado bandas tan conocidas como Pearl Jam, Metallica, Red Hot Chili Peppers o Bruce Springsteen entre otros. En aquel día nos encontramos una estampa muy al estilo “Silent HiIl” nada más bajar del tren, una niebla bastante densa cubría toda la ciudad y apenas unos cuantos turistas paseaban por sus calles. En un ambiente tan cinematográfico nos encontramos en primer lugar Gråbrødre Kirkegård, un antiguo cementerio por el que paseamos en solitario en el que en la Edad Media se enterraban las personalidades más destacadas. A partir de aquí cruzamos Hestetorvet, la plaza del mercado en la que destacan tres vasijas de unos 5 metros de altura y que conmemoran el milenio de la ciudad.

Estacion Roskilde Copenhague

Desde aquí tomamos la calle peatonal de Algade, una vía comercial repleta de tiendas de todas las marcas y arteria principal del casco histórico de Roskilde. Al ser un día festivo, todo estaba prácticamente cerrado, salvando alguna tienda de ultramarinos. Y curiosamente aquí aún se mantenían los adornos navideños en las calles. Algún día me enteraré por qué en la capital de Copenhague tienen tanta prisa en retirar la decoración de Navidad, mientras en tiendas y pueblos de los alrededores se mantienen incluso más allá del 1 de enero. El ambiente seguía tan encapotado como se puede apreciar en las imágenes, pero eso le daba incluso un mayor encanto a la ciudad medieval. Como dato a tener en cuenta, existen unos indicadores cada cierto tiempo con unas flechas que marcan la dirección de los puntos turísticos más representativos, pero tienen una particularidad, y es que cualquier persona con la mano puede orientar las marcas a su antojo. El resultado es que nos encontramos varias de las señalizaciones mal colocadas ¿Daneses bromitas? ¿Turistas con ganas de ponerles las cosas difíciles a lo que llegan después? Nunca lo sabremos, pero si vais con GPS, como fue nuestro caso, hacedle más caso a vuestra “maquinita” antes que a esas indicaciones en caso de que se contradigan pues, como veis el hecho de que sean movibles, nos puede marear un poco.

Una vez andamos unos minutos por esta vía adoquinada desde hace varios cientos de años, llegamos hasta Staendertorvet, una coqueta plaza entre las calles Skomagergade y Algade. Aquí se encuentra el ayuntamiento, en el que destaca la torre que formó parte de una iglesia románica hasta el siglo XVI. Entre los elementos que caben destacar en esta zona hay que resaltar la figura de Roar, el fundador de la ciudad de Roskilde. Un dato curioso es que el rey Hroðgar, como también se le conocía, quiso homenajear a los dioses paganos de Thor y Odín en esta área de manantiales. De hecho de ahí viene el nombre de la cuidad, Roar y kilde: «manantial, fuente». Alrededor de la plaza encontramos otros edificios de interés como el museo de Roskilde en el que podemos conocer un poco más de la historia de la ciudad. También encontramos  el monasterio Roskilde Kloster que nos remonta al siglo XVI cuando la importancia eclesiástica era foco fundamental de la ciudad. Por último, el Palacio del Obispo (Palæfløjen) de estilo barroco y que era la antigua residencia de los obispos en Roskilde y que a través del arco de Absalón da acceso a la catedral, nuestra siguiente parada. Toda esta zona me encantó, la tranquilidad del momento sin apenas gente en sus calles, caminando entre esos muros de ladrillo visto con tanta historia fue una experiencia increíble e ideal para comenzar el año.

Algade, calle principal Roskilde
Algade, calle principal Roskilde
Ayuntamiento Roskilde entre niebla
Ayuntamiento Roskilde entre niebla

Patrimonio de la Humanidad desde 1995, la catedral de Roskilde y sus alrededores es la principal atracción turística de Roskilde. De estilo gótico, se construyó  totalmente en ladrillo rojo en plena Edad Media entorno al siglo XII. Su importancia en la zona fue capital para que su estilo arquitectónico se extendiera por todo el norte de Europa. Reyes y reinas de Dinamarca fueron enterrados en sus criptas, prueba de ello es que la catedral fue creciendo con el paso de los años en función de las distintas dinastías que buscaban el descanso eterno en este lugar. Por ello una visita a la catedral de Roskilde es un friso cronológico de los diferentes gustos arquitectónicos de la realeza. Desde el siglo XV y hasta la actualidad hay nada menos que 20 reyes y 17 reinas enterrados en las distintas capillas funerarias. Para visitar esta iglesia evangélica luterana tenemos que tener en cuenta los siguientes datos:

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  • Dirección: Domkirkepladsen 3, 4000 Roskilde, Dinamarca.
  • Cómo llegar: Estación de Roskilde.
  • Horario: 10 a 5 de la tarde. Conviene consultar el horario concreto porque las aperturas y cierres son variables.
  • Precio entrada: 60 DKK (año 2016).
  • Precio con descuento: 40 DKK estudiantes y jubilados.
  • Entrada gratuita con Copenhaguen Card o menores de 17 años.
  • Más información: Roskilde Domkirke.[/message]
Niebla en Catedral de Roskilde
Niebla en Catedral de Roskilde

Afortunadamente pese a ser 1 de enero, la catedral de Roskilde estaba abierta. Si bien su apertura se demoró alrededor de media hora de lo fijado para ese día. Igualmente aprovechamos para caminar por sus alrededor y disfrutar de su colosal tamaño, que además destaca sobre el resto de edificios que encontramos en esta preciosa villa medieval. Las torres de su cara principal se alzaban sobre un cielo que aún no había hecho acto de presencia, pues la niebla se mantenía igual de espesa, algo que sería así durante el resto de la visita a Roskilde. Una vez dentro nos facilitarán un tríptico con información referente a la visita, disponibles además de en danés, en inglés, alemán, italiano, español y francés. La entrada está incluida en la Copenhagen Card y es posible reservar tours guiados previa reserva en varios idiomas, pero no está incluido en castellano. Una vez entramos en su nave principal, de las 3 que lo componen, nos damos cuenta de la grandiosidad del monumento, con 83 metros de altura en su parte central, más dos galerías continuas que recorreremos para ir disfrutando de sus frescos y de las diferentes capillas que van desde la capilla de Cristián I donde descansan los cuerpos del rey y su esposa la reina Dorotea, hasta la Capilla de Cristián IX dedicada a la Casa de Glücksburg, todo un recorrido histórico por la realeza danesa.

Otras áreas a destacar son las capillas de San Andrés y Santa Brígida, remanentes de la época medieval, ubicadas en el costado norte. Ambas fueron recientemente remodeladas y en concreto la de Santa Brígida ha sido elegida por la reina Margarita II como futura tumba junto al príncipe consorte Enrique. En el exterior por deseo de Federico IX se creó un sepulcro exterior a la catedral con vistas al fiordo de Roskilde, que no estuvo exento de polémica entre el clero. Finalmente en 1985 se cumplieron los deseos del monarca y es singular comprobar como todo el perímetro está sembrado por vides y plantas silvestres de distintas áreas del país, todo por expreso deseo de la reina Íngrid que fue enterrada allí en el año 2000. Si tuviera que resaltar alguna de las capillas que se pueden visitar, sin duda me quedaría con la denominada capilla de los Reyes Magos (capilla de Cristián I). De estilo gótico, allí descansan los restos de Cristián I y la reina Dorotea. Un dato interesante es que su pilar central es conocido como pilar del  rey. En el mismo los numerosos reyes han marcado su estatura. Y para darle mayor trascendencia a la columna, se piensa que la marca de Christian I podría ser falsa, pues marca unos 219,5 centímetros, todo un gigante de la época. En nuestra visita también encontraremos un reloj medieval que servía de reloj astronómico en el siglo XVI, indicando la posición relativa del sol y la luna. Su retablo renacentista es una imponente obra tallada elaborada en Amberes alrededor de mediados del siglo XVI. Sin duda todo el recinto está lleno de detalles que nos dejarán sin palabras. Es posible subir a un nivel superior en el que encontramos entre sus galerías el órgano principal, conocido como órgano de Raphaëlis, de mediados del siglo XV con reminiscencias góticas y justo enfrente la tribuna real, imponente pieza tallada con los escudos de armas de Cristián IV. Por último es posible visitar varias salas en las que se encuentran objetos de la corona a modo de museo histórico. En definitiva, una visita totalmente recomendable y de los lugares que más me impresionaron durante todo el viaje a Dinamarca. Aunque tengo que remarcar que especialmente la visita a la catedral de Roskilde me entusiasmó.

Interior Catedral de Roskilde
Interior Catedral de Roskilde

Pero la visita a este encanto medieval no había terminado ni mucho menos. A partir de aquí descendimos por un sendero rural hacia el fiordo de Roskilde, allí se encuentra su pequeño puerto y nuestra última visita de la mañana, el Vikingeskibsmuseet o museo de los barcos vikingos. Descendiendo nos fuimos introduciendo en Strandengen, un pulmón verde rodeado de pequeñas casitas que nos fue dando paso hasta la costa. Antes de llegar al museo vikingo visitamos Sct. Jørgensbjerg Church, su edificio no destaca en exceso, peor su singularidad radica en que es la iglesia de piedra más antigua de Dinamarca, de las que se conservan en la actualidad, datando del siglo XI.

Exposición Museo Barcos Vkingos en Roskilde
Exposición Museo Barcos Vkingos en Roskilde
Muelles Fiordo de Roskilde
Muelles Fiordo de Roskilde

El museo de barcos vikingo de Roskilde tiene una importante exposición al aire libre, con información histórica de todo el próspero pasado que tuvo la navegación con embarcaciones nórdicas y vikingas en la zona. Y es que tanto el museo lo componen tanto la zona cubierta como la exposición de libre acceso que encontramos a su alrededor. Fue gracias a las excavaciones que se realizaron a mediados del siglo pasado cuando se empezaron recuperar los restos de barcos hundidos en el año 1000, junto a Skudelev, para imposibilitar la navegación en la zona y así evitar las invasiones enemigas. Para visitar Vikingeskibsmuseet tenemos que tener en cuenta las siguientes consideraciones:

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  • Dirección: Vindeboder 12, 4000 Roskilde, Dinamarca.
  • Cómo llegar: Estación de Roskilde.
  • Horario: 10 a 4 de la tarde (invierno) hasta las 5 en verano. Cerrado 24, 25 y 31 diciembre.
  • Precio entrada: Entre 85 DKK y 120 DKK (año 2016) según temporada (museo).
  • Precio con descuento: 40 DKK estudiantes y jubilados.
  • Entrada gratuita con Copenhaguen Card o menores de 17 años.
  • Más información: Vikingeskibsmuseet.[/message]

La verdad que, aunque sea por ver la exhibición al aire libre, está más que amortizada la visita al puerto de Roskilde. Aunque nuevamente la visita está incluida en la Copenhaguen Card. En nuestro caso no entramos al museo, pero sí que disfrutamos enormemente de toda la exposición exterior, así como de su puerto. Debemos saber que entre los meses de mayo a septiembre es considerada la temporada alta. Como habréis comprobado en la información básica para visitar Vikingeskibsmuseet, en esos meses el precio de entrada es más caro, pues encontramos más actividades y algunos barcos vikingos flotados en el agua que se pueden recorrer y realizar excursiones de una hora sobre las mismas. Durante los meses más fríos es una parte de la visita que no se puede realizar, pues las inclemencias del tiempo no lo permiten. Dicho esto, es una visita que si vamos de viaje a Copenhague debemos hacer y totalmente imprescindible.

Vikingeskibsmuseet de Roskilde

Desde 1969 que fue inaugurado el museo para albergar las cinco embarcaciones vikingas que hoy en día se muestran, sus instalaciones se han ido ampliado con una oferta realmente interesante. Hoy en día además del museo encontramos la isla del museo y el puerto. A finales del siglo pasado se fue habilitando un entorno en el que se encuentra una colección de reproducciones de naves nórdicas y vikingas. Durante la misma se detalla el proceso de construcción tradicional de la época. Una vez realizamos todo el recorrido de la exposición, nos dimos un buen paseo por su puerto. Multitud de muelles con pequeñas embarcaciones, e incluso un barco restaurante (M/S Sagafjord) bastante curioso. Como no podía ser menos en ese día, la niebla nos hacía caminar por los atraques prácticamente sin ver más allá de nuestras narices. Fue muy divertido pasear por todo el puerto con esa atmósfera.

Y con esta visita rematamos la mañana, de nuevo deshicimos nuestros pasos, caminando nuevamente por Algade, esa calle comercial que de buena mañana se mantenía prácticamente a solas y horas después tampoco había cambiado mucho. Comimos algo rápido en Hestetorvet, pero sin perder excesivo tiempo, pues nos quedaban pocas horas de luz y la Sirenita nos estaba esperando. Pero eso a será algo que contaremos en la próxima entrada.

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Índice del viaje Copenhague Fin de año 2015

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

4 Comentarios

  1. Visitar Roskilde fue una idea bastante acertada. Pudimos conocer una ciudad con mucho que ofrecer en pocos metros cuadrados. Fácil de visitar, con un encanto palpable y con una historia muy presente. Imprescindible visitar su catedral y la zona al aire libre del museo vikingo. Yo no dudaría en volver.

    • A mi desde luego fue una escapada desde Copenhague que me encanto y me alegro de que hiciéramos. Habrá que repetir en verano y darse un paseo en barco vikingo 😀

  2. Holaaaa!!!! Os felicito por el blog.
    Me gustaría saber si ver la exposición exterior del museo de barcos vikingos y el puerto es gratis.

    • Buenas María José,

      Muchas gracias por tus palabras. Y efectivamente, podéis pasear por los alrededores de forma completamente libre. Y la verdad que merece la pena por la originalidad del lugar.

      Un saludote.

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