El primer día cuando llegamos a una ciudad por primera vez siempre es el más emocionante. Aunque la noche anterior pudimos ver algunos referentes turísticos de la ciudad iluminados desde el autobús que nos llevó al hotel, simplemente había servido para ponernos los dientes largos, y a la mañana nos levantamos bien pronto para darnos nuestro primer paseo por Berlín.
A media mañana tocaría dejar el hotel, por lo que aprovechamos para ir directamente andando hacia el icono por excelencia de la capital alemana, la Puerta de Brandeburgo, visitar sus alrededores y volvernos para hacer el check-out.
Lo primero que nos llamó la atención fueron los tubos rosas y azules que se encuentran por encima de nuestras cabezas en gran parte de la ciudad, eso es debido a que Berlín está sobre un terreno pantanoso, por lo que los primeros tubos sirven para drenar agua subterránea y los segundos para transportar agua reciclada. Según parece, cualquier excavación que se hace en una obra en esta ciudad, primero se saca la tierra, se inunda y luego toca drenarla. Prueba de ello es que el nombre de la ciudad podría venir del palabro «berle» que significa tierra no cultivable y que a su vez se podría unir a «berl «, lo que nos llevaría a tierra pantanosa. Aunque es común pensar que su nombre proviene de «Bär » que significa oso en alemán, el mismo que aparece en el escudo de la ciudad, pero esto realmente es un pensamiento erróneo.
Puerta de Brandenburgo
Después de andar un buen rato por sus calles llegamos a la antigua puerta de entrada a Berlín en la Pariser Platz, estamos hablando de Brandenburger Tor, como se la conoce en alemán.
La Puerta de Brandeburgo no es un arco de triunfo como el que podemos encontrar en París, sino que servía como puerta de entrada al «Nuevo Berlín», aunque hoy en día lo sitúa en pleno centro de la ciudad rodeado por enclaves tan destacados como la avenida de Unter den Linden, el parque de Tiergarten o el Reichstag.


Fue obra del arquitecto Carl Gotthard Langhans entre 1788 y 1791, creando una construcción de piedra arenisca de 26 metros de alto, 65,5 de ancho y 11 de largo con estilo neclásico como alegoría a los propileos de la Acrópolis de Atenas. La estructura está coronada por cuádriga de cobre de unos 5 metros de altura que representa a la Diosa Victoria. Como curiosidad esta figura no ha estado allí siempre, pues Napoleón se la intentó llevar a París durante un tiempo como trofeo de guerra. En cuanto al monumento, durante los años que estuvo vigente el Muro de Berlín, quedó en tierra de nadie entre el este y el oeste, únicamente los guardias de la RDA tenían acceso al monumento.
Cuando nosotros pasamos por allí, la plaza estaba tranquila, apenas había gente y se estaba comenzando a montar todo el escenario de luces y sonido para celebrar la noche de fin de año al día siguiente. Por sus alrededores aprovechamos también para ver la imponente fachada del Hotel Adlon de la cadena Kempinski, una auténtica institución en la ciudad con habitaciones que no encajan en el presupuesto de la mayoría de viajeros y por las que han pasado personajes como Chaplin, Hitler, Einstein o Rockefeller. Seguramente muchos recordaréis la famosa escena en la que el difunto Michael Jackson mostraba a su hijo desde uno de los balcones, pues fue justamente aquí. También aprovechamos para ver el interior del DZK Bank, donde podemos ver una singular estructura diseñada por el arquitecto Frank O. Gehry, el mismo que se encargó de realizar el Museo Guggenheim de Bilbao, salvando las distancias, me recordó un poco al Flamme d’Or de Tokyo.
Monumento del Holocausto


Desde esta zona salen diariamente tours gratuitos para visitar Berlín, suelen estar muy bien valorados por los turistas, pero nosotros preferimos ir a nuestro aire y desde aquí apenas a unos minutos al sur nos encontramos el Monumento a los judíos de Europa asesinados. Este campo inclinado de 19.000 metros cuadrados cubierto por una rejilla cuadriculada con 2711 losas de hormigón fue contruido por el arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold y comúnmente es conocido como Monumento del Holocausto.
Su meta es conseguir que el visitante se encuentre confuso e incómodo a medida que se va introduciendo entre los pasillos de la obra y sin duda lo consigue. Especialmente recomendable es la panorámica oeste, que nos deja apreciar cómo va creciendo la estructura con el Tiergarten al fondo, desde aquí comenzaremos a andar mientras nos van superando las estelas.
Como ya iba llegando la hora de coger las cosas y cambiar al que sería nuestro alojamiento definitivo durante el resto del viaje a Berlín, retomamos la vuelta. Lo hicimos por la avenida Unter den Linden con Fernsehturm al fondo con Fernsehturm. Dejamos atrás el Madame Tussauds Berlin, con un precio de 21 euros (precio 2014) y habiendo estado en el más famoso de ellos en Londres, preferimos no visitarlo, aunque sin duda puede ser interesante de conocer para quien no haya estado en una de las sedes de este museo de cera antes.
Nueva Guardia
Toda esta avenida la recorreríamos con más tiempo en días posteriores, pero sí que aprovechamos para parar en la Neue Wache, o Nueva Guardia. Este edificio de estilo neoclásico con columnas dóricas en su entrada fue construido en 1981 para conmemorar la derrota sobre las tropas napoleónicas. Hoy en día sirve como homenaje a todas las víctimas del mundo, del fascismo, las guerras o cualquier injusticia social. En el interior se puede ver una figura de una mujer que sostiene el cuerpo de su hijo sin vida. Es algo que se ve en apenas unos minutos por lo que merecía la pena pararse un instante.




Antes de llegar, también pudimos ver el río Spree a su paso por la Isla de los Museos y como el sol comenzaba a calentar un poco más cuando cruzábamos el Monbijoupark justo antes de encontrarnos con la contundente Sinagoga de Berlín. La Nueva Sinagoga se ubica hoy en día en Oranienburger Straβe para servir a la población judía de la ciudad, especialmente a inmigrantes del este, un lugar no solo para la oración, sino para la reunión de esta creciente comunidad. Fue la más grande de toda Alemania con capacidad para 3.000 personas, pero en la fatídica «Noche de los cristales rotos» ardió en la serie de ataques que llevaron a cabo las tropas de asalto de las SA con la pasividad total de las autoridades alemanas. En estos momentos sorprende aún su portentosa cúpula con influencias de arquitectura islámica e incluso cierto parecido a la Alhambra. Esta zona de la ciudad es interesante de recorrer, en especial el Spandauer Vorstadt , o el barrio judío, que si bien cada vez su alma es menos evidente, sí que aún cuenta con elementos muy destacables de su pasado como la propia sinagoga o el primer cementerio (Jüdischer Friedhof).
Desde aquí tomamos las maletas del hotel y pusimos rumbo al apartamento donde nos quedaríamos el resto del viaje, justo delante de la puerta del zoo de Berlín en el distrito de Kurfürstendamm (ver reseña). En esta ocasión probamos por primera vez las bondades del metro de la ciudad, desde este día comenzaríamos a usar la Berlin Welcome Card, como la teníamos para 5 días, pues nos haría el apaño para los que nos restaba del viaje.
Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm
Una vez dejamos todo bien recogido y comimos algo rápido, continuamos la marcha, la siguiente parada era clara, apenas a 2 minutos a pie teníamos la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, que además en navidad se encuentra rodeada de un precioso mercadillo navideño, tan típicos en Alemania. Data de finales del siglo XIX, pero hoy en día su aspecto no es ni la sombra de lo que fue por aquellos tiempos, pues durante la Segunda Guerra Mundial fue destruida y se conserva en el estado que quedó tras las bombas en memoria de lo sucedido. Junto a ella se construyó más recientemente una moderna capilla llamada «Iglesia Nueva» con unos cristales azules que rodean toda su fachada y que al caer la noche se iluminan. Al conjunto arquitectónico se le conoce coloquialmente como: «la polvera, la muela picada y el pintalabios».
Sus alrededores en esos días son una maravilla, con todos esos puestos navideños tan llamativos, pero toda esta puesta en escena tiene una contraprestación, pues en estas fechas la débil estructura de la iglesia se encuentra rodeada por una estructura para conservarla, ya que se encuentra en proceso de restauración, aunque su interior es motivo más que suficiente para visitarla.


Apenas nos distrajimos un rato en el mercadillo, cuando casi sin darnos cuenta se fue haciendo de noche, algo normal en esta época del año, que por regla general cuando rondan las 4 de la tarde ya el sol comienza a abandonarnos. Desde aquí tomamos una vez más el metro y nos plantamos en Checkpoint Charlie.
Checkpoint Charlie
El Checkpoint Charlie fue el paso fronterizo del Muro de Berlín entre 1945 y 1990 que conectaba la zona de control estadounidense y la soviética, pero solo lo usaban altos militares y empleados de la embajada aliada, así como extranjeros o trabajadores de la RFA y RDA. Su apelativo Charlie viene de la tercera letra del alfabeto fonético de la OTAN.
Hoy en día salvando el Museo del Muro del Checkpoint Charlie, el resto es todo de reciente construcción, a comienzos del presente siglo se creó una caseta de control idéntica a la que había en sus orígenes. Es uno de las principales atracciones de la ciudad, pero si os soy sincero lo veo todo demasiado explotado, fue sin duda lo que menos me gustó de la ciudad, pues se ve todo muy enfocado al turista y un tanto artificial, con la opción incluso de que nos plasmen los sellos de control como se hacía en la época en nuestro pasaporte. En la zona se pueden visitar varias retrospectivas con la historia del muro, el Trabi Museum, el Currywurst Museum, el único museo del mundo dedicado a la salchicha, y el Museo Checkpoint Charlie. Este último personalmente tampoco lo recomiendo, su precio es de 12,50 euros (precio 2014), no se pueden realizar fotos en su interior y para lo que ofrece me parece algo caro, además sus primeras salas suelen estar atestadas de visitantes, nosotros lo visitamos y no salimos muy convencidos, además gran parte de la información únicamente se encuentra en alemán, con algunos textos en inglés.



Topografía del Terror
Aunque si nos alejamos un poco de este escenario tan estrafalario, nos encontraremos con una visita de lo más recomedable en la Niederkirchnerstraße, totalmente gratuita y con horario de 10 de la mañana a 8 de la tarde, me estoy refiriendo a la Topografía del Terror.
En medio de un solar rodeado por un trozo del muro que se mantiene intacto, podemos encontrar un museo recomendado para los que gusten de darse un paseo por la historia de la ciudad durante el régimen de Hitler, cuyo edificio además fue partícipe de esa historia al ser la sede de la GESTAPO, por lo que por sus salas pasaron cualquiera de los incautos que se oponían a sus ideales, siendo interrogados y torturados. Sin duda un museo que sobrecogerá a cualquiera de sus visitantes, en especial al conocer todos los detalles referentes al aparato de seguridad que mantenía Hitler durante estos años. Como es normal la información únicamente se presenta en alemán e inglés, pero ya solo con la fotografía merece la pena la visita.

Museo Judío de Berlín
Para rematar el día por ese pasado tan oscuro de la historia de Alemania, pero que a su vez te hace pensar y replantearte muchas cosas, nos pasamos por el Museo Judío de Berlín. Aquí compramos la Museumspass, como aún somos estudiantes por el módico precio de 12 euros nos hicimos con ella (24 euros precio normal – 2014), como sabéis que nos gustan los museos y en los 2 días siguientes visitaríamos la Isla de los Museos, pues de sobra nos salía a cuenta, ya solo la entrada normal a este museo son 5 euros. Nosotros fuimos a pie ya que no se encuentra muy lejos del Checkpoint Charlie en la Lindenstraße, 9, pero el metro que mejor viene para llegar es la estación de Hallesches Tor.
Este nuevo museo que fue inaugurado en 2001 centra su exposición en la difusión de la historia y cultura judeo-alemana. Lo primero que hay que tener en cuenta es que es bastante grande, por lo que su visita unos ocupará al menos hora y media, es bastante visual, pero no estará demás ir leyendo las explicaciones durante el recorrido (en inglés).


Entre los espacios que más sobrecogen, destacaría la «Torre del Holocausto». el «Jardín del Exilio» y exposición de «Void» con 10.000 caras de acero repartidas por el suelo sobre las que podemos andar y notar cómo se estremecen a nuestro paso.
En nuestro paso comenzaremos por la llegada de los judíos a Alemania durante el Medievo, pasando por la Ilustración, el siglo XIX y como no podía ser menos, su éxodo y las obligadas deportaciones junto con la masacre judía. Había leído en muchas guías que no era un museo muy recomendable, que en la ciudad había otros mejores en tocar estos temas, pero a nosotros nos gustó la experiencia y su precio ya sea usando la tarjeta o no es muy competitivo.

Potsdamer Platz
Como ya iba siendo hora de cenar, nos fuimos hacia Potsdamer Platz, una de las plazas más animadas y conocidas de toda la ciudad. Nuevamente nos encontramos un ambiente de lo más navideño, con puestos donde tomar las famosas salchichas, multitud de luces por todos lados y varias pistas donde patinar sobre hielo. Su edificio más representativo es el Sony Center con su enorme cúpula de cristal y acero que durante la noche se ilumina con un vibrante espectáculo de colores. Es una zona muy frecuentada por berlineses, pues está repleta de cines y restaurantes. Se puede visitar la tienda oficial de Sony en la ciudad con varias tiendas con las novedades más destacadas del gigante de la electrónica japonesa, así como el Legoland Discovery Centre, una visita ideal para niños en la que encontraremos multitud de maquetas con los monumentos más significativos de Berlín realizados con las piezas de Lego.

Por la noche es una auténtica pasada, además en navidad luce aún más, encontraremos muchos muñecos de Papa Noel realizados con Lego y hasta un belén, pero sin duda lo que más nos sorprendió, fue encontramos al dragón Smaug de la película de «El Hobbit», revolcándose en sus riquezas perfectamente caracterizado, había sido hace pocas semanas el estreno y aún lo tenían allí plantado, nos encanta la saga y fue una pasada encontrarse algo así tan inesperado en la plaza. Entre otras curiosidades, en Potsdamer Platz colocó el primer semáforo de Europa, y se encontraba dividida durante la vigencia del muro.


La noche finalmente la terminamos cenando por alguno de sus puestos, y para no abandonar la tematica cinéfila, lo hicimos delante de los cines en los que anualmente se realiza la Berlinale o el Festival Internacional de Cine de Berlín. En ellos se premia con el Oso de Oro y los Osos de Plata a la mejor dirección y a la mejor interpretación en el Berlinale Palast. Un festival muy afamado y que normalmente suele coincidir con la entrega de los Oscars, por ello en los últimos años se está pensando cambiar la fecha para entregarlos en primavera.
La vuelta al apartamento la realizamos de la siguiente manera:
Con esto terminó nuestro primer día por la capital alemana, una jornada muy completa que nos hizo visitar alguno de los iconos más representativos de la ciudad, pero que solo fue un pequeño aperitivo, pues aún nos quedaban por delante otras 3 jornadas completas y el día siguiente sería especial, pues nuevamente viviríamos una entrada de año en el extranjero, la fama que tiene Berlín es que lo celebran por todo lo alto, por lo que prometía sin duda.
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30 Comentarios
¡Ya teníamos ganas de ver lo que os dio de si el recorrido berlinés! Coincidimos en lo de Check Point Charlie, una turistada sin interés. Ni siquiera la caseta es la original. Nosotros pasamos de camino a Topografía del Terror, mucho más interesante. Dado que no lo mencionas, lo diremos nosotros. La Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, efectivamente se encuentra en restauración, pero se puede acceder al pórtico de entrada, donde hay unos magníficos mosaicos que merecen mucho la visita.
Y, a evitar, el interior de la sinagoga. Muy lejos, en cuanto a interés artístico, de la de Budapest o de la de otra ciudad húngara, Szeged.
Saludos!
Afortunadamente creo que el Check Point Charlie fue la única visita que nos decepcionó durante la visita, que además fue pronto olvidada gracias a la visita seguidamente a Topografía del Terror y al Museo Judío. Como teníamos la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm tan cerca entramos un par de veces, pero había mucho andamiaje ya, se disfrutó pero habrá que volver en otra ocasión para ver su emplazamiento más liberado. Tomamos nota de las sinagogas que nos comentas, hasta la fecha es la más colosal que hemos visto, pero tenemos ganas de ir a Budapest y una de las razones es por ver su Gran Sinagoga.
¡Un saludote!
Una primera toma de contacto que, sin duda, nos hacía querer saber más sobre la capital alemana. Nos empapamos de su historia y, en los días que siguieron, conoceríamos más de ella.
Me sorprendió gratamente la Topografía del Terror, me esperaba mucho menos teniendo en cuenta que es gratuita, pero salí con la sensación de que merecía la pena su visita mil veces más que el museo Checkpoint Charlie, una de las visitas más caras que haríamos en la ciudad y, de lejos, la más decepcionante.
Increíble fue encontrarnos también con Smaug, un valor añadido que no esperábamos y que hizo que nos ilusionáramos como unos niños.
Estábamos impacientes por saber qué nos depararía el resto de los días.
Desde luego que la Topografía del Terror fue una de las sorpresas positivas del viaje, ni de lejos me esperaba que estuviera tan bien montada la retrospectiva de una parte de la historia alemana que tanto ha dado que hablar y que sobrecogerá a cualquiera que la visite. Un punto ver a Smaug en Potsdamer Platz, como molaba esa parte de la ciudad 😀
Qué recuerdos!! Nosotros la primera noche también fuimos a la Postdamer Platz. Aún recuerdo el Sony Center iluminado y con una música chill out que te hacía sentír como que estuvieses en el futuro, algo tipo Blade Runner.
La Topografía del Terror fue algo que nos impresionó mucho, tan solo con ver las fotografías y leer algún que otro texto te das cuenta de la barbarie de aquella época. Nos quedamos con ganas de ver el Museo Judio, pero bueno, siempre está bien dejarse algo y así tener una escusa para volver.
Un abrazo.
El Potsdamer Platz mola mucho y como dices tiene un cierto aire a Blade Runner, tremendamente futurista. Siempre es bueno dejar algo, no queda más remedio cuando los días son contados, lo mejor es ver lo que se ve bien y no ir a la carrera, ya se volverá, Berlín tiene suficientes motivos para repetir.
¡Un abrazo!
Hay que ver … conozco todo el sur y baviera, he vivido un año en Frankfurt, he trabajado también en Colonia, he estado haciendo algún curso en Hamburgo … pero nunca he estado en Berlín 🙂 …. y aunque ahora mismo no tengo ninguna gana de volver a la gris alemania en la que tanto tiempo pasé … sé que Berlin es un MUST para mí y para cualquier viajero, así que, al tiempo, tendré que volver.
Saludos.
Hay zonas que se resisten, yo tenía muchas ganas de ir a Alemania y era fijo que lo primero que me apetecía conocer era Berlín, la próxima vez espero comenzar a recorrer el sur y su Selva Negra que es algo que me llama mucho también.
¡Saludos! 😀
Voy tomando nota de todo para cuando viaje para allí, debe ser estremecedor todo lo relacionado con la época oscura de la guerra pero creo que hay que visitarlo para conocer una parte importante de la ciudad. Desde luego que en el primer día no desaprovechasteis el tiempo y os disteis un buen paseo por la capital alemana!!! 😉
Aprovechado a pesar que tuvimos que cambiar de alojamiento en mitad de la mañana, sino hasta nos hubiera cundido más, pero no nos quejamos, vimos muchos de los puntos imprescindibles y aún nos quedaba 3 días más por delante 😀
Una buena selección de visitas para un día (por cierto, muy completa). Es del estilo de la ruta que habíamos hecho nosotros y de la que también acabamos agotados 🙂 Vosotros tuvisteis la suerte del mercado navideño y a mí me toco ver la ciudad con nieve 😉
Creo que si volviese a repetir un día así, dejaría de lado el museo de Topografía del Terror, para dedicarle un día entero a él solo. Está claro que el tiempo nunca da de sí tanto como nos gustaría, pero creo que lo merece. Su contendido es tan denso que cuesta digerirlo, aunque sean bocados pequeños 🙁
Gracias por volver a llevarme a Berlín y sacarme de aquí por un ratito en este día de lluvia 🙂
Nunca se puede ir con todo el tiempo que se quiere, pero al menos se va dedicando un tiempo prudencial a los lugares que lo merecen, veo que hay mucho fan del museo de la Topografía del Terror, está claro que deja huella.
Me alegra que te haya hecho revivir tu viaje, que suerte lo de la nieve, nosotros al final nos escapamos de ella xDDD
Berlín, una ciudad que la tenemos en mente para viajar un puente. Nos han dicho que es muy bonita y seguro que es así. Espero que lo pasaseis en grande en nochevieja. SALUDOS!!!
Es una ciudad ideal para visitar en 3 o 4 días, aunque si se quiere se le puede dedicar muchos días más. Espero que mis relatos os animen a visitarla pronto.
¡Saludos! 😀
Le tengo muchas ganas a Berlín, pero al no haber vuelos baratos desde aquí, queremos aprovechar para conocer un poco más de Alemania en el mismo viaje y no sé cuándo podrá ser. Lo de ver los monumentos de noche desde el autobus me recordó nuestra llegada a Londres en el bus de Terravision, desde el que también vas viendo muchos de los monumentos.
Nos pasaba lo mismo, desde aquí cuesta encontrar vuelos baratos a Alemania como pueda haber a otros destinos, pero al final las ganas han podido y hacia allí que nos fuimos. Ese mismo recorriendo en Londres lo vivimos nosotros en 2009, toparse de buenas a primeras por la noche con el Big Ben, ver el Támesis y el London Eye, desde luego que te hace ilusión y ya comienzas a creerte que has llegado jaja
Primer día muy completo y muy bien descrito. Este año por las circunstancias que ya sabes voy a tener que anular prácticamente todos los viajes que tenía planeados, pero quizá haga una escapada a Berlín a finales de año y tome tu guía como referencia. Es más, me fotografiaré exactamente en los mismos lugares que vosotros, para que parezca una mala copia xDDDDDDD
Un año un poco chungo te espera, pero bueno a ver si a final de año te puedes escapar por aquí. Espero ver esas fotos, igual dan hasta para una entrada xDDDDD
¡Saludotes y a mejorarse! 😀
Berlín es una de aquellas ciudades que no sé por qué me daba «pereza». Estuvimos el año pasado en Semana Santa y me sorprendió. Aunque lo tengo todo muy reciente, tu recorrido me ha hecho revivir nuestro viaje.
Un abrazo
En ocasiones hay ciudades que sin estar en top de preferencia, al final acaban sorprendiendo, en nuestro caso Alemania en general nos llamaba mucho la atención y su capital con especial predilección, ojalá que mis relatos te entretengan y puedas rememorar vuestro viaje.
¡Un abrazo!
Pues os cundió un montón el primer día! Nosotros no entramos en el Checkpoint charlie, pero si que hicimos una excursión a pie por Berlín que nos gustó muchísimo porque nos contaron muchas cosas de la ciudad. Me faltó tiempo para ir al Museo de los Judíos… Otra vez será!
Un abrazo
Hicisteis bien en no entrar, para nuestro gusto no es una visita del todo recomendable, hay museos a menor precio mucho más interesantes, como pueda ser el Museo Judío de Berlín. Nosotros somos de piernas ligeras, por grandes que sea una ciudad, si el transporte público es bueno y no llueve nos la pateamos sin pudor 😀
¡Un abrazo!
Excelente primer día, no sé como serían los siguientes pero os vistéis bastantes cosas interesantes de Berlín. Me encanta esta ciudad!!! Un saludo
El primer día digamos que casi fue de tanteo para ver algunas zonas destacadas de la ciudad, pero los siguientes no se quedaron atrás, eso seguro 😀
¡Saludos!
Leyendo tu post me vienen recuerdos de la semana que pasé en Berlín durante mi viaje de mochilera de cuatro meses por Europa, hace ya algo más de diez años de eso. La verdad que al leer tu post me doy cuenta de que no visité muchos de los sitios emblemáticos de la ciudad, tal vez porque entonces estaba viajando con un grupo de australianos que lo que más les interesaba era ir al festival de Love Parade, y creo que no aproveché los días lo suficiente. Sí recuerdo que un día hicimos una visita guiada de la ciudad, quizás el único día que aprendí algo interesante sobre ella. Quizás algún día vuelva para verla de nuevo en otro plan. Saludos!
Hay viajes que no queda otra que disfrutar del destino de una forma diferente y perderse alguno de sus encantos, pero al menos te empapas del ambiente festivo que como comprobamos en esta ciudad durante fin de año es una maravilla. Ya habrá ocasión de hacer una visita turística en otra ocasión más intensiva.
¡Saludos!
Quiero saber más!!! Jaja excelente crónica!!! Me muero de ganas de ir a Alemania, ojalá pronto se me cumpla!!!
Un saludo desde tierras mexicanas!
Pues mientras tanto aquí estoy yo para enseñarte de primera mano la capital. Lo iré enseñando en pequeñas dosis, en estos meses tocará dosificarlo con otros temas 😛
¡Un saludote!
Hola, soy nueva por aquí, hace ya un par o tres semanas que encontré tu blog y te escribo para darte las gracias porque con cada entrada sobre los viajes que has hecho me encanta y voy pillando ideas para cuando haga mis viajes 🙂 aunque tengo que decir que cada vez me lo pones más difícil para escoger destino, ya que encontré tu blog buscando informacion sobre viajar a París en invierno, pero vas cotilleando un poco y te encuentras con otros lugares cómo Berlín y no sabes a dónde si ir a uno o al otro primero, por eso , y para que me des tu opinión al respecto, ¿a dónde me recomendarías ir primero: a París o a Berlín?. Espero impaciente tu respuesta.
Mil gracias
Mila
Bienvenida Mila,
Me alegra que mis entradas te sirvan de inspiración para futuros relatos. Desde ya te animo a que si en un futuro te puedo ayudar, por aquí ando.
En cuanto a tu duda, creo que sea uno u otro, será caballo ganador. A nivel navideño ambas ciudades están muy bien, aunque los mercadillos alemanes son una pasada. Si os gusta la fiesta, Berlín, si os gusta una ciudad más turística y a mi modo de ver romántica París. También dependerá del número de días, todo lo que sea tener más de 4 días apostaría por París, una escapada de 3 días Berlín. Si os gustan los parques de atracciones París eso no cabe duda 😀
¡Saludotes!