En la provincia de Málaga y junto al límite de la provincia de Cádiz se encuentra el municipio de Casares, un clásico pueblo blanco andaluz que se extiende sobre los últimos pliegues meridionales de la Serranía de Ronda, en el borde oriental del Campo de Gibraltar. Sus orígenes vienen de muy atrás, en tiempos de íberos y fenicios, encontrándose 3 aras con inscripciones en los restos de la ciudad de Lacipo, cuyos resultados arqueológicos nos permiten concluir que se establecería allí entre los siglos I a. C. al siglo I. Su nombre deriva de Julio César, ya en en el año 61 a.C. utilizó los próximos baños de la Hedionda para curarse con sus aguas sulfurosas la enfermedad hepática que padecía, las cuales se hicieron famosas en toda Roma.
Debido a la proximidad de este pueblo, había estado en anteriores ocasiones, pero nunca con el pretexto de hacer un reportaje del mismo, es por eso que el pasado fin de semana nos fuimos para allá con la intención de explorarlo lo mejor posible. Para llegar dependerá de la vía de acceso que tomemos si lo hacemos desde la carretera nacional N-340, tendremos que llegar hasta el Km. 146 donde nos encontramos con una intersección con la carretera local de Casares MA-8300, en ascensión durante 14 km. hasta el pueblo. Si lo hacemos desde la carretera local Manilva-Gaucín A-377. tendremos que tomar el cruce hacia la MA-7150 donde a los pocos minutos llegaremos y por último si se hace desde la Autopista del Mediterráneo, por su tramo Estepona-Guadiaro, tomaremos la salida de Manilva, para luego tomar dirección Gaucín hasta un cruce donde reenganchamos con la anteriormente citada MA-7150. Realmente todo está bien señalizado por lo que no tiene pérdida, aunque la carretera tiene bastantes curvas y es un tanto extrecha. En caso de no disponer de transporte privado, lo más sencillo es tomar la linea de autobuses Casares-Manilva-Estepona que opera de 8 a 4 de la tarde dirección Estepona y de 1 a 7 dirección Casares, no operativa los domingos.

El pueblo se precipita sobre la ladera de una montaña, por lo que una vez estamos allí, lo mejor es aparcar en alguna de las zonas habilitadas para ello próximas a la carretera que lo rodea y desistir a bajar, pues normalmente suele haber aparcamiento arriba, salvo que vayamos en un día de fiesta señalado en el municipio y así evitaremos circular por unas calles ideales para pasear, pero no para moverse con el coche y mucho menos para encontrar aparcamiento.
Si seguimos las indicaciones de cualquiera de sus accesos, aunque el más cómodo para mi gusto es el que se hace a la derecha del Restaurante Mi Cortijo, desde donde además disfrutaremos de unas vistas estupendas de Casares, llegaremos fácilmente al centro del pueblo. Una vez descendamos durante unos minutos serpenteando por sus calles, llegaremos a la Fuente de la Plaza de Carlos III, de estilo neoclásico, pertenece a las reformas hidráulicas del siglo XVIII y que se terminó de construir en el año 1785, bajo el reinado de Carlos III. Fue el remate de unas obras que sirvieron para encauzar el agua del manantial y pozos del Puerto de las Viñas y que llevaran la corriente hasta el centro de Casares. Un lugar estupendo para beber fresca agua de la sierra. Alrededor de esta fuente al encontrarse en pleno centro (Plaza de España), se desarrolla una importante actividad en locales de restauración, bares y restaurantes donde comer o tomar algo, así como el punto ideal donde comenzar nuestra visita siguiendo las indicaciones pertinentes.


En esta plaza podemos visitar la Iglesia Parroquial de San Sebastián, ermita del siglo XVII con una única nave, albergar en su interior la imagen de de Ntra. Sra. Del Rosario del Campo, patrona de Casares, imagen que en el mes de mayo es trasladada a su ermita, junto al cruce de los ríos Genal y Guadiaro, para celebrar su Romería, época ideal para visitar este municipio.
Durante esta visita a Casares al fin he podido estrenar las botas Panama Jack que me enviaron hace unas semanas, tras ser uno de los seleccionado en una de las campañas lanzadas por Blog on Brands, una nueva comunidad que intenta unir a bloggers y empresas del sector para aprovechar su influencia y generar acciones de promoción, desde luego todo un acierto. En cuanto al producto que he podido probar, no me cabe duda que estos fantásticos zapatos con los que me veis en las 2 siguientes fotografías, me van a acompañar en más de un viaje y especialmente en rutas de senderismo, de aspecto robusto, buen acabado y comodidad más que satisfactoria, tengo que reconocer que me han encantado y hacía tiempo que andaba buscando unos zapatos de este estilo que aguantaran sin inmutarse a un todoterreno como soy yo, que igual se tira 8 horas sin parar de andar, además después de una buena caminata y con el hándicap de estrenarlas ese mismo día, tengo que decir que mis pies no se quejaron, algo desde luego que se agradece y que me hace ver que van a dar mucha batalla 🙂


En este pueblo si tenemos que destacar un personaje histórico por encima del resto de los nacidos allí, ese es Blas Infante, el 5 de julio de 1885 nacía en la calle de la Carrera Nº 46, Blas Infante Pérez, hijo de Luis Infante Andrades y de Ginesa Pérez Romo, familia de labradores. Paso sus primeros años en Casares donde tuvo contacto con las problemáticas de Andalucía por aquella época, muchas de las cuales aún perviven en nuestros tiempos, para luego moverse más próximo a la capital de la provincia malagueña para cursar estudios superiores, hasta que gracias a la ayuda económica de sus padres consigue matricularse en la Universidad de Derecho en Granada donde cursa sus estudios de forma sobresaliente, pocos años después aprueba unas oposiciones y se convierte en Notario en Sevilla. En esta ciudad y con sus ponencias en la ciudad de Ronda se comienza a convertir en un abanderado del movimiento nacional andaluz, siendo su último escrito el Manifiesto a todos los andaluces, un llamamiento a aunar voluntades y esfuerzos en pos de la autonomía. Es por tanto considerado el padre de la patria andaluza. Su vida terminó de forma trágica cuando después de sobrevivir en varias ocasiones a una muerte casi segura por los falangistas, hacia las 11 de la noche del día 10 de agosto, junto con algunos detenidos, lo que parecía inevitable sucedió, cayendo fusilado.
Es por ello que se guarda un gran recuerdo y con orgullo de este ilustre casareño en todo el pueblo, con placas que nos van contando algunas facetas de su vida e incluso podemos ver la casa donde se crió. El carácter nacionalista y sindical de Casares es evidente, algo que podemos comprobar en la plaza dedicada a Marcelino Camacho, fundador y primer secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) entre 1976 y 1987, y diputado comunista por Madrid entre 1977 y 1981 y punto desde el que podemos divisar unas estupendas panorámicas de Casares con la peña donde se alza el Castillo y la Muralla Árabe. Allí también podemos ver la Iglesia de la Encarnación que recientemente ha sido restaurada y cuya plaza de la parte delantera cuenta con una fuente y unos bancos con decoración inspirada en Gaudí.


Cuando comenzamos a caminar por sus estrechas, empinadas y sinuosas calles, con casas a ambos lados perfectamente encaladas, desde luego nos damos cuenta que estamos ante un prototipo claro de villa andaluza. Las macetas le ponen la nota de colorido a un blanco inmaculado que nos atrapa y nos invita a seguir recorriendo esas vías empedradas en las que rara vez aparece un coche, especialmente por la estrechez entre muros.



Si tenemos intención de parar allí a comer, ya sea en alguna de las ventas presentes en la carretera que bordea el pueblo, o en el mismo municipio, no debemos dejar pasar la oportunidad de probar su famosa sopa casareña o el conejo a la montaña. Sus marcados tintes labradores se resaltan en algunos de sus restaurantes, donde podemos ver colgados artículos de esparto, herramientas de labranza, bordados, cerámica, joyería, tallas de madera y vidrio, desde luego un sitio de lo más auténtico.

A medida que ascendemos por la Calle Arrabal, vía estrecha y peatonal que une el centro del pueblo con el castillo, comenzamos a ver los primeros vestigios de la muralla defensiva, uno de los que mejor se conservan es el Arco del Arrabal, una puerta abierta en el ángulo norte de la muralla del Recinto del Castillo, próxima a ella vemos el callejón de Pepe Largo, conocido como «la peña» ya que se encuentra excavado debajo de un cerro pedregoso.

Una vez arriba llegaremos al Castillo y Murallas Árabes de Casares, sobre una prominente elevación de roca caliza se encuentran los restos que se conservan de la fortaleza, así como los resultados de las diversas excavaciones realizadas en su solar, sostienen que las primeras referencias de este enclave datan del siglo XIII cuando formaba parte del protectorado benimerín. También ser conservan restos de los muros de la muralla, así como de las torres del Alcázar en la parte más elevada del lugar, aunque sensiblemente deteriorados.
Un dato a tener en cuenta, es que aunque vayamos en un día de calor, a medida que ascendemos las temperaturas se harán más frescas y más aún si corre viento, para prueba este vídeo:
La única puerta de acceso a la fortaleza se la conoce como «Arco de la Villa» y aún se conserva, situada en un pasadizo acodado en donde en la actualidad se encuentra el Museo de Etnohistoria, conocido como Centro Cultural Blas Infante, en lo que en el pasado era la Iglesia de la Encarnación construida en el S.XVI, sobre la antigua fortaleza árabe del S.XIII, fue inaugurado en 2010 y podemos encontrar exposiciones permanente con la historia de Casares e incluso subir hasta su campanario para disfrutar de las vistas. Aunque tenemos que tener en cuenta que los domingos permanece cerrado.



Desde arriba podemos presenciar unas vistas estupendas, hay que tener en cuenta que en Casares confluyen 3 grandes espacios naturales, por un lado Sierra Bermeja, de origen volcánico y con el pinsapo como vegetación endémica, por otro el macizo de Sierra Crestellina, paraje protegido y casa de los buitres leonados donde paran a nidificar y por último, el Monte del Duque, donde frondosos bosques de encinas, alcornoques y quejigos se enmarcan como lugar de interés comunitario.
En días claros podemos ver perfectamente el Parque Natural de los Alcornocales, el Campo de Gibraltar, el Cerro de la Molina y el municipio de Jimena de la Frontera. Esta panorámica desde luego es una excusa perfecta para hilar con las próximas entradas que realizaré en el blog, pues como ya os he ido adelantando, en los próximos meses voy a intentar mostrar un poco todo lo que ofrece la provincia de Cádiz.
28 Comentarios
Es una pena no haber podido ir con vosotros a Casares, se ve un pueblo con encanto, así que mucho me temo que tendrás que repetir la experiencia 😛
No te preocupes, que estando tan cerca no tardaremos en volver por allí para que lo conozcas 😀
¡Que guay lo de las botas! Nosotros hace tiempo que las tenemos (en concreto, Edu usa las mismas que tú) y la verdad es que son una pasada. Cuanto más las usamos, más cómodas 😀
Por cierto, chulísimo Casares ^^
Son unas botas estupendas, desde luego que les voy a sacar un partido bueno y como dices, Casares es una maravilla, una visita imprescindible si se viene por aquí 🙂
Muy chulo el pueblo… y las botas!! Ahora a darles caña en proximos viajes!! 😀
De eso no cabe duda, a ver si el tiempo nos respeta y vamos a darle caña por la montaña 😛
Qué bonito es el pueblo!!! Cuando me deje caer por la zona, habrá que hacerle una visita. Y qué guay lo de las botas!! No imaginaba que pudieran ser tan cómodas!
Un abrazo
Cuando vengáis os preparo una buena ruta por los pueblos de la zona y desde luego Casares estará en esea lista 😀
Un abrazo!!
Hola! un pueblo muy de nuestra tierra, con casas encaladas y muy bonito. Muy chulas tus botas 😉
Un saludo y en mi blog tienes un regalillo.
Ya te digo, un pueblo que cumple el canon clásico de esta tierra jeje
Uhhh que misterio voy a ver 😀
Saludotes!!!
Un pueblo de lo mas pintoresco, la verdad es que los bloggers debemos dar a conocer muchos de estos pueblecitos con encanto que tiene España y que no se conocen!!!
Las botas una pasada!!
Estoy contigo, está bien hablar de grandes urbes de medio mundo, de pueblos con encanto de civilizaciones recónditas, pero no nos podemos olvidar de donde vivimos y es nuestro deber también dar a conocer pueblos tan bellos como Casares. Desde luego que las botas son una maravilla 😀
Pues sí… no me extraña que haya aerogeneradores por la zona, porque con el viento que se ve que hace en el vídeo seguro que ejercen bien su función.
Un pueblecito muy bonito. De esos típicos blancos que tenéis por Andalucía.
Ahora a darles caña a esas botas… que no decaiga la cosa!!
Un saludo 😉
Toda esa zona está plagada de hélices, el Campo de Gibraltar es una zona ideal para aprovechar el viento que hace y más en zonas altas. Esas botas van a ser igual de todoterreno que el dueño 😀
Saludotes!
¡Hola muchacho!
Un pueblo realmente precioso. He estado varias veces de paso por motivos laborales y me sorprede lo que me he perdido tras ver tus excelentes fotos. Tendré que pararme con detenimiento para admirar la belleza de Casares.
Buenas botas!!!
Un abrazo.
En ocasiones pasamos a escasos metros de pueblos con mucho potencial por asuntos laborales o personales y luego te das cuenta de lo que te pierdes por no haber parado. Me alegra que esta entrada te haya animado a visitar Casares.
Un abrazo!
Un pueblo con mucho encanto, me han encantado las vistas panorámicas del pueblo. Un buen sitio para estrenar las botas, porque me da a mi que menudas cuestas debe haber! 🙂
Saludos!
El pueblo tiene cuestas, pero menos de lo que podía parecer para ser un municipio de montaña, la verdad que se pasea muy cómodamente por sus calles y es una maravilla divisarlo desde arriba de la montaña 🙂
Saludotes!
Un pueblo precioso y unas botas todoterreno!! Les auguro muchos muchos kilómetros!!!! un saludo
Eso no cabe duda Fran, estas botas se van a volver viajeras por pura necesidad 😀
Saludos!!!
Precioso el pueblo y preciosas las botas! A seguir disfrutando de las rutas, los viajes y los sueños bien calzado 😉
Que así sea, cumplir sueños es algo fundamental en la vida y si es a través de nuevos viajes mucho mejor 🙂
Me ha gustado un montón esta ruta. La verdad es que el lugar es absolutamente desconocido para nosotros, tal vez allí sea famoso, no lo se. Lo que si creo es que hay lugares que se llevan la fama, y otros, con mucho más encanto pasan desapercibidos, al menos fuera de la zona de influencia más cercana. En fin, un descubrimiento.
Y felicidades, por currarte así este post. Te has mantenido fiel al tu trabajo habitual en el blog, y no es lo habitual. 😉
Saludacos!
Por aquí este pueblo es muy conocido, especialmente por todo el tema de se la cuna de Blas Infante, pero desde luego que si venís por la zona debéis de visitarlo, por algo suele aparecer entre los pueblos más bellos de España 🙂
Todo sea por mantener la linea del blog y no caer en malo hábitos jeje
Saludotes!
Qué bonito el pueblo, me han encantado las fotos. Yo tampoco lo conocía, así que apuntado queda para una próxima escapada 😉 ¡Espero veros por el TBMCatsur!
Un abrazo
Me alegra que tanta gente haya conocido a través de esta entrada Casares, ojalá tengáis la posibilidad de visitarlo pronto 🙂
No dudes que allí estaremos por el TBMCatsur!!!
Un abrazo!
Que tal la carretera?
Buenas Carmen,
Carretera de montaña con algunas curvas, pero el tramo más virado no es muy largo.
Un saludote.