Los primeros rayos de Sol se colaban por la ventana de nuestra habitación en la planta 9, seguramente no habíamos dormido todo lo que hubiéramos necesitado, pero… ¿quién se iba a quedar más tiempo en la cama estando en una ciudad tan fantástica como Tokyo? Eran poco más de las 6 de la mañana cuando nos preparamos para comenzar con el primer día completo que pasaríamos en la ciudad. El planning era ambicioso, no íbamos a estar todo el tiempo que nos hubiera gustado y había que aprovechar en cada jornada lo más posible para que no quedara nada de lo denominado imprescindible por visitar. Nuestro hotel se encontraba en Asakusa y justamente detrás, se hallaba el templo de Sensoji, lugar desde el que se fue desarrollado este barrio de Tokyo, uno de los más coloridos e interesantes de toda la ciudad. Por lo que en primer lugar era de recibo comenzar nuestro día por conocer la zona próxima al hotel. Cuando revolvimos la esquina y nos adentramos en el perímetro me sentí totalmente sobrecogido, comencé a creerme en ese instante que era verdad, que estaba en Japón, después de tantos años soñando con visitar este maravilloso país, estaba comenzando a cumplir ese sueño. Por aquellas horas el templo de Sensoji estaba prácticamente vacío, apenas unos cuantos cuervos rompía el sepulcral silencio del santuario más antiguo de Tokyo. Cuenta la leyenda que Takenari y Hamanari, dos pescadores que realizaban su oficio en el río Sumida se encontraron una estatura de oro de Kannon, la diosa de la merced. Ellos optaron por devolverla a su sitio, pero misteriosamente siempre volvía a aparecerse ante ellos. Al final los pescadores decidieron llevarla a Hajinomatsuti donde la guardaron en un santuario cercano de Asakusa y desde ese momento el barrio comenzó a prosperar. Por ello se les considera los fundadores de Asakusa.

Templo Sensoji

Templo Budista Sensoji
Kannon-do en Tokio

Toda el área gira entorno a la Sala Kannon-do, una impresionante pagoda donde se encuentra la estatua que hallaron hace más de 1.000 años, pero desgraciadamente nunca se ha mostrado al público. A su derecha podemos ver un monasterio sintoísta de reducido tamaño, pero con gran tradición ya que atrae a una gran multitud de personas todos los meses de mayo para el Sanja-matsuri, uno de los tres grandes festivales de Tokyo en la actualidad.

Delante encontramos un gran incensario en japonés «O-Koro» que según se dice su humo sirve para curar a los enfermos y fortalecer a los débiles. Nosotros optamos por hacer una de los actos más típicos en un templo en Japón, comprar un «Omikuji» o lotería sagrada en donde se revelará nuestra suerte. El procedimiento es muy sencillo, introducimos en una cesta los 100 yenes que cuesta y de una especie de hucha con un orificio redondo sacamos una varilla, cotejamos la escritura que tiene y vamos a uno de los cajones que hay para sacar ese papel y ver que suerte nos depara.

Según sea buena o mala la suerte que nos aguarda, tendremos que hacer una cosa distinta con el papel, cuando la predicción es mala, se debe atar o en un árbol de pino próximo o por el contrario en algún tendedero de los que suelen tener los templos. La razón es que la mala suerte quedará esperando en el árbol de pino, no es casualidad, pues es un juego de palabras en japonés con matsu, que puede significar pino como sustantivo y esperar como verbo, y no irá al portador. Si el omikuji es de buena suerte, el portador puede guardar el papel.

En mi caso me salió suerte regular, mientras que a Carmen le salió mala, ambos optamos por dejarlos enrollados, en el lugar. En el papel también venían aspectos específicos de la vida cotidiana y algunos consejos para conducirnos hacia el buen camino. Bastante curioso y es algo que al menos una vez en el viaje se debe hacer 😀

Omikuji en Asakusa, Tokio
Atando los omikuji en el templo Sensoji

A la izquierda del santuario principal encontramos la pagoda de cinco pisos y en sus alrededores no debemos dejar de pasar la oportunidad de visitar el jardín Denbo-in un lugar muy calmado ideal para relajarse y caminar por  Kappabashi Dogugai la calle donde se encuentran las tiendas que venden a los restaurante los típicos platos de cera con réplicas de los principales comidas japonesas, algo que suele llamar bastante la atención y que nos sacará de más de un apuro si entramos en algún lugar a comer y no sabemos muy bien que pedir.

Pagoda de 5 pisos en Asakusa

Si cruzamos la puerta de Hozomon pasaremos a Nakamise, una calle comercial con tiendas a ambos lados donde podremos comprar todo tipo de souvenirs típicos no tan típicos. Pero a esas horas todo estaba cerrado aún y tendríamos que esperar al día siguiente para pasar y ver como era aquello a un horario más normal. Por lo que seguimos nuestro camino hacia el sur y llegamos finalmente a lo que se conoce como la entrada principal al recinto donde se encuentra Sensoji, la puerta de Kaminarimon, un impresionante pórtico que se encuentra custodiado por Fujin dios del viento a su derecha y Raijín dios de la tormenta a la izquierda. Aunque lo que más llama la atención es la gigantesca linterna de 4 metros que cuelga sobre ella.

Calle Nakamise en Asakusa
Puerta de los truenos o Kaminarimon en Tokio

Como llegar a Asakusa

Si queremos llegar al templo en transporte público tendremos que tomar el metro con las líneas Asakusa (A) o Ginza (G).

Nuestro siguiente punto a visitar era el parque de Ueno, para ello optamos por darnos un paseo recorriendo el siguiente itinerario:

Aproximadamente 2 kilómetros nos separaban del distrito de Ueno en el barrio de Taito. Realizamos el camino en apenas media hora hasta que llegamos al parque de Ueno, su nombre significa  «Regalo imperial Parque Ueno» ya que fue una concesión territorial del emperador a la ciudad en 1924. Allí se encuentran alguno de los centros culturales más importantes de Tokyo. Es uno de los lugares más espectaculares para ver el «hanami», tradición que consiste en observar la belleza de las flores, pero que especialmente se centra en el florecimiento del cerezo durante la primavera. Aquella mañana pudimos ver los primeros árboles floridos y fue algo sensacional, aunque la mayoría de cerezos eran más tardíos, por lo que aún estaban cerrados.

Parque Ueno

Cerezos en flor en Tokio
Parque Ueno en Tokio

A parte de pasear, allí podemos visitar El Museo Nacional de Tokio, el Museo de Arte Occidental, el Museo Nacional de Ciencia de Japón y el Zoo de la ciudad donde poder ver a los osos panda y que justamente por esas fechas cumplía 130 años. El horario de apertura está entorno a las 10 de la mañana, por lo que nos dimos una vuelta por la zona para ver el santuario de Toshogu y la estatua del último samurai, Saigo Takamori,  y aprovechamos que aún era pronto para llegarnos a la estación de trenes de Ueno para poner en regla nuestra Japan Rail Pass y reservar los shinkansen para los viajes que haríamos en los sucesivos días. Si queréis ver como se realiza ese procedimiento os recomiendo que echéis un vistazo a esta guía: Transporte en Japón – Japan Rail Pass.

Como nuestro tiempo en Tokyo era muy limitado y el presupuesto 3 cuartos de lo mismo, nos decantamos por visitar únicamente el Museo Nacional de Tokyo, está marcado en muchas guías como una de las visitas imprescindibles de la ciudad y mi consejo es que si os gustan los museos y conocer un poco más de la historia del país, merece mucho la pena visitarlo. Nosotros compramos la entrada general que da acceso a la galería japonesa en el Honkan. El precio fue de 400 yenes, pese a que costaba 600, pero como teníamos la tarjeta universitaria nos hicieron el descuento, no es necesario llevar ninguna tarjeta internacional, con la de nuestra propia facultad sirve. El horario es de 9:30 horas a 17:00 y los lunes está cerrado, en caso de que el lunes sea previamente festivo, el cierre se pasa al martes.

Como llegara a Ueno

Si queremos usar el transporte público para llegar podemos elegir entre: Metro: líneas Hibiya (H) o Ginza (G) & Trenes JR: Línea Yamanote.

Museo Nacional de Tokio

Edificio Museo Nacional de Tokio
Trajes históricos en Museo Nacional de Tokio

El museo alberga una amplia colección de objetos de gran valor arquitectónico y artístico que comprenden varias de las eras del país y de otros países asiáticos. Sus más de 100 mil objetos, muchos de ellos pertenecen al Tesoro Nacional Japonés, nos permiten dar un paseo en el tiempo por las eras más importantes de la nación. La Galería Japonesa «Honkan» está alojada en un edificio de 2 plantas con un total de 24 salas organizadas de forma cronológica que muestran el arte japonés desde las primeras figuras de arcilla del período Jomon anteriores al 10.000 a. C. hasta el grabado en madera del siglo XIX. No faltan trajes típicos de la época, biombos con representaciones históricas, katanas e incluso trajes de sumarais perfectamente conservados. Existe impresos en distintos idiomas para ampliar la información durante nuestra visita, aunque vi que había unos cajones donde supuestamente había folletos en castellano, no quedaba ninguno, por lo que nos tuvimos que conformar con cogerlos en inglés. Un dato a destacar, es como se hacen las cosas de bien en este país, incluso en tenas tan simples como una entrada, que son verdaderamente para guardarlas para recuerdo o en los propios folletos informativos, con unas decoraciones, colores y motivos de lo más impresionantes, si sois como yo, de los que va guardando cada panfleto que voy cogiendo de los lugares que visito, en esta ocasión no tendréis excusa, eso sí, volveréis con unos cuantos kilos extra en la maleta, solo de «papelajos» 😉

Armadura samurai en Museo Nacional de Tokio

Por la parte de atrás podemos visitar un típico jardín japoneses, con su lago con carpas, sus árboles perfectamente podados con esas copas tan singulares e incluso con casitas que recrean la vida en la ciudad hace cientos de años. Un lugar de los más agradable que complemente la visita al museo. Si lo creemos conveniente podemos comprar otras entradas para ver exposiciones temporales.

Jardín del Museo Nacional de Tokio
Calles del parque Ueno en Tokio

Eran más de las 11 ya y tocaba continuar nuestro camino, dejamos atrás el parque de Ueno y nos acercamos a uno de los «must see» del viaje, al menos para mi, el barrio de Akihabara. Para llegar allí había que cruzar Ameyayokocho. Para eso seguimos este trayecto a lo largo de algo más de 1 kilómetro:

Ver mapa más grande

El mercado de Ameyayokocho es uno de los bazares más antiguos de la ciudad, es bastante sencillo de encontrarlo, pues comienza justo al sur de la estación de Ueno y hay un vistoso cartel con el citado nombre en forma de arco. En ocasiones una única calle y en otras a lo largo de dos vías, podemos encontrar multitud de tiendas de todo tipo, ropa, comida y souvenirs de toda clase, lo moderno y los clásico mezclado en una macedonia un tanto rara, pero que sorprende bastante, más aún cuando vemos como bocean los tenderos japoneses para vender sus productos, con lo relajados y tranquilos que suelen estar generalmente 😀

Mercado de Ameyayokocho en Tokio
Pachinko en Ameyayokocho, Tokio

Allí comenzamos a ver los míticos salones recreativos que aún continúan a pleno rendimiento, nada que ver con la época dorada que tuvimos en nuestro país y que hoy en día es puro espejismo. Aunque lo que por fuera parece un lugar curioso, para entrar hay que estar preparados, juntar el ruido ensordecedor de una macro discoteca en Ibiza, con el ánimo y las ganas de fiesta de los asistentes en un cumpleaños de la Duquesa de Alba y eso es lo que nos espera dentro, los decibelios retumban en nuestros oídos casi haciendo estallar nuestros tímpanos, mientras que los allí presentes se encuentran sentados, como si estuvieran en la mas solemne armonía, allí lo que importa es jugar y pasar el rato tan absortos en lo que se traen entre manos, que casi no notarán la presencia de los curiosos turistas que entramos a ver lo que está pasando allí 😀

Ni que decir tiene que a mi ese ambiente me encanta, y es que los que hemos crecido con la música taladradora de los juegos de la generación de 8 y 16 btis estamos hechos de otra pasta, pero Carmen no es que lo soportara tan bien, aunque si que se paseaba alucinada de ver el estruendo que había. Una de las zonas con mas gente jugando, era la de los pachinkos, unas máquinas cuyo funcionamiento es mu similar a los pintball. El jugador en primer lugar debe comprar una gran cantidad de bolitas de acero e insertarlas en la máquina. En el centro de la máquina hay una especie de regulador que cuando tiramos las bolitas, gira haciendo que éstas salgan lanzadas hacia abajo, en su mayor parte caen al fondo de la máquina sin proporcionar premio, y algunas caen en unas cuencas que dan bonifición ganando más bolas.Si ganamos una buena cantidad de bolitas, debemos ir a una máquina especial que contará las bolitas y luego emitirá un ticket con el que se podrá canjear el premio entre los numerosos disponibles.  No hace falta decir, que cada vez que vi durante el viaje algún letrero donde ponía Pachinko, siempre se me venía a la mente Pau conocido blogger de viaje de El Pachinko ¡Estabas en todas partes! 😀

Vitrina comida de plástico en Tokio

Siguiendo nuestro camino que era de lo más sencillo, pues simplemente teníamos que ir dirección sur al pie de la vía del tren que llevaba hasta la estación de Akihabara, fuimos viendo numerosos restaurantes con los platos de cera simulando los distintos tipos de comidas que se sirven en el establecimiento, la verdad que para ser de cera están muy logrados, junto a ellos viene el precio, así nos podemos hacer una idea y una vez dentro simplemente señalando nos servirán lo que pedimos, pero como aún era pronto continuamos caminando para llegar a nuestro siguiente destino.

Akihabara

Al poco tiempo llegamos al barrio de la electrónica en Tokyo, más conocido como Akihabara, cuyo nombre significa «Campo de las hojas de otoño». Esta zona comercial cuenta con una fama que traspasa fronteras, sin lugar a dudas no es un sitio más donde pasar a realizar nuestras compras, sino, que sí nos gustan los productos electrónicos, las series de manga y anime y en definitiva todo lo que suele ser catalogado como friki, este será vuestro barrio.

Grandes edificios repletos de carteles, luces y letras llamativas aturen nuestros sentidos, allí se puede encontrar casi cualquier cosa relacionada con productos electrónicos, ordenadores, accesorios y gadgets; además de entretenimiento audiovisual, como anime, manga y videojuegos. Por lo que es un reducto de visita obligada para los amantes de la cultura friki, generalmente este término de persona que tiene unas aficiones, vestuarios o comportamientos inusuales o que llaman la atención se utiliza de forma despectiva, esto en Japón no es para nada un problema y pese a que en todo el país se lleva con total libertad este tipo de conductas, en este barrio todo se explota hasta niveles insospechados y que ni estando allí, llegas a comprender las cosas que se ven 😀

Barrrio electrónico y otaku de Tokio

A mi este mundo siempre me ha fascinado, especialmente en lo referente a videojuegos, anime y manga, por lo que durante el tiempo que estuvimos en aquel lugar me sentí como pez en el agua. Primero entramos en alguno de los salones recreativos que SEGA tiene repartidos por la zona, plantas y plantas, con máquinas recreativas me hicieron volver a la infancia en los tiempos en que iba con las monedas de 5 duros (aún sin agujero) a la máquina del bar a echarme una partida al Street Fighter, World Cup Italia ’90 . Sunset Riders o Metal Slug entre otros.

Recreativos de SEGA en Tokio

Una vez dentro se nota que la afición no se ha perdido y que la gente pese a que hoy en día cualquier tiene en su casa una o varias consolas de videojuegos, les sigue gustando estar allí pasando el tiempo jugando a sus juegos favoritos, ya sean nuevos o clásicos atemporales como «Street Fighter». Ya os aviso que no está permitido realizar fotos dentro, después de la foto que veis más abajo me regañaron, eso sí, con una corrección y educación, que casi me dieron ganas de darle un abrazo al trabajador que me llamó la atención, sí es que cuando las cosas se piden bien y con educación, todo sabe mucho mejor 😀

Es impresionante ver jugar a muchos jugadores, así es normal que junto con los coreanos, sean de los primeros siempre en los campeonatos internacionales de determinados juegos. Yo desde luego no me atreví a hacerles frente, por lo que me conformé con admirar el baile de muñecas delante de la pantalla casi al ritmo que marcaba la música de la recreativa.

Publicidad en Akihabara de Tokio
Tiendas en Akihabara de Tokio

Saciado mi interés por los edificios de recreativas por el momento, seguimos caminando por las múltiples calles que componen el barrio, hasta que llegamos a un edificio muy especial y que inaugurarán uno de los eventos destacados de este relato de mi primera viaje a Japón. Recordaréis que durante el viaje a India y Nepal tuvimos los famosos «Momentos Timo» pues en esta ocasión tendremos una versión algo diferente, los denominados «Momentos Estelares» que se encargarán de resaltar las situaciones más destacadas durante el viaje y vendrán patrocinados por el fontanero más famoso del mundo «Mario Bros» , cuyo creador Shigeru Miyamoto ha sido premiado recientemente con el Principe de Asturias a la Comunicación.

 «MOMENTO ESTELAR»

Para los que no tengan especial interés en el mundo de los videojuegos, esta visita igual les dejará un tanto fríos, pero a los que nos encanta ese mundillo y especialmente amamos los juegos retro, la visita a la tienda de Super Potato de Akihabara en Tokyo, será como estar durante unos minutos en el paraíso.

Como podemos ver en el vídeo, ya el ambiente que lo rodea tiene ese aire a nostalgia que tan buenos recuerdos nos traen a los jugones que casi nos salieron los dientes con un mando en las manos.  Según vamos subiendo por las escaleras vamos avanzando temporalmente en la historia de los videojuegos desde los más nuevos a las reliquias del pasado más deseadas.

Estanterías y estanterías repletas de videojuegos, merchandising y consolas nos hacen perder la cabeza por unos momentos y tal como Fry en Futurama esbozar la frase de «Shut Up and Take My Money». Pero desgraciadamente no ser familia de Botin y viajar con un presupuesto «low cost» no permite hacer esas locuras, por mucho que allí se puedan encontrar verdaderas gangas en unos estados fantásticos y que difícilmente se pueden conseguir en otro lugar que no sea allí.

Super Mario en Super Potato de Tokio

Entre las plantas tercera y quinta se encuentra la tienda y la última cuenta con una pequeña zona para poder jugar a las recreativas bastante curiosa con una figura de Solid Snake bastante llamativa. La verdad que se puede considerar que es casi un museo de videojuegos, tanto por lo que allí se vende, como por todo lo que podemos ver que en exposición. En una de las plantas en la entrada nos recibe el fontanero bigotudo de Mario Bros y como es natural no podía dejar pasar la oportunidad de hacerme una foto con tan célebre personaje, mas aún cuando de siempre me han gustado sus aventuras 😀

Videojuegos retro en Super Potato
Videoconsolas retro en Super Potato

Como si estuvieran invitándonos a que nos quedáramos a pasar el rato, podemos encontrar multitud de consolas en donde echarnos unas partidas.  Que vamos buscando una Colecovision allí se encuentra, que nos apetece probar el infausto Virtual Boy, allí podemos y si queremos nos lo traemos en casa, aunque sea para ponerlo en la estantería… todo en buen estado y perfectamente ordenado, aunque es tanta la variedad que deberemos ir con paciencia para encontrar lo que buscamos entre tantos cartuchos. En cuanto ha precios hay de todo, hay cosas que están más infladas por la fama con que cuenta el sitio, pero luego hay determinados juegos o sistemas que por mucho que demos vueltas por el resto de tiendas de Akihabara únicamente encontraremos allí, por lo que como siempre lo mejor es comparar y ver en que lugar sale más rentable gastarse los yenes.

Cuando salimos de la tienda o más bien Carmen me tiró de un brazo para que volviéramos a ver la luz del día, nos encontramos por el camino con varias maids, chicas japonesas con vistosos vestidos de criadas francesas de época que intentan captar a clientes para que suban a los maid cafes donde trabajan y en donde el invitado es tratado como un señor de una mansión del S. XIX , pagamos las bebidas como si estuviéramos en una cafetería y somos tratados según el rol que estamos representando. Es super gracioso ver como se acercan a los hombres, sean adultos de mediana o avanzada edad y de forma infantil intentan persuadirlos. Aquí abajo podemos ver a una de ellas en acción y por los gestos del chico parece que muestra cierto interés ¿Subiría finalmente? Quién sabe 😀

Chica maid cafe en Tokio

Como llegar a Akihabara

Si queremos usar el transporte público dos son las estaciones que nos dejarán más cerca. Estacion Akihabara – Metro: línea Hibiya (H) & Trenes JR: líneas Yamanote y Sobu. Estación Suehirocho – Metro: línea Ginza (G).

Finalizado nuestro paseo por el «mundo friki» por el momento, ya os adelanto que hubo posteriormente otras visitas al lugar, pusimos rumbo al Palacio Imperial de Tokyo, para ello seguimos este camino:

Aunque como eran ya casi las 2 de la tarde y llevábamos un buen paseo encima, nos paramos a comer en uno de los restaurantes tradicionales próximos a Akihabara. En la entrada nos encontramos con una máquina en la que simplemente teníamos que pagar y pulsar en el botón de la comida que quisiéramos, una vez hecho eso obtendremos un ticket que tendremos que dar al cocinero y nos servirán la comida, fácil y sencillo. Como nos habían dicho que comer era bastante caro en Japón, pensamos que si por un menú de sopa con fideos «ramen» y pescados rebozados «tempura» íbamos a pagar 670 yenes, es que el tamaño no iba a ser demasiado grande para comer los dos, por lo que optamos por pedir otro bol extra de pescados rebozados por 490 más.

Máquina de tickets de comida en Tokio
Bol de ramen y tempura en Tokio

Cuando el camarero nos dio las bandejas con la comida, pensamos que se había pensado que íbamos a venir con visita o algo ¡menudos platazos! El cuenco de sopa con fideos parecía que no tenía casi fin y las tempuras estaban ricas, pero está claro que con uno de los 2 que pedimos habríamos tenido más que suficiente. Desde luego pasar hambre no pasamos, pero con mucho menos hubiéramos comido. Mi sensación desde luego es que comer allí no es para nada caro y se come bien, si lo comparamos con otros países de Asia, es obvio que el precio es mayor, pero si lo equiparamos a España, creo que el gasto es menor y encima mantendremos una dieta estupenda con alimentos muy sanos.

Después de comer continuamos nuestro día esta vez cruzando entre los rascacielos del barrio de Chiyoda, esta zona está considerada como el centro neurálgico de la ciudad, allí se encuentran varias instituciones gubernamentales y se respira ambiente ejecutivo. Superados los problemas sísmicos que hasta hace unos años impedían crear grandes rascacielos, en estos momentos se pueden ver decenas de torres que se están comenzando a construir entre las ya existentes. El nombre del barrio deriva del apelativo del viejo castillo de Chiyoda, también conocido como Edo.

Rascacielos en Chiyoda, Tokio

PALACIO IMPERIAL

El verdadero interés de visitar esta zona, se centraba en visitar el Palacio Imperial de Tokyo o al menos sus alrededores, pues únicamente 2 veces al año, el 2 de enero y el 23 de diciembre está abierto al público. Oficialmente se cuenta que la ciudad comenzó a crecer alrededor de este palacio, que hoy en día es un jardín abierto al publico. Para entrar debemos cruzar por un puente que atraviesa el foso lleno de agua que circunda un muro defensivo de piedras que servía antiguamente para protegerlo.

La verdad que no deja de ser un parque bonito para pasear y divisar sus vistas desde alguno de sus miradores, pero no es algo que sorprenda demasiado, aunque siempre son bien recibidas las zonas verdes en las grandes urbes y esta cuenta con un tamaño bastante importante que sirve tanto a turistas como a los propios habitantes de Tokyo para desconectar durante un tiempo de la gran ciudad, no apasiona en exceso. Desde la misma fortaleza se aprecia el contraste entre los altos rascacielos y los verdes pinos que lo rodean.

Parque del Palacio Imperial de Tokio
Ruinas del Castillo Edo en Tokio

Ha sido un monumento fuertemente marcado por las catástrofes que han impedido que llegara tal como fue diseñado hasta nuestro tiempos, de los momentos más desafortunados destacan el incendio que acabó con la torre de 58 metros de altura que erigía en el recinto y que fue pasto de las llamas en 1657 y varios cientos de años después fue prácticamente destruido durante la II Guerra Mundial. Lo que fue en el pasado algo similar a la Ciudad Prohibida de Pekín, hoy es una leve reflejo de lo que fue. Desde la reconstrucción de Meiji es residencia oficial del emperador de ahí que se pasara a llamar «Kokyo» o lo que es lo mismo Palacio Imperial.

Kōkyo o Palacio Imperial de Tokio

Cuando estábamos terminando la visita a los alrededores del Palacio Imperial una fina lluvia comenzó a caer con la intención de frenar nuestro buen ritmo del día, lo peor es que nos había pillado justo en la explanada que se encuentra en la parte sur, por lo que si comenzaba a llover con fuerza no habría forma alguna de evitar ponerse como una sopa. Finalmente la lluvia era suave y decidimos seguir adelante sin preocuparnos demasiado del tiempo.

Como llegar al Palacio Imperial

Podemos llegar fácilmente usando la Estación Nijubashimae de la línea de metro Chiyoda (C).

HIE JINJA

La siguiente parada nos llevaría a un nuevo templo sintoista, en esta ocasión al Hie Jinja que se encuentra a apenas 1 kilómetro al suroeste del Palacio Imperial. Situado en lo alto de una prominente colina para acceder al templo hay que ascender por una empinada cuesta bajo una consecución de toris muy al estilo del tan famoso Fushimi Inari Taisha de Kyoto.

Ascendiendo al Hie Jinja de Tokio
Santuario Hie de Akasaka

Dicen que el tiempo es caprichoso, pero a nosotros generalmente en los viajes nos respeta, al menos en ese día quiso hacernos el favor de que llegáramos al templo apenas chispeando ligeramente, pues fue sobrepasar los soportales y que se pusiera a llover a mares. Decidimos dar un paseo tranquilamente debajo del techado hasta que pasara el temporal y de paso descansamos durante unos minutos para coger fuerzas para el último tirón del día 😀

Cuando vimos que la lluvia estaba aminorando pusimos rumbo a Harajuku tal como vemos en este mapa:

Ver mapa más grande

La distancia entre el santuario de Hie Jinja y el barrio de Harajuku es considerable más de 4 kilómetros, pero como aún no tendríamos activada la JR Pass hasta 2 días después y tampoco estábamos cansados decidimos ir andando plácidamente y seguir conociendo la ciudad.Pasamos por la calle de Omotesando una amplia avenida comercial repleta de tiendas de marca muy al estilo de los Campos Eliseos de París, allí se comienza a ver el poder adquisitivo y el consumismo descontrolado de algunos de los japoneses más pudientes, no se parábamos de ver coches de gran cilindrada y gente cargada de bolsas de marcas como Gucchi, Dolce & Gabbana e incluso de Zara.

Como llegar a Hie Jinja

Tendremos que hacer uso de la Ginza Line (G) y bajarnos en Akasaka-Mitsuke y salir por la salida Belle Vie.

Harajuku

Pero como a nosotros ese tipo de lujos no nos interesan demasiado, proseguimos sin apenas detenernos hasta que llegamos a Takeshita Street en el área de Harajuku, una calle comercial repleta de tiendas de lo mas variopintas con atuendos para Gothic Lolita, visual kei, rockabilly, hip-hop y punk, no es de extrañar que durante los fines de semana sea una vía frecuentada por ese tipo de movimientos sociales y todo un espectáculo caminar por ella. Aquel día la cosa estaba más tranquila y pese a que se veía alguna que otra japonesa vestida de forma poco usual, se notaba que no era un día fuerte en ese sentido.

Takeshita Street en Tokio

Nuestro interés principal era visitar alguna de las tiendas de 100 yenes que se pueden encontrar en Tokyo y en donde se encuentra casi de todo a precios bajos, todo un referente este tipo de tiendas en un viaje low cost como el nuestro. En concreto visitamos Daiso, la mayor empresa de este arquetipo de tiendas que cuenta con una sede muy importante en esta calle con varias plantas. Si tengo que destacar algo de esta tienda es que a Carmen le hacían los ojos chiribitas, la variedad de productos de papelería, hogar, comida, salud y belleza, decoración, juguetes… es sobrecogedora, ni de lejos comparable a nada visto en España y encima por 100 yenes lo que es un auténtico chollo y cuesta no sacar a paseo los ahorros.

Takeshita-dōri en Harajuku
Tiendas en Takeshita-dōri

Estuvimos durante un rato mirando de arriba a abajo la tienda y cuando pensé que Carmen estaba planteando montar la tienda de campaña para quedarse a pasar la noche, la tuve que agarrar del brazo para que volviéramos al  hotel antes de que cometiera una locura. Con esto ya estábamos en paz con el incidente de Super Potato de por la mañana en Akihabara y es que Japón tiene unas tiendas que hasta ahorradores como nosotros nos hacen despertar nuestro espíritu consumista, pero hay que reconocer que ambos contuvimos la compostura y miramos más que compramos 😀

Como llegar a Harajuku

Si usamos el tren JR, la estación es Harajuku de la Línea Yamanote. Mientras que en Metro tenemos varias opciones: Meiji-jingumae (líneas Chiyoda (C) y Fukutoshin (F)) u Omotesando (lineas Hanzomon (Z), Chiyoda (C) y Ginza (G)).

Shibuya

Para terminar la noche recorrimos a pie la Avenida de Meiji Dori que nos llevaría hasta el célebre cruce de Shibuya. Este distrito del oeste de la ciudad es principalmente conocido por ser un buen lugar de entretenimiento y para salir de compras. Por encima de todos los centros comerciales que allí se encuentran destaca el Shibuya 109, que tiene gran popularidad entre los jovenes y que fue el epicentro del nacimiento de la cultura kogal, corriente por la que chicas adolescentes (kogals o kogyaru) y mujeres jóvenes (gals o gyaru) urbanas japonesas que se preocupan principalmente por su belleza, cuidando al detalle la ropa, el pelo, el maquillaje, las uñas… lo que viene siendo el punto neurálgico donde se concentra la gente fashion 😀

Aquel día apenas pasamos por la zona brevemente, pero si que no perdimos la oportunidad de cruzar por el famoso cruce por el que según el Gobierno Metropolitano de Tokyo pasan más de 1 millón de personas diariamente y que es líder mundial en lo que se conoce como Scramble Crossing o lo que es lo mismo, pasos de cebra que cortan toda la circulación para que solo pasen los peatones.

Noche en Shibuya, Tokio

Hay que reconocer que es toda una experiencia cruzarlo y que se vive la paradoja del orden dentro del caos, pese a la gran cantidad de gente que atraviesa de un lado a otro la intersección, todo fluye como es debido y sin ningún contratiempo.

Como llegar a Shibuya

Si queremos usar el transporte público para llegar, en Trenes JR: Línea Yamanote hasta la estación de Shibuya. En Metro líneas Hanzomon (Z), Fukutoshin (F) y Ginza (G)., nuevamente hasta Shibuya.

Evidentemente nos encontrábamos realmente lejos del hotel y si juntábamos todos los desplazamientos del día sumaban más de 16 kilómetros por lo que lógicamente había llegado la hora de usar el transporte público para regresar al alojamiento. Desde la estación de metro de Shibuya cogimos la linea Tokyo Metro Ginza Line y por 230 yenes nos plantamos en Asakusa la estación más próxima al hotel a apenas 3 minutos a pie.

Aunque teniendo tan próximo el templo de Sensoji nos decidimos a hacerle una visita nocturna, así delante de la puerta de Hozomon toda rodeada de faroles encendidos concluimos ese intenso día por la capital japonesa.

Faroles entrada al Sensoji de Tokio
Pagoda en la noche de Tokio

El hecho de que sea un templo que está siempre abierto y que por la noche se encuentre iluminado nos obliga a hacerle una visita tanto por el día como por la noche, pues son dos caras muy distintas las que ofrece, aunque si me tengo que quedar con un momento, sin duda es durante la noche cuando más calma se respira a su alrededor.

Templo de Asakusa, Tokio

Cuando llegamos al hotel aprovechamos para cenar un poco, hablar con la familia vía skype y a la cama. Eran las 9 de la noche y desde luego el día había sido completo por lo que no nos podíamos quejar. A la mañana siguiente nuevamente queríamos madrugar bastante para aprovechar la segunda jornada completa y seguir visitando una ciudad que nos estaba entusiasmando cada vez más.

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Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

42 Comentarios

  1. Una toma de contacto espectacular!!! XD
    Nos levantamos con ganas de verlo todo y, aunque no habíamos dormido lo suficiente, la adrenalina de nuestro cuerpo nos estaba pidiendo a gritos una salida.
    Intentamos aparentar sofisticación, pero al cabo de unos 10 minutos sabíamos que teníamos la batalla perdida: demasiadas cosas que nos moríamos por ver y la sonrisa demasiado a flor de piel.
    Veo las fotos y hecho muchísimo de menos revivir esa sensación de asombro, alegría y perplejidad. Está claro que volveremos, la duda es cuándo.

  2. Hola José Carlos,

    Japón tiene que ser un país alucinante!! Culturalmente es tan distinto al nuestro que creo que merece mucho la pena vivir el contraste. Le tengo muchas ganas… Seguiré atenta a tus siguientes relatos para acercarme un poco más al país nipón, por ahora desde mi salón, a la espera de poder vivirlo en primera persona. Por cierto menudos platos de comida!! Me alegra saber que no es tan caro como se decía…

    Saludos!!

    • La verdad que Asia en su conjunto es puro contraste, después de visitar India y Nepal, ahora Japón es otra cosa totalmente diferente y que culturalmente difiere mucho de España.

      Espero que mis relatos te permitan viajar desde el sofá y que no tardes mucho en viajar allí.

      Saludos!!!

  3. Un recorrido super completo! y como siempre con tus explicaciones súper prácticas de como llegar a los sitios!. Me ha parecido super curiosa la máquina expendedora de tickets de comida!
    Estoy deseando pasearme por el barrio de AKIHABARA, soy informática y todo lo friki me encanta jajaja! Todavía recuerdo mi master sistem II donde jugaba al SONY.
    Un saludo,
    Verónica.

    • Allí todo se vende en máquinas, hasta la cosa más absurda que te puedas imaginar 😀

      Akihabara para los que nos gustan todo ese tipo de chismes es una maravilla jeje

      Saludos!!!

  4. ¡Qué chulo todo! Pero me quedo con los momentos frikis. Akihabara para los amantes de videojuegos tiene que ser una visita que no puede faltar (lo confesaré, en mi época de juventud, invertí mucho dinero y tiempo en la máquina del superpang de los recreativos mi pueblo…jejeje, bueno y en el tetris, el street fighter…) y luego la zona de Harajuku tiene mucha fama (aunque yo lo conozco por una canción de Gwen Stefani, sí, creo que no cabe duda, soy muy friki)
    Menudo día más bien aprovechado y más andado (que no parasteis).
    Un saludo 🙂

    • Veo que van descubriendo muchos freaks amantes de los videojuegos y de la electrónica en general jaja

      Y yo que tampoco me quería enrollar en exceso en estos temas que tanto me apasionan, por si a la gente le resultaba demasiado pesado 😀

      Tomo nota!!! Saludos!!!!

  5. Hicisteis bien en no entrar en el zoo ya que no hay pandas, por lo visto el único que quedaba un año antes de ir yo le dio un jamacuco al corazón, menuda desilusión cuando entré y me lo contaron, con lo que me gustan!!! Yo jugué al pachinko en Osaka y como no me había leído las instrucciones pensé que el cacharro estaba escacharrado y no paraba de recoger bolas, jejejeje. A la próxima seguro que no me pasa!!! Por cierto, menudo palizón os pegasteis en un día!!! Un besote a los dos!!! 😉

    • Pues anda que no dan el «coñazo» con los pandas y ahora resulta que no hay… menudo timo jaja

      Para la próxima vez ya irás con la lección aprendida y a sacarte buenos premios xDDD

      Besotes!!!

  6. Vaya pedazo de día y es que en Japón parece que nunca te cansas de ver cosas, es tan distinto que no tienes suficientes ojos para plasmarlo todo y parece que estás en otra galaxia, la frase que más empleaba yo era «… y porqué en España no existe esto tan útil…». Nosotros en Tokyo también fuimos a casi todos los sitios andando y aunque pecamos un poco de consumistas los precios no tienen nada que ver con la idea que teníamos, son bastante asequibles y la comida buena, bonita y barata, aún recuerdo los platos de plástico que nos sacaban de más de un apuro.

    Un abrazo !!!

    • La verdad que si, no es tan caro como dicen, quizás el tema del transporte y más con el cambio actual si que es un gasto importante, pero en cuanto a la comida, se come bien y barato sin problemas.

      Estos japoneses es que son muy listos y tienen mil inventos super útiles y que hacen la vida más cómoda, pero aquí no llegan nunca 🙁

      Un abrazo!!!!

    • El jetlag es para débiles, estábamos demasiado alterados como para que el sueño nos afectara jeje

      Me alegra que te guste 😉

  7. Sí que son míticos los salones recreativos… debe ser curioso estar en un ambiente tan friki 😛
    Alucino con todo lo que visteis… especialmente con la pagodá y el templo iluminado de noche :O
    Por cierto, qué buena pinta tiene esa comida.. creo que me voy a preparar algo de comer que me ha entrado hambre! Un saludo.

    • Es que Tokyo es tan grande y tan variada, que es como visitar varios mundo a la vez. Si te gusta la comida de esta entrada, ya verás lo que aparecerá en la siguiente 😀

      Saludos!!!

  8. En las tiendas tanto de mister potato o daiso me arruino seguro!! Jaja sobre todo en las tiendas de figuras y bustos de series y peliculas!! Si ya me arruino comprandomelas en españa no me quiero imaginar si voy ahi.. Aunque no superaré a razi y chaino en su primera visita a Tokio, no me pude reir mas cuando vi la cantidad de figuras que habrian comprado.. Y pensé por dios Laura comtrolate si algun dia estas allí jaja.
    Un saludoo espero la proxima entrada!

    • Esta vez mantuve la cabeza fría y no compre demasiado, para la próxima cita pienso dejar bastante hueco y ahorros para dedicarlos en materia friki, eso seguro 😀

      Saludos!!!

  9. Madre mía qué día más intenso!! Si no parásteis!!!! Os dio tiempo a ver muchas cosas!
    Por cierto, cómo sabes que vuestro Omikuji era de buena o mala suerte? Me ha parecido ver que estaba escrito en japonés… o tenía traducción al inglés?
    Saludos

    • Gran parte del omikuji viene en inglés también, aunque había cosas que entendía en japonés (que se noten los años que llevo estudiando xD)

      En Tokio había que aprovechar cada día, que eran pocos días y mucho lo que ver jeje

      Saludos!!!

  10. Envidia es lo que siento 😛 La de años que llevo queriendo ir a Japón… Si viajo algún día, estaré minimo 2 semanas, y para ello hace falta tiempo y dinero. A ver si contáis cuanto os ha salido el viaje entero para hacernos una idea! Desde luego el billete de avión, que en mis cálculos era de lo más caro, os ha salido por casi la mitad de lo que pensaba.

    A la espera de nuevas entregas 😉

    • No te preocupes que iré dando datos continuamente de los gastos y al final no faltará un balance económico, nosotros siempre viajamos low cost, por lo que intentamos que todo salga lo más barato posible.

      Próximamente una nueva entrada 😀

    • Había que aprovechar los días, que en Tokyo no estuvimos demasiado tiempo. Pues nada… a ir buscando vuelos para ir 😉

  11. Akihabara <3 veo ese pasillo repleto de videojuegos y consolas antiguas y es como retroceder en el tiempo, nos llevan años de ventaja xDD

    • Ya lo creo José, ojala tuviéramos centros del ocio retro tan míticos como Super Potato aquí en España 😀 😀

  12. ¡Vaya paliza de día no?! jaja… madre mía. Yo me quedé con muchas ganas de ver Asakusa y el templo Sensoji. La verdad que tuvimos muy mala suerte y en Tokyo nos pilló un tifón, nos llovió mucho y algunos días los planes se fueron al traste (entre ellos la visita a este templo). En fin, a la próxima no falla!!

    Por cierto, tengo la mismísima foto en el mercado Ameyoko. Grande!! 😉

    AnaM

    • Está claro que a Japón hay que volver y ver todas esas cosas que por falta de tiempo no se pudo 😀

      Saludos!!!!

  13. Qué buenos momentos nos trae a la cabeza leeros 🙂
    Mirando todo lo que visitasteis está claro que la paliza fue interesante… pero no se puede ir a Japón y no aprovechar cada minuto visitándolo todo. Tokio es una de esas ciudades en las que no me importaría vivir una temporada, cada esquina acaba por sorprenderte.
    Ah! y lo de los boles de ramen también nos pasó! jajaja ves a los japoneses tan «recogidos» y piensas que sus platos también lo serán. En realidad no todos son muy grandes, pero el ramen da para comer de sobra!
    De nuevo, la información es fantástica, qué exhaustivo!!

    • Es un país en el que cada minuto algo está pasando y si estás en la cama te lo pierdes. A mi Tokio me maravilló y es mi ciudad favorita desde entonces, tampoco me importaría vivir allí 😀

  14. Desde luego está claro que te gustan los vídeo juegos… jejejeje… vaya retahíla que le diste a Carmen jejejeje.. Pero a mi si me ha gustado, la verdad. Pues no me he gastado yo dinero en el bar jugando al street fighter… jejejeje, y me lo pasaba con todos los muñecos…

    Pues hablando de video juegos… todavía estoy esperando a jugar contigo a la play… que te voy a fundir!!! jejejeje

    Un saludo!

    • Que infancia más sana tuvimos, jugando a la pelota pero también dándolo todo en los bares desde bien chicos xDDD

      Ahora mismo te envío mi psnid por fb y me agregas 😛

      Saludos!!!!

  15. Nosotros también comimos muy bien y barato 🙂 Akihabara tendremos que volver, porque mi novio iba con fiebre y creo que con el agobio no lo disfrutamos… por cierto, si hay pandas en el zoo. Solo que en primavera estaban procreando y no se podían ver u.u por cierto no fue fructuoso porque la cria murió u.u

    • Akihabara puede ser agotadora, por lo que hay que ir con las pilas cargadas para disfrutarla a tope. Con razón se anunciaba que no se podía ver el panda… que penita que el pandita no sobreviviera 🙁

  16. Una duda, cuanto te salio el viaje a japon?? yo lo ando chekando y lo que son tasas e inpuestos te sale super carisimos, sabes de alguna compañia de vuelo que no salga tan caro??

    De antemano Gracias

    • Buenas tienes una entrada con el Balance económico donde detallo todo los gastos, el tema de los vuelos va según temporada, en ocasiones y con tiempo te puede salir realmente barato, por lo que hay que estar al tanto y usar muchos comparadores de vuelos, pues desde luego es un gasto sustancioso y si se puede ahorrar ahí, lo notará bastante el presupuesto.

      Si tienes alguna duda más aquí andamos 😀

  17. Carmen García Responder

    Que buena entrada! La de cosas que hicisteis en un día! Me ha encantado la máquina expendedora de tickets de comida. Esa sí está en japonés, verdad?
    Ya sabes que estoy tomando buena nota de tu viaje. En Tokio, a parte de caminar, si no tienes la JR Pass conviene un pase de tren o metro, verdad? Me ha parecido que noo merece la pena tenerla activa para Tokio, excepto las excursiones. Que me recomiendas? Me esta saliendo un itinerario precioso gracias a vosotros
    Un abrazo

    • Las máquinas expendedoras están en japonés, pero vienen con dibujos del plato a elegir, osea que es meter dinero y pulsar el botón, muy sencillo. En Tokio lo mejor es caminar y usar el transporte 1 o 2 veces al día, por lo que con pillar el ticket es suficiente, lo mejor es hacerse itinerarios que unan varias zonas e ir disfrutando de ellas, porque si usamos mucho el transporte, el subsuelo es el mismo que en Madrid, vías y trenes de un lado para otro jeje

      Un abrazo! 🙂

  18. Os felicito por vuestro viaje y por lo bien narrado que está. Yo empiezo a planificarlo para el próximo año y vuestro blog me va a ayudar muchísimo con tan buena información. Gracias por compartir.

    • Muchas gracias Pilar, me alegra leer que mis relatos os sirvan para vuestro próximo viaje. Y ya sabes, aquí me tienes para cualquier duda que os pueda surgir 😀

      ¡Un saludote!

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