Después del aperitivo de la tarde anterior, había llegado el momento de comenzar a descubrir la ciudad de verdad, por eso a las 8 de la mañana nos levantamos para comenzar nuestra aventura, nada abría antes de las 9, por lo que no merecía la pena madrugar más, pues nos encontraríamos con todo cerrado y desde luego nos vendría bien salir descansados, ya que nos esperaba una buena jornada.

Al salir a la calle nos encontramos con una sorpresa muy agradable, la temperatura rondaba los 10º, lo cual fue todo un desconcierto, pues estábamos acostumbrados a que en años anteriores por estas fechas en el norte de Europa el clima no levantara de los 0º o  en los mejores momentos tímidamente llegara a los 5º, esto siempre se agradece e hizo más placido el caminar por la ciudad, que en aquellos momentos aún no se había ni despertado, no se veía ni un solo coche por la carretera y la gente aún se resguardaba en sus casas.

Canales en Dublín, Irlanda

Como nuestra visita por Dublín iba a ser corta, las 2 jornadas completas iban a ser de lo más ambiciosas, intentaríamos ver todo lo posible, pero siempre de una forma cómoda y haciendo pausas donde hubiera que hacerlas, a priori nos parecía que el planning previo nos permitiría cumplir todos nuestros objetivos, algo que poco a poco vimos que se fue consiguiendo, aquí tenéis la ruta que seguimos en esta primera jornada completa:

Mapa ruta 31 de Diciembre
Pinchar para ver mejor

En aproximadamente unos 20 minutos llegamos a Merrior Square, nuestra verdadera intención era ver el parque que allí se encuentra, pero ya aprovechamos para ver la fachada de la Casa número 29,  una casa georgiana construida en 1794, en la que se recrea el tipo de vida de la burguesía de Dublín entre 1790 y 1820. Nosotros simplemente la vimos por fuera, pues no entraba en nuestro planes, pero para quien le interese se puede realizar una visita por su interior: de martes a sábado: de 10:00 a 17:00 horas. y domingos: de 12:00 a 17:00 horas. Lunes: cerrado. El precio de la entrada es: Adultos: 6€. Estudiantes: 3€. Tarjeta Dublín Pass: entrada gratuita.

Los barrios alrededor de Merrion Square cuentan con las clásicas casas georgianas, con la típica arquitectura inglesa que se llevó acabo entre 1720 y 1840 como contraposición al barraco, lo que muchos consideran que es un principio del neoclasicismo. Sin duda uno de los puntos que más llaman la atención son sus puertas, engalanadas con elementos decorativos como frontones, columnas, frisos y moldura, pero especialmente por sus colores vivos, casi es posible encontrar cualquier tonalidad que imaginemos ¿la razón? dicen las malas lenguas, que debido a que los irlandeses siempre han sido buenos amigos de las bebidas espirituosas, muchos de sus dueños decidieron pintar cada puerta de un color, para que a la hora de volver a sus casas algo chispados pudieran detectar rápidamente cual era la suya y de esa forma no dar la murga al vecino, pues simplemente por la fachada igual era un tanto complicado en esos estados 😀

Puertas de colores en Dublín

Después de dar un paseo por la zona al fin entramos al parque de Merrion Square, un remanso de paz en pleno centro de la ciudad, cercado y con forma rectangular. En sus orígenes se usaba de forma privada por los vecinos de la zona, pues poco a poco se fueron mudando allí personas pudientes atraídas por las vistosas casas georgianas que lo rodean. En el siglo pasado fue comprado por la iglesia para construir allí una catedral, pero finalmente esta idea quedó en nada y después de muchos años se convirtió en un parque público.

En su entrada principal encontramos una pirámide en donde en su interior estatuas de soldados vigilan una llama en honor al soldado desconocido, algo que ya hemos visto en otras ciudades como París, Moscú o Delhi.

Pirámide del Memorial Nacional en Dublín
Estatua Oscar Wilde en Merrion Square

Uno de las estaturas más famosas que podemos encontrar allí, es la del poeta y escritor Oscar Wilde que estuvo viviendo en ese barrio y justo frente a él se puede ver su casa, la verdad que es curioso, pues allá donde vamos nos encontramos con algo referente a este personaje, desde luego mucho mejor verlo así tan dicharachero en este parque, que tal como lo vimos en París, pues allí pudimos ver donde se encuentra enterrado.

Siempre que tenemos tiempo nos gusta visitar alguno de los museos que más representativos de los lugares que visitamos, en esta ocasión optamos por visitar el National Museum, el Museo de Historia Natural y el Museo de Arqueología, como el primero de ellos abría a las 9:30 optamos por dejarnos caer en primer lugar  por allí.

La entrada es totalmente gratuita y se puede visitar de lunes a sábado: de 9:30 a 17:30 horas. (Jueves hasta las 20:30 horas). Domingo: de 12:00 a 17:30 horas.

No es posible realizar fotografías en su interior, pero allí podemos encontrar una colección de arte que abarca de la Edad Media  hasta el siglo pasado.  La verdad que me dejó un tanto frío, será que acostumbrado a galerías como el Museo del Prado o el British Museum que me han cautivado totalmente, ésta no me llegó a impresionar demasiado, había obras bastante interesantes de Velazquez, Goya o escenas clásicas de Irlanda, pero se ve en poco tiempo y la cantidad no es muy abundante.

Desde luego que no es una visita imprescindible, pero si tenemos un rato no está mal pasarse, además en esa zona hay varios museos que igual nos entusiasman más. Una cosa que si me pareció curiosa es que en la salida se encuentra una pirámide que nos da las gracias por la visita y donde podemos dejar un donativo, pues en su interior había varios billetes de 100 euros e incluso uno de 500, puede ser una tontería, pero me pareció curioso 😀

National Museum de Irlanda

Completada la visita en aproximadamente 40 minutos partimos al siguiente museo de la mañana, en esta ocasión a pocos metros se encuentra el Museo de Historia Natural, nuevamente la entrada es gratuita y se puede realizar una visita de martes a sábado: de 10:00 a 17:00 horas y domingos: de 14:00 a 17:00 horas. Lunes: cerrado.

Llamado por los dublineses «zoo muerto», aquí podemos encontrar una selección de nada menos que 10.000 animales disecados de todo el mundo.

En la planta baja se muestran algunos de los animales más representativos de la fauna local, pájaros, animales acuáticos, insectos e incluso animales extintos. Mientras que en su planta superior se encuentran animales de todas partes del mundo, destacando por encima de todos, dos esqueletos de ballena que cuelgan en el techo.

Jardines Museo Nacional de Historia Natural de Irlanda

En cuanto a contenido, mi valoración sobre este museo es buena, pero no así la forma de mostrarlo, la colección se merece tener un sitio más amplio que donde se encuentra actualmente, los animales en muchas vitrinas se encuentran casi amontonados unos encima de otros y el hecho de que no se puedan hacer fotos también resta puntos a la visita, aunque en este lugar no te tienen tan controlado y pude hacer alguna que otra, desde luego tienen mucho que aprender del Museo de Historia Natural de Londres.

Hicimos la visita en algo menos de 1 hora y retomamos nuestro caminar por las calles dublinesas, donde nos encontramos con el clásico cartel que nos indica que era hora de tomar una Guinness ¡Pero si no son ni las 11! 🙁

Cartel Guinness Time en Dublín

Una de las cosas que más nos gustó de esta ciudad, es que caminando simplemente por ella de uno a otro punto de interés, nos vamos encontrando con rincones tan auténticos como esta bonita casa georgiana cuya fachada está completamente cubierta por enredaderas que se haya justo delante de nuestro siguiente objetivo de la mañana, Stephens Green Park.

Casas georgianas con enredaderas en Dublín

Uno de los parques más antiguos de Irlanda, pues fue creado en 1664, es uno de los grandes pulmones verdes con que cuenta la ciudad en su centro histórico, sin duda alguna sus dimensiones (550 por 450 metros) y lo cuidado de su entorno lo convierten para mi gusto en el mejor parque de esta ciudad.

Plano Saint Stephen’s Green
Lago Saint Stephen’s Green Park

Un hecho histórico curioso que acaeció en este parque fue el siguiente:

Durante el alzamiento de Pascua de 1916, un grupo de unos 250 insurgentes formado principalmente por miembros del IRA a las órdenes del comandante Michael Mallin se hicieron con el control del parque, bloqueando el acceso. El ejercito británico respondió atacando las posiciones rebeldes desde el Shelbourne Hotel situado en los alrededores del parque, lo que obligó a estos últimos a retirarse al Real Colegio de Cirujanos donde finalmente fueron sofocados. Las crónicas en su día contaron que durante el combate que tuvo lugar, hubo un momento en que se decretó un alto el fuego para que el guardaparque pudiera alimentar a los patos

Cuenta con grandes zonas boscosas, bancos y un bonito templete que da a un lago repleto de patos alimentado por el gran canal de Portbello, la actividad por aquellas horas era intensa, al ser sábado muchos padre con sus hijos se encontraban por allí jugando y correteando, nosotros por nuestra parte aprovechamos para hacer un alto en el camino, sentarnos a contemplar el panorama y tomarnos algo para desayunar 😀

Para finalizar la ronda de museos, nos encaminamos a visitar el Museo de Arqueología que se encontraba a escasos metros del parque donde nos encontrábamos. Aquí podemos encontrar una exposición con elementos arqueológicos que narran la evolución de la civilización irlandesa desde la llegada de los primeros habitantes en el Mesolítico hasta la época medieval.

La entrada vuelve a ser gratuita y se puede visitar de martes a sábado: de 10:00 a 17:00 horas y los domingos: de 14:00 a 17:00 horas. Lunes: cerrado.

Entrada al National Museum of Archaeology de Dublín

Este país cuyo origen siempre ha estado ligado a los celtas y vikingos tiene mucho que mostrar en este museo, en la planta de abajo se muestran objetos procedentes de la Prehistoria en Irlanda, así como algunas tumbas del Neolítico, en su parte central se encuentran múltiples objetos de oro realizados durante la Edad de Bronce bastante interesantes.

Por otra parte, en su segunda planta se recrea el pasado vikingo de la nación, así como la época medieval y una exposición sobre el antiguo Egipto.

Museo Nacional de Arqueología de Irlanda
Salas del Museo Nacional de Arqueología de Irlanda

Por tercera vez consecutiva está totalmente prohibido hacer fotografías, pero siempre hay algún punto en el que no te ven y puedes sacar alguna de recuerdo o en este caso para complementar el relato. Mi satisfacción sobre este museo es alta, hay gran cantidad de objetos y su presentación es correcta, con diferencia el mejor que vimos, aunque obviamente si hemos visitado otros museos similares por el mundo de mayor relevancia, igual nos sabe a poco, pero nuevamente el hecho de ser gratuito es un punto muy a su favor para darle una oportunidad, una visita completa puede durar sobre una hora.

Dejamos nuestro ciclo de museos y nos fuimos camino del Trinity College, la universidad más antigua de Irlanda y una de las más famosas del mundo, que fue fundada en 1592 por la Reina Isabel I. El campus ocupa casi 200.000 metros cuadrados y como la entrada es totalmente gratuita aprovechamos para pasear tranquilamente por sus empedradas calles.

Trinity College de Dublín

En la entrada a la izquierda encontramos la estatua de George Salmon, rector de la universidad entre 1886 y 1904 que fue un firme defensor de que la mujer no podían entrar a la universidad y que solo entrarían por encima de su cadáver y así fue, a su muerte las mujeres pudieron entrar en clase. Desde luego si la estatua tiene alma no me quiero imaginar la furia que le entrará de ver como desde entonces día a día pasan delante de su cara las alumnas con total libertad, en la foto de más abajo podemos ver como Carmen se mofa de tan carismático personajillo 😀

Estatua de George Salmon en Dublín
Libro de Kells en biblioteca del Trinity College

Uno de los puntos de interés de este recinto es visitar la biblioteca del Trinity College, pero desafortunadamente durante esas fechas se encontraba cerrada y no pudimos ver el famoso Libro de Kells, que contiene un texto en latín de los cuatro evangelios escritos con una caligrafía muy ornamentada, realizada con coloridos pigmentos.

No obstante quien quiera realizar la visita guiada debe saber que la biblioteca abre de lunes a sábado: de 9:30 a 17:00 horas. Domingos desde octubre hasta abril: de 12:00 a 16:30 horas y su precio es de 9 euros. Conviene consultar si en las fechas que vamos está abierta, pues si es temporada vacacional muy posiblemente se encuentre cerrada.

Terminamos por un momento con el Dublín más cultural y nos fuimos camino de O´Conell Street, la principal arteria de la ciudad que comienza a los pies del río Liffey que parte la ciudad en dos y finaliza en Parnell Street. Esta calle está repleta de restaurantes y tiendas, por ello aprovechamos para hacer un alto en el camino y comer algo.

O´Conell Street en Dublín

Con el estomago lleno y las energías recuperadas, pues después de haber estado toda la mañana andando falta hacía un descanso, seguimos recorriendo la calle, así llegamos a la Oficina Central de Correos de Dublín, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, pues allí se proclamó la República de Irlanda después de la sublevación de 1916, bien merece echar un vistazo a su interior, pues es realmente bonita.

Pero si hay un monumento que destaque en esta calle por encima del resto es sin duda The Spire, una aguja de 120 metros que se eleva hacia el cielo y que se construyó en 2003 donde se encontraba un antiguo monumento de Nelson´s Pillar destruido por el IRA en uno de sus ataques.

Su denominación es la de un monumento a la luz, su larga estructura se funde con el cielo y se ilumina por las noches, siendo visible desde gran parte de la ciudad. Podéis ver un poco más la estructura en el siguiente vídeo:

Siguiendo con el Dublín más profano aprovechamos para visitar las calles peatonales que se encuentra a medio camino de O´Connell Street, Henry Street y Parnell Street que salen a izquierda y derecha respectivamente de The Spire. Allí encontramos tiendas y centros comerciales de casi cualquier tipo, la decoración navideña tenía muy buena pinta, pero al ser de día aún no se podía disfrutar, por lo que hicimos una breve visita y lo dejamos para volver por allí una de las noches y ver las luces encendidas.

Henry St en navidad, Irlanda

En la parte alta de O´Connell podemos visitar Garden of  Remembrance, un lugar donde se quiere guardar memoria de los combatientes que participaron en diversas luchas por los derechos de libertad e independencia de la nación irlandesa en el S. XIX. Bien merece una visita y realizar una pausa en este sitio que pilla a pocos metros de la arteria principal de la ciudad.

Garden of  Remembrance en Dublín

Retomamos de nuevo el curso del río Liffey, para regresar al Dublín más ligado con la religión, para ello primero cruzamos el archiconocido Ha’penny Bridge o Puente del Medio Penique, una pasarela peatonal construida en 1816 sobre el río, que acabó recibiendo ese nombre por un doble motivo, por su forma similar al canto de una moneda de medio penique y por el peaje que antiguamente había que pagar cada vez que se cruzaba y que se retiró en 1919. No cabe duda que es todo un símbolo en la ciudad, prueba de ello es que es común que se realicen manifestaciones sobre él, aquella tarde se encontraba un grupo de manifestantes sobre el conflicto de Gaza.

Ha’penny Bridge en Dublín

Una vez estamos al otro lado del río en la zona sur de la ciudad, pronto nos encontramos con la primera de las 2 grandes catedrales protestantes de la ciudad, concretamente con Christ Church o Catedral de la Santísima Trinidad en nuestra lengua.

En sus orígenes se trataba de un pequeño templo de madera creado por el rey vikingo Sitric en el año 1038. No fue hasta 1172 cuando se comenzaron las obras de la actual iglesia de piedra, aunque se demoraron hasta el siglo XIII. A lo largo de los siglos sufrió varias reformas, una de ellas importantes en el siglo XVI cuando se hundió su cúpula y posteriormente en el siglo XIX donde fue rematada con el estilo neogótico que conserva en la actualidad.

Se puede visitar de de lunes a sábado: de 9:45 a 16.15 horas y los domingos de 12:30 a 14:30 horas. El precio normal de la entrada es de 6 euros, pero si tenemos carné de estudiante pagaremos 3 euros como fue nuestro caso. Un dato importante a destacar es que en ningún sitio nos pidieron el Carnet Internacional de Estudiante ISIC, sino que simplemente con la tarjeta universitaria de nuestra facultad no servirá sin problemas.

Christ Church en Dublín

Una vez dentro nos encontramos con una impresionante nave, donde la pared norte, los cruceros y la parte occidental del coro se conservan de la edificación original. También en su interior se encuentra la supuesta tumba de Strongbow, un normado galés y guerrero que llegó a Irlanda llamado por el rey Diarmuid MacMorrough. Marcó el inicio de la ocupación inglesa en la isla de Irlanda. Hoy en día se cree que esta tumba no es en realidad la de Strongbow, se cuenta que fue destruida hace años, y una tumba medieval fue trasladada poco después desde una iglesia en Drogheda a la Iglesia de Cristo, y colocada como un sustituto a la tumba destruida.

Existe un libro donde podíamos dejar huella de nuestro paso y aprovechando el día tan señalado que era, decidimos pedir nuestro deseo particular para el nuevo año.

Con la entrada podemos bajar también a la cripta, una enorme cueva socavada con varios pasillos que data del siglo XIII, constituye la parte más antigua de la iglesia, donde se guardan varios monumentos y objetos históricos de relevancia en el país, por un lado dos estatuas talladas consideradas como las más antiguas conocidas en Irlanda, un tabernáculo, así como libros y bienes históricos de la catedral.

Gato y ratón en Christ Church

Pero por encima destacan los cuerpos momificados de un ratón y un gato que se encuentran en la pared junto al coro, para quien desconozca su historia, aquí os la relato:

Según parece un ratón fue perseguido por un gato, con tan mala suerte que el ratón se metió dentro del órgano y allá que fue también el gato a meterse, desgraciadamente no pudieron salir, por lo que al cabo de los años así como veis en la imagen de arriba, fue como los encontraron, convertidos en momias.

Terminada nuestra visita y tremendamente satisfechos, pues es un templo que bien merece una visita, aunque nuestro apego por la religión sea nulo, salimos y pusimos rumbo a la siguiente catedral que se encuentra al sur a escasos 10 minutos a pie, no sin antes ver de lejos Dublinia, que se encuentra al otro lado de un pequeño puente, construido en 1870, que comunica la catedral con Synod Hall, el lugar en el que se encuentra el museo de exposiciones vikingas, nosotros lo descartamos pero quien esté interesado en verlo debe saber que la visita se puede realizar de octubre hasta marzo: de 10:00 a 16:30 horas y el precio de la entrada es para adultos: 7,50€. y estudiantes: 6,50€. Con Tarjeta Dublín Card: entrada gratuita.

Museo exposiciones vikingas en Dublín

Pronto llegamos la Catedral de San Patricio, la segunda catedral perteneciente a Iglesia de Irlanda y que se ha consagrado en honor al patrón del país. Fue levantada junto a un pozo en el que San Patricio bautizó en el 450 a los conversos.

Seguramente muchos conozcan lo fuertemente ligado que está el trébol con Irlanda, pero no todos sabrán que en este país todos lo conocen como el trébol de San Patricio, cuya festividad se celebra el 17 de Marzo, día de San Patricio como una día grande en esta isla de hadas, gnomos y castillos.

Pero todo esto tiene una historia detrás, que me gustaría contaros:

San Patricio fue secuestrado al oeste de Inglaterra por unos irlandeses. Allí estuvo trabajando como pastor en una isla, y una noche escuchó una voz que le pedía que “regresara a Irlanda”. Así lo hizo y comenzó su labor de convertir al cristianismo a los irlandeses.

Cuenta la leyenda que estaba San Patricio frente a un grupo de celtas tratando de explicar el misterio de la Santísima Trinidad, pero no lo conseguía, de pronto miró al suelo, y notó como frente a sus pies crecía un trébol en medio de la hierba.

San Patricio arrancó la pequeña planta y la mostró al grupo de celtas, explicando que de la misma manera que de un solo tallo brotaban tres hojas, así el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo era uno solo. Los irlandeses desde entonces unieron el trébol a San Patricio y adoptaron el trébol como símbolo nacional.

Historia cuanto menos curiosa, que sirve para conocer un poco más del país y de sus orígenes.

Alrededor de la catedral podemos contemplar una plaza y un antiguo cementerio a su izquierda se encuentra la puerta principal que nos da acceso al templo, el horario de visitas es de 9:00 a 17:30 horas de lunes a sábado, mientras que los domingos es: de 9:00 a 11:00 y de 12:30 a 15:00 horas. El precio: 5,50€  la entrada normal y 4,50€ para estudiantes, nuevamente enseñando nuestro carné de universidad obtuvimos el descuento.  Tarjeta Dublín Card: Entrada gratuita.

St. Patrick’s Cathedral en Dublín

Una vez estamos dentro notamos pronto como los procesos de reforma que fue sufriendo durante el paso de los siglos se han ido reflejando en su estructura, destaca la puerta del capítulo, que conmemora el fin de las disputas entre los condes de Ormond y Kildare, vemos una gran cantidad de bustos, sepulcros y placas bajo sus bóvedas que conmemoran a algunos de los ciudadanos más célebres que han habitado en Irlanda, así como una inmaculada pila bautismal de la época medieval.

Vidriera de la Catedral de San Patricio, Dublín

Si tuviera que elegir entre una u otra, sin duda me quedaría con la visita a San Patricio, aunque la cripta de Christ Church es muy interesante, aunque realmente ambas son dos platos fuertes que no deberíamos perdernos en una primera visita a Dublín.

En su interior, las vidrieras coloristas y abundante en las que se representan algunos pasajes bíblicos, fueron obra de los hermanos Casey, colocadas durante el siglo XIX y que dan un toque de lo más impresionante, desde luego si vamos en un día que la luz acompañe disfrutaremos bastante con la cámara sobre ellas 😀

Cuando terminamos la visita nos movimos de nuevo al centro para ver la fachada del City Hall, uno de los ejemplos más destacados de arquitectura georgiana de la capital, se puede visitar y de esa forma contemplar su magnífica cúpula, pero como la entrada no es gratuita, rehusamos y simplemente vimos su portada y lo poco que se podía ver desde las ventanas que dan al exterior, nuestro verdadero objetivo por el que nos desplazamos hasta allí, era contemplar el Castillo de Dublín que se encuentra en a su espalda.

City Hall de Dublín
Torres medievales Castillo de Dublín

Esta fortaleza ha sido utilizada a lo largo de los años de diversas formas, en tiempos de vikingos fue parte de su asentamiento, más adelante pasó a ser fortaleza militar, residencia real, sede de la Administración Inglesa en Irlanda y hoy en día, se utiliza para celebraciones estatales destacadas.

Se puede realizar una visita guiada de 45 minutos en su interior de lunes a sábado: de 10:00 a 16:45 horas. Domingos y festivos: de 14:00 a 16:45 horas. Pero desafortunadamente tanto el 31 de Diciembre como el 1 de Enero se encuentra cerrada, por lo que nos tuvimos que conformar con pasear por sus alrededores, aunque realmente según hemos podido ver, tampoco es muy destacado lo que esconden sus paredes, aunque el precio de su entrada no es demasiado caro, 4.50 euros la entrada normal y 3,50 euros para estudiantes, nuevamente entrada gratuita si tenemos la Tarjeta Dublín Card.

Árbol de navidad en Castillo de Dublín

En la patio central del castillo encontramos un vistoso árbol navideño en el que no pudimos dejar la oportunidad de fotografiarnos y si caminamos a mano izquierda encontraremos como las dependencias traseras se encuentran pintadas como si de un lienzo multicolor se tratara, cuanto menos curioso 😀

Justo delante de esa amalgama de colores encontramos un parque frente al que se encuentra la conocida Biblioteca de Chester Beatty, cuya entrada es gratuita y se puede visitar de martes a viernes de 10:00 a 17:00 horas., sábados: de 11:00 a 17:00 horas y domingos: de 13:00 a 17:00 horas. En su planta de arriba existe una terraza con un pequeño jardín botánico, pero que en los meses de invierno se encuentra cerrada, por lo que únicamente dimos un breve paseo entre libros.

Jardines Biblioteca de Chester Beatty

Eran ya las 7 de la tarde y nos volvimos de nuevo hacia Graffton Street para comprar algunos souvenirs clásicos y alguna que otra cosilla en la tienda de HMV, a las 8 se presuponía que todo estaría cerrado y al pasar por el Trinity College de nuevo, la banda de música ya comenzaba a calentar de cara al festival que se tenía previsto para aquella noche. Una vez saciamos nuestras ansias consumistas (como siempre comedidas, pues la lotería sigue sin tocar :P), pusimos rumbo al hotel para cenar mientras veíamos en la televisión una película de Harry Potter que casualmente estaban echando y que es la saga favorita de Carmen, así descansábamos un poco para volver de nuevo a Christ Church a comernos las uvas horas después.

Sobre las 10 de la noche pusimos nuevamente rumbo a la catedral, cuando llegamos por la zona de pubs ya se notaba el ambientillo y según pudimos comprobar, en esta ciudad es más típico festejar el fin de año dentro de los locales de copas, antes que hacerlo en un punto clave concreto.

Cuando llegamos al templo apenas había gente a su alrededor, comenzaba a salir la gente del interior, pues esa noche había habido un concierto de gospel, pero según iban pasando los minutos la gente iba  apareciendo y se iba posicionando alrededor del monumento religioso. Nosotros sacamos nuestras uvas previamente preparadas y pronto comenzaron a sonar algunas campanas de prueba, lo que hacía indicar que la llegada del nuevo año estaba cerca.

No tardaron en llegar llamadas y mensajes de felicitación de familia y amigos cuando allí eran apenas las 11 pasadas de la noche, pero como era natural en España ya se había cambiado de año, mientras que a nosotros aún nos faltaba un poco.

Uvas en Fin de año, Dublín
Con españoles en Dublín

Como suele ser habitual, en esos ambientes no se tarda mucho en localizar a compatriotas españoles a nuestro alrededor, aunque en esta ocasión fuimos nosotros los cazados y se nos acercó una pareja de Mostoles muy majos, si no recuerdo mal se llamaba Nerea y Javier, con los que estuvimos hablando un buen rato, la verdad que siempre es especial cuando se viaja fuera poder hablar en tu lengua de nuevo y sobre todo con gente de tu país, desde aquí les mando un saludo de parte de Carmen y mía, espero que su viaje y posterior vuelta a casa fueran estupendas 😀

Y como podemos ver en el vídeo al fin llegó el momento, las campanas de la catedral comenzaron a repicar y tras comernos las doce uvas ya podíamos festejar que habíamos cambiado de año ¡Feliz 2012! 😀

Gente celebrando el nuevo año a todo el mundo, botellas de champán que no paraban de ser descorchadas y un ambiente impresionante nos rodeaba, sin miedo a equivocarme creo que ha sido de los últimos 3 años la mejor entrada de fin de año, pues si las otras dos fueron también muy espectaculares, en París las aglomeraciones de gente fueron un tanto caóticas y en Londres el frío era sobrehumano, sin embargo en Dublín todo fue excelente, si es que puede sonar a chiste que a las 12 de la noche tuviéramos en la calle 11º, lo dicho un 10 a esta entrada de año.

Fiesta Fin de año en Dublín

Para colmo, un grupo de Hare Krishnas preparados con un altavoz y un micro hizo que las masas enloquecieran con su pegadizo mantra de:

hare-kṛṣṇa-hare-kṛṣṇakṛṣṇa-kṛṣṇa-hare-harehare-rāma-hare-rāmarāma-rāma-hare-hare

Lo que provocó que todo el mundo los siguiera cantando y bailando al son de la música camino de la zona de Temple Bar, se podría decir que fue un retorno a India o Nepal de lo más curioso 😀

De allí nos pasamos un rato por la zona de pubs para ver el ambiente, pero sin entretenernos demasiado, pues al día siguiente nos esperaba una jornada aún más intensa que la vivida hoy, sería nuestro último día en Dublín y tocaba aprovecharlo al máximo. Muchos estaréis pensando: ¿Y las cervezas? ¿Es que nadie piensa en la Guinness? No os preocupéis amig@s, pues en el próximo capitulo trataremos largo y tendido ese tema, así como otras bebidas de alta graduación clásicas de la isla.

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

25 Comentarios

  1. Fue un día que nos cundió bastante, aunque como siempre me suele suceder, hasta que no veo plasmado todo lo que hicimos, no me lo acabo de creer, pues no estábamos ni cansados ni nos dolían los pies… XDD

    En este día yo destacaría el museo arqueológico y los parques. Como dato curioso que me llamó bastante la atención es que en la cripta de Christ Church había montado un bar, se ve que la cerveza pega en cualquier ocasión en Irlanda y sea a la hora que sea, jejeje.

    El fin de año fue inmejorable. Había gente sin resultar agobiante, temperatura acompañaba, buena compañía y gente bailando como loca al ritmo de Hare Krishnas. ¿Qué más se puede pedir?

    Por cierto, no os perdáis la próxima entrada en la que hablaremos de la cerveza y de lo que nos pareció con vídeo incluido XD

  2. Pues si que os cundió el día!!! Madre mía!! Si casi vistéis más cosas que yo en un mes que pasé allí!! jajajaja De hecho, yo solo estuve durante ese mes en uno de los tres museos que mencionas (es que no soy muy de museos, la verdad).
    Saludos

    • Es que íbamos muy poquito y había que aprovechar los días, pero realmente tampoco es que nos pegáramos una paliza de andar, se visita la ciudad de forma muy cómoda y es una visita muy agradable 😀

      Saludos!!

    • Eso digo yo, deberían volver a sus casas finos… aunque los irlandeses son majos hasta cuando beben, unos encantos de personas jeje

  3. Oye, qué curioso lo de las campanadas bajo la catedral de San Patricio. Sinceramente no se me ocurría dónde podrían los dublineses celebrar el año, pero ahora que lo leo, tiene sentido… No dices si al final había mucha gente o no en el momento de las campanadas, ¿había? Y, ¿qué hacen ellos? Porque uvas no comen… ¿esperan sin más y festejan? ¿Se toman 12 pintas? xD

    Al margen de eso, de todo lo que has contado lo que más me gustó fue el Trinity College y la iglesia de Christ Church. Desgraciadamente, como iba para sólo tres días (de los cuales uno me lo ocupaba casi entero un partido de fútbol) me quedé sin entrar e ningún museo, pero ahora al ver tus fotos me ha dado envidia… no tanto por las exposiciones, que como dices tampoco deben ser super-espectaculares, sino por el edificio y el ambiente en el interior del mismo. Parecen museos de los de las películas, a la vieja usanza, ¡qué chulos!

    • Al final fue llegando la gente, pero como se ve en las imágenes y en el vídeo digamos que era una masa controlada, nada que ver con la que se lió el año pasado junto a la Torre Eiffel, nuestra integridad lo agradeció 😀

      Las 12 pintas se las toman antes, durante y después de las campanadas, como beben madre mía jajaj

      En cuanto a los museos, si te gusta el sabor añejo y la tranquilidad están geniales para echar un rato, aunque no es que sean lo más destacado de la ciudad 🙂

  4. Vaya día más completo y el final apoteósico con los hare krishnas animando la entrada del año, vaya suerte con la temperatura porque a veces te amarga un poco los viajes aunque creo que los irlandeses combaten el frío a base de pintas, jejeje. Yo sólo estuve un día en Dublín y no me dio tiempo a verlo todo, veo que tendré que volver.

    Un saludo !!!

    • A mi el tema de la temperatura no me suele preocupar, pero mi pobre Carmen lo pasa mal con el frío, esta vez iba más que preparada, porque después de estar en París y Londres nos temíamos lo peor, pero la verdad que hizo una temperatura estupenda.

      Saludos!!!

  5. La verdad es que no os dejasteis ni un solo sitio por visitar. Nosotros cuando estuvimos no tuvimos tiempo de ver todo y los museos los descartamos aunque hay algunos de los que has puesto que parecen bastante interesantes, habrá que volver ya que a mi me encantó la ciudad. Menos mal que tuvisteis suerte y el frío os dio un respiro. XXDD Un abrazo. 😉

    • Lo mejor es que Irlanda tiene mucho que visitar, por lo que solo por ver parte de su naturaleza merece volver a pasar por Dublín y ver los lugares pendientes.

      Un abrazo! 😀

  6. Hola José Carlos,

    Vaya ruta más completa !! y qué buenos recuerdos me trae leyendo el post.
    Ya sabía yo que las cervezas no podían faltar en la visita a Dublin, así que esperamos a leer el siguiente relato.

    Saludos.

    • Estando en Dublín desde luego que la visita tenía que estar ligada en algún momento con la cerveza, pero eso lo veremos en la próxima entrada 😀

      Saludos!

  7. ¡Uf! ¡Qué de cosas visteis! Yo, como dice Artabria, cuando vaya para allá me preparé una chuletilla con vuestros posts, porque la verdad es que tiene muy buena pinta la ciudad y la ruta que os hicisteis.
    Me ha resultado muy curioso lo del billete de 500. Yo creo que eso lo mete la dirección del museo para que uno crea que su donativo es insuficiente…
    Esta guay eso de empezar el año en ciudad nueva y con gente nueva.
    Un saludo 😉

    • Espero que te sirva de ayuda mi ruta, desde luego vimos todo lo que teníamos en mente, así que perfecto.

      Yo también creo que lo del billete de 500 estaba ahí de cebo jaja

      Saludos!!!

  8. Como siempre los días os dan para mucho. Llegaréis con los pies muertos no?? Estoy apuntando todo para cuando visite dublin, que espero no sea muy tarde. Ahora que espero no encontrarme a los Hare Krishnas.
    Un abrazo y felicidades por tan completa entrada!!

    • Estamos acostumbrados a andar mucho, nos encanta pasear, así que en los viajes no es nada nuevo, pero vamos, mañana llega nueva entrada y si en este día andamos en el siguiente lo hicimos el doble 😛

      Un abrazo Fran!

  9. Qué a gusto se le ve a Oscar Wilde tirado en esa piedra. Cuando estuve en Dublín no pude visitar el Sthepen Green Park, y por lo que acabas de mostrar, veo que fue una verdadera pena.
    Completísima la entrada, espero la siguiente y las respectivas cervezas! Un saludo.

    • Se nota que en ese parque Wilde se lo pasaba muy bien, no hay más que verle en la foto jeje Siempre que queda algo que ver destacado en una ciudad, es motivo suficiente para volver, así que ya sabéis 😀

      Un Saludo!

  10. Muy buena la crónica! Dignas de admiración son las fotos tan buenas tomadas dentro de los museos donde dices que estaba prohibido. Debes ser un ninja de la cámara. Saludos 🙂

    • Me alegra que te haya gustado la crónica. La verdad que en cuanto a fotos infraganti son ya muchos años de experiencia, alguna vez me han cazado, pero las menos 😀

      ¡Saludotes!

  11. Pingback: Globellers os desea ¡Feliz Navidad! - Globellers

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