Un año más tocaba terminar el año embarcando en un avión que nos permitiría vivir la especial noche de fin de año fuera de España. A las 11:30 de la mañana salimos rumbo al aeropuerto de Málaga, nuestro avión saldría a las 13:30 rumbo a Dublín.
Otro país, otra capital europea se presentaba ante nosotros y en pocas horas estaríamos pateándonos sus calles, únicamente serían 3 noches y 2 días completos, pero suponíamos que la ciudad era perfecta para una escapada de estas características y sobre todo para entrar en 2012.

Según el horario previsto el avión de Ryanair despegaba del AGP sin ningún contratiempo, como siempre en este tipo de viajes cortos optamos por una maleta de mano que no superara las medidas máximas de 55 x 40 x 20 cm ni los 10 kg como exigen las condiciones del equipaje en cabina de la aerolínea irlandesa de lowcost. Como siempre nuestras caras en la ida eran de pura felicidad 😀


En algo menos de 3 horas llegamos a la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de Dublín, al ser allí una hora menos que en España, ganamos una hora y al aterrizar eran las 15:30, aunque no encontramos ni rastro del sol que se había escondido dejando paso a la noche.
Nada más salir fuimos a información para preguntar donde se cogían los autobuses para ir al hotel, pues el aeropuerto se encuentra a unos 18 kilómetros del centro de la ciudad, una chica muy amable me puso al teléfono con otra chica que me informó en perfecto español, todo un detalle. Realmente para llegar a la parada de los autobuses no es muy complicado, nada más salir del aeropuerto por la salida a mano izquierda de información la encontraremos.
Para desplazarnos a la ciudad podemos optar por un taxi cuyo precio rondará los 35-40 euros, por el autobús 747 en la parada 1 por 6 euros o lo que hicimos nosotros, por los autobuses privados Aircoach que te llevan a los principales hoteles de Dublín por 14 euros/ persona ida y vuelta. . El servicio está disponible de: 5:00 – 24:00 horas, cada 15 minutos. A partir de las 24:00 el servicio está disponible cada hora.
Existen varias lineas e Aircoach, solo tenemos que ver el que corresponde a nuestro hotel y comprar allí mismo el billete, si lo hacemos de ida y vuelta será más económico. Mas información en: Aircoach Dublin
En nuestro caso nos montamos en el bus que hace la ruta Aeropuerto – Ballsbridge, cuya última parada nos dejaba en la misma puerta de nuestro alojamiento. El bus es deluxe totalmente, sillones de cuero, gran espacio e indicaciones en todo momento de la próxima parada durante el recorrido, hasta podemos utilizar 15 minutos de wifi gratuitamente, desde luego mi valoración sobre este servicio es óptimo total.
En aproximadamente unos 45 minutos llegamos al Ballsbridge Hotel, situado en Pembroke Road, Ballsbridge a unos 2 kilómetros y medio al sur del centro de la ciudad.

Una vez llegamos hicimos rápidamente el check-in y subimos a ver la habitación, queríamos dejar las cosas pronto en el cuarto y aprovechar un poco lo que restaba de tarde para ver algo de la ciudad. Que decir del hotel, si por las imágenes que habíamos visto en internet ya nos daba buenas sensaciones llegar y ver ese gran hall adornado con un vistoso arbol de navidad, cruzar los pasillos y encontrarse con el clásico pub irlandés en su interior, así como notar el gran trato desprendido por sus trabajadores nos confirmaba nuestras sospechas.
La habitación seguía la prometedora línea, teníamos una gran cama de matrimonio y una supletoria por si durante el viaje nos enfadábamos (no se tuvo que utilizar :P), televisión por cable, buenos armarios, plancha y un escritorio muy apañado.

Un baño bastante completo, todo muy limpio, con bañera y algo bastante importante, un conversor de voltaje y clavijas para poder cargar nuestros gadgets, pues os tengo que recordar que en Irlanda tienen los mismos enchufes de 2 clavijas planas que se usan en Reino Unido, por lo que si alguna vez viajáis por esta isla, no olvidéis llevar un conversor, igual vuestro hotel no cuenta con uno, aunque nosotros si que lo traíamos de casa.

El único pero que se lo podía poner al servicio del hotel, es que el wifi era de pago, pero bueno, para unos días tampoco pasaba nada y decidimos no pagarlo, todo lo que se pueda ahorrar siempre está bien 😀
Cuando finalmente salimos del hotel la noche cerrada nos hizo pasear por un barrio oscuro apenas iluminado por las farolas que daban una leve luz a la calle, está claro que en Irlanda las cosas no funcionan como en España y a las 7 de la tarde apenas se veía pasar un coche por la vía y mucho menos alguna persona caminando.
Pero el paseo hasta el centro fue muy entretenido, entre las clásicas casas adosadas de estilo inglés, con puertas georgianas pintadas de distintos colores, en las ventanas que daban a la calle muchas de ellas contaban con árboles de navidad iluminados, creando una atmósfera ideal, pero bueno, en las próximas entradas ya se verán con más nitidez y claridad, pues en aquellas horas según se aprecia en la imagen de abajo, cualquiera diría que íbamos por la mismísima Elm Street.

Caminando llegamos al centro, allí comenzamos a ver los clásicos pubs, una típica estampa fue ver en uno de las cristaleras la célebre marca de Guinness, un auténtico dogma en el país y justo debajo un típico belén, pues no olvidemos que en este país la religión católica es un símbolo de identidad nacional desde que San Patricio la introdujera, se calcula que el 87% aproximadamente de la población es católica romana.

Al fin nos aproximamos al centro de la ciudad, entre la célebre calle de Grafton Street y King Street encontramos el Stephen´s Green Shopping Centre, uno de los pocos centros comerciales de gran tamaño que existen en la ciudad, pues es más habitual en encontrar tiendas independientes o puestos callejeros.
Recibe su nombre por el cercano parque que se encuentra frente a él, cuenta con más de 100 tiendas de las franquicias más conocidas repartidas a lo largo de sus 3 plantas.

Una vez entramos lo más vistoso es su gran claraboya que permite dar luz natural al centro comercial durante el día, alrededor de esta estancia se encuentran las tiendas, al encontrarnos en navidad todo estaba decorado con bolas, luces y demás adornos navideños. En su entrada principal contamos con acceso wifi gratuito.
Allí se encuentra una gran tienda de souvenirs, Carroll´s, a lo largo de sus 2 plantas encontraremos todo tipo de artículos con los colores y señas de identidad de la nación irlandesa, gorros y barbas de leprechaun, camisetas, bolsos, imanes y también sobre la célebre marca de cervezas Guinness, nosotros simplemente nos dimos un garbeo para ver precios y ya posteriormente ir comparando en otros lugares.

Al salir de allí nos dimos de bruces con The Gaiety Theatre o «teatro de la alegría» en español, uno de los escenarios con más solera de toda Irlanda, seguramente no tenga la repercusión de los clásicos teatros londinenses, pero en este país es toda una institución en donde han actuado entre otros el mismísimo Luciano Pavarotti, allí se pueden ver sus manos en bronce entre otros muchos artistas. Fue escenario de Eurovisión en el año 1971.


En aquel momento se estaba representando Robinson Crusoe & the Caribbean Pirates protagonizada por Samantha Mumba cantante, compositora, actriz y en ocasiones modelo de nacionalidad irlandesa. El ambiente a su alrededor era bastante bonito, mucha gente esperaba para entrar a la función y había puestos donde se hacían pompas de jabón y se podían comprar gafas y peonzas luminosas que tanto gustan a los más pequeños 😀
Concurrida y bulliciosa llegaba el momento de recorrer la calle comercial más famosa de toda la ciudad, Grafton Street. Seguramente no destaque por su longitud, que apenas llega al medio kilómetro, pero si por la cantidad de tiendas, restaurantes y en general por el buen ambiente que se respira por la vía peatonal en la que se suelen ver músicos y artistas demostrando su arte.


Nos gustó mucho la iluminación navideña que decoraba la calle, especialmente las lámparas clásicas llenas de cristalitos luminosos de la parte central, desde luego en ese ambiente cualquiera se dejaba llevar por el consumismo, menos mal que nos contuvimos y únicamente nos dedicamos a mirar, que para ser el primer día, no era plan de comenzar a gastar.
Durante toda la tarde en ciertos momentos tuvimos una leve llovizna que dejaba el suelo mojado, pero que no era suficiente como para pensar en sacar un paraguas, la temperatura era super agradable rondando los 14º, la primera toma de contacto con la ciudad no podía ser más positiva en todos los aspectos.
Cuando finalizamos la zona peatonal de Graffton Street y en la intersección con la Nassau Street nos encontramos con una estatua de bronce de un mito de la ciudad, Molly Malone, la vendedora de berberechos y mejillones por el día y que se ganaba un extra por las noches como prostituta, gracias presumiblemente a su prominente busto.
Es tanta su fama, que dio pie en 1880, a que James Yorkston compusiera la canción «Cockles and Mussels» en su honor y que se ha convertido en himno no oficial de Dublín recreando la historia de este personaje:
La canción cuenta la historia de una hermosa pescadera llamada Molly Malone que murió de una fiebre en plena calle. La muchacha iba por las tortuosas calles de la zona portuarioa de Dublín, empujando un carro y pregonando «¡¡Mejillones y Berberechos vivitos!!». Sin embargo no existe evidencia de que tal persona existiese en el siglo XVII ni en ningún otro momento.

Como no podía ser de otro modo, tenía que cumplir la tradición de hacerme una foto junto a la estatua, con la mala suerte que al irme a arrimar se me fue el cuerpo y acabé tocándole un pecho a la señorita, juro que fue sin querer, no fue mi intención 🙁
Seguimos caminando hasta contemplar como en la fachada de la Trinity College estaban probando un cañón de luz, donde se iban mostrando distintas escenas de cara al día siguiente celebrar el fin de año, bastante curioso de ver 😀
La última cita antes de irnos de vuelta al hotel fue por Temple Bar, este es uno de los barrios más antiguos de toda la ciudad, su orografía está representada por calles llanas adoquinadas y estrechas repletas de los clásicos pubs irlandeses, por ello hacen de este lugar uno de los más carismáticos para visitar especialmente cuando cae la noche.

Se encuentra situada entre Dame Street y el río Liffey y debe su nombre a Sir William Temple quien compró estos terrenos en 1600. Pero no fue hasta 1991 cuando el barrio explotó definitivamente gracias a la elección de la ciudad como Capital Europea de la Cultura, pues durante muchos años estuvo en pleno declive y no acababa de salir adelante nada de lo que se proyectaba.

Desde luego es una zona que tenemos que visitar sí o sí, callejeando y callejeando llegamos a uno de los pubs más conocidos de todo Dublín y que es reconocido casi internacionalmente, The Temple Bar, el prototipo de pub que muchos otros intentan copiar, pero que ninguno consigue superar y es que lo genuino se hace notar.

Como al día siguiente tocaba madrugar, pues teníamos 2 días muy movidos por delante, decidimos no alagar demasiado la noche y volver al hotel, paramos en un Tesco para comprar unas cuantas cosas para el desayuno, pues como siempre nuestros viajes intentamos que sean lowcost en casi todos los sentidos, hay que evitar dejarse un dineral en desayunos y comidas si nos queremos permitir estas escapadas.
Cenamos en el hotel y para la cama, al día siguiente tocaba «comenzar» a disfrutar del todo la ciudad, madrugando bastante y esperando a que la entrada de fin de año que viviríamos sería igual o más especial que las de años anteriores. Desde luego que nuestras primeras sensaciones eran muy buenas, pero si queréis saber lo que nos dio tiempo a ver y nuestras apreciaciones finales tendréis que leer las próximas entradas.
32 Comentarios
Muy buena introducción, la verdad es que aprovechasteis muy bien la tarde. Eso de que se te fue la mano en la estatua….jejejeje. El hotel tiene muy buena pinta, te sigo leyendo para seguir vuestras aventurillas en la capital de la Isla esmeralda!!! 😉
Para el poco tiempo que tuvimos en esa tarde no estuvo nada mal.La verdad que el hotel fue todo un acierto 😀
Que se le fue la mano dice… JA! XDD Como anécdota curiosa, cerca de la estatua había un corrillo de policías que se carjearon a nuestra costa, y es que les debió parecer de los más gracioso ver a una novia echándole una foto a su pareje mientras le metía mano a una estatua… jejejeje. Pero se ve que es costumbre, porque se reían con cada transeúnte que le tocaba un pecho a la pobre Molly Malone…
Desde luego los policías se mondaban, como si fuera al primero que le pasa eso 🙁
xDDD
Genial! Es cierto que aprovechasteis el día al máximo, jeje
A mi lo que más me gusta de Dublin, además de esas inmensas pintas que ponen en la zona del Temple Bar, son sus gorros-souvernis, jajja…
¿Cuando el siguiente capítulo? 😉
La verdad que en souvenirs típicos como saques a paseo la Visa te puedes gastar un buen dinero, nosotros que solemos intentar no dejarnos llevar, en esta ocasión si que compramos bastantes cosillas xDDDD
Espero que la próxima entrada no se demore demasiado, que estamos en época de estudio y ya se sabe… 😛
Lo de tocarle el pecho a una estatua (aunque sea «sin querer», jaja) parece que se hace bastante a menudo, no? Yo le toqué uno a Julieta en su casa de Verona, jejej.
Menos mal que no hizo falta la cama supletoria!! Aprovechasteis bien la tarde, espero los siguientes posts, que Dublín me mola y seguro que saco datos interesantes para cuando yo vaya 🙂
Pues seguro que mis entradas os animan a visitar Dublín, es una ciudad fantástica para una escapada. Una suerte no tener que usar la cama supletoria, sobre todo por algo fortuito que pasó sin querer… 😛
Qué recuerdos!!! Aunque cuando nosotros fuimos hacía menos fresquete…;D jejeje,
Bueno para ir en pleno invierno la verdad que no nos quejamos de la temperatura que nos hizo jaja
Al igual que «Dos de viaje», leerte este primer relato sobre Dublín me trae muchos recuerdos de mi paso por esta interesante ciudad allá por el verano de 2009… veo que no fui el primero ni el último que le tocó una teta a Molly jajaja.
Yo ví el Stephen´s Green Shopping Centre de día y me encantó… imagino que de noche debe ser alucinante.
Un saludo!
Nosotros pasamos por Stephen´s Green tanto de día como por la noche y la verdad que cuando cae el sol esa zona es preciosa y más en navidad 😀
Saludos!
Que bonito se ve Dublin, y más con todo adornado de Navidad…
yo me gustaba desde aquí desde Londres hacer una escapada que hay ofertas buenas de vuelos….
=)
Pues nada Nerea, a ve rsi pillas una buena oferta y os pegáis una escapadita de fin de semana por Dublín 😀
Acabo de descubrir tu blog y me encanta la organización que tiene!
En cuanto tenga un rato me pongo a fondo a leer todas tus aventuras por Dublin y la crónica sobre la costa oeste de EEUU que me interesan mucho.
Un saludo!
Bienvenida Raquel. Espero que te gusten mis relatos. La crónica de la costa oeste de USA es una de mis favoritas, con ella nació este blog y es un lugar al que le guardo un recuerdo muy especial.
Saludos!!!
Muy buena entrada de Dublín, veo que el primer contacto con la ciudad fue con los pechos de Molly Malone, jejeje, menos mal que teníais la cama supletoria.
Y lo peor es que nadie me cree que fue sin querer, con lo bueno y noble que soy yo 😛
Qué de recuerdos me ha traído tu post!!! No parece demasiado cambiada la ciudad desde que la visité hace ya 12 años!! Madre mía cómo pasa el tiempo!!! Y un viva para los viajes low cost!!! Yo también soy partidiaria de ahorrar en las comidas siempre que se pueda… Y más en lugares como Dublín e Irlanda, cuya gastronomía no es que sea algo que no te puedas perder…
Saludos
Mientras que no nos toque la lotería o tengamos un buen trabajo remunerado, no nos queda otra que apostar por los viajes low cost y nosotros encantados jaja
Un saludote! 😀
Muy buena la introducción José Carlos. La verdad es que me va a venir de lujo este relato porque puede que hagamos una escapada a Dublín este año (sino al siguiente) de unos 3 días también. Aunque dependemos de compromisos laborales y extralaborales…
Un abrazo
Pues nada, que te sea útil y que no se demore mucho esa escapada por Dublín, seguro que os gusta 😀
Un abrazo!!!
No veas las ganas que tengo de conocer Irlanda. Es un país que me ha llamado de siempre mucho la atención, y así en Navidad se ve preciosa…
Menudo hotelazo cogisteis, ¿no?
Un saludo 😉
La verdad que la ciudad está genial y en la próxima visita seguro que nos vamos a conocer sus alrededores, que hay mucho pueblo y rincón en ese bello país. En cuanto al hotel fue una ganga, repetiríamos sin dudarlo 😀
Saludos!!!
Uy, uy, uy….
Me extraña a mi que tocándole «sin querer» una teta a la señorita Mallone no acabaras durmiendo esa noche en la cama supletoria que dices que no tuvistéis que usar.. hehe
Sigo (lentamente) este viaje a Dublín, chicos!!! Date prisa en acabarlo, que si no…
Un muy fuerte abrazo a los dos desde Beijing!
No te preocupes Blai, que tengo bien controlados los «tempos» de cara a lo que esté por venir 😛
Un abrazo y abrígate bien, que parece que hace una buena rasca por allí jaja
Genial descubrimiento el de tu blog amigo!, me ha encando … obviamente ya te he añadido a mi lista de blogs en el mío http://www.thewotme.com … así que ya te he enlazado.
La verdad que Dublín me gustó cuando estuve, aunque sólo estuve un día … de 8am a … 7pm 🙂 … tomé un vuelo desde Londres donde vivía hasta hace poco por tan sólo 10libras ida y vuelta y la verdad que no paré de andar ni un momento … me dió tiempo a todo …
La ciudad bonita de verdad aunque hay muchas cosas que no me gustan como … un aparcamiento en el castillo … «qué cutre»!! … en fin ..
Estamos en contacto ok?
Un saludo y gracias por compartir.
Alfonso.
Bienvenido Alfonso, me alegra que te gusten mis relatos. La verdad que el castillo es lo que más decepciona, pero el resto de la ciudad enamora y se ve de una forma muy cómoda.
Un saludo!
¡Quéeee bonito! Si ya de por sí Dublín es una ciudad preciosa, en Navidad tiene que ser una pasada. Yo también fui solo tres días, pero quedé prendada 😀 Pero, ¿puedes creer que no vi la estatua de Molly Malone? jajajajaa La estuve buscando pero no la encontré 🙁
¿Probásteis en el Temple Bar los chupitos de Bloody Mary con una ostra dentro? ¡ES-PEC-TA-CU-LA-RES!
La verdad que hay pocas ciudades que en navidad no luzcan mejor que durante el resto del año, Dublín está genial. Mira que no encontrar a la maja de Malone, si está al final de Grafton te la encuentras de bruces y sino la ves, siempre hay gente a su alrededor. Pues no probamos esos chupitos… tendremos que volver de fiesta por allí parece 😉
Qué recuerdos leyendo tu entrada sobre Dublín. Yo pasé allí un mes entero estudiando inglés hace años y me gustó tanto que luego volví años después a Irlanda para quedarme un año, aunque esa vez en Cork. Eso sí, volví a Dublín hasta tres veces durante ese año, es una ciudad que me encanta.
Saludos!!
La verdad que vivir una temporada por Irlanda debe ser toda una experiencia, sobre todo si respeta el tiempo, nosotros seguro que volvemos en alguna otra ocasión para ver sobre todo su naturaleza, esos paisajes de película se lo merecen 🙂
Saludos!!!