6 AGOSTO

El día se iba a presentar movidito desde bien entrada la mañana, toda la noche había estado lloviendo y las «relucientes» calles de Delhi estaban encharcadas a conciencia, hasta la hora de comer teníamos en mente visitar Old Delhi, la zona más caótica y enmarañada de toda la ciudad, para la tarde volveríamos a Main Bazar para comer, con la intención de reencontrarnos después con Blai que por esas horas ya debería haber llegado su tren desde Jaipur.

La distancia entre nuestro hotel y los puntos de interés de Old Delhi eran de poco más de 1 hora andando, por lo que sorteamos a los insistentes conductores de tuk tuk y caminando nos pusimos en marcha, no era raro encontrarse a limpiadores de zapatos cada poco, desde luego era toda una inversión que te limpiaran el calzado para a los cinco minutos volver a tenerlos igual o más sucios, pero bueno, son gente que se tienen que ganar su sustento, aunque con nosotros hicieron nulo negocio.

Después de andar un rato por una ciudad que aún se estaba despertando y en la que apenas había el 10% del tráfico habitual, enfilamos una calle que a lo lejos nos mostraba la primera visita de la mañana, concretamente la imperial mezquita de Jama Masjid, la más grande de toda India.

La entrada es libre, aunque si queremos pasar con la cámara o la videocámara deberemos pagar 200 rupias, el horario para los no musulmanes es de 8:30 a 16:30, aunque entre medio existen intervalos de tiempo en que es posible que se esté realizando el culto y tengamos que esperar un poco para acceder, deberemos quitarnos los zapatos a la entrada y si el visitante es una mujer, deberá entrar acompañada por un hombre.

Su exterior es impresionante, cuenta con tres puertas (el acceso principal está en la tercera puerta), cuatro torres en ángulo y dos vistosos alminares de 40 metros de altura, desde donde si pagamos 50 rupias podremos presenciar unas interesantes vistas, nosotros en esta ocasión estuvimos perezosos y no subimos.

Fue construida entre 1644 y 1658 y supuso el fin a la carrera de Shah Jahan como arquitecto, una de sus singularidades es que se edificó alternando franjas verticales de piedra arenisca roja y mármol blanco.

Torres mezquita de Jama Masjid, Delhi

La verdad que nos gustó bastante y tuvimos suerte que no había demasiada gente, hay que tener en cuenta que tiene capacidad para 25.000 personas, ¡vamos, como para pillar la mezquita en hora punta! 😀

De allí nos fuimos hasta Chandni Chowk, una amplia avenida compone uno de los barrios más locos de Delhi, ¡sí, lo sé! he dicho ya eso muchas veces, pero es que esta zona se lleva la palma xD Conductores de rickshaws a miles, vendedores ambulantes que cruzan sus carritos en mitad de la carretera y algunos mercados de comida junto a chatarra apilada en montañas, desde luego que no es el mejor sitio para quedarse a comer, aunque existen edificios tan bonitos como el templo jainista de Digambara Jain del S. XVI, junto a él se encuentra un interesante hospital de aves.

Templo Digambara Jain en Delhi
Fuerte Rojo en Old Delhi

Pero nuestro verdadero interés en visitar esta zona, estaba enfocado en visitar el Lal Qila o Fuerte Rojo de Delhi. Para entrar en esta fortaleza deberemos pagar 250 rupias, no sin antes pasar por unas estrictas medidas de seguridad, algo que especialmente en Delhi se hacen más acusadas, pues es un punto caliente en el país en cuanto a riesgo de sufrir ataques terroristas y teniendo tan presente los atentados de Julio de este mismo año en Bombay que dejaron 18 muertos y 141 personas heridas, pues era algo lógico ese control, curiosamente lo que más le llamó la atención en el cacheo fue el líquido antimosquitos que llevaba, pero al final cuando le expliqué para que era, me sonrió en plan «Estos viajeros, que delicados son, cuantos chismes llevan» 😛

Otro apunte importante y esta vez para las chicas, es que la cola para las mujeres es sensiblemente más corta que para los hombres, cosa de 1 a 15 minutos de espera respectivamente, algo generalizado en casi toda India 😀

Un recuerdo bonito que tengo, fue que justo antes de entrar nos percatamos que no se podía comprar agua embotellada dentro y hacía bastante calor, pregunté a unos encargados del monumento y al poco tiempo me trajeron una botella de agua y no consintieron que pagara nada, desde luego todo un detalle y cosas así te hacen ver que no todo el mundo se aprovecha de los turistas y que realmente hay más gente que merece la pena, de la que no lo merece, pero siempre es típico que los puntos negativos creen posturas demasiado radicales.

Acceso Fuerte Rojo de Delhi

La principal puerta de acceso al fuerte recibe el nombre de Lahore, ya que está ubicada mirando a la ciudad con ese apelativo que actualmente pertenece a Pakistan. Es un símbolo en la India moderna, ya que durante la lucha por la independencia uno de los objetivos era ver ordenando la bandera india en ese punto, algo que se consiguió en 1947 y precisamente en aquellos días se estaba preparando el lugar para festejar en una semana, concretamente el 14 de Agosto, el aniversario del movimiento nacional de independencia, cuando dejaron de ser colonia de Gran Bretaña.

Pabellones Imperiales en Fuerte Rojo

Después de caminar por una galeria abovedada llamada Chatta Chowk o «bazar cubierto», vamos a parar a la casa del tambor, donde los músicos solían actuar y los visitantes estaban obligados a desmontar de los elefantes, existe arriba un museo conmemorativo de la guerra de India, pero había que pagar un extra en la entrada y decidimos no subir.

Desde aquí en medio de un amplio jardín bastante bien cuidado encontramos varias edificaciones a destacar, la sala de audiencias públicas donde el emperador solía atender a las disputas de sus súbditos, donde lo más destacado es la alcoba por su elaborada decoración y la sala de audiencias privadas, toda en mármol blanco, que servía de lujoso salón y en donde en sus arcos se puede leer un dicho persa:

«Si existe un paraíso en la tierra, es éste, es éste, es éste».

Próximos a las dos salas preferenciales se encuentran los baños reales, tres salas grandes coronadas por cúpulas y con una fuente en el centro, aunque esta zona es la que peor se conserva fruto del conflicto bélico, muchas de las paredes, suelos y elementos ornamentales se encuentran considerablemente deteriorados.

Por último destacaremos la torre octogonal de tres pisos situada en uno de los extremos, era la encargada de refrigerar en el pasado con agua toda la fortaleza hasta llegar a los baños árabes y también la mezquita de la Perla, cuyos murales exteriores se encuentran en perfecta simetría con el resto del fuerte, mientras que los interiores se hayan inclinados para lograr la perfecta orientación hacia La Meca.

Jardines del Fuerte Rojo de Delhi

Si estámos interesados en conocer algo más sobre la historia del Fuerte Rojo, podemos aprovechar y presenciar el espectáculo de luz y sonido que se realiza todos los días (salvo el lunes)cuando cae el sol, previo pago de 60 rupias.

El tiempo se volvía en nuestra contra y pese a haber madrugado bastante, la visita a Old Delhi fue tan intensa y entretenida que rápidamente llegó la hora de comer, para volver al hotel decidimos coger un rickshaw que curiosamente llevaba puesto el taxímetro y una pegatina que ponía: «No me uses» 😛

Tráfico rickshaws en Delhi

Caminando por las calle de Delhi capté esta imagen que me gusta mucho, donde una vaca famélica va arrastrando un carro mientras un hombre al lado usa su móvil de última generación ¡contrastes y contracciones allá donde vas! una ciudad, un país, un estilo de vida que no te deja indiferente y siempre te sorprende.

La vaca, una más en Main Bazar, Delhi

Como la mañana había sido movidita, comimos algo por Main Bazar antes que fueran las 2, la hora en la que habíamos «quedado» con Blai, lo pongo entre comillas, porque todavía no habíamos recibido respuesta afirmativa al respecto, pero una corazonada me decía que esta vez tendríamos final feliz 😀

Nos sentamos a esperar en la puerta de nuestro hotel, con la idea de que si para las 3 no aparecía nuestro intrépido amigo viajero, tocaría pasarse por algún cyber para ver si teníamos algún mensaje de cambio de planes. Afortunadamente, pasadas ligeramente las 2 de la tarde aparecía nuestro amigo corriendo y pensando que ya nonos encontraría en la puerta, pues un gentil conductor de tuk tuk le había llevado a un hotel de nombre similar, que se encontraba a varias manzanas del nuestro ¡un clásico!

Al fin ese breve encuentro en Nepal iba a tener una prolongación como es debido, pasaríamos la tarde los 3 juntos y nos dedicaríamos a ver algunos de los sitios más destacados de New Delhi, pues a él apenas le había dado tiempo a ver nada y a nosotros aún nos quedaban muchas cosas por visitar.

La primera visita de la tarde sería a la archiconocida Tumba de Humayun, tomamos un rickshaw compartido y hacía allí que nos fuimos, que aunque pueda parecer que siendo 3 sería más económico, para nada, los conductores son muy listos y no te cobran el viaje, sino la gente que va encima, pero eramos ya regateadores experimentados y no se lo pusimos nada fácil, la carrera esta vez sería por 90, 30 rupias por cabeza.

Para entrar debemos pagar 250 rupias y de esta forma conoceremos uno de los monumentos arquitectónicos mongoles en sus orígenes más tempranos más impresionantes, un imprescindible de la ciudad. Fue construido por Haji Begum a mediados del S. XVI para la esposa del Humayun, segundo emperador mongol de Persia.

Aquí abajo podéis presenciar por fin la tan preciada foto, un reencuentro que bien merecía ser capturado y encima en tan singular lugar:

Su construcción supuso la entrada del arte persa a Delhi, aunque con ciertas diferencias, pues la combinación de piedras rojas y marmol blanco es un distintivo natural de India, muchos dicen que fue un paso previo a la construcción final del Taj Mahal, sobre todo porque comparte con la maravilla del mundo esas amplias aberturas en forma de arco que dejan pasar la luz, al igual que su cúpula bulbiforme.

En el interior del mausoleo están enterrados Humayun, su viuda principal y su esposa más joven así como otros dignatarios mogoles, aunque con el paso del tiempo los grabados donde se cita que féretro pertenece a cada uno de ellos se han perdido y ya no se pueden distinguir.

Otras tumbas salpican el complejo, como la del barbero favorito del emperador, la de su constructor o una que resalta por ser un perfecto ejemplo de arquitectura Lodi, todo ello resaltado por los impresionantes jardines que rodean todo el monumento, en definitiva, que junto con lo visto por la mañana y tal como avanzaba la tarde, ya nos comenzaba a gustar mucho más la capital India, aunque hay que reconocer que la compañía siempre ayuda y en esta ocasión era excelente.

Interior cúpula Tumba de Humayun
Frente a la Tumba de Humayun

Una vez realizada la visita, queríamos conocer la casa de oración bahai de Delhi, que comúnmente es conocida como Templo del Loto, por lo que nuevamente tocó regatear un poco para conseguir un tuk tuk que nos quisiera llevar a los 3, se ve que comenzaba a anochecer y a muchos ya les entraba la modorra, porque no tenían muchas ganas de acercarnos de cualquier manera, los precios que escuchamos en ocasiones fueron de infarto, las risas que nos echamos fueron para recordar, pero como siempre, después de un rato conseguimos a alguien que tragó con nuestras intenciones.

Montar en tuk tuk en Delhi

Este monumento con forma de flor de loto fue construido por el arquitecto iraní-canadiense, Faraburz Sahba, con el proposito de que fuera un centro de culto mundial de la filosofía bahai, cuyos ideales giran entorno a a la paz universal y la eliminación de los prejuicios, dejando de lado si somos de una u otra religión, como si nos declaramos agnósticos de cualquier credo evangélico.

Se encuentra rodeado por un parque bastante bien cuidado, con caminos perfectamente delimitados para el acceso hasta la base del monumento y donde antes de llegar a él, tenemos que dejar nuestros zapatos y entrar descalzos.

Saltando en el Templo del Loto

Aquí nos podéis ver saltando a Blai y a mi, este brinco va dedicado a todos los lectores de La Próxima Parada, espero encontrarme a muchos de ellos por medio mundo y que sepáis que será un requisito indispensable en esos teóricos encuentros, (ahora es cuando me ven algunos de ellos en el extranjero y se hacen los despistados para evitar hacer el ganso… :D).

El edificio con la citada forma de flor sagrada, cuenta con 27 pétalos de inmaculado mármol blanco, seguramente muchos verán un cierto parecido a la Opera de Sydney, no sería raro que tomara ciertas licencias a la hora de realizarse, pues fue posterior su levantamiento al monumento australiano.

Una vez nos quitamos los zapatos, tenemos que hacer cola para entrar, pues primero se forman dos filas y dos monitores nos cuentan en hindi e inglés algunos datos sobre el lugar y la filosofía bahai, a mi la verdad no me gustó demasiado el rollo que se tiraron, pero bueno hay que reconocer que el edificio es muy bonito, sobre todo por fuera, por dentro es algo más frío y no es posible entrar con cámaras (la entrada es gratuita).

Piscinas del Lotus Temple ¿Un baño?

Cuando mejor luce es al anochecer, como faltaba apenas una hora para que cayera el sol, decidimos sentarnos un rato y disfrutar de una agradable charla, teníamos mucho que contarnos y desde luego fue una tarde fantástica entre lo que visitamos y lo que hablamos.

También pudimos contemplar como los pájaros no hacían mas que girar entorno al vértice central del loto, algo bastante curioso de presenciar, la bandada giraba y giraba como si fuera atraía por alguna fuerza espiritual 😀

Atarceder en Templo del Loto

Al anochecer todo se ilumina y se ve aún más bello el paraje. Con el deber cumplido salimos a la calle en busca de un tuk tuk que nos acercara al India Gate, pero todos nos pedían mucho, para una visita que estaba relativamente cerca, al final nos dimos cuenta que a 2 minutos teníamos una parada del metro, con lo que pagando 30 rupias llegamos en un periquete.

Desde luego, con nada que se extienda el metro por la ciudad será una delicia visitar todos los lugares de interés que tiene (que son muchos y destacados), un servicio rápido, económico y limpio, lo sentiré por los pobres conductores que tendrán más complicado ganarse la vida con los turistas, que optarán por usar ese medio de transporte al que estamos más acostumbrados y en donde se sentirán más confiados y seguros.

Así llegamos al camino de los reyes, donde en medio de la plaza en la que confluyen varias calles al sur de la ciudad se levanta el arco conmemorativo en memoria de todas las guerras indias. Es un cenotafio de estilo colonial y 42 metros de altura con forma de arco. Allí se encuentra la llama del guerrero inmortal, la cual marca la «Tumba del soldado desconocido» y está dedicada a honrar los soldados desconocidos muertos en los enfrentamientos entre India y Pakistán que tuvieron lugar ese mismo año.

En la zona alta del monumento se puede leer:

«A los muertos de los ejércitos de la India que cayeron con honor en Francia y Flandes, Mesopotamia y Persia, este de África, Galípoli y en cualquier lugar del cercano o lejano este y también en la sagrada memoria de los que dejaron sus nombres inscritos al caer en India o en la frontera noroeste durante la Tercera Guerra Afgana».

Seguramente a muchos le habrá venido a la mente el famoso Arco del Triunfo de París, aunque en este caso la Puerta de India es algo más bajo, más estrecho y sobre todo sus paredes no están tan decoradas como su homónimo francés.

Como el día había sido completo tocaba volver a los hoteles, cenar algo e irse a dormir que ya nos habíamos ganado un respiro. Aunque antes vivimos un adelanto del GP de Formula 1 que se disputó hace un par de semanas en la ciudad, pues nos montamos con el conductor de rickshaw más destartalado y chiflado de todo el país, derrapes, frenazos a destiempo y una insistencia desatada en el momento de cobrar, que nos hizo dar gracias a dios por salir indemnes de semejante carrera de autos locos 😀

Cena en Paharganj, Nueva Delhi

Unas pastas y unos arroces y a dormir, al día siguiente poco o nada teníamos planteado hacer, pues aunque nuestro avión salía el 8 de madrugada, preferíamos aprovechar la cama lo más posible, pues con la larga escala que nos tocaría pasar en Moscú nos esperaban más de 48 horas sin dormir en condiciones, era momento de frenar la actividad y cargar pilas para la vuelta a España, el viaje se iba acabando lentamente, pero después de tantos días fuera una parte de nosotros (aunque pequeña), ya echaba de menos muchas cosas 😀

7 AGOSTO

Amanecía nuestro último día en tierras asiáticas, aunque para Carmen y para mi, lo hacía bastante tarde, a la 12 nos levantamos, hicimos el checkout y sin coste alguno dejamos allí las maletas, hasta que fuera la hora de partir para el aeropuerto. Dimos una tranquila vuelta por Main Bazar, desayunamos algo y nos conectamos un rato a internet para ponernos al día, mientras que eran las 2, hora en la que habíamos vuelto a quedar con Blai, que había aprovechado su mañana para visitar algunos de los lugares en que nosotros estuvimos durante el día anterior, antes de que viniera. Pasadas las 2 y cuando pensábamos que nos lo habían secuestrado, llegó,  como siempre el culpable del retraso no había sido otro, que un conductor de rickshaw.

Como aún no se había dejado caer por Connaught Place, decidimos ir hacía allí andando para comer algo, curiosamente al final nos decantamos por el mismo sitio donde almorzamos en nuestro primer día en Delhi, en el KFC, el cuerpo nos pedía comida internacional y nos pusimos finos, eso sí, mucho cuidado con los cambios de temperatura, porque pasar del calor sofocante que hacía en la calle y entrar allí dentro, donde hasta los pingüinos iban con chaquetones del frío que daba el aire acondicionado, puede ser muy peligroso para nuestra salud y casi peor es el choque final a la hora de volver a salir al exterior.

Comida en KFC en Nueva Delhi

Como el día era realmente sofocante y un servidor tenía los oídos bastante taponados, que apenas podía escuchar bien lo que me decían (iba como en una nube), decidimos que había llegado el momento de coger nuestros equipajes y tirar para el aeropuerto. Comenzaba un regreso a la civilización, que comenzaba al entrar al metro, donde por 80 rupias nos plantamos en el aeropuerto.

Un tema curioso del aeropuerto de Delhi, es que no podremos pasar a la zona de facturación hasta que falten 3 horas para salir nuestro vuelo, mientras hay que quedarse en unas salas de espera y también es conveniente llevar impreso la reserva del billete para que la revisen los vigilantes y no tengan que andar mirando en el ordenador. Como llegamos a las 18:00 horas nos quedaba bastante que esperar, pues nuestro avión salía a las 4.10 de la madrugada y el de Blai a las 00:10, pero bueno al menos se estaba fresquito allí dentro 😀

Despedida de la India en Aeropuerto de Delhi

Tirados en la terminal surgieron mil conversaciones, pero una de ellas marca algo que ahora todos conocéis, pero que entonces solo unos pocos sabíamos, ese «secreto» era la idea que Blai tenía en mente por aquel momento de realizar un viaje en solitario el próximo año, en aquellos momentos no lo tenía tan claro como ahora, que ya es una realidad, para nada, por sus palabras si tuviera que dar unos porcentajes, lo hubiera posicionado en que en un 70% pensaba en comenzar la carrera y en un 30% en realizar el viaje. Pero seguramente ese no era el momento para pensar nada, como todos los que lean su blog sabrán, el quedarse solo en Nepal y enfermar, la posterior entrada en India con el shock moral que supone comenzar a moverte por allí, no eran alicientes adecuados, para pensar en plantearse con seguridad una aventura de ese calado.

Al final ese gusanillo aventurero ha podido con todos los frenos y en Enero se cumplirá, desde aquí deseamos que lo disfrute como nunca y que nos cuente con la mayor frecuencia que pueda sus quehaceres. Para nosotros fue un placer compartir esos 2 días con él y esperamos encontrarnos próximamente de nuevo, si es en un destino extranjero e inhóspito mucho mejor y esperamos que nuestra compañía le fuera de buen agrado, sobre todo en ese momento,  en el cual se encontraba un poco bajo física y anímicamente.

Cuando llegó la hora de que cogiera su vuelo nos conseguimos colar con él en la zona de facturación y nos despedimos  esperando que su viaje fuera lo más cómodo posible y que su madre le pusiera tan pronto como llegara, esa tortilla de patatas que tanto añoraba 😀

Hasta que llegó nuestra hora de embarque matamos el tiempo haciéndonos fotos con los elefantes del aeropuerto y paseando por allí, como veis cuesta creer el pedazo de terminal que tiene la ciudad, mucho más moderna que la gran mayoría de aeropuertos internacionales en Europa y sin embargo, una vez fuera, vemos esa pobreza tan extrema que nos asombra desde el minuto uno de estar allí.

Ahora si que habíamos terminado nuestro viaje por India, girando la vista atrás hay que reconocer que muchos prejuicios en la vuelta a Delhi desaparecieron, ya no nos parecía un sitio tan desagradable, esa segunda oportunidad que le dimos por motivos de calendario había sido merecida, los dos días extra nos cundieron y los disfrutamos, habíamos sufrido una clara evolución como viajeros y seguramente en parte volvimos más tolerantes, aunque hay que reconocer que en ocasiones hay cosas que te sacan de tus casillas, pero hay que intentar valorar que estás en otro mundo, donde las cosas se mueven de forma distinta y que si queremos disfrutar de la experiencia debemos mirar todo desde otra óptica más positiva.

En la próxima entrada contaré como fue nuestro regreso, nuestra segunda escala en Moscú y su correspondiente visita y así pondremos el fin al hasta la fecha, «gran viaje de nuestra vida».

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

21 Comentarios

  1. Sin lugar a dudas lo mejor del viaje es coincidir con un viajero como Blai y poder visitar la ciudad en su compañía…
    Me alegro de que esta segunda oportunidad a la ciudad saliera mejor que la primera, imagino que después de todo lo vivido se ve con otros ojos. Me ha gustado mucho la Tumba de Humayun.
    ¡Una pena! Ya se va acabando el viaje… Te están quedando unos relatos muy chulos.
    Un saludo

  2. Un gran colofón a un gran viaje, por fin coincidistéis más tiempo con Blai y pudistéis visitar juntos parte de la ciudad. Delhi es un agobio de gente y distancias, nosotros dedicamos los últimos dos días para conocerla tranquilamente y al final del viaje también teníamos ganas de volver.

  3. El viaje iba llegando a su fin… es el típico momento en el que echas de menos a tu familia y amigos, pero te da pena el ver que todo ha acabado, pero bueno, ya de vuelta íbamos comentando los posibles futuros destinos XDD

    La segunda visita a Delhi muchísimo mejor que la primera, ya éramos perros viejos en la India y ya no nos chocaba nada, veíamos todo con una óptica bien diferente, eso te hace pensar que es cierto que los viajes alimentan el alma.

    Fue un placer encontrarnos con Blai y esperemos que nuestros viajes nos lleve a conocer a más viajeros.

  4. Qué suerte encontrarse allí con Blai 😀

    EL templo del loto no lo pudimos ver, así que tendremos que volver 😀

  5. Me alegro de que con esta «2ª oportunidad» os llevarais un mejor regusto de la ciudad. A veces se requiere del tiempo de aclimatación para poder empezar a disfrutar realmente de un destino.

    Un abrazo!

  6. El capítulo más esperado por mi hehe!

    Qué decir, obviando el gran relato que te has marcado… Pues lógicamente que fue un magnífico placer poder conoceros y poder pasar esos dos días junto a vosotros. Realmente necesitaba encontrarme con alguien después de tantos días enfermo por ahi hehe Fuisteis un regalazo y un muy buen final para mi aventura, os lo digo de corazón.

    Y sólo comentar que me acuerdo de como salí de el jodido KFC xD Helado y con un dolor de garganta tremendo. Y encima además con el posterior viaje en avión, lllegué a Barcelona con un catarro bien bonito. Dios mío, me acuerdo del calorazo que hacía fuera, y entrar sudado en el congelador. Si me tuve que canviar de ropaa y todo por no morir helado xD

    Y también por cierto; llegué y comí esa tortilla de patatas!!! Hahah

    Chicos, un fuerte abrazo a los dos, repito lo mismo: un placer estar con vosotros esos días y conoceros en la circunstancia más adecuada, estando de viaje! Espero que podamos coincidir de nuevo en alguna parte del mundo, aunque si puede ser, con más ánimos de los que tenía hehe

  7. Gracias por esta serie de posts, has conseguido que los que estamos en casa hayamos ido un poco a India y Nepal con vosotros. Sigue así!

  8. Vaya 2 grandes viajeros que se fueron a juntar! :p
    Es una suerte poder coincidir lejos de España aunque sean unas horas con otro viajero, y compartir la experiencia. Además se ve que Blai necesitaba un apoyo, y coincidir con vosotros fue una gran suerte!
    ¿Ya se terminaron los relatos de India?! Ooouuch!! Pues tendré que ir yo a conocerla… jajaja Que ganas le tengo!

  9. Luego lo tengo que leer con más detenimiento… pero esa foto salto 😉 vaya, vaya

    Hay que mejorar esa técnica, no? :-p Los brazos y las piernas bien abiertas! SaltaConmigo!

  10. Que mal rato pase en la mezquita de Jama Masjid o como yo la llamo la mezquita de los pesados. Creo que fue en el único momento de todo el viaje por la India en que hubiera estrangulado a alguien. Ah! Por cierto, nosotras entramos solas sin ningún hombre, eso si no hiciero tapar incluso llevando pantalon largo y manga larga…

    Que wais que os encontrarais con Blai en Delhi!

    Bueno, voy a ponerme al día que con el cambio del blog llevo una temporada perdida… 😛

  11. Helena me alegra que te estén gustando los relatos, espero que te sean útiles en un futuro se te animas a viajar por allí 😀

    Carfot, Delhi es agotadora, ya cuando van pasando los días no ves con malos ojos volver a casa, pero en cuanto estás de vuelta, ya te pones a pensar en irte de nuevo jeje

    Menudo cambio de la primera visita a la segunda ¿eh Carmen? Parecía otro sitio 😉

    Pau, a nosotros junto con Humayun, fue lo que más nos gustó de la capital.

    Así es Toni, en destinos tan «heavy» como es India, la primera toma de contacto puede ser muy dura, pero a medida que pasa el tiempo o te acostumbras o sales corriendo de allí xD

    El placer ha sido nuestro Blai, esperemos que ese salto se vuelva a repetir más pronto que tarde ¡Un gran abrazo amigo!

    Gracias a ti Sandra, por leerlos y comentaros, me alegra que te hayan gustado 🙂

    Pues nada Dany, a ver cuando te toca a ti contarnos algo sobre India jeje Seguro que no tardas en animarte a caer por allí y a ver cuando nos encontramos nosotros en persona jeje

    Era un salto de potencia JAAC, había que aletear con los brazos lo más posible a ver hasta donde llegábamos 😛

    Me imagino Isabel, Old Delhi es un hervidero de gente y si ibais chicas solas… jeje

    Desde luego que fue todo un lujo contar con la compañía de Blai durante 2 días enteros, a ver cuando volvemos a repetir, con él o con cualquiera de vosotros 😀

    Saludos!!!!

  12. Pingback: Una Vida en Mil Viajes » La libertad que la ingravidez desprende…

  13. Qué bien que finalmente os pudiérais encontrar con Blai!!
    Qué curioso que para entrar en la mezquita una mujer tenga que ir acompañada de un hombre. Hasta hora en las mezquitas que he estado lo único que me exigían era llevar el pelo tapado con algún pañuelo y no llevar pantalones cortos o llevar tirantes.
    Saludos

  14. Realmente lo de la mezquita M.C. debe ser la tónica normal, pero con los extranjeros, como fue el caso de Isabel, parece que hacen la vista gorda y con ir «recatadas», dejan entrar a las chicas.

    Saludos!!

  15. Hola José Carlos,

    Vaya alegría que me llevé viendoos en las fotos con Blai, de verdad.

    Oye, y yo que pensaba que no había nadie que pegara saltos mayores que Blai y tú le ganas !!

    Saludos y los relatos muy, muy bien.

  16. Gracias por el brinco dedicado tuyo y de Blai. Encontrarse con un viajero amigo en el exterior te sube mucho los ánimos ( Sele y yo nos vimos más cerca, en Tallin).
    Ahora a esperar vuestra próxima parada….
    Saludos

  17. Victor la verdad que el salto estuvo gracioso, piensa que mido más de 1 metro 90, por lo que le gane saltando xDDD

    Fran a ver cuando nos encontramos nosotros, pero en algún país perdido, que no se diga 😀

    Mañana nueva entrada, contaremos que tal nos fue en nuestra segunda escala en Moscú.

    Saludos!!!

  18. Como bien describes, la foto de la vaca muestra los contrastes de India!!!! Qué guay poder compartir unas visitillas con Blai por Delhi. Un abrazo. 😉

  19. Ya lo creo Babyboom los contrastes en India saltan a la vista y como dices fue un lujo estar con Blai durante la visita a Delhi, a ver si nos encontramos con vosotros alguna vez en un viaje jeje

    Saludos!!!

  20. Pues ya estoy aquí otra vez 🙂
    Está claro que nos perdimos muchas cosas interesantes que ver en Delhi, pero es que una tarde que fue lo que estuvimos tampoco dio para mucho (más aún con la mochilas encima). Pero tomo nota.. quién sabe si algún día volveremos a pasar por allí, hay tanto mundo por ahí fuera.
    A mí siempre me pasa que uno o dos días antes de volver ya empiezo a cansarme de todo y me entran ganas de volver, que se me pasan en cuanto tengo que ir al trabajo al día siguiente!! jajaja

  21. Las opiniones cambian JAAC, en nuestro primer paso por Delhi, nos parecía una ciudad fea y caótica, pero al final volvimos muy contentos 😀

    A mi eso que dices rara vez me pasa, cuando me quedan pocos días de viaje, me dan ganas de romper siempre el billete de vuelta y quedarme más tiempo jaja

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