Comenzaba el último día de nuestra visita a París, teníamos toda una jornada completa por delante para visitar lo que nos diera tiempo, ya que al día siguiente sería levantarnos y desplazarnos al aeropuerto, por lo que no se vería nada más.

Aún con la «resaca» del inmejorable día anterior en el parque de Disneyland, nos levantamos de la cama a las 7 de la mañana, porque nuevamente nos tocaría desplazarnos a varios kilómetros de la ciudad parisina, en este caso a Versalles.

Para llegar a este suburbio occidental de París que se encuentra a algo más de 17 kilómetros, es necesario coger el RER C5, en nuestro caso conectamos con esta linea desde la estación de Champ de Mars y esperamos en el andén de la derecha, el que no se encuentra junto al Sena. Es importante comprobar los horarios del que vayamos a coger, porque no todos los que llegan a ese anden tienen como finalidad Versalles, sino que nos tenemos que fijar en que sea una linea que termine en Versalles Rive Gauche, seguramente habrá que esperar a que pasen algunos hasta que llegue el nuestro.

Caminando por Versalles, Francia
Entrada al Palacio de Versalles

En aproximadamente unos 35 minutos ya estábamos en Versalles, lo que fue en el pasado una capital de facto del reino de Francia, es ahora un rico suburbio de París y sigue siendo un importante centro administrativo y judicial. El motivo de llegar allí no era otro que visitar el famoso Château de Versailles, el tren nos había dejado a unos 700 metros del palacio y es bastante sencillo llegar, pues nada más salir de la estación se encuentran carteles indicativos, al igual que la marea de gente también hace palpable su localización.

Los horarios de visita son del 4 de julio al 31 de octubre, de 9:00 am a 6:30 pm. Del 1 de noviembre al 31 de marzo el horario es de 9:00 am a 5:30 pm. La última entrada es media hora antes del cierre el precio es de 15 euros. Mientras que los jardines abren diariamente de 7:00 am (8:00 am en invierno) hasta el atardecer, el cual puede ser en cualquier momento entre las 5:30 pm y las 9:30 pm, dependiendo de la temporada y su entrada es gratuita.

En nuestro caso no tuvimos que pagar nada porque nuevamente Versalles entraba dentro de los lugares gratuitos por ser menor de 26 años, curioso este asunto, porque el 14 de este mes acabo de perder este chollazo, la próxima vez me tocará pagar 🙁

Como no teníamos que comprar la entrada, simplemente nos fuimos directos a la entrada, no es necesario hacer colas, eran las 9 de la mañana y justo acababan de abrir, por lo que aún no había mucha gente, este es un lugar muy concurrido por grupos de turistas que inundan cada sala del palacio.

No es para menos que sea tan visitado al ser Patrimonio de la Humanidad desde 1979 por ser una construcción realizaba y embellecita por varias generaciones entre las que estuvieron los mejores arquitectos, escultores, decoradores y arquitectos paisajistas franceses.

Una vez entramos dentro lo primero que tenemos que hacer es hacernos con una de las audioguía que entran dentro de la entrada y localizar nuestro idioma para comenzar la visita.

La primera sala que veremos será la Capilla Real de Versalles, situada en el Ala Norte del Palacio, fue construida en dos alturas, estando situada en la altura superior la Tribuna Real, desde donde el Rey y su familia atendían a la Misa. Como curiosidad fue posteriormente copiada en el Palacio Real de Madrid.

Capilla Real en Versalles
Palacio de Versalles en cuadros

Aquí en 1770, concretamente el 16 de mayo tuvo lugar el matrimonio del Delfín (futuro Luis XVI) con María Antonieta de Lorena, archiduquesa de Austria.

Las siguientes salas están llenas de cuadros y esculturas con personajes ilustres de la época. Algunos de ellos presentan Versalles en sus distintos etapas constructivas. A modo de resumen estas fueron las fases:

  • Primera etapa (1661-1668): Sería un palacete de caza al que se añadieron dos alas laterales que, al cerrarse, conformaron la plaza de armas. Son fachadas de ladrillo y unifica la cubierta usando también la pizarra y las mansardas.
  • Segunda etapa (1668-1678): Luis XIV pretende trasladar definitivamente la corte a Versalles. Añaden las dos alas laterales para dar prioridad visual al jardín, realizado por André Le Nôtre. La fachada que da al jardín está construida siguiendo el modelo italiano. Un primer piso de sillares almohadillados. Un piso noble de doble altura con crujías retranqueadas, jugando con entrantes y salientes y alternando columnas y pilastras. Por último, un tercer piso que sería el ático, rematado por una serie de figuras escultóricas (trofeos y jarrones) que casi no dejan ver la caída de la cubierta, la cual no es muy inclinada. Llegaron a vivir en él hasta 20.000 personas.
  • Tercera y última etapa (1678-1692): En esta ampliación, realizada por Mansart, se construyó la capilla real.

En muchas de estas salas no es posible realizar fotografías, hay carteles que avisan de la prohibición, pero el control es bastante limitado y apenas nadie hace caso. Lo que no es posible es llevar trípode en la cámara, ya sea grande o pequeño, en los interiores no es posible usarlo.

Terminadas estas estancias inferiores, es momento de subir a la planta de arriba por unas bellas escalinatas que nos llevarían a algunas de las dependencias más bonitas de todo el palacio.

Aunque antes de ello me lleve una desagradable sorpresa, en uno de los pasillos encontré la primera tienda con productos de Versalles e incluso de otros rincones de París, veo un poco descarado que en medio de una galería se halle ese puesto, al menos lo podían haber colocado más adelante, al inicio o incluso al final, no que de esta forma rompía la magia del lugar y lo peor de todo es que no sería ni la primera ni la última vez que encontráramos un rincón de venta así por el palacio… 🙁

Mi novia aprovecho para hacer el primer alto en el camino, vistas en perspectiva las dimensiones de este lugar, bien merecía la pena ir haciendo parones de vez en cuando para no acabar cansados antes siquiera de salir del Palacio. Como se puede apreciar llevábamos colgada la audioguía, es una pena que no fuera con cascos, porque al final se te quedaba el brazo dormido de sujetarla, encima yo que iba con la cámara en la otra, me faltaban manos para tanto cachorro xD

De ahí proseguimos la marcha hasta La suite real (Appartement du Roi) que tiene habitaciones dedicadas a Hércules, Venus, Diana, Marte y Mercurio, todas ellas decoradas con todo lujo, frescos, mármol, dorados y tallados en madera con símbolos de la mitología griega.

Audioguía en Palacio de Versalles

Por regla general casi todas las habitaciones eran muy luminosas, más abajo podemos ver como por alguno de los ventanales se pueden apreciar los jardines, que al ser enero y haber estado las temperaturas durante días rondando los 0º C se encontraban nevados.

Una de las habitaciones más lujosas e impresionantes es el Salón de Hércules, con una gran chimenea presidiéndolo, en la que se encuentran unos enormes troncos y el fresco “Apoteosis de Hércules” de Francoise Le Moyne decorando el techo. No hay que perderse ni un solo detalle de lo que nos van comentando porque merece la pena conocer algunos de los entresijos de este magnifico lugar.

Otras salas destacadas son la de Venus (diosa del amor) decorada con mármoles policromos y con terciopelo de color carmesí y verde y el salón de Mercurio que alojó durante un tiempo el lecho real, aunque, como la mayoría de estancias, sufrieron variaciones en cuanto a su uso a lo largo de su historia. Durante la narración nos contarán que muchas de las esculturas que se hicieron a los reyes beben de la estética manga japonesa, con pelos rizados y esos rasgos tan característicos de los creativos del país nipón

Pero para mi gusto la habitación más espectacular es la dedicada a la Galería de los Espejos, comenzada en 1678 cuando Versalles se convierte en residencia oficial de la corte. Sus dimensiones ya sorprenden, ya que mide 73 metros de largo, 10 de ancho y mas de 12 de altura, pero aún más su vistosidad con los cristales y espejos que reflejan la luz con un resultado cautivador.

Galería de los Espejos en Versalles
Detalles en la Galería de los Espejos

A medida que vamos caminando por estas salas cada vez es más complicado moverse con tranquilidad puesto que los grupos de turistas se hacen más numerosos, en especial los organizados por comunidades asiáticas que se mueven como mareas humanas junto a su guía y si no nos damos cuenta podemos ser sepultados o como poco perderemos a nuestra pareja 😀

Seguidamente veremos los aposentos de la reina, están tal y como los dejo María Antonieta, destacando la escalera de la reina que conserva la decoración original creada por Le Brun en el s.XVIII. Hay que señalar que Maria Antonieta mandó rehacer por completo su habitación ya que no le gustaba como había sido decorada para la reina, así se renovaron por completo el mobiliario con elaborados diseños y una inmensa cama imperial que se encuentra en parte plastificada para que no se estropeen los grabados con lilas y aves a juego con las paredes.

A lo largo de esta visita nos irán contando el uso habitual de cada una de las habitaciones, unas eran dormitorios, otras salas de reuniones o juego, por lo que nos podremos imaginar como harían la vida cotidiana en aquellas dependencias siglos atrás.

Cámara de la Reina en Versalles

El resto de la visita será por los aposentos del delfín en la planta baja nuevamente, un prodigio de finura decorativa,  con exquisitos boisieres policromos, como los de la biblioteca o los del gabinete interior de la defina. En el ala norte lateral destacan la capilla palatina y la opera que son de una belleza sin par y que aún hoy siguen utilizándose. En definitiva una cadena de salones y estancias donde recibir o conspirar en grupos, donde poder acceder al rey era una cuestión de prestigio o conspiración. Así se suceden la Sala de Entrevistas, la Antecámara Cubierta, la Antecámara del Ojo de Buey, el dormitorio del Rey, el Gabinete del Consejo.

Realmente no se visitan todas las dependencias del castillo, apenas veremos un tercio de las 700 habitaciones disponibles, como datos curiosos el lugar cuenta con 2.153 ventanas, 352 chimeneas, 6.300 cuadros, 2.000 esculturas y estatuas, 15.000 grabados y 50.000 objetos de decoración y muebles.

Terminando esta visita al interior del Palacio de Versalles para no perder la costumbre, nos encontramos con otra tienda donde poder comprar souvenirs, como estarían de surtidos, que hasta había una Nintendo DS para jugar a un videojuego de Maria Antonieta, como saben como ganarme 😀

Había rajado mucho de estas tiendecitas, pero al final piqué, salía bastante contento con la visita al Palacio y decidí comprarme un doble DVD  con una visita virtual a Versalles para luego verlo en casa y saber algo más de aquel sitio, junto con otra visita virtual pero en este caso del Museo del Louvre, así podríamos ver la galería por dentro 😀

Habíamos terminado la visita en aproximadamente 2 horas y llegaba el momento de salir al exterior para visitar los jardines que rodean Versalles, pero antes hay que dejar las audioguías, no os vayáis a ir con ellas 😉

Estatua de Zeus en Versalles
Grandes Aguas de Versalles

Nos esperaba un paisaje gélido a nuestro alrededor, cualquiera diría que por regla general cada una de las decenas de fuentes que se encuentran entre los jardines tienen agua, porque nosotros únicamente veíamos una gruesa capa de hielo. Aquí podemos ver arriba la Pièce d’Eau des Suisses, llamada así por la Guardia Suiza que construyó el lago, ocupa un área de estanques y marjales, algunos de los cuales se utilizan para proveer agua a las fuentes del jardín.

La fachada que da al jardín está construida siguiendo el modelo italiano. Un primer piso de sillares almohadillados. Un piso noble de doble altura con crujías retranqueadas, jugando con entrantes y salientes y alternando columnas y pilastras. Por último, un tercer piso que sería el ático, rematado por una serie de figuras escultóricas (trofeos y jarrones) que casi no dejan ver la caída de la cubierta, la cual no es muy inclinada. Llegaron a vivir en él hasta 20.000 personas.

Una de las estatuas más significativas de Versalles es la del Zeus que se encuentra junto a la fachada de Versalles en lo que se conoce como Parterre d’Eau, que forma la terraza del palacio y es el elemento de transición entre éste y los jardines. Este sitio constituye un lugar de reunión en el que se usa el imaginario y simbolismo decorativo de los grandes apartamentos del palacio, pero con la iconografía del jardín. En 1664 Luis XIV encargó una serie de esculturas con el fin de decorar los juegos de agua del Parterre d’Eau. La Grande Commande, como se conoció al encargo, comprendía 24 esculturas sobre los cuartos clásicos y otras adicionales describiendo abstracciones del pasado clásico.

Que a su vez se encuentra detrás del Estanque de Latona, ubicado sobre el eje este-oeste, fue diseñado por André Le Nôtre, con esculturas de Gaspard y Baltasar Marcy, y construido entre 1668 y 1670. La fuente representa un episodio de Metamorfosis de Ovidio: Latona y sus hijos Apolo y Diana son atormentados con bolas de barro por los caminantes licios, que rehúsan permitirles beber de su fuente. El trío apela a la ayuda de Zeus, quien convierte a los licios en ranas.

Estanque de Latona en Versalles

Esa sería la dirección que tomaríamos en este momento para llegar a 2 palacetes más que nos quedaban por visitar de Versalles, el Gran Trianón y el Pequeño Trianón.

Es posible coger un shuttle que nos llevará hasta el lugar por un módico precio, pero nosotros decidimos disfrutar de los jardines y hacerlo a pie. Por lo que sacamos el mapa y nos pusimos en camino.

Como se aprecia en el mapa (pinchar para ver más grande), comenzamos en el sur para ascender hasta el estanque de Apolo, donde tendremos que coger un camino a la derecha y ya llegaremos a los trianón. Pero el lugar bien merecía unas cuantas fotos y antes de llegar allí nos hicimos un buen número de ellas para el recuerdo, colgaré 2 para no recargar demasiado la crónica.

De este lugar hasta el Estanque de Apolo podemos tardar unos 15 minutos yendo tranquilos, aunque parezca cerca es casi un kilómetro de distancia y a los laterales hay jardines y fuentes bastante interesantes de ver, también hay varios bares donde poder comer algo, durante los meses de primavera y verano es posible disfrutar de un festival de luces y música en algunas de las fuentes, algo digno de ver.

El estanque de Apolo fue construido entre 168 y 1671, ocupando el lugar de la antigua rotonda y estanque de los cisnes de Luis XIII. Las esculturas muestran al dios sol conduciendo su carro celeste, y el conjunto forma un foco visual que sirve como elemento de transición entre los jardines del Petit Parc y el Grand canal. En aquel día el dios sol se encontraba más preocupado por no quedarse atrapado entre el hielo, que por otra cosa, en el estanque se encontraban unos amables cisnes que decidieron hacerse una foto con nosotros, para Carmen es su foto favorita del viaje y es que en todo el rato que estuvimos por ese lugar nadie pudo captar una imagen tan chula como la nuestra 😀

Aunque es recomendable llevar el mapa, de vez en cuando encontramos mapas donde nos indican donde estamos y lo que nos queda para llegar a los distintos puntos de interés, también se reflejan rutas para hacer footing y es que esta zona boscosa es bastante frecuentada por gente para hacer deporte, recordemos que es gratuita siempre que no queramos entrar a alguno de los palacios.

Hubiéramos podido seguir caminando a orillas del Gran canal y su más de 1 kilómetro y medio de longitud pero como ya era tarde y aun teníamos muchas cosas que ver, decidimos ir directamente hasta los palacios de Trianón.

Aunque para quien le interese este Gran Canal, más allá del aspecto festivo y decorativo de esta instalación, tenía además una función práctica, situado en el punto más bajo de los jardines, colectaba los desagües de las fuentes situadas por encima. El agua del canal se bombeaba nuevamente a la cisterna en el techo de la Gruta de Tetis mediante una red de molinos de viento y bombas accionadas por caballos.

Arboleda en Palacio de Versalles
Nieve en los jardines de Versalles

Para continuar y llegar a nuestro destino tuvimos que cruzar una frondosa zona de bosque, ya que una de las características distintivas del jardín durante la segunda etapa constructiva fue la proliferación de bosques. Ampliando el desarrollo de la primera etapa, Le Nôtre agregó o amplió no menos de diez bosques: el bosque de Marais en 1670, el del Théâtre d’Eau,Île du Roi y Miroir d’Eau, Salle des Festins (Sala de fiestas), y de Trois Fontaines in 1671, el Laberinto y el bosque del arco de triunfo en 1672, el de Renommée y de l’Encélade en 1675, y el bosque de las fuentes en 1678.

Quizás la otra parte se encontraba un poco más deslucida, porque al ser invierno todo estaba muerto y no habían flores en los jardines, pero esta zona de bosque de hoja caduca si que lucía bastante bien, entre ese panorama frío y húmedo que nos rodeaba.

Haciendo cálculos cuando llegamos al Grand Trianon eran ya las 11:45, por lo que habíamos tardado unos 45 minutos desde que saliéramos de interior del Palacio de Versalles. Los Palacios de Trianón y Dominio de María Antonieta abren a las 12:00 horas por lo que apenas tuvimos que esperar unos minutos y encima como llevábamos buen ritmo poca gente estaba esperando en la puerta y de esa forma veríamos con comodidad esta zona. El precio para entrar es de 10 euros, aunque nosotros como siempre gratis 😀

Grand Trianon en Versalles

En 1670, Luis XIV decidió eliminar la villa de Trianón, en el noroeste del parque de Versalles para construir un edificio que le permitiera huir de la Corte. Luis Le Vau fue el encargado de su construcción: decidió revestir los muros con porcelana de Delft. El jardín contenía ya, hermosos parterres de flores. Luis XIV acostumbraba a cenar, allí, en compañía de Madame de Montespan. Pero el «Trianón de porcelana» era muy frágil y se decidió construir, en 1687 el Gran Trianón o «Trianón de mármol», conforme a los planos de Jules Hardouin Mansart.

Dormitorio en Grand Trianon

Éste siguió las órdenes del rey que controlaba la obra. El emperador Napoleón ocupó y redecoró el Trianón. Luis Felipe lo hizo restaurar. Actualmente es utilizado para las recepciones oficiales de la República.

Al fondo del palacio, existe una galería que hace comunicar los edificios del Norte y del Centro, como lo quiso Luis XIV, donde se aprecia que el material utilizado para los muros es de piedra dorada; las columnas son de mármol rosa del Languedoc decoradas con capiteles de mármol de Carrara.

Galería del Grand Trianon
Sala de juegos en Grand Trianon

El Rey según parece era un gran virtuoso del billar, por ello tanto en el Palacio de Versalles como en los Trianons existen salas en las que se encuentran robustas mesas de billar.

Prueba de que el Rey buscaba algo de tranquilidad, en todo el edificio se pueden encontrar habitaciones destinadas a reuniones, juegos y cualquier actividad que realizara en el Palacio, pero a pequeña escala, aunque sin desmerecer a la  bella decoración y el lujo.

Una de las últimas salas que podemos ver es la destinada al bautismo, con una pila en el centro, la cual me resultó muy singular. En definitiva, a este  lugar no le faltaba ni un solo detalle, por lo que permitía al rey mantenerse allí largas temporadas.

Salón de la Familia del Emperador
Salón de la Familia de Luis Felipe en Grand Trianon

Terminamos la visita en aproximadamente un cuarto de hora y seguimos camino por los jardines que rodean al Petit Trianon, se encuentra situado al sur-este del Gran Trianón, fue creado en el siglo XVIII: Luis XV hizo construir, en principio, un zoológico, un jardín, una escuela botánica y un invernadero. Luis XVI regaló el Pequeño Trianón finalizado a su esposa María Antonieta. El arquitecto encargado de los planos fue Ange-Jacques Gabriel. En el siglo XIX, la emperatriz Eugenia reunió en él un conjunto de objetos que habían pertenecido a María Antonieta.

Templo del Amor en Petit Trianon

Acostumbrado a las bastas dimensiones del Palacio de Versalles, esta localización es mucho mas reducida, cuenta con 2 plantas, en la entrada encontramos una escalera con una gran barandilla de hierro forjado y dorado que comunica con el primer piso donde están las salas de recepción y la habitación de la Reina. Antes incluso de visitar la parte baja, decidimos visitar las habitaciones superiores.

Petit Trianon en Versalles

El palacio fue ocupado por la favorita, la Sra. de Barry. Luis XVI se lo ofrecerá a la reina María Antonieta, que lo dotará con un jardín inglés diseñado por Hubert Robert. Confiará al arquitecto Mique, entre 1783 y 1786, la construcción de una explotación agraria en su proximidad, llamada la Aldea de la Reina , con regusto a vuelta a la naturaleza y fuera de las prisas de la época.

Sala del Petit Trianon en Versalles
Dormitorio Maria Antonieta en Petit Trianon

La habitación de la reina está revestida en madera y lacada en color blanco. Da paso a un pequeño salón privado con una mesita y tres sillones en el mismo estilo que la habitación. Detrás se encuentra el baño de la reina con una simple bañera y una chimenea. Sin perder el glamour, todo cuenta con un tamaño mucho menor al visto en anteriores palacetes, incluso la cama protegida por un cristal es diminuta, aunque sigue manteniendo esa altura sobre el suelo tan clásica de la época.

De aquí nos fuimos a ver las dependencias inferiores, aquí los techos de las galerías son bastante bajos, tan bajos que cualquiera medianamente alto tendrá la cabeza casi rozando. De toda esta zona lo que más nos llamo la atención fue  una pequeña cocina que servía para calentar los platos sin acudir al palacio principal.

Cocina del Petit Trianon

Carmen no hacía más que decir que no había visto una sola cocina en toda la visita y que donde harían de comer, no se creía mi conjetura de que eran más de comida para llevar y siempre llamaban al telepizza… al final la encontramos dentro de la antecámara y así salimos de dudas 😀

Así termino nuestra visita a la zona, volvimos por el mismo camino que habíamos ido hasta llegar nuevamente al Palacio de Versalles, pero antes nos paramos a comer algo en uno de los puestos que hay entre los jardines, era la 1 casi y tampoco venía mal comer algo caliente con el frío que hacía.

Puesto de comida en Versalles

No nos queríamos marchar de Versalles sin ver alguna otra zona más de jardines, en este caso en la parte este del palacio descendimos junto a la estatua de Venus para ver una de las fuentes draconianas.

En este caso el Estanque del Dragón que se encuentra un poco más abajo, donde en el centro hay un espléndido dragón dorado, musculoso y con grandes alas membranosas, en el momento de ser atacado por cuatro niños armados con arcos y tal cara de mala leche que dan ganas de que se líe a zarpazos con los infantes.

Esta fuente forma parte de los «juegos de agua» de los jardines, con chorros de 25 metros de altura, pero claro al ser invierno no estaba en funcionamiento, bastante tenían los dragones con no congelarse de frío. Fue realizada por los hermanos Marsy en 1667 y restaurada en 1889.

Con esto terminaba nuestra visita a Versalles, eran las 2 de la tarde, por lo que desde las 9 que comenzamos la visita estuvimos la friolera de 5 horas deambulando por el recinto y porque no quisimos estar más tiempo, porque fuentes y jardines había para aburrir a cada cual más sorprendente.

Despedida del Palacio de Versalles

Cuando salíamos había gran cantidad de gente comenzando a entrar, no me quiero imaginar lo que puede ser visitar las habitaciones del palacio con tantas personas agolpadas, no debe ser cómodo ni moverse.

Una cosa que tenemos claro y más después de ver el DVD que pillé, es que si alguna vez se tercia que visitamos París en primavera o verano, volvemos a Versalles aunque sea para dar un paseo por sus jardines y verlos todo florecidos.

Era el momento de volver a la ciudad, teníamos toda una tarde para visitar algunas cosas más que nos habían quedado pendientes por ver y lo que no diera tiempo, pues para otra ocasión, no pasaba nada 😀

El lugar elegido sería Los Inválidos, eran las 3 de la tarde y hasta las 5 de la tarde no cerraban, por lo que había tiempo de sobra para visitar todo lo que ofrecía este lugar. Los horarios según temporada son los siguientes: Del 1 de octubre al 31 de marzo abre de 10 a 17h. Del 1 de abril al 30 de septiembre abre de 10 a 18h  De abril a septiembre se abre por la noche hasta las 21h.

Palacio Nacional de los Inválidos
Vista del patio interior de Los Inválidos

La entrada cuesta 8,50 euros y da acceso a visitar el Museo del Ejército (Musée de l´Armée), el Museo de la Orden de la Liberación, el Museo de Bajorrelieves, la Catedral de Saint Louis de los Inválidos y Tumba de Napoleón, la verdad que el precio es bastante competitivo para un tour que puede durar más de 3 horas y encima nuevamente nos salía gratis por ser menores de 26 años.

El Palacio Nacional de los Inválidos es un imponente complejo arquitectónico francés del siglo XVII (1671-1676), nacido originariamente como residencia real para soldados y militares franceses retirados, lisiados o ancianos, hoy alberga diversas instalaciones museísticas y religiosas, así como diferentes servicios y dependencias para antiguos combatientes. Nosotros en primer lugar nos centramos por ver Museo de la Orden de la Liberación y  el Museo de Bajorrelieves, aunque sin entretenernos demasiado.

También paseamos un poco por los alrededores donde en los patios de armas se pueden ver tanques y cañones de la época bastante curiosos.

Y como siempre que se ve un cañón, era de recibo hacerse la típica foto sobre el mismo, una turistada clásica vamos 😀

Cañón en Patio de Armas, París

El  conjunto arquitectónico destaca por la dorada cúpula de la capilla San Luis, que Luis XIV mandó construir para uso privado del rey y como mausoleo real, aunque posteriormente no llegó a alojar los restos de ningún rey de Francia, precisamente ese era el punto principal donde se centraban nuestros intereses, ya que allí se encuentra en la actualidad la Tumba de Napoleón.

Alegorías de De La Fosse bajo el Domo
Altar Mayor en Tumba de Napoleón
Tumba de José Bonaparte, París

Una vez entramos, en primer lugar en el piso superior a la cripta, desde el que se puede observar el sepulcro imperial, están expuestos los sarcófagos de José I de España y Jerôme Bonaparte, hermanos de Napoleón; Napoleón II, hijo de Napoleón; y los mariscales Foch y Lyautey, en diferentes compartimentos laterales.

El interior del domo cuenta con unas alegorías de De La Fosse, justo sobre la tumba de Napoleón.

Los Invalidos – Tumba Naponeón from ZaGo on Vimeo.

El mausoleo está organizado alrededor de los restos mortales del emperador Napoleón I, situados en el centro de una cripta circular alrededor de la cual se glosan las hazañas y los logros de su reinado.

Estatuas alrededor de Tumba de Napoleón

En 1840, los restos de Napoleón Bonaparte fueron trasladados de la Isla de Santa Helena a París, por iniciativa del rey Luis Felipe de Orleans, y depositados aquí, como los de un faraón egipcio, en seis ataúdes: de hierro, caoba, plomo, madera de ébano y, por último, encina. Se los depositó posteriormente en el gran sarcófago pórfido rojo, en una cripta especialmente diseñada por el arquitecto Visconti. Velando al emperador hay doce enormes Victorias, obras de Pradier, simbolizando a todo el pueblo francés reunido con su héroe.

Sarcófago de Napoleón en Los Inválidos

En la misma cripta, aunque en lugares menos expuestos, están enterrados también los generales Duroc, Bertrand y Lasalle. Desde luego es totalmente sorprendente el lugar donde se encuentran, aunque analizando fríamente el tipo de persona que fue Napoleón en vida, ya nos extraña menos, puesto que la opulencia era una de sus pasiones.

Habíamos cumplido otro de los objetivos del planning y nos fuimos al siguiente, ya habíamos estado hasta en sus alrededores, pero no habíamos podido entrar, concretamente al Museo de Orsay.

Interior del Museo de Orsay

Llegamos a la puerta y la cola de espera era ínfima, eran las 4 de la tarde y el horario de visitas era de 9:30 a 18:00, lástima que no fuera jueves ya que ese día cierra a las 21:45 horas, pero bueno era tiempo más que suficiente para dar un buen vistazo al lugar. El precio de la entrada 8 euros, para nosotros gratuita 😀

Este museo está dedicado a las artes plásticas del siglo XIX y es especialmente famoso por sus fondos del impresionismo. Cronológicamente, cubre la historia del arte entre los maestros antiguos (que están en el Museo del Louvre) y el arte moderno y contemporáneo (en el Centro Georges Pompidou). También es destacado porque en el pasado el edificio fue una estación de ferrocarril, por ello su encanto reside tanto en sus obras como en su propia estructura exterior y sobre todo interior.

Cuando entramos nos encontramos con una bonita galería central que cuenta con gran amplitud y en sus lateral se despliegan las obras en dos alturas. Algo importante que hay que saber, es que no es posible hacer una sola foto en todo el lugar y el control es muy elevado, pero bueno aquí un servidor le gusta jugarse el tipo e hice unas cuantas con tal de llevarme un recuerdo y para que el reportaje no quedara sin imágenes.

Cuadros del Museo de Orsay
Grandes cuadros del Museo de Orsay
Escultura musical en Museo de Orsay

La galería alberga pintura realista, impresionista y postimpresionista, escultura, artes decorativas, fotografía, cine y arquitectura, obras todas ellas pertenecientes al fondo del Museo del Louvre, cuyas salas exhiben el arte anterior hasta el romanticismo.

Una vez subimos arriba una de las esculturas que mas me gustó fue la llamada Les chasseurs d’alligator ou Les Nubiens, realmente arrebatadora.

Les Nubiens dit aussi Les chasseurs d’Alligators

Es un museo donde la gente viene y se sienta y admira tranquilamente las obras, puesto que no es muy grande, pero la colección es de una calidad sin paliativos. Existe una sala tras el reloj desde la que por algunas ventanas podemos divisar el río Sena.

Como ya dije, si las propias obras son maravillosas, no lo es menos el impotente interior del museo, con el destacado reloj dorado que se mantiene ahí desde la inauguración de la estación de tren.

Antiguo reloj estación en Museo de Orsay

No me quería marchar de allí sin conseguir una de las fotos más preciadas, la del cuadro autorretrato de Van Gogh que se encuentra allí expuesto y que es una de las señas de identidad del museo. Fue complicado, ya que frente a él, perenne, siempre se encontraba un vigilante que no quitaba un ojo del lienzo. Pero aprovechando el momento en que un despistado turista hacía una foto con toda la naturalidad del mundo y se llevaba posteriormente la reprimenda, aproveché y la hice, evidentemente sin flash, por tanto misión cumplida, ya podíamos seguir nuestra marcha 😀

Autorretrato de Vincent van Gogh

Aún nos quedaba por visitar otra de esas célebres glorietas que simbolizan algo de importancia para los franceses, en este caso la Plaza de la Bastilla, así que para allá que nos fuimos. Símbolo de la Revolución francesa, está situada en el emplazamiento de la antigua fortaleza de la Bastilla que fue destruida en el S. XVIII. En su parte central hoy en día se encuentra la columna de Julio, construida entre 1833 y 1840. La columna lleva inscritos los nombres de las 615 víctimas de las jornadas revolucionarias de julio 1830. Está rematada por «el Genio de la Libertad», una estatua de bronce dorado de Auguste Dumont.

En sus inmediaciones se encuentra la Ópera de la Bastilla, tras la que se sitúa el hospital des Quinze-Vingts. Un teatro de ópera moderno también llamado «ópera del pueblo», que únicamente lo vimos por fuera, pero en sus accesos se agolpaban decenas de personas esperando para acudir a algún evento en su interior.

Continuamos por el barrio de Marais, un distrito de moda con negocios y empresas del ámbito legal y bancario, que hoy en día es considerado como uno de los barrios más cosmopolitas del viejo continente.

Nuestro punto de interés se centraba en la plaza más antigua de París, Place des Vosges. Originalmente conocida como «El palacio real», fue construida por orden de Enrique IV, prolongándose las obras de 1605 a 1612. Con unas dimensiones de 140 x 140 metros, constituye el primer ejemplo de programa de ordenamiento urbano en Europa. Allí desde 1832 a 1848 en el nº 6 vivió el escritor Victor Hugo y existe una placa en su puerta que lo certifica.

Maison de Victor Hugo en París

Habíamos terminado nuestro paseo por la Bastilla, por lo que cogimos el metro de nuevo para ir finalizando nuestra jornada, en esta ocasión rumbo a Montparnasse, se agradecía siempre llegar a las paradas de la estación y encontrarlas tan decoradas, en este caso con unos azulejos que representaban un acto de la Revolución Francesa.

Estación de Bastille en París

Eran las 7 de la tarde cuando llegamos al barrio de Montparnasse, su nombre proviene de «mont Parnasse», monte Parnaso en francés (en la mitología griega, hogar de las nueve diosas griegas, las musas, de las artes y las ciencias), nombre dado al escarpado barrio en el siglo XVII por los estudiantes que acudían al mismo a recitar poesía. En el S. XX fue un lugar muy bohemio, pero en la actualidad es un sitio con comercios, cafeterías y tiendas que poco tiene que ver con su pasado.

Uno de los máximos alicientes es un solitario y espigado edificio que es el bochorno de los parisinos, el cual recibe el nombre tan imaginativo de Torre Montparnasse, es uno de los rascacielos más alto de Francia con 210 metros de altura pero no el que más, ya que ha sido superado por algunos edificios del distrito de La Défense.

Por un ascensor podemos llegar hasta su  piso 56 donde ver un panorama en 360º, una atracción turística que recibe aproximadamente a 600.000 visitantes al año. El precio es de 13 euros y nos pareció muy caro para lo que ofrecía, ya habíamos visto unas vistas increíbles desde otros rincones, destacando las admiradas desde la Torre Eiffel y aunque muchos digan que son las mejores vistas de París al no verse la propia torre, decidimos no subir, quizás en otra ocasión lo hagamos.

Barrio de Montparnasse en París
Torre de Montparnasse en París

Por lo que nos limitamos a pasear por la noche parisina en navidad y rehusamos de ascender. Un de los episodios  más cómicos que sufrimos durante el viaje, fue con el mapa que cogimos para desplazarnos, con el uso poco a poco se fue desgastando, rompiendo y con el paso de los días cada vez era más vergonzoso sacarlo sobre todo cuando había mucha gente delante, especialmente en el metro, pero bueno ya le había cogido cariño y los otros ejemplares que teníamos en el hotel los quería para recuerdo, por lo que el tute que se llevó el pobre fue significativo, como muestra de su estado final antes de tirarlo a la basura, aquí tenéis una captura, aunque ya os digo que no hace justicia al deterioro sufrido 😀

A su lado un mapa nuevo, siempre te llevaremos en el corazón 🙁

A las 8 de la noche decimos que era un buen momento para dar fin a nuestro periplo por la capital francesa. De allí nos fuimos al hotel, cenamos nos acostamos y al día siguiente a las 11 cogeríamos el vuelo de vuelta que nos retornaría a Málaga. El viaje de regreso se realizó de la mejor forma posible sin retrasos y con muchas anécdotas y recuerdos que espero haya sabido plasmar en parte de la mejor forma posible en esta crónica que estoy apunto de terminar. Aunque antes de terminar la noche no podíamos irnos sin despedirnos de la Torre Eiffel desde Trocadero.

Torre Eiffel desde Trocadero, París

La próxima entrada que publique será un capítulo con conclusiones y algunos datos extra de interés, que pueden ser de gran útiles para quien quiera realizar un viaje a la «ciudad del amor«.

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

30 Comentarios

  1. Veo que aprovechasteis el día a tope! 😀

    Cuando fuy a Versalles la Galeria de los espejos estaba siendo restaurada y no se podía entrar, y además estaba diluviando y no pude visitar los jardines… tendré que volver a Paris!

    Un saludo,

  2. Todas las fotos de París y Versalles las perdí, bueno me quedan las que subí a facebook pero claro no es lo mismo, y ahora que te leo, me da una pena tremenda.
    Un beso.

  3. muy bonita la cronica, un 10 !!!!!!!!!

    lastima que mañana nos vamos a la ciudad de la luz y no podré leer las conclusiones y datos.

  4. Fue un día en el que no se paró nada, vimos muchas cosas que se nos quedaba en el tintero y al final salió un día bastante completo, aunque como os digo, fue porque no descansamos para nada, hasta comer lo hicimos andando… XD

    Mis pies ya se resentían después de tantos días, de tantas escaleras y de taaaaaaaaaaanto frío, pero el acicate por ver más me impedía parar.

    Versalles es preciosa. En mi opinión merece más la pena los jardines que el propio palacio. La pena es que estaba todo helado, aunque el cuidado es exquisito.

    El museo d’Orsay es maravilloso. Más bonitos que otros que vimos, quizás porque en él se encuentren muchos de los artistas que me gustan, de un estilo más clásico y evocador.

    Nos han quedados cosas por ver, la más importante el Louvre, pero desde luego ha sido un viaje muy completo y siempre hay que dejar algo para ver en la siguiente visita ;P

  5. Yo sólo fui a Versalles en el primero de los dos viajes que he hecho, pero como iba en un viaje organizado no vi los dos palacios pequeños que visteis. Y si, te puedo decir que los jardines cambian enormemente de verlos así de «feuchos» en inviernos a verlos en verano.
    Como quiero volver algún día a París, podré ver eso y también los Invalidos que tampoco he entrado ninguna de las dos veces que he ido.
    Por cierto, felicidades atrasadas!!
    Saludos

  6. Como mola el palacio y lo bien cuidado que esta. Sin duda, la Galería de los Espejos me parece el sitio más espectacular, si no estuviera tan abarrotada de turistas, parecía que nos hubiese transladado a los SXXI y XXII xD

  7. Isabel, Versalles es un imprescindible, nosotros en cuanto se de la oportunidad volveremos a ir para disfrutar aún más de sus jardines 😀

    Almudena que mala pata lo de perder las fotos… 🙁 Tocará volver en alguna ocasión para enmendar esa pérdida.

    Espero que estés pasando un buen viaje Nuria, ya nos contarás a la vuelta tus propias impresiones 😉

    Carmen pues vete preparando que el finde que viene se prepara movidito xDD

    M.C. gracias por la felicitación y como a todos nos falta París tiene tanto que ver, que siempre hay motivos para volver y descubrir sitios nuevos jeje

    Jose Antonio muy futurista ponías el palacio xDDDDD

    Saludos!!!! 😉

  8. Hola Jose Carlos! La leche, pedazo de post! Buenas fotos, mucha información con datos prácticos… imperdonable que no te hubiera visto antes 😛 Como te dije, estás fichado! 🙂 Saludos!
    PD.: Cuando estuvimos en Versalles creo que sólo tuve tiempo de ver los jardines jajaj. Dimos la vuelta en bici más larga que recuerdo haber hecho jamás 😛

  9. Como siempre se dice Pruden, más vale tarde que nunca, ahora tenemos ambos un nuevo rincón en el que entretenernos xDDD

    No me extraña fuera una vuelta larga, será que no hay jardines y caminos por los que moverse jeje

    Saludos!!! 😉

  10. Jose Manuel Sánchez Responder

    Aunque la visita a ese tipo de museos no es que sean mis favoritas, hay que reconocer que parece un sitio bastante llamativo.

    Los jardines tan amplios si que parecen realmente espectaculares, en esta época se estarán empezando a poner preciosos.

    Por lo que veo, sabiendo que era el último día, decidísteis aprovecharlo al máximo ¿no? xD

  11. Hombre JM, Versalles es un sitio impresionante, que merece una visita muy detenida para verlo todo, la verdad como era el último día nos fuimos a intentar ver todo lo posible que se había quedado en el tintero xD

    Saludos!!! 😉

  12. Qué bonito Versalles!
    Y qué poquita gente por cierto. Yo cuando fui había unas colas tremendas y era prácticamente imposible verlo.
    Tengo que volver para estar más tranquilamente allí

  13. Nosotros es que estuvimos allí nada más abrir y ya había grupos de japoneses bastante numerosos, no me quiero imaginar lo que debe ser Versalles el día que es gratis o a media mañana xDDD

    Sin duda un lugar al que volveremos en primavera para disfrutar de sus jardines 😀

    Saludos!!!

  14. Versalles va a ser un fijo en nuestro viaje. Fue uno de los sitios que Lena no vió, así que hay que ir si o si. Además con lo bonito que tiene que estar en primavera seguro que es una gozada pasear por los jardines.

    Por cierto, me está viniendo de perlas la información que has puesto. Gracias 😉

    Un abrazo.

    • Versalles como dices en primavera debe ser espectacular, intentar ir nada más abrir antes de que los tours organizados colapsen las salas 😀

      Me alegra que te este sirviendo la información de estas entradas. Un abrazo!! 😀

  15. Jazmin ( CHILE) Responder

    Increíble el viaje, gracias por compartirlo… Desde acá muy lejos Chile pude sentir toda esa energía que transmite París y el hecho también de la muy buena descripción del lugar. Muchas gracias por compartir ese mágico viaje.

    • El placer es mío por saber que te ha gustado. Un saludo desde el otro lado del charco, espero ir pronto por Chile, precioso país que estoy deseoso de conocer en alguna ocasión 😀

  16. Hola José Carlos, qué tal?a propósito de Versalles te invito a que veas mi post sobre una parte de Versalles que creo no has visto, por si vuelves ok? el post está dentro del archivo de Francia y se titula Je t’aime 2ª parte, esperando que te guste.
    Saludos
    Monika.
    Por cierto, es una pasada toda la información que das en el post, genial.

    • Gracias por el mensaje y por la recomendación, le echaré un vistazo. La verdad que Versalles nos encantó, seguro que si vamos en primavera volveremos, aunque sea por ver los jardines repletos de flores, que en invierno están algo más apagados y si además podemos ver alguna zona que no visitamos, pues mejor que mejor.

      Saludos!!

  17. Me encantó tu página!! tengo pensado viajar a Paris en unos días y, si bien en primavera debe ser espectacular, veo que en invierno tb es fantástico. Consulta: para regresar de Versalles a Paris, se toma el mismo RER?
    Saludos!!

    • En navidad tiene un ambiente de lo más místico todo así nevado, pero en primavera seguro que lucen mucho más los jardines, nosotros volveremos sin duda precisamente por eso. Efectivamente, para volver se toma el mismo RER, es tremendamente sencillo, de hecho una vez que bajes en Versalles verás muchas indicaciones para ir hasta la puerta y toda la gente camina hacia el mismo lado 😀

      Saludos!

  18. El resto de la ciudad de Versalles también merece la pena, hay mucho más que el palacio!!

    • De la estación al palacio lo que vimos nos encantó. Seguro que repetimos en otra ocasión y le dedicamos más tiempo a la propia ciudad de Versalles 😀

  19. Buen post!
    Una verdadera joya creada por André Le Nôtre, un jardinero sin formación alguna que logró crear el pulmón más importante de París. Desde luego estad corte debía ser todo un lujo en aquellos tiempos. Nosotros echamos un día estupendo durante una visita guiada que nos brindaba White Umbrella. Durante esta visita visitamos los jardines y conocimos toda la historia desde su creador y sus remodelaciones por los distintos monarcas. Después por nuestra cuenta decidimos visitar el interior de los palacios, la verdad que es una verdadera joya realizada por el hombre.

    Gracias por el artículo.Un saludo ^^

    • Buenas,

      Pues la verdad que para una futura visita hacerlo con guía sería todo un acierto. Y es que tanto los palacios como los jardines seguro que tienen mucho que contar 😀

      Un saludote.

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