Se presentaba un nuevo día con muchas incógnitas, nuestra primera visita iba a ser el Museo del Louvre, pero nuestro principal miedo era que siendo primer domingo de mes y por tanto gratuito para todo el mundo y habiendo estado también cerrado el día anterior la cola podría ser morrocotuda.

Nuestras intenciones eran claras, levantarnos prontísimo y estar haciendo fila con el mayor adelanto posible, pero ¡oh capricho del destino! cuando al despertarme y girar la cabeza para ver la hora que era me doy cuenta que eran más de las 10 y media, ¡madre mía! nos habíamos quedado dormidos 🙁

Aun no sabemos de que forma sonaría el despertador y en el estado de letargo que nos encontraríamos en ese preciso momento, lo que si sabemos es la noche que nos dieron los compañeros de habitación de al lado y es que eran las 3 de la mañana y aún estaban de risas en su cuarto, sin molestarse por el resto de huéspedes que se encontraban alrededor. Así después de dos visitas del recepcionista para avisarles de que estaban incordiando y tras acabar con mi paciencia pegue un buen grito con el internacional ¡SILENCEEEE!! acompañado del no menos conocido ¡SSSSSSHHHHHHHHHH! parece que surtió efecto y al fin decidieron dormir, por aquel momento Carmen ya había caído en brazos de morfeo y llevaba un rato dormida, realmente fue por eso por lo que no protesté antes, prefería que durmiera, ya que yo tampoco es que tuviera sueño, pero ya a esas horas me quería obligar a dormir para no estar al otro día zombi, al poco rato me quedé dormido, pero el hecho de hacerlo tan tarde seguramente nos jugó la mala pasada de quedarnos fritos hasta «las tantas».

Con el retraso ya irrecuperable, nos preparamos rápidamente y salimos rumbo al Museo del Louvre, con la idea bastante clara de que nos iba a tocar esperar muchísimo hasta poder entrar.

Museo del Louvre en París

Eran las 11:15 cuando comenzamos desde la célebre pirámide a caminar y caminar en sentido opuesto a la entrada para ver donde terminaba, cual sería la cantidad de gente que desistimos de seguir buscando el límite con la intuición de que perfectamente nos podríamos tirar el día entero en la cola y no poder siquiera entrar o contar con un tiempo insuficiente para una visita decente a un edificio con la riqueza cultural de estas características.

Una verdadera lástima porque teníamos unas ganas inmensas de conocerlo por dentro, pero parece que no era el día apropiado para la visita, por lo que nos tuvimos que conformar con hacernos las típicas fotos delante de la pirámide de vidrio y aluminio que fue inaugurada en el año 1989 diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei. Tiene una altura de 21,6 m y la inclinación de sus paredes, al igual que ocurre con las pirámides egipcias, es de 51º.

A ninguno de los dos nos hace mucha gracia esta estructura, por lo que nuestras verdaderas intenciones eran quitarla del medio, cosa que desafortunadamente no fue posible, en otra ocasión quizás 😀

En la foto podemos ver lo que para nosotros hubiera sido el lugar soñado, posiciones de la fila a escasos 15 minutos del acceso al recinto 🙁

Para los que estén interesados en realizar la visita el horario es de 9:00 am a 6:00 pm todos los días excepto los martes, el 1 de enero, el 1 mayo, el 15 de agosto y el 25 de diciembre. Los miércoles y viernes, el museo permanece abierto por mas tiempo, hasta las 9:45 pm. El precio de la entrada es de 9,50 € y gratuito para los menores de 26 años que sean residentes europeos.

Si consideramos que estábamos a domingo, el martes cerraba y el miércoles nos volvíamos para casa, únicamente nos quedaba el lunes, pero ese día tampoco era posible, ya que teníamos una cita irrenunciable, sin duda fue todo un contratiempo con difícil solución.

No obstante no perdimos la oportunidad de ver el Arco de Triunfo del Carrusel, que se encuentra entre el Museo del Louvre y el Jardín de las Tullerías. Fue Napoleón Bonaparte quien hizo construir este arco en conmemoración de sus victorias militares. El arco fue construido entre 1806 y 1808 por Pierre-François-Léonard Fontaine y Charles Percier, según el modelo del arco de Constantino en Roma.

Arco de Triunfo del Carrusel

Dicen que cuando Dios cierra una puerta, en algún lugar, abre una ventana, pues eso se hizo realidad cuando nos acercamos al arco y nos percatamos que la Torre Eiffel se encontraba totalmente despejada, después de 3 días donde la niebla no nos había dejado apenas ver más allá de la primera planta, hoy era el día ideal para realizar la visita y subir a todo lo alto.

Así nos fuimos para la parada de metro de Louvre- Rivoli que se encuentra decorada como si fuera un anexo del propio museo y nos movimos rumbo a la célebre torre.

Estación de metro del Louvre

Como se aprecia en esta imagen algunas estaciones cuentan con unas barreras que únicamente permiten el acceso a las vías cuando llegan los vagones, una medida de seguridad para evitar que la gente caiga o intente suicidarse, lo veo todo un acierto y poco a poco he visto en otras estaciones donde se están colocando también.

Tren RER rumbo a Torre Eiffel

Aquí se puede ver como algunos RER en su interior cuentan con 2 plantas y una entreplanta, todo es poco para que quepan el mayor número de personas posible, algo que se agradece en hora punta, donde la afluencia es máxima.

En pocos minutos llegamos a la Torre Eiffel, eran las 12 menos 10 y caminamos nerviosamente para llegar a la base de la torre y hacer la pertinente cola que nos llevaría a la cima.

Torre Eiffel en París

Mucha gente sostiene que lo mejor es reservar las entradas desde casa y así evitamos colas, pero para mi gusto creo que a la ventaja de tener que esperar una fila mucho menor, se le suman unas desventajas como son:

  • No es posible reservar entradas para subir por las escaleras.
  • Si compras entrada hasta la última planta y está cerrado en el día de visita, no te devuelven el dinero.
  • Puede que el día de reserva haga mal tiempo y prefiramos dejarlo para otro día.

Por comodidad hay mucha gente que las pilla por Internet, ya que encima te ahorras algo, para ello se puede realizar por aquí: Ticket Toureiffel, sobre todo si nos da igual no subir hasta la última planta, tenemos pocos días de visita y no podemos plantearnos que día hace mejor para subir y sobre todo si queremos subir por el ascensor.

Taquillas en Torre Eiffel
Interior estructura Torre Eiffel

Nosotros sin embargo teníamos claro que no queríamos subir por el ascensor, lo queríamos hacer por las escaleras y que subir hasta la cima esperando que alguno de los días se fuera la niebla como fue el caso.

Según el día abren 2 accesos en los pies de la torre o como nos pasó a nosotros están abiertos todos, hay que mirar que la cola que estamos haciendo sea para ascensor o escaleras, existen unas pantallitas en las cabinas donde compramos los tickets que nos lo dicen. Para más información podéis consultar esta web en español: Torre Eiffel Info.

Después de un día festivo y siendo domingo os podéis imaginar que había gente en todos lados, nosotros esperaríamos como unos 35 minutos hasta poder comenzar a subir, pero afortunadamente no nos aburrimos nada, porque conocimos a un buen amigo mexicano que se encontraba en un tour por Europa en solitario, había estado en Londres ya y al día siguiente se marcharía a Amsterdam, estuvimos compartiendo impresiones de fin de año, al igual que contándonos cosas de su país y del nuestro, por tanto la espera se nos hizo la mar de amena, aunque también tuvimos que luchar un poco con los vendedores de souvenirs que no había manera de quitárnoslos de encima…

El precio de la entrada nos costó 3,50 euros hasta el segundo piso, aunque a mi me costó 1 euro más por tener 25 y no 24… ains me hago viejo 🙁

Está abierta todos los días de 9:30 a 23:45 (del 1er de enero al 10 de junio y del 29 de agosto al 31 de diciembre) y de 9:00 a medianoche (del 11 de junio al 28 de agosto).

La primera ascensión se hace rápido apenas estamos a 57 metros de altura y ya podemos disfrutar de unas vistas impresionantes, en esta zona el perímetro esta vallado con una malla que impide que alguien se pueda caer y las escaleras cuentan también con seguridad suficiente para que podamos subir de forma tranquila y sin ningún miedo.

Estatua de la Libertad en París, Francia
Primera planta en Torre Eiffel

La planta rodea en 360º toda la torre y allí encontramos el restaurante Altitud 95 y  paneles con información entre los que destaca un seguimiento de los movimientos de la cumbre permite describir las oscilaciones de la torre bajo el efecto del viento y la dilatación térmica. Gustave Eiffel había exigido que pudiera soportar un rango de 7 dm de oscilación, que nunca fue el caso, aunque de hecho, durante una ola de calor en 1976, la amplitud de oscilación fue de 18 cm, además de 13 cm durante una tormenta en diciembre de 1999 (cuyo vientos fueron de 240 km/h).

Es curioso ver como sube el ascensor entre los amasijos de hierros y mas aún ver la pista de hielo que durante el invierno se coloca en esta planta, no es muy grande, pero es gratuita y por la noche se ilumina con centenares de luces de colores.

No nos podíamos ir de la primera planta sin hacernos la primera foto sobre la Torre Eiffel con vistas a los Campos de Marte de fondo. Desde allí podíamos ver a vista de pájaro muchos de los monumentos que habíamos visto en días anteriores o que veríamos más adelante en el viaje. Después de estar un buen rato sacándole todo el partido posible a la primera planta, decidimos continuar subiendo para ascender hasta el segundo piso.

Llegamos a la planta segunda y por fin concluimos los 1665 peldaños, sería la subida más grande de todo el viaje, si ya lo dije en la primera entrada cuando ascendimos al Arco del Triunfo, este viaje iba a ir de escalones.

En esta planta todo se ve mucho mejor, a más altura y sin una malla que reste visibilidad, la Torre de Montparnasse parece un edificio de juguete y el Sagrado Corazón una diminuta miniatura en el horizonte parisino, todo se hace pequeño a 115 metros de altura y lo que aún sorprende más es que la estructura cuente con una superficie de 1.650 metros cuadrados aproximadamente, que puede soportar la presencia simultánea de alrededor de 1.600 personas.

Campos de Marte desde Torre Eiffel

Ahí podemos ver a Carmen regocijándose de la altura a la que estábamos, pero como se puede apreciar aún era nada para lo que nos quedaría por subir.

Nos encontrábamos a unos 5 kilómetros en linea recta del distrito de La Defensa y desde aquí se puede apreciar el Skyline repleto de rascacielos junto al inmenso parque de Bois de Boulogne.

A parte de las preciosas vistas que se divisan desde allí en esta planta podemos ver restaurante Le Jules-Verne es un renombrado restaurante gastronómico con una capacidad de 95 asientos, calificado con una estrella por la famosa Guía Michelin  y lo que es más importante el ascensor que nos llevará a la cima de la Torre por 5 euros para adultos.

Río Sena desde Torre Eiffel
Hacia la cima de la Torre Eiffel

Cogimos los billetes de subida de una máquina, que como siempre no aceptaba billetes y nos pusimos a hacer cola para ascender en el ascensor, ya que a la cima no es posible subir en escaleras y reserves o no las entradas por Internet, esa cola no te la quita nadie. En apenas unos 5 minutos ya estábamos adentro, también es que hicimos un poco de trampa, Carmen se quedo en la fila y mientras nosotros sacamos las entradas 😉

Se siente una sensación especial al ir ascendiendo y viendo desde los cristales como cada vez estamos más y más altos, hasta llegar a los 275 metros sobre el suelo de esta tercera planta.

Aquí si nos apetece gastarnos 10 euros por copa, podemos tomarnos un traguito de champagne de los más romántico.

Arco del Triunfo desde Torre Eiffel
Plaza del Trocadero desde Eiffel

La superficie de esta planta es de unos 350 metros cuadrados y se pueden congregar hasta 400 personas. Podemos percibir una reconstitución del tipo «Museo Grévin» que muestra a Gustave Eiffel recibiendo a Thomas Edison, esto refuerza la idea según la cual Gustave Eiffel habría utilizado el lugar como oficina. Aunque la realidad histórica es diferente. En realidad, el lugar había sido ocupado primero por el laboratorio meteorológico, antes de que fuera utilizado por Gustave Ferrié en los años 1910 para sus experimentos de telegrafía sin hilo (TSH). Encima de la torre, fue instalada una antena de teledifusión en 1957, la cual luego sería completada en 1959 para cubrir cerca de 10 millones de hogares mediante la difusión de televisión analógica terrestre. El 17 de enero de 2005, el dispositivo fue completado, cuando la emisora francesa de televisión digital, elevó a 116 el número de antenas de teledifusión y radiodifusión. El añadido de esta 116ª antena hizo crecer la altura de la torre de 324 a 325 metros.

Poco más que decir de esta emblemática torre que no sepamos, curioso que un año antes se ofreciera a Barcelona y se rechazara su construcción para que no hiciera sombra a la Sagrada Familia y que al principio no gustara para nada a los parisinos y ahora estén tan orgullosos de ella.

Es sin duda una visita que hay que realizar una vez en la vida, por mucho que hayamos visto miles de veces en televisión el edificio, hay que plantarse en sus alrededores y torcer el cuello hasta divisar su punta y como no podía ser menos dejar de lado los vértigos (quien los tenga) y subir en ella ya sea en ascensor o escaleras para divisar las vistas mas impresionantes de todo París.

En el interior de la tercera planta y en 360º se encuentran las banderas con las distancias de las ciudades mas emblemáticas del mundo con respecto a la torre, como orgulloso madrileño que soy, no me podía ir de allí sin una foto a 1.053 kilómetros de la capital española.

Con los deberes cumplidos y después de una visita que duraría unos 80 minutos tocaba descender lo subido, la verdad que no teníamos muchas ganas de irnos así que bajamos haciéndonos fotos y disfrutando de los últimos instantes de este irrepetible momento.

Escaleras de la Torre Eiffel

Poco a poco las hormigas que pululaban por los alrededores de los Campos de Marte se iban convirtiendo a nuestros ojos en personas, ya casi estábamos apunto de volver a pisar tierra firme.

Una vez abajo era primordial atravesar los Campos Marte ese vasto jardín público situado en el séptimo distrito, entre la Torre Eiffel, al noroeste y la Escuela militar al sureste, la distancia es de unos 700 metros y como curiosidad en total sumando cada uno de los caminos que entrecruzar todo su perímetro se llega a los 2 kilómetros aproximadamente, por tanto es un excelente lugar para caminar mientras que se divisa la «dama de hierro».

Delante de la Dama de Hierro, París

Esta amplia explanada en el pasado fue un campo de cultivo de hortalizas que tras la creación de la escuela militar se nivelo y se rodeo con una gran fosa y una larga avenida flanqueada por olmos y como apreciamos desde arriba de la torre todo el entramado tiene un perfecto dibujo geométrico.

Estando hacia la mitad del jardín y con una buena perspectiva no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacer unas cuantas fotos graciosas delante, me limitaré a poner una porque no me gustaría perturbaros de forma muy exagerada con nuestras locuras 😀

Ya prácticamente en el final del jardín junto a la escuela militar podemos encontrar el gran Monumento a la Paz, construido en el año 2000, es una moderna estructura en la que los visitantes pueden dejar sus mensajes de esperanza para compartirlos con el mundo entero, se encuentra alineado con la torre y es una visita imprescindible.

Monumento a la Paz en París

Pasaban las 2 y media de la tarde y era momento de finalizar esta visita para buscar un sitio donde comer. Nuestra siguiente cita del día se encontraba en Saint Ouen y más concretamente a «Porte de Clignancourt», queríamos ver uno de los típicos mercados de las pulgas que se encuentran el París y vistas todas las críticas éste era el mejor de todos.

Solo esta abierto sábado, domingo y lunes de 10:00am a 6:00pm y en el podemos encontrar antigüedades, muebles, arte, cristalería, joyería, libros, discos, ropa usada y muchas otras cosas.

Mercado de las Pulgas de París

Siéndoos sinceros hay que decir que fue una absoluta decepción, lo que encontramos allí no era más que un mercadillo como cualquiera de los que podemos encontrar en territorio español y cuyas dimensiones no eran gran cosa, cualquier rastrillo de ciudad grande española lo superaría con creces.

De hecho ni los productos allí presentes suponían una gran revolución, precios normales y nada destacable, lo único que compramos fue un gorro que en primera estancia eran 10 euros y al final regateando lo sacamos por 5, algo es algo.

A muchos os habrá pasado que durante el viaje se pierde la noción de los días y no se sabe muy bien si estas a jueves o viernes o si es día 2 o 3, al llegar a este puesto de más abajo y ver la camiseta del Madrid me sirvió para ubicarme y recordar que al día siguiente (día 3) jugaba el Real Madrid contra el Getafe, seguramente estaría complicado verlo, pero al menos intentaría informarme por las noticias de como habían quedado, una lástima porque siendo mis 2 equipos favoritos no me gusta perderme el encuentro, pero amigos míos el viajar está por encima del fútbol y si no se puede no se puede, sobre todo con lo que teníamos al día siguiente 😀

Decidimos pararnos en un puesto de comida para comer algo, eran las 3 de la tarde y por tanto momento justo para reponer fuerzas. Mientras que esperábamos a que nos sirvieran el pedido, mi chaquetón del Chelsea seguía siendo un imán para los futboleros franceses que siempre se me acercaban para preguntarme de que equipo era, desgraciadamente siempre me decían: «Barcelona, Barcelona», yo les ponía cara de pocos amigos y decía: «No, Madrid, Madrid»,está visto que el buen estado de forma del Barça ha calado bien en la comunidad francesa, a ver si Benzemá despierta y recuperamos su corazoncito madridista como ya lo tuvieron en época de Zidane.

Como ya habíamos perdido suficiente tiempo al quedarnos dormidos, pedimos un apetitoso sándwich con patatas para llevar y nos lo fuimos comiendo en el metro.

Intentamos por segunda vez entrar al Museo del Louvre y cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa de que ya no había cola, el motivo es que  no podía entrar nadie más al museo estaba hasta los topes, en definitiva que en otra ocasión tendríamos la oportunidad de visitarlo, poco más podíamos hacer.

Comida en Mercado de las Pulgas

Comenzaba a caer el sol y una de las citas que a mi personalmente me hacían mucha ilusión era montarnos en un barco turístico de los muchos que navegan por el Sena y disfrutar de París desde las aguas.

Atardecer Jardín de las Tullerías
Tours por el Sena en Batobus

Nuestra elección fue Batobus, cuya ruta cubría los principales puntos turísticos del Sena y que cuenta con información en español durante la ruta.

Lo cogimos en la parada próxima a Trocadero y cuando íbamos a llegar a donde se encuentran amarrados los barcos nos encontramos con un bonito e iluminado mercadillo navideño a orillas del Sena.

Mercadillo navideño junto al Sena

El precio del trayecto en Batobus cuesta 11 euros para adultos y el tour dura aproximadamente 45 minutos, nosotros nos montamos aproximadamente a las 6 de la tarde, que siendo en invierno era noche ya cerrada en París.

Existen otras muchas ofertas de botes que te dan un paseo por el Sena, es cuestión de buscar y ver el servicio que más nos convence.

Para más información: Batobus París

Batobus por el Sena, París

Era posible ir dentro de una cristalera con calefacción o sentarse fuera al aire libre, aún con los 3º que había en ese momento preferimos sentarnos fuera (quizás tuve yo algo de culpa ¬¬), pero sin duda era lo mejor para disfrutar la experiencia, lo que si fue complicado es sacar fotos decentes, la noche y el movimiento balanceante del bote no hacían ningún bien a mi pulso.

Comenzando desde Trocadero fuimos pasando por los célebres puentes del Alma, Alejandro III y viendo edificios tan característicos de París como el Grand Palais o el Louvre, a la altura de la Isle de la Cité nos dimos la vuelta, originalmente el tour continuaría rodeando Notre Dame, pero en esos días con las crecidas que sufrió el Sena como recordaréis por aquel mes, no era posible pasar por debajo de aquellos puentes y dimos la vuelta antes de tiempo. Durante todo el camino tuvimos a nuestra disposición un teléfono por el que nos iban contando en español curiosidades de lo que íbamos viendo.

Audioguía del Batobus en Sena

Uno de los momentos en que los flashes centelleaban como nunca, era cada vez que pasábamos cerca de la Torre Eiffel y será que la gente no estaría ya cansada de verla, pero quieras que no nunca tienes suficientes fotos de ella y menos cuando es por la noche y se encuentra tan hermosa iluminada.

Como ya pasó con el Támesis un años antes, la visita por el Sena será algo para recordar, yo se lo recomiendo a todo el mundo, ya sea por el día o por la noche como hicimos nosotros.

Para compensar ese recorte del tour por la parte sur tuvimos la oportunidad de pasar al lado de la Estatua de la Libertad de París, que se encuentra en la pequeña isla de los Cisnes fue regalada a Francia por la Comunidad Americana para celebrar el centenario de la Revolución Francesa, sus dimensiones son inferiores a las de su hermana de Nueva York ya que apenas mide un cuarto.

Torre Eiffel desde el barco

Y con esto terminamos nuestro tour por el Sena, 45 minutos después como así venía fijado. Una vez nos bajamos del barco el siguiente lugar que queríamos visitar estaba próximo, el mercadillo navideño que se encontraba en Trocadero, el nombre de la plaza rememora la Batalla de Trocadero, que tuvo lugar en la isla homónima situada en la Bahía de Cádiz y es conocida por la fuente de Varsovia que conforma una serie de estanques en cascada que alimentan una gran piscina rectangular, donde durante el invierno a su alrededor se monta el mercadillo que queríamos ver.

Para mi gusto es el mejor mercadillo navideño que vimos en París, aunque quizás por dimensiones el que se encuentra en los Campos Elíseos tenga más puestecitos. Pronto nos vimos hipnotizados por un puesto donde se estaban haciendo los típicos crepes y nos acercamos para ver y probar que tal estaban, a modo de merienda no iban mal 😀

Mercadillo navideño en Trocadero
Crepes en Trocadero, París

Dimos un buen repaso al resto de puestos, con vino caliente, productos típicos navideños y los souvenirs parisinos que tantas veces habíamos visto a lo largo del viaje, pero no compramos nada más.

La Torre Eiffel nos iba acompañando a cada paso que dábamos y nuevamente topamos con otra de las muchas pistas de patinaje que se encuentran repartidas por toda la ciudad, la verdad que siempre estaban repletas de gente, se ve que es algo que gusta bastante.

Únicamente he patinado sobre hielo una vez en Sierra Nevada y el resultado fue bastante doloroso, como quería volver a España sano y salvo preferimos solo mirar para mantener la compostura.

Eran cerca de las 8 de la tarde y nuestra jornada poco a poco se iba agotando, nuevamente hicimos uso del metro para desplazarnos hasta los Campos Elíseos, nuestra idea era recorrer la avenida de punta a punta desde el Arco del Triunfo hasta la Concordia para ver el mercado navideño, las típicas tiendas y cines que allí se encuentran, en definitiva por ver el ambiente que suele haber en esta frenética vía.

En la mitología griega los Campos Elíseos eran el lugar sagrado donde las sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. No sorprende que en una ciudad donde casi todo lo que se construye tiene un motivo muy estudiado se eligiera poner ese nombre a la avenida más hermosa, famosa y elegante de la ciudad.

Boca de metro Trocadero
Cinéma Gaumont Champs-Elysées

En su parte más alta de la avenida, que empieza en la plaza Charles de Gaulle se encuentran cines, grandes almacenes y las tiendas más exclusivas a nivel mundial como Chanel, Louis Vuitton, Cartier, Hugo Boss entre otras.

La actividad tanto por sus calles donde circulan vehículos como por sus aceras repletas de viandantes es siempre muy alta. Muchos seguramente conozcan esta a avenida por el Tour de Francia ya que la línea de meta de la última etapa está siempre situada allí. Además, la entrega de premios final se celebra al lado del Arco del Triunfo y es por ello que se ha convertido en un paseo mítico para el mundo del ciclismo, en pocas palabras es una avenida para deleite del deporte español y en especial para que el himno español suene a los cuatro vientos, ya que gracias a Indurain y en la actualidad Contador, cualquiera diría que la han diseñado para nuestro goce.

Avenida de los Campos Elíseos en Navidad

Nuestro paso por esta zona se resumió a caminar cual «voyeur», porque en su mayoría todo lo que podíamos comprar allí tenía unos precios prohibitivos, así que nos limitamos a andar y admirar las tiendas y restaurantes tranquilamente.

La parte baja de la avenida, que desemboca en la Plaza de la Concordia, está rodeada de jardines y se encuentran varios edificios públicos majestuosos: El Palacio del Descubrimiento, el Pequeño Palacio y el Gran Palacio, así como la Universidad París IV, por aquellas fechas a ambos lados de la calle se encuentra nuevamente otro mercadillo navideño.

Mercadillo navideño en Campos Elíseos
Puesto navidad en Campos Elíseos

Muchos de los puestecitos estaban tan trabajados que cualquiera diría que están allí fijos durante todo el año y no son simplemente recintos temporales de invierno, crepes, gofres y vino caliente no faltaban en ellos, pero también había sitio para comprar algo de queso, producto tan típico francés y enemigo número uno de Carmen 🙁

En este aspecto no compartimos la misma opinión porque a mi me encanta, pero bueno para evitar que saliera corriendo, pasamos rápidamente, aunque tuve el tiempo suficiente para captar esta instantánea de recuerdo 😀

Cupcakes en los Campos Elíseos
Comiendo en los Campos Elíseos

Cuando estábamos casi terminando nuestro paseo por allí se me antojó un perrito caliente, con las típicas salchichas alemanas, ya las había probado anteriormente en una fiesta alemana de la Escuela Oficial de Idiomas y la verdad que era un bocado ideal para quitarme el hambre hasta que llegáramos al hotel y cenáramos como es debido.

De ahí llegamos a la plaza más grande de París y la segunda más grande de Francia, la Concordía. En esta explanada se diseño la actual plaza entre los años 1757 y 1779, de acuerdo a un proyecto de Jacques-Ange Gabriel, en unos terrenos cedidos por el rey Luis XV en el año 1743. Durante la Revolución Francesa se llamó Plaza de la Revolución y fue escenario de la ejecución de personajes importantes como Luis XVI, María Antonieta, Danton, Madame Roland, o Robespierre, entre otros. Poco después durante el régimen del terror otras víctimas pasaron por la guillotina en este lugar.

Noria en la Plaza de la Concordia

Dos de los elementos de la plaza que más sorprenden son por un lado el obelisco de Ramsés II, donado por Mehemet-Alí a Luis Felipe, en 1831, y que procedía del famoso Templo de Luxor, con sus 23 metros de altura y con su superficie cubierta con grabados que representan las gloriosas empresas del faraón Ramsés II, franqueado por dos fuentes monumentales de modelo romano y en segundo lugar la Gran Noría de París frente a las Tullerías, abierta en 1999 y que desde entonces lleva funcionando todos los días desde las 11 de la mañana hasta las 12 de la noche.

Se trata de la noria más grande de Francia y de la noria móvil más grande de toda Europa. Dispone de 42 cabinas semicerradas, que alcanzan una altura de hasta 60 metros y ofrece un servicio de guía en varios idiomas a través de audio, decidimos no montarnos y simplemente contemplarla desde abajo, durante la noche su colorido es simplemente cautivador.

De ese lugar nos fuimos a visitar otra de las plazas más famosas de París, que se encuentra próxima a la Rue de Rivoli, la Plaza Vendôme, es una muestra del típico urbanismo clásico francés, que toma su nombre por el Hotel Vendôme que se encontraba allí. Es una de las zonas ricas de París, un distrito donde reputados joyeros han colocado su domicilio como Louis Cartier, Joseph Chaumet o Alfred Van Cleef et Salomon Arpels entre otros y como curiosidad, Chanel, que tiene allí una boutique, se inspiró en la forma octogonal de la plaza para los frascos de sus perfumes.

Columna en Plaza Vendôme

En su parte central se encuentra la Columna Vendôme, que fue erigida por orden de Napoleón Bonaparte, para celebrar su victoria en la batalla de Austerlitz. Cuenta con una altura de 44 metros y en su cima se encuentra una estatua de Napoleón Bonaparte. Una vez de vuelta del viaje me enteré que una escalera interior permite acceder a la parte superior donde existe un pequeño mirador.

En un barrio tan glamuroso es normal encontrarse mil y una extravagancias, joyas con un precio similar al de una casa o una boutique en la que cuelgan piedras de su techo, todo por llamar la atención 😀

Glamour en tienda de París

Nuestra última parada del día sería la propia de una ruta circular, terminaríamos en el mismo sitio donde comenzamos el Museo del Louvre, nos apetecía ver el edificio iluminado por la noche y sin tanta gente a su alrededor, por ello volvimos a pasar por el Arco de Triunfo de Carrusel y pronto nos volvimos a encontrar con la pintoresca pirámide de cristal.

Aprovechando que la zona estaba bastante solitaria Carmen intento coger del pico la pirámide para intentar quitarla de allí, pero desafortunadamente parece que la tienen bien sujeta y no fue posible.

Con las salas del museo ya cerradas y aprovechando que las galerías estaban abiertas, decidimos darnos un paseo interior, al menos para ver toda esa zona y coger algunos folletos para una futura visita.

Paz y tranquilidad se respiraba a aquellas horas, lo que por la mañana era un hervidero de gente que hacía imposible siquiera plantearse el entrar, en ese momento apenas eramos 10 personas las que andábamos por los pasillos donde se encuentran las tiendas.

Noche Pirámide del Louvre en París

Como dato curioso referente a la pirámide de cristal, está formada por 673 paneles de vidrio laminado transparente divididos en 603 rombos y 70 triángulos y pesa 180 toneladas, su centro de gravedad coincide con el de los tres pabellones del museo, Richelieu al norte, Denon al sur y Sully al este. Ésta pirámide es la principal y más grande de las pirámides de cristal del museo, que incluye, a nivel subterráneo, otra pirámide pero invertida, como era de noche y no había nadie era el momento ideal para hacerse una foto junto a ese poliedro volteado, que seguro que durante el día habría hasta cola.

Primero Carmen supervisó que la estructura estuviera bien sujeta, antes de darme el visto bueno para que me pusiera, que maja es ella 😉

Me hizo especial gracia que existiera una Apple Store en el mismo museo, esta gente sabe donde publicitarse.

En ese momento de soledad entre las galerías y cuando se me venían a la mente escenas de Oceans Eleven, Italian Job y otras tantas películas de ladrones, le propuse un plan a Carmen, colarnos por una de las puertas al museo sin que nos viera nadie y poder realizar la visita a nuestras anchas, la respuesta que me dio no os la desvelaré ni tampoco lo que hicimos en las sucesivas horas, porque igual nos metíamos en un lío, así que lo dejo a vuestra imaginación 😀

Panorámica pirámide del Louvre

Únicamente os puedo decir que al salir a la Rue de Rivoli nos fuimos para el hotel satisfechos por haber cumplido varias de las visitas imprescindibles fijadas del viaje como eran subir a la Torre Eiffel o hacer el tour en barco por el Sena entre otros 😉

Así terminó un día que comenzó más tarde de la cuenta, pero que terminaba mejor de lo que esperábamos, ahora era momento de descansar y prepararse para la jornada del día siguiente que sería muy especial.

Autor

José Carlos DS: Economista y blogger de viajes en La Próxima Parada desde 2009. Ratón de ciudad, pero que le gusta la naturaleza por igual. Sus otras pasiones son el cine, los deportes y los videojuegos.

21 Comentarios

  1. Tal y como lo cuenta José Carlos, parece que yo me quedo dormida con cualquier ruido… nada más lejos de la realidad, cualquier ruido me molesta, es por eso que, siendo tan previsora como soy (flores aparte), cuando me voy de viaje procuro llevar siempre conmigo un par de tapones para los oídos que son una maravilla XDD Así que os aconsejo que hagáis lo mismo, sobre todo si os pensáis alojar en un hotel barato donde las paredes son de cartón piedra.

    Excepto por el Louvre, el resto del día fue sobre ruedas. No paramos un minuto y ello tuvo la recompensa de completar la lista de sitios (y otros añadidos sobre la marcha) que queríamos ver.

    Está claro que las fechas de Navidad no son buena idea si se cuenta con un tiempo justo, porque habrás de hacer más cola de la cuenta con la consiguiente pérdida de tiempo y te dará tiempo a ver pocas cosas. Por lo que si el Louvre es un indispensable, es mejor hacerle hueco en un día que no sea gratuíto porque puede ser que te quedes sin verlo.

    Una grata sorpresa fueron los mercadillos navideños, que nos quitaron el mal sabor del boca del mercadillo las pulgas cuya visita desaconsejo, a no ser que queráis compraros unas botas de pelillos que allí estaban a 10€. Yo decidí no comprármelas porque nos quedaban por estar dos días y después no me iba a caber en la maleta, aunque miento si diría que no me arrepentí, jejeje.

    El paseo por el Sena es una gozada. Aunque si tu pareja es un entusiasta de la fotografía (como claramente es mi caso) pasarás muuuuucho frío, aunque se hace muy ameno y corto el paseo y te enteras de un montón de curiosidades.

    El paseo por los Campos Elíseos me puso los dientes largos, y es que había taaaaaaaantas tiendas y taaaaaaaan poco dinero… que cualquier compra estaba avocada al fracaso, pero la verdad es que merece la pena, aunque sólo sea por disfrutar del ambiente.

    En fin, un día de lo más completito como viene siendo habitual en el viaje. ¿Continuará así? Para eso tendréis que seguir leyendo. XDD

    Me han gustado mucho las fotos ;P

  2. A pesar de que os dormistéis si que os cundió el día!!! Yo como estuve en verano no vi todos esos mercadillos! Eso sí, tampoco me perdí el crucerito por el Sena que es una maravilla!!!
    Ayy tengo ganas de volver a París!!
    Saludos

  3. La verdad es que sí que os cundió el día.
    Una pena el no poder ver el Louvre. Cuando yo fui tampoco pude entrar por las colas que había… así tenemos excusa para volver. Por cierto, ¡menuda moral para subir la torre Eiffel por las escaleras!
    A ver qué hicisteis el día siguiente que lo has dejado con mucha intriga, jejeje
    Un saludo

  4. Que bonito es Paris!!!!

    Ya lo he visitado tres veces pero cono vuestras fotos me habeis convencido para visitarlo en navidad.

    Muchas gracias y un saludo.

    Escarpiiiiiin

  5. No sabia que la torre Eiffel tuviese un pequeño bar e incluso una pista de hielo xDDD desde fuera no da la impresión de que tenga mucho espacio libre para estas cosas.

  6. Estupendo resumen Jose Carlos. La Torre Eiffel me parece un monumento sin igual y subir a ella es toda una experiencia. He subido dos veces pero subiría 200!!
    Veo que París está precioso en Enero.
    Gracias por la fotos y por tu relato.
    Un saludo.

  7. Carmen menudo comentario te has marcado, tengo la competencia en casa xDDDDDDD

    M.C. los cruceros son siempre una gozada, siempre es un fijo en mis viajes donde hay algún río navegable que presta estos servicios, una forma rápida y cómoda de visitar las ciudades.

    Helena, la verdad que lo del Louvre tuvo muy mala pipa, pero bueno ya tendremos otra ocasión de ir y visitarlo tranquilamente.

    Intentando recorrer el mundo bienvenida, me alegra que compartas nuestra opinión sobre la pirámide y que te gusten mis fotos 😀

    Escarpiiiiiin, París es una ciudad que engancha y en cualquier época del año está bonita, nosotros hemos aprovechado para conocerla en navidad, pero también iremos en un futuro en primavera, para disfrutar mejor de sus parques y jardines.

    Desde luego que es chocante todo lo que ofrece la estructura de la Torre Eiffel Jose Antonio, llegas a esa altura y te encuentras todo eso y tanta gente, que cuesta hasta asimilarlo xDD

    Fran me alegra que te guste el relato, espero que sirva de ayuda para mucha gente y como siempre estoy abierto a cualquier duda que surja a los futuros viajeros.

    Saludos!!!!

  8. Ooooh! Que romántico, la torre Eiffel y el recorrido por el Sena 😉 A cada entrada que publicas me entran más ganas de escaparme…

  9. vaya….
    empeze a leer sin querer y me enganchaste con la escritura…
    yo también pase por esa ciudad pero con el tiempo mas limitado que vosotros…
    solo pude ver bien la torre effiel que claramente era mi objetivo…todo lo demás quedo para otra ocasión..
    lo que si, que quiza como era un día de semana la cola fue corta y enseguida subi a lo más alto…(corta es un decir, mi hermana que no quiso subir….se harto de esperarnos…miedo a los ascensores..y a e ese en particular no me sorprenderia..impresiona un segundo sin saber ni investigar que podria haber subido a pie a la primera planta) nada volved por paris y allí nos encontraremos… dejo sonrisa.

  10. Ya mismo me veo en tu blog un aviso de que os vais para París Dany xDDD

    Bienvenido Piter, la verdad que París tiene tanto que ver, que en tan poco tiempo es normal que apenas vierais nada, pero bueno ya tendrás oportunidad de volver y visitar todo con más tranquilidad.

    Saludos 😀

  11. Buenas!!! como últimamente… voy retrasado con los relatos de todo el mundo y leo este cuando tienes publicado el siguiente ya… pero bueno… asi no me aburro nunca ya jejeje.

    Pero que os pasa con la pirámide del louvre???!!! jejejeje… A mi particularmente me gusta mucho, aunque no tenga nada que ver con el resto del edificio…

    No os preocupéis por no haber podido entrar al museo… yo siempre que he ido quería haber entrado y al final hasta la cuarta vez no lo hice… y encima con tiempo ajustado.

    Lo que si me ha gustado ha sido la visita a la torre. Yo como vosotros, la primera vez que subí fue andando. Me fui un fin de semana a casa de una amiga que vivia en paris y cuando la dije que si se venía a subirla andando, me dijo que ni de coña. que ella ya lo había hecho y prefería quedarse en la cama jejeje… asi que me fui para allá solo y me subi todito. Pero yo recuerdo que la entrada para subir al tope no la vendían arriba y yo no me enteré que la tenía que coger abajo y casi me quedé sin subir (despues de una hora esperando para coger el ascensor en la segunda planta). Menos mal que me hice el tonto con la taquillera diciéndola que la entendía y como había mucha gente, me dejo pasar… ufff.

    Lo del sena yo tambien lo recomiendo a todo el mundo. En mi caso, ese fue el regalo que le hice a mi novia. El día de su cumpleaños la regalé los billetes de avión y una cena por el sena. Es de los mejores recuerdos que tengo de Paris.

    Un saludo pareja!

  12. Victor todos solemos tener temporadas en las que es complicado tener al día todo los relatos, no te preocupes jeje

    La verdad yo recomiendo a todo el mundo que suban a pie por la Torre Eiffel, tampoco es para tanto y se disfruta mucho más 😀

    Buen regalazo ese para tu novia , el tour por el Sena es un imprescindible de la ciudad.

    Saludos Victor 😉

  13. Genial reportaje de nuevo sobre todos los lugares que recorréis!!! impresionantes las fotos de la Torre Eiffel, de verdad, increíbles. Ahora entiendo que París se incluyese entre las ciudades más baratas, entradas gratis para menores de 26 años!! eso está muy bien!! hacía tiempo que no leía y de verdad que cada vez mejorrr, varias fotos son dignas de exposición!

    Irene

  14. Me alegra que te haya gustado tanto Irene, ya casi voy terminando este reportaje, ahora tocará comenzar con varias cosas que tengo pendientes 😉

    Saludos!!!

  15. Jose Manue Sánchez Responder

    Espectacular la subida a la Torre Eiffel, se ve inmensa la ciudad desde arriba 😀

    Me ha hecho gracia Carmen comentando el video en la subida a la tercera planta, bravo Carmen!! xDDD

    A saber que hicisteis en el Museo del Louvre….

  16. La Torre Eiffel sobrecoge JM, ahí salió Carmen a darlo todo como reportera xDDD

    En cuanto al Louvre, esos cuadros que te dijimos que eran de mercadillos, pues igual valen algo más de 10 euros 😛

    Saludos!!!

    • Está claro que cada cual viaja con el plan que quiere, pero que te toquen unos vecino de hotel con ganas de marcha puede ser un gran incordio…

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