Era el primer día completo en París y había que aprovecharlo, más nos valía haber descansado suficiente porque sería una jornada cansada hasta límites insospechados, no nos podemos olvidar que era 31 de Diciembre y eso suponía que nuestro periplo se alargaría hasta altas horas de la noche para así vivir el inicio del nuevo año.
Eran las 7 de la mañana cuando nos levantamos, habríamos dormido unas 7 horas lo que no estaba mal y nuestro primer objetivo era la Isla de la Cité, la cuna de Paris, isla más grande del Sena donde 200 años a.C. se instaló la tribu celta de los parisii y fundó su ciudad, Lutecia. Fue durante el reinado de Clovis en el 506 cuando tomó el nombre de Cité.

Estaba amaneciendo y el paso por el río nos daba estampas tan bellas como la que se puede apreciar arriba. Una vez en la Isla de la Cité como no podía ser de otra forma nos encontramos con la imponente Notre Dame, catedral gótica y uno de los símbolos mas reconocibles de la ciudad, se empezó a construir en el año 1163 y se terminó en el año 1345.

Su fachada mira hacia el oeste y da sobre la plaza du Parvis, donde se encuentra el punto cero desde el que se cuentan todas las distancias de Francia. Sus dimensiones alcanzan los 130 metros de largo por 48 metros de ancho y una altura total de 69 metros. Son tres los grandes portales en esa delantera, donde se representa el Juicio Final en el central pudiendo ver en la parte alta un gran vitral circular de roseta que mide casi 10 metros de diámetro y en los laterales la consagración de la Virgen María y Santa Ana, madre de la virgen.
En primer lugar decidimos entrar a ver la Catedral por dentro, que permanece abierta todos los días desde las 7:45 de la mañana hasta las 18:45 de la tarde y es gratuita para todo el mundo, era pronto y no había cola por lo que era idóneo aprovechar esa oportunidad que se nos brindaba.
Una vez dentro podemos apreciar que la planta está demarcada con la típica formación de cruz romana orientada a Occidente, donde la cruz se encuentra incrustada en el edificio, envuelta por un doble deambulario, prolongada paralelamente con la nave, lo que da lugar a cuatro naves laterales.
Con la sensación que me quedo es la paz y tranquilidad que se respira en el lugar, seguramente sea fruto de que entramos nada más abrir y apenas eramos 10 personas dentro de la misma, pero el caminar entre sus columnarios e ir viendo los santorales daba una sensación de bienestar muy agradable.
La perenne oscuridad de la catedral permite el mejor reconocimiento de las vidrieras. Excepto tres grandes rosetones de excepcional calidad, el resto fueron destruidas en el siglo XVIII. Entre los siglos XIX y XX fueron reconstituidas por Viollet-le-Duc y Jacques Le Chevallier recuperando su estado anterior aunque en general fueron colocadas vidrieras no figurativas pero que mantenían los tonos de los rosetones.´


Estando en Navidad no podía faltar un belén en su lateral oeste, con unas figuras poco convencionales y donde se limitaban a mostrar el nacimiento del Niño Jesús y la llegada de los Reyes Magos.
En ese mismo lugar, se encontraba una urna de dimensiones considerables en la que se podían echar peticiones o ruegos para el año que entraba, como no podía ser menos, cada uno escribimos nuestros deseos y los introducimos en la caja, era curioso ver el interior y comprobar la cantidad de idiomas que se mezclaban, pero todos en su mayoría con un ruego común, que reine la PAZ en el mundo.

Seguimos por unos minutos más caminando por sus naves, descubriendo los distintos cuadros y esculturas que engalanan cada uno de las capillas que rodean este contundente monumento religioso.
Como mero aficionado a la arquitectura tenía ganas de ver el entramado interior de arcos apuntados, donde se aprecia que la altura en las naves laterales es menor que en la central y se hayan sustentadas por columnas en lugar de pilares, algo bastante típico en el primer gótico. Sobre las naves laterales se encuentra un grupo de ventanales distribuidos por dos arcos con un ojo entre ellos y abrazados por otro de mayor tamaño, con lo que presenta tres pisos en altura, quien sabe si alguna vez sacaré tiempo para estudiar con más afianzamiento esta materia que tanto me llama la atención 😀
Después de aproximadamente unos 40 minutos dentro salimos al exterior y decidimos circundar la catedral para verla desde distintos ángulos, así llegamos a su portada este donde se encuentra la plaza de Juan XXIII, desde donde se aprecia una de las mejores vistas del monumento, distinguiendo de forma excelente los arbotantes que rodean el coro y el presbiterio


Nuestro siguiente objetivo era ascender a las Torres de Notre Dame, pero aún era pronto ya que hasta las 10 no se podía e incluso ni había cola en la entrada, por tanto decidimos tomar algo calentito en una cafetería cercana para no pasar frío fuera, las temperaturas estaban entorno a los 0º.
Como apreciaréis las vistas no podían ser mejores, desde ahí veíamos con total detalle el bonito rosetón circular de la fachada sur con su impresionante tamaño. Lo que no eran del todo buenos, los precios del sitio, pero bueno ya compensaríamos este gasto más adelante, todo estaba dentro de lo calculado.
Con la temperatura corporal devuelta a valores normales y alejados de la hipotermia nos pusimos a hacer cola, en apenas 15 minutos ya se había reunido un buen grupo de personas y eso que faltaban aún 15 minutos para que fuera la hora en que abrieran las torres, tampoco nos asustamos, ya había leído que en días de máxima afluencia hasta 1 hora antes de la apertura ya se puede encontrar una fila de gente que casi da la vuelta a la catedral.
Los horarios de apertura de las torres es distinta según la época del año así de enero a marzo abren de 10:00 am a 5:30 pm. De abril a junio de 9:30 am a 7:30 pm. De julio a agosto el mismo horario de abril a junio pero en sábados y domingos cierran hasta las 11:00 pm. Durante septiembre abren de 9:30 am a 7:30 pm y de octubre a diciembre de 10:00 am a 5:30 pm. Se asciende por la torre norte por tanto la cola de gente comenzará en el lateral izquierdo a la entrada principal. Cada 10 minutos van subiendo grupos de 20 personas y hacer todo el recorrido nos puede llevar unos 50 minutos. Nosotros nuevamente entramos gratis tras esperan unos 30 minutos, pero para los que no cumplan el requisito de ser menores de 26 años y miembros de la UE tendrán que abonar 7 euros.
Comenzamos la ascensión de esos 400 escalones hasta la cima de la torre, pero cuando apenas habíamos subido unas decenas de peldaños nos encontramos con una situación que no me gustó ni un pelo, la primera parada en el camino era una tienda repleta de souvenirs, venga hombre no podía ser más adelante o al final de la visita, tenía que ser antes incluso de empezar a disfrutar de las vistas, pues no señores van apañados si piensan que voy a comprar algo aquí… si ya de por si soy receloso de picar en este tipo de sitios, esto ya era personal.
Total después de tenernos unos 10 minutos allí parados nos dieron el visto bueno y por fin pudimos seguir subiendo hasta la galería de las quimeras a unos 46 metros sobre el nivel del suelo, esto ya es otra cosa, menudas vistas de París y eso que aún seguía presente la desagradable niebla.


En la imagen podemos ver encaramada una fascinante quimera, criaturas diseñadas por Viollet-le-Duc, con formas híbridas que combinaban formas de aves y monstruos. En la imagen de la portada de esta entrada se puede ver la estirga una de las quimeras más famosas, que parece contemplar el devenir de la ciudad.
De aquí salimos a la plaza del atrio donde se encuentra la marca a partir de la que se miden las distancias en París y las demás ciudades y tendremos acceso a la torre sur y su campanario, llegaba uno de los momentos más esperados del día, podríamos descubrir si las peripecias de Quasimodo ese jorobado que vivía en la Catedral y tocaba la campana en la novela narrada por Victor Hugo en 1831 y que se enamora de la bella gitana Esmeralda, sufriendo el hostigamiento de su tío Frolo, era únicamente una historia inventada o era real y lo encontraríamos allí mismo.
Pero llegamos a la campana de Emmanuel de 13 tolenadas de peso, que se dice que fue hecha con las joyas que muchas parisinas donaron expresamente para ello y ni rastro de nuestro buen amigo, que decepción, quisimos pensar que tenía ese día libre y aún mantener la leyenda viva, otro dato a resaltar es que la puerta de acceso es excesivamente pequeña, coincidencia de que estuviera jorobado, vayan atando cabos amigos 😀
Desde aquí podemos apreciar la aguja que sobresale del crucero y que fue añadida en el S. XIX y los límites por el este de la isla donde se encuentra la catedral. Proseguimos viendo las múltiples gárgolas, cabezas gesticulares y frondas que parecen vigilar el lugar y ascendimos por unas escaleras que nos llevaron a todo lo alto de la torre sur, menudas vistas se divisaban desde esta localización.


Al igual que en el Arco del Triunfo ascendemos por una torre y descendemos por otra, pero en el caso de la subida hasta lo alto de la torre sur, hay un tramo que sirve tanto para subir como para bajar y menudas se montan en esa parte, no me quiero imaginar en un día con bastante gente las que se tienen que montar ahí, no sería mala idea poner un semáforo 😉
Una vez superado este escollo, descendimos por la estrecha escalera de caracol de la torre sur, la verdad que tanto la subida como la bajada se hace de forma más relajada que en el Arco del Triunfo, los grupos de subida son más reducido y no notas el aliento en la nuca de los visitantes deseosos por llegar a la cima.

En un momento de la bajada era necesario hacer una foto para que se viera en las condiciones que se camina por la torre, lo mejor es que hay continuas ventanitas por las que ves cuanto te queda para llegar y eso anima a llevar un buen ritmo y terminar antes, sin desanimarte, pero vamos no seamos exagerados que tampoco es para tanto y cualquier puede hacerlo con un mínimo de paciencia, pero es que en ocasiones me gusta ser un poco dramático por darle algo de emoción al relato en momentos como éste que lo único que hay que hacer es poner un pie después del otro.


Cuando al fin estábamos abajo nos encontramos con esta cola frente a la Catedral, madre mía, gracias a Dios que nos dio por madrugar y es que hay que tener en cuenta que por regla general a primera hora de la mañana los únicos que se encuentran en las visitas son grupos reducidos de personas y ya más entrada la mañana es cuando los grandes grupos se ponen en marcha y las colas crecen de forma exponencialmente alta, por lo que aquí no podía ser más cierto lo de a quien madruga Dios le ayuda.
Antes de despedirnos de Nuestra Señora, era de total obligación hacerse una foto en pareja frente a la fachada principal, mira que abrigaditos íbamos y a pesar de ello hasta pasábamos frío, aunque bueno yo en esta ocasión ni llevo guantes, pero el frío y yo tenemos un pacto de no agresión bastante curioso 😀
Notre Dame de París from ZaGo on Vimeo.
Cuando nos vamos alejando comienzan a sonar las campanas de la torre, Quasimodo ¿eres tú? intento pensar que sí y que es su forma de despedirse de nosotros, igual es que es muy tímido y no le gusta que le vea la gente.
Nos quedaría por ver la Cripta de la catedral, pero había mucha cola y tampoco estábamos muy interesados en verla, para encontrar su entrada hay que localizar en la plaza du Parvis, que se encuentra frente a Notre Dame una boca de metro y allí podremos acceder a los numerosos vestigios de épocas pasadas, desde la Antigüedad (salas galo-romanas), pasando por la Edad Media (restos medievales de la calle Neuve Notre-Dame) y llegando al siglo XIX, en horario de 10:00 am a 6:00 pm, de martes a domingo y un precio de 3,40 euros.
Después decidimos ir caminando hasta el Mercado de las Flores, el único de estas características que se mantiene en la ciudad y que data de principios del siglo XIX, se podría considerar como un pequeño jardín botánico en el que en varias casetas en forma de invernaderos podemos encontrar todo lo necesario para arreglar nuestro jardín y como era de esperar allí se pueden comprar los típicos abetos navideños para montar nuestro árbol en casa, se puede visitar de de lunes a sábado de 8 de la mañana a 7 de la tarde, los domingos su temática cambia un poco y se convierte en un mercado de pájaros.

Es fácil localizarlo porque se encuentra próxima a la Sainte Chapelle, un templo gótico situado en el Boulevard du Palais junto al Palacio de Justicia, considerada una de las obras cumbre del periodo radiante de la arquitectura gótica. Fue construida para albergar las reliquias adquiridas por el Rey San Luis de Francia.
Nuevamente las colas nos jugaron una mala pasada y solo pudimos disfrutar de las vistas del monumento por fuera, hubiera sido conveniente haber hecho como con Notre Dame y haberla visitado antes de que el trascurrir de la mañana hiciera que la gente se agolpara en la puerta, para los que quieran entrar dentro deben saber que el horario de visita es de 9:30 am a 6:00 pm desde el 1 de marzo hasta el 31 de octubre. De noviembre a febrero la capilla abre de 9:00 am a 5:00 pm y su precio de 7,50€. Es posible comprar un billete doble por 11,50€ que sirve para entrar a la Conciergerie además de la Sainte Chapelle.
Como comenzaréis a descubrir todo aquel que no haya estado en la ciudad, el chorreo de dinero es constante si queremos visitar todo lo que ofrece París y no cumplimos el requisito anteriormente citado de la edad y la residencia en la UE.
Dimos una última mirada atrás para divisar Notre Dame, mientras cruzábamos el puente de Saint-Michel que nos llevaría al famoso Barrio Latino, Saint-Michel, uno de las áreas más animadas de todo París, lugar excelente para comer barato o tomarse una copa en la tarde/noche.
Allí nos encontramos con la pequeña Plaza St-Michel con la estatua de San Miguel dominando al dragón.
El entramado barrio está lleno de estrechas calles muchas de ellas peatonales en las que en muchas ocasiones nos tendremos que quitar del medio a los interesados camareros que querrán que nos paremos a comer en sus restaurantes.

Dimos un relajado paseo, pero eran las 12 de la mañana y era demasiado temprano como para comer, al menos para nosotros, por mucho que nos intentemos fundir entre el gentío, hay costumbres que es complicado cambiar de la noche a la mañana, por tanto nuestra siguiente parada fue poco después en la afamada librería Shakespeare and Company.
Ésta podría ser considerada como la librería más famosa del mundo, rincón para los ávidos buscadores de buenas lecturas, que puedan tomarse el tiempo de encontrar esos títulos entre centenares de ejemplares apilados en un desorden dentro del orden, que sirve también como biblioteca para muchos otros que aprovechan las numerosas sillas, bancos o incluso somieres repartidos por las dos plantas del establecimiento.

Para una devoradora de libros como es Carmen fue toda una experiencia, aunque tanta fama provoca que sea un poco angustioso moverse entre la gente, nos movimos un poco por sus pasillos sin saber muy bien por donde íbamos y salimos nuevamente a la calle en busca de nuestro siguiente objetivo.
Como dato curioso esta librería fue la primera en publicar el libro de Joyce Ulises, en 1922 por Sylvia Beach propietaria en aquella época. El libro fue posteriormente prohibido en Estados Unidos y en Inglaterra. Shakespeare and Company publicó varías ediciones más de este libro.
Nuestros caminar en esta ocasión nos llevaría a le Panthéon, para ello cruzamos por la plaza Viviani en honor al famoso político francés de finales del siglo XIX y fuimos ascendiendo cruzando por el Boulevard Saint-Germain, siempre con la cúpula como referencia para saber por donde tendríamos que ir.
En medio del camino unos minutos de descanso, entre andar por las calles y las escaleras subidas y bajadas había que hacer un alto para no desfallecer antes de tiempo, encima hacía un frío considerable, ahí se puede ver mi pobre Carmen casi congelada, ahora seguramente vea estas fotos y se ría a 18º de temperatura, bendito clima mediterráneo 😀

Casi estábamos llegando cuando nos encontramos con una librería un tanto peculiar, en este caso enfocada al genero manga, como asiduo lector de este tipo de publicaciones me pareció bastante curiosa, en ella se podían comprar los típicos mangas japoneses y también sentarse en alguna de las mesas allí, tomarse un té y leer relajadamente. El mercado en Francia de estos libros es bastante elevado, muchos trabajos publicados aquí caen en géneros que usualmente no tienen mucho mercado en otros países fuera de Japón, como el drama orientado a adultos o los trabajos experimentales y alternativos.
Cada vez veíamos más cerca la cúpula del Panteón, inspirada en la de la catedral de San Pablo en Londres, pero la empinada calle de Laplace que nos llevaba hasta la colina de Santa Genoveva nos hacía caminar lento, seguramente de las pocas calles con cuesta de París, por regla general casi toda la ciudad es bastante llana, algo que se agradece.

En pleno corazón del Barrio Latino, rodeado por la iglesia Saint Étienne du Mont, la biblioteca de Santa Genoveva, la universidad de París I (Panthéon-Sorbonne), la universidad de París II (Panthéon-Assas), los liceos Liceo Louis-le-Grand y Henri-IV, y el ayuntamiento del V distrito se encuentra el Panteón.
Una edificación que impacta tanto de lejos como de cerca, con ese pórtico de columnas sobre el que descansa un frontón clásico inspirado en el Panteón de Agripa, en Roma, tanto el columnario como la cúpula son herencia del Tempietto de San Pedro in Montorio de Bramante en Roma.


No había apenas cola en la entrada y en apenas 5 minutos ya estábamos dentro, el horario de visitas es todos los días de 9:30 – 18:30 y el precio de la entrada es de 6,40 euros, para nosotros por fortuna gratis.
Una vez dentro podemos tomar mejores referencias de las bastas dimensiones de este monumento que fue concebido como basílica pero que debido a problemas económicos de la monarquía supuso que la finalización de sus obras coincidieran con la Revolución Francesa y puesto que el edificio no llegó a ser consagrado como iglesia por votación se decidió que sería utilizado como templo de la Nación y sirviera para albergar los cuerpos de los hombres ilustres de la patria.
En la nave principal destaca un amplio volumen central resaltado por filas de columnas corintias que separan las distintas naves laterales, repartidas por el lugar podemos ver gran cantidad de esculturas de principios de siglo XX representando distintos temas como por ejemplo la Revolución Francesa.
Adosados en las paredes destacan las pinturas sobre lienzos encolados, en su mayoría dedicados a la historia de Santa Genoveva y la epopeya de los orígenes del cristianos y monárquicos de Francia.
Es el típico sitio en que sales con dolor de cuello de tanto mirar hacia los infinitos para no perderte ni un solo detalle, la leve molestia se soporta con agrado al estar en una edificación tan majestuosa y que impresiona desde el primer momento.
En su parte central se encuentra el péndulo de Foucault, que demuestra la rotación de la tierra.
Péndulo Panteón de París from ZaGo on Vimeo.
Por último en su parte más al norte se encuentra una escultura que representa la Convención Nacional de Sicard, donde se representa a Marianne rodeada de diputados y de soldados del año II, considerado como el segundo año después de la Revolución Francesa.
Por su lado derecho descenderemos a la cripta, allí se encuentran los féretros de 65 personalidades de la historia de Francia.
Nada más entrar nos encontramos con el corazón de León Gambeta en una urna acristalada y posteriormente en el mismo vestíbulo las tumbas con esculturas representativas de Voltaire o Rousseau, ambas figuras emblemáticas de la Ilustración.


Si continuamos daremos con una nueva cámara en la que podemos ver alguna información referente a la construcción del Panteón y desde allí se ramifica en varios brazos que nos lleva a las tumbas de dignatarios del Imperio.
Es posible realizar toda esta visita con un guía pero únicamente en francés, aunque con el plano en varios idiomas que podemos coger en la entrada es fácil moverse y encontrar cada una de las tumbas.
Aquí también se encuentra la tumba de Louis Braille, profesor francés ciego, famoso por la invención del sistema de lectura para ciegos que lleva su apellido (sistema Braille). Existe un panel interactivo en el que podemos saber algo más sobre este revolucionario invento para las personas invidentes.
Por último en el brazo oeste de la cripta encontramos las tumbas de Victor Hugo y Émile Zola, ambos escritores partidarios de las ideas republicanas y que lucharon a favor del respeto de las libertades fundamentales.
Como he citado, existen otros tantos ilustres enterrados en la cripta hasta completar las 65 tumbas, como por ejemplo Pierre y Marie Curie, premio Nobel de física por sus estudios sobre el radio.
Es posible realizar una visita guiada entre abril y octubre al domo, seguramente las vistas desde ahí arriba son también excelentes.
Con esto terminamos la visita en aproximadamente 1 hora y nos dirigimos hacia los Jardines del Luxemburgo, pero antes de llegar por la Rue Soufflot, hicimos una parada a mano derecha para divisar la fachada de la Sorbonne, nombre por el que comúnmente se conoce a la histórica Universidad de París, que deriva del Collège de Sorbonne (Colegio de Sorbona), fundado en 1257 por Robert de Sorbon siendo uno de los primeros colegios significativos de la Universidad de París medieval, y creado con el objetivo de facilitar la enseñanza de la teología a los alumnos pobres.
Viendo de cerca la fachada y todo el perímetro siento un poco de envidia al comparar este edificio con el que he utilizado yo durante varios años para realizar mis estudios universitario, las comparaciones son odiosas 🙁
De ahí en un par de minutos llegamos a los Jardines del Luxemburgo, uno de los parques más céntricos y populares de París, de estilo neoclásico, con calles dispuestas simétricamente alrededor del estanque octogonal central.
El parque se encuentra rodeado por unas rejas de forja con apliques dorados en las puntas de los barrotes, se puede visitar desde las 8:00 horas hasta la puesta del sol y sus dimensiones son de unas 25 hectáreas, aunque antiguamente era algo más grande, pero las obras de las calles cercanas poco a poco lo han ido acotando.
Si bien fue bastante común ver a bastante gente vendiendo castañas por todo París y te las venden en todos los idiomas posibles, en este caso la señora allí apostada era española, que curioso 😀
Del jardín original lo único que se conserva es la fuente de María Médicis, que también fue amputada por una parte y ampliada por otra.
María de Médici fue reina de Francia de 1600 a 1610, el día después de ser coronada regente, María se queda viuda: el rey Enrique IV y pra alejarse de las intrigas de la corte decide buscar otro alojamiento, así encontró en el hotel de su amigo el duque de Luxemburgo el sitio que andaba buscando.
Quería un palacio que recordara al de su niñez en Florencia y manda a un arquitecto a Florencia para hacer el plano exacto de su antiguo palacio luego cambia de parecer y contrata a Salomon que le propone un proyecto muy ambicioso. Posteriormente este palacio es ampliado varias veces.



Durante primavera y verano es un parque muy frecuentado por los parisinos, para pasear tranquilamente o simplemente para sentarse en cualquiera de las sillas que hay distribuidas alrededor del estanque central, nosotros no pudimos desperdiciar la oportunidad de hacernos una foto en plan relax frente al Palacio.
Hoy en día el jardín es sede del Senado francés y en los últimos años se ha intentando potenciar el interés cultural de la zona con exposiciones de esculturas modernas y fotografías principalmente.
El jardín cuenta con pistas polideportivas y alrededor del estanque podemos encontrar un gran número de esculturas de antiguas reinas francesas.
El uso del Palacio a lo largo de los años ha sido múltiple, de ser residencia monárquica pasó a ser transformado en prisión cuando estalló la Revolución francesa y durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes lo utilizaron como cuartel y construyeron un búnker en el jardín.
En un jardín de estas características no podían faltar las esculturas mitológicas, en este caso en la imagen de arriba podemos ver a la diosa romana de la caza y protectora de la naturaleza, Diana.
Entre semejantes arboledas y magníficos jardines, seguramente cuando mejor se deben disfrutar sean en plena primavera cuando las flores ensalcen con su colorido todo el paraje, no obstante simplemente con pasear por sus caminos y disfrutar de esculturas y estanques bien merece la pena la visita, es una forma de sentirse por unos minutos fuera de la actividad frenética que se respira en el resto de la ciudad.
Miramos el reloj y son casi las 2 y media de la tarde, un buen momento para ir buscando un sitio donde comer y descansar un rato, que llevamos una mañana sin parar y hay que reponerse, al salir por una de las puertas de acceso al parque nos encontramos con el clásico restaurante de comida rápida que normalmente saca de apuros a los presupuestos ajustados, vamos el McDonald´s de toda la vida y caímos inexorablemente.
Después de una rica aunque no muy digestiva comida, era el momento de retomar el planning y realizar las visitas que teníamos proyectadas para la tarde, la buena noticia es que iban a ser unas horas un poco más relajadas para compensar los esfuerzos de la mañana, lo primero era tomar el metro, que ya era noticia, porque desde que lo cogiéramos a principios del día para llegar a Notre Dame, no habíamos hecho uso de él.
Esta vez nos moveríamos al distrito IX con intenciones de visitar el Palacio de la Opera de París, Napoleón III ordenó su construcción al arquitecto Charles Garnier, quien lo diseñó en estilo Neobarroco. No pudimos visitarlo porque ese día había un evento en su interior, pero simplemente con verlo por fuera se disfruta de su impactante aspecto exterior.


De allí nos fuimos a visitar la Iglesia de la Madeleine, un templo católico de estilo neoclásico que destaca sobre el resto de la arquitectura de la zona por su forma de templo griego, inspirado en la Maison Carée de Nimes.
Este monumento religioso es otro de los ejemplo de los caprichos del emperador Napoleón Bonaparte, ya que la trasformó radicalmente, desechando la mayor parte de lo que se había construido en la última década y se reconstruyó casi en su totalidad con un diseño de Pierre Alexandre Vignon. Fue edificio militar hasta que en 1842 volvió a ser religioso.

La entrada es gratuita para todo el mundo y el horario de visitas es de 7:00 a 19:00 horas, cuando entramos nos llevamos un shock bastante grande, ya que su interior es de estilo barroco.
Cuando entramos nos encontramos con los ensayos del concierto de Año Nuevo que se iba a realizar esa misma noche, un regalo audiovisual sin duda. En uno de sus laterales se puede ver la imagen de la virgen de Lourdes y a su lado otra del Papa Juan Pablo II que actualmente se encuentra en proceso de beatificación.
Por regla general las velas se colocan previo donativo que está fijado junto a ellas, nadie controla el aporte económico que realizamos, pero las cantidades «exigidas» son un tanto elevadas, creo que para ser un asunto religioso deberían poner unos precios algo más terrenales.

Rodeada por 52 columnas corintias de 20 metros de altura, su techo está coronado por tres cúpulas de iluminación natural. Desde la monumental escalinata de la fachada sur se puede disfrutar de la vista más típica de París: la Rue Royale hasta la Place de la Concorde.
Como último apunte decir que no se pueden realizar fotos en su interior, pero en esta ocasión mi cámara se mostró rebelde y no pude impedirle que realizara unas cuantas fotos, le suele pasar esto en alguna que otra ocasión, pero siempre se muestra muy disimulada, para que nadie le regañe.
Salimos y caminamos por el Boulevard des Capucines, toda esta zona está muy animada por la tarde, es una área comercial repleta de tiendas y la gente deambula de un lado a otro cargadas con bolsas, había que apurar las últimas compras para la noche de fin de año ¡¡¡Hay que ser más previsores hombre!!!
De buenas a primeras Carmen desaparece de mi lado y digo: ¡ Ay madre, un secuestro express !
Pero afortunadamente es que había ido cual imán de distinto polo hacía «La Maison du Chocolat», un paraíso para todo amante del chocolate, se ve que en París hay muchos de éstos, porque la tienda estaba hasta la bandera.


Un poco más adelante nos encontramos con Le Grand Hotel de París, en ese momento nos preguntamos porque no decidimos alojarnos en este clásico y romántico hotel, rápidamente caemos en que posiblemente lo descartaríamos porque una noche en habitación clásica cuesta lo mismo que 6 noches en nuestro hotel 🙁
En uno de sus ventanales aprovechamos para hacer una de nuestras fotos marca de la casa, autofoto aprovechando el espejo, encima como estaba rodeado con acebo y lucecitas, pues mira la toma no podía ser más navideña.

Pero nuestros pasos no iban sin rumbo fijo, nuestro último objetivo del día era las famosas Galerias Lafayette, aunque antes de llegar a ellas y en el lado derecho de la Ópera nos encontramos con un Apple Store, nos vino de lujo ya que pudimos conectarnos a Internet y verificar algunos datos referentes a horarios y aperturas para el día siguiente, que como era 1 de Enero sabíamos que gran parte de los sitios iban a estar cerrados.
Tremenda la cantidad de gente que había en esta tienda, gorroneando conexión o probando los últimos gadgets de la famosa marca de la manzana, supongo que entre toda la multitud alguno tendría intención de comprar algo, eso espero por el bien de la viabilidad de la tienda 😀

De ahí como ya si que fuimos directos a los almacenes Lafayette, encima en el preciso instante en el que se estaba encendiendo su iluminación.
Estos grandes almacenes se tratan de la mayor superficie comercial de occidente y el principal galería comercial de Europa. Pertenecen a la rama de galerías del Grupo Galeries Lafayette.
Nuestro mayor interés era visitar la cúpula de una de las galerías en la que se coloca un gigantesco árbol de navidad. En la cúpula cuelgan regalos de navidad y la iluminación es impresionante entre la bulliciosa gente desatada por el consumismo.


Por todas partes prima el lujo, muchos hablan de Harrods como un sitio indispensable de visitar en Londres, a nosotros sin embargo nos pareció que era un Corte Inglés dopado, mientras que estos almacenes si que nos resultaron más impactantes, ya sólo por visitar la zona de la cúpula con los balcones que dan a ella merece la pena perderse unos minutos por sus plantas.
Miramos unas cuantas cosillas, pero es un sitio caro y no era nuestra intención dejarnos los euros, encima jugábamos con la dificultad que el equipaje de mano ya iba suficientemente apretado, como para intentar meter más bultos extra.
En aquel momento era impresionante la cantidad de gente que había dentro, si es que podría estar medio París allí metido sin exagerar, según las cifras anuales que se barajan recibe más de 20 millones de visitantes por año, es decir, unos 55.000 diarios, ese día seguro que esa media la superaba con creces.
Eran ya casi las 6 de la tarde y decidimos irnos al hotel, teníamos que preparar la cena para la noche, descansar y prepararse para vivir la entrada del nuevo año bajo la mismísima Torre Eiffel.
A eso de las 10 de la noche nos pusimos de nuevo en las calles, tomamos dirección a la Torre Eiffel, salimos por una de las estaciones de Metro que dan a los Campos Elíseos, pronto la policía nos condujo por una de las calles que daban ascenso a la torre y en menos de 1 minuto hasta 2 policías nos testaron las bolsas para ver si llevábamos bebidas alcohólicas, pero íbamos con refrescos y la pertinente baguettes por lo que no había problemas.



El ambiente era bastante bueno a aproximadamente 2 horas para comenzar 2011, la gente empezaba a coger su sitio, nosotros optamos por quedarnos junto al puente del Alma, a unos 100 metros de la Torre Eiffel, a nuestro alrededor había gente que traía su comida de fin de año de casa y otros aprovechaban los puestos callejeros para comprar algo y comer caliente, no podían faltar las típicas botellas de champagne.
La Torre Eiffel cuando anochece se ilumina durante los primeros 5 minutos de cada hora con cientos de luces distribuidas por su estructura muy bonito de ver y la gente se pone super animada cuando sucede.
Eran las 11 y sería la última vez que se encenderían las luces, la próxima vez que lo hiciera ya significaría que habíamos entrado en 2011.
Torre Eiffel Fin de Año 2010 from ZaGo on Vimeo.
Nosotros aprovechamos y nos pusimos a comer nuestra baguette regada con buenos refrescos del Carrefour, para hacer tiempo hasta que fuera la hora, la verdad que llevamos dos años haciendo cena delicatessen el 31, hemos pasado de cenar langostinos, mejillones y el típico pescado, a un simple bocata, pero la verdad no cambio nada, prefiero vivir una entrada de año diferente a vivir cada año el típico cliché.
Ahí estábamos los dos tan panchos, bocata en mano y viendo como cada vez el lugar se llenaba de más y más gente. A nuestro lado pronto descubrimos que no eramos los únicos españoles en la zona, una pareja con sus uvas enlatadas se delataban, al igual que nosotros, nos miramos, sonreímos y comentamos que no sabíamos de que forma se nos anunciaría que estamos en 2011.
Tenía mis sospechas según había leído, que desde hace un par de años se han prohibidos el lanzamiento de fuegos artificiales por la peligrosidad de la zona y desgraciadamente así fue. Nosotros calculamos que faltaban unos 12 segundos para ser las 00.00 horas y comenzamos a tomarnos las uvas a ritmo de campanas imaginarias y cuando terminamos la torre se volvió a iluminar como hacía una hora, eso quería decir inequívocamente que habíamos cambiado de año.
Aprovechamos y felicitamos el año a los compatriotas de nuestro lado, mientras que criticábamos con la frialdad que se celebraba en París fin de año, apenas se escuchaban unas pocas voces de festejo y unos cuantas personas tirando petardos.

Pasados los minutos nuestro idea era volver al hotel para descansar y al otro día seguir con otra ruta por París, pero cuando nos disponíamos a cruzar el puente del Alma, el cual se encuentre justo frente a la Torre Eiffel vimos que los accesos estaban cortados y que el tumulto de gente se dirigía a la parada de metro más próxima en este lado de la calle, unos con idea de llegar a sus hoteles, otros para ir a la fiesta o lugar en el que pensaran continuar la noche. En definitiva que cuando llegamos a la estación nos encontramos una cola que no avanzaba y lo peor de todo es que el metro esa noche cerraba sobre la 1 y media por lo que nuestra situación no era muy halagüeña, nos podíamos quedar a 2 horas caminando del hotel y en mitad de la noche.
Como esperar cola en esa estación no era productivo decidimos continuar un poco a pie camino del hotel buscando la siguiente parada de metro por si la situación allí era algo mejor, eso supuso ir caminando hasta que por el puente de Genelle el más próximo a la Estatua de la Libertad de París, que para quien no lo sepa la capital francesa también tiene una y de ahí hasta la estación Ranelagh, linea M8, vamos unos 40 minutos caminando para encontrar un «maldito» metro.
Cuando llegamos eran ya casi la 1 y media, estábamos completamente acojonados por si nos quedábamos tirados en el camino pero por suerte pudimos montar en un vagón aunque colapsado de gente, lo que no nos quitó de echarnos unas risas con un par de franceses de raza negra que se les notaba más contentos de lo normal y que usaban la barra del metro para bailar y saludar a las chicas que pasaban junto a ellos, la verdad que tenían guasa los cabrones 😀
Al fin pudimos llegar a la parada de La Défense y cuando nos dirigimos para coger la última conexión que nos llevaría al hotel, ocurrió la fatalidad de la noche, ya había pasado la última conexión de la noche 🙁
Así que, allí nos encontrábamos a las 2 y media a una hora aproximadamente del hotel y sin mucha idea de como descender desde allí caminando, decidimos salir de le estación y ver si nos orientábamos con el mapa, pero el distrito estaba lleno de calles, carreteras y vías sin acceso para peatones, encima estábamos cansados y no teníamos muchas ganas de caldearnos más la cabeza.

Por tanto la única opción que se nos pasaba por la cabeza era coger un taxi costara lo que costara y así fue, nos fuimos a la parada que hay junto a los hoteles que hay cerca del Arco de la Defensa y preguntamos precio para llevarnos a un punto lo más próximo al río sena y así ya que estuviéramos orientados para seguir hasta el hotel caminando, preguntamos que cuanto nos costaría llevarnos hasta Pont du Puteaux que estaba a poco más de 1 kilómetro en linea recta de nuestro hotel y nos dijo que no llevaba por 20 euros, la verdad nos esperábamos algo bastante más caro y en breves minutos ya habíamos llegado.
Desde ahí caminamos hasta el hotel pensando la gran jugarreta que nos había hecho el metro, en un día como el 31 de diciembre y en París veo un sinsentido grave el corta el transporte de metro con las aglomeraciones que se forma y peor aún dejar poco más de una hora después de entrar en el nuevo año, vería más lógico que lo cortaran antes y ya de esta forma te replanteas lo que hacer o dejarlo con servicios mínimos durante toda la noche, no que de esta forma las tensiones que se forman entre el personal son de campeonato… pero vamos no nos quejábamos al menos habíamos podido llegar al hotel, aunque eran más de las 3 de la madrugada, vamos y nosotros que pensábamos haber estado en el hotel a la 1, que ilusos xD
Esa noche no creo que tardáramos ni 10 minutos en quedarnos dormidos y eso que los vecinos de la habitación de al lado estaba entre copas y risas, pero el cansancio era aún más fuerte y si al día siguiente queríamos levantarnos a una hora decente había que aprovechar hasta el último segundo de sueño de esa noche.
31 Comentarios
Si antes tenia ganas de visitar Paris, después de ver el reportaje, pasa a prioritario antes que otros sitios, impresionanteee!!!, me alegro muchísimo que hayais disfrutado tanto de esa ciudad y que nos lo trasmitáis a los demás con tanto entusiasmo
La única pega que le pongo a ese día fue la celebración de fin de año. Encima que era sosa como ella sola, era un agobio intentar salir de allí, y eso que no estábamos en el meollo.
Más tarde nos enteramos que hubo pelea y todo, cosa que no nos sorprendió demasiado, así que por lo menos escapamos mejor que otros XD
Fue la única vez que pensé que no me hubiera importado gastar más dinero en un hotel más cerca que el nuestro, aunque después descarté la idea, jejeje.
Por lo demás, si descartamos el frío, fue estupendo.
ME encanta París, hace 4 años que no voy, de hecho fui por estas fechas en 2007, asi que me ha encantado leeerte y ver todas tus fotos.
Besos
Across The Universe
Vaya chicos, ¡que día más completo! Eso sí, menudo frio debisteis pasar…
París fue el primer viaje al extranjero que hice y leer este relato me ha hecho recordar alguno de los sitios a los que fui y conocer otros nuevos de los que no había oido hablar (como la librería de Shakespeare). Me entran ganas de volver.
Me ha hecho mucha gracia imaginaros ahí tomando las uvas sin campanadas.
Un saludo y a ver qué nos contais en las próximas entradas
Vaya rollo la vuelta, no?? Pero lo de que se acabe el metro pronto, también pasa en Madrid en nochevieja.
Joo, veo que necesito hacer otro viajecito a París porque me quedaron muchas cosas que ver. Pero claro, estuve dos días y medio, así que normal que no me diera tiempo a más.
Y a mí también me impresionó la Madeleine y en Nôtre Dame anduve buscando al jorobado, jejeje
Saludos
Buenas.
Antes de nada, darte la enhorabuena por tu blog. Impresionante.
Quería saber si podemos contactar por medio de un correo para que me des unos consejos sobre determinados temas de mi futuro viaje. Lo he intentado con la dirección que hay en el foro pero me devuelve el mensaje.
Gracias
Un día aprovechado al máximo sí señor. La verdad que si tiene que ser raro tomarse las uvas sin campanadas, no? jajaja! Por cierto, yo también habría salido disparado como una flecha a “La Maison du Chocolat” 🙂
Pues ya sabes Lucia, a tomar buena nota y en cuanto pilléis un hueco libre allá que os vais, metele prisa a Kike XDDD
Hombre no te quejarás Carmen, que llegamos vivitos y coleando, eso sí tarde de narices jaja
Almudena bienvenida y me alegra que mis relatos te sirvan para revivir bellas experiencias del pasado 😉
M.C. París es una ciudad que nos pilla cerca y siempre queda algo por visitar, así que a ver si mis entradas te animan a volver por allí xD
Jose bienvenido, ya he solucionado el tema del email, que faltaba una letra en el enlace, gracias por el aviso y me alegra que te guste mi crónica del viaje.
Tuvimos que jugar con la imaginación Dany XDD, campanadas imaginarias frente a la Torre Eiffel quien lo diría jaja Uhhhh otro apasionado del chocolate, que miedo jajaja
Saludos a tod@s, ya ando trabajando en la siguiente entrada a ver cuando la puedo tener lista 😉
Si te vale, yo fui a ver Notredame a la 1 de la tarde y, a pesar de que hacía un tiempo estupendo, no había cola. Tanto la entrada al templo como la subida a lo alto de éste fue muy fluida.
Supongo que fuimos muy afortunados xD.
París es una ciudad fantástica. Yo estuve una vez hace muchísimos años en el viaje de fin de curso de BUP y volví hace tres años también por estas fechas con el que es ahora mi marido. Es de esos sitios, al igual que Londres, que aunque hayas estado cien veces no te importa repetir. Por cierto, las fotos chulísimas!
Madre mía si os cundió el día, no me extraña que acabárais muertos. Como se ve en tus fotos París es precioso, una ciudad para repetir, y fría en invierno.
Enhorabuena por tan detallada y completa entrada.
Un saludo.
Woooooooow! A ésto yo llamo escribir y editar un buen reportaje… No sé si felicitarlos por todo o por el esfuerzo en editar tanta información, elegir imágenes, subirlas, comentarios, todo es mucho trabajo, así que como decimos aquí: ‘chapeau!’.
Es muy interesante ver y leer sobre una ciudad donde tú vives (llevo más de cuatro años en Paris, vivo destrás del Museo Picasso en Le Marais) y claro, siempre otra mirada es bienvenida.
Saben? la verdad que nunca recomiendo a mis amigos esperar el 1° de enero frente a la Torre Eiffel o alrededores, porque NUNCA tienen fuegos artificiales allí (de hecho los famosos fuegos de la Torre se tiran solamente los 14 de julio) y el ambiente suele ser muy bravo, sobre todo si luego se acercan hasta los Champs Elysée.
Vieron qué lindo que es caminar por el Sena de noche? es mi paseo favorito en la ciudad, sobre todo en verano cuando muchísima gente hacen pic-nics en los bordes, con mucha tranquilidad, todos con velas encendidas, bebiendo sus botellas de vino local, es una de mis actividades favoritas.
En fin, un muy lindo reportaje! … y les perdono ésta vez lo del Mc Donald: no pueden comer allí encontrándose en una de las capitales de la gastronomía mundial !!! JAJAJAJA
SALUDOS Y BUEN FIN DE SEMANA!
GUSPLANET
AG pues tuvistes una suerte tremenda, también dependerá de las fechas, porque en plenas navidades, no era buena idea arriesgar xD
Estoy contigo Sandra, tanto París como Londres son 2 ciudades que merece la pena volver, siempre tienen algo nuevo que ofrecerte.
Fran, ya te digo que nos cundió, pero vamos hasta nos permitimos el lujo de echar un descansito a media tarde, osea que fue un día intenso pero sin agobios 😀
Gus me alegra que te guste la visión que doy en mis entradas de la ciudad en la que vives. Soy un enamorado de las ciudades con un río grande que cruza por su término y evidentemente pasear por el Sena es toda una experiencia, sea de día como de noche.
Se que es para matarnos comer en un Mc Donald, pero siendo jóvenes y con presupuestos ajustados se tienen que cometer a veces esos delitos, intentaremos ser mejores chicos la próxima vez xDDD
Saludos a tod@s y que os vaya bien el finde 😉
Me ha gustado mucho Notre Dame y toda esa zona, siempre había tenido en mente a París como una ciudad con una arquitectura mas moderna y nunca me llamó la atención… pero ya veo que me equivocaba xD
Buen reportaje, esperando el próximo!
Ya sabía yo Jose, que poco a poco con mis entradas te iba a cambiar de parecer respecto a París, ya mismo estás reservando los billetes y todo 😉
He tenido que leerme las dos últimas entradas de golpe! Y me creerás si te digo que he tardado un buen rato!! jajaja Qué cantidad de información (y qué bien explicada)! Genial, como siempre =D Me encantan las fotos de las gárgolas desde las alturas con la ciudad debajo! Bueno, y las de la Torre Eiffel en nochevieja… todas! Qué buen ojo! Ha tenido que ser muy especial para vosotros pasar la nochevieja ahí, qué envidia! =D
Este repor para los amantes de los viajes es increíble. Te felicito porque no se puede elegir una foto, son todas maravillosas!! y porque has captado la emoción que da pasear por las calles de la siempre nostálgica París. Un 10!!
Irene
Ku la verdad que me han salido bastante extensas, pero como se dice en ocasiones más vale que sobre, que no que falte, espero que os resulten también entretenidas 😀
Irene la verdad que tenía una cantidad de fotos enorme, casi que lo complicado ha sido seleccionarlas, espero poco a poco ir evolucionando como fotógrafo aficionado y que cada vez os pueda mostrar tomas mejores jeje
Y bueno, en muy poco tiempo la siguiente entrada.
Saludos!!! 😉
Jose Carlos, qué fantástica crónica estás haciendo sobre la escapada a París! No te puedes ni imaginar lo que me gustan las fotografías! Además, lo detallas todo, con muchísima información práctica! Me ha parecido súper interesante. Aún me queda la última parte, a ver si la puedo leer pronto hehe!
Ánimos que está genial!
Un abrazo!
Mu bien aprovechao el dia zurmano. Viendo el reportaje creo que me ha impresionado mas el partenon que la mítica catedral de Notre Dame, aunque verlas en directo tiene que resultar igual de llamativas.
Luego también me ha gustado mucho el árbol de navidad gigante del centro comercial más o menos como el que ponen en Estepona en navidad.
Y que decir de las estridentes luces de la Torre Eiffel de noche, acabariais con ataques epilépticos de mirar eso tanto rato no? jajaja
Un saludo compai.
Eyy Blai me alegra verte por aquí!!
Me alegra que te gusten mis fotos y el relato, la verdad que me ha salido bastante amplio, espero que te gusten las próximas.
José Manuel yo por quedarme me quedo con Notre Dame, pero la verdad que el Panteón impresiona.
Las lucecitas en la Torre Eiffel era todo un espectáculo, en cuanto eran las en punto la gente se ponía como loca, seguramente por lo que dices xDD
Saludos 😀
Llevaba tiempo intentando sacar un rato para seguir leyéndote sobre París… y decirte que me ha encantado. Nos has dado una visita virtual a Notre Dame de aupa y has dicho curiosidades que no sabía. Además yo nunca la he visitado con tan poca gente y debe ser increíble. Además nunca me ha dado por subir a las torres.. pero porque siempre me he encontrado unas colas tremendas y pasaba. El mercado de las flores lo visité la primera vez que fui a París y luego las demás veces me lo he encontrado cerrado… y la librería… pufff. menudo rincón de París. Tengo un relato escrito sobre ella para sacarlo en mi blog pero no se cuando saldrá a la luz. Cuando lo visité me encontré a una chica tocando el piano y la verdad que nos quedamos allí como media hora… además que no había casi gente.
El Panteón solo lo he visto por fuera y la verdad que cuando vine la última vez de parís me dio por leer sobre este lugar y me di cuenta que estaba este péndulo, así que la próxima vez no lo dudo y entro (es que yo soy mazo de curioso para esas cosas)
En general en este día has visitado la París que más me gusta, la isla, barrio Saint michel, latino.. los jardines Luxemburgo que me encantan… en general todo.
Desde aquí vamos a hacer un llamamiento para todas las grandes ciudades… ¡No al cierre del metro por la noche! y es que sea noche vieja u otro día, hay ciudades como por ejemplo Madrid que le vendría muy bien tener un servicio de metro por la noche…
Bueno.. te dejo de escribir el mensaje que al final ni lo vas a leer por tocho que es jejeje..
Un saludo!!!
PD: iré poco a poco pero los leeré todos.. que ahora ando muy mal de tiempo para conectarme a internet.
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Muy buenas fotos y sobre todo mucha información para saber que ver en Paris.
Un saludo.
Me alegra que te gusten las fotos María.
Saludos!!
Sigo leyendo los relatos… Viendo lo que has escrito veo que vamos a tener un chorreo de dinero constante… puffff.
Si es que París tiene muchas cosas para ver… y cuesta mucho decir no a alguna, sobre todo si se va con tiempo jaja
Hola
Yo también estuve en París un fin de año. Me pasa como a ti, siempre lo mismo, las cenas y luego lo peor todo el mundo con el movil enviando mensajes y llamando a primos terceros, qué aburrimiento, señor!
Lo bueno de la torre Eiffel es el lugar, pero NO HAY CAMPANADAS!!! y la uva, la gente nos miraba extrañados, pero fue genial y luego la riada de gente en los Campos Elíseos espectacular. Me quedé con las ganas de patinar en la primera planta de la Torre Eiffel.
Saludos
Hola Sergio, bienvenido!!
Nosotros ya llevamos 3 años seguidos pasando fuera de casa el fin de año y encantados, a nuestro rollo y conociendo lugares nuevos, A ver si sigue la racha.
La celebración debajo de la Torre Eiffel fue una pasada, pero la verdad que demasiada gente, este año en Dublín lo vivimos igual de bien, pero más relajados XDDD
Saludos!!!
Hola SOY de Argetina. Te felicito por el excelente relato de tu viaje Nosotros nos estamos yendo el 31-12-2013 a Paris y llegaos a las 17 horas, asi que de alli al Hoel y luego a celebrar el Año Nuevo
Aca GUSPLANET no recomienda pasar fin de a;o en Torre Eiffel, porque no hay fuegos artificiales, ademas del relato de los problemas de la muchedumbre Pero mi pregunta es donde seria el mejor lugar para ir en la Nochevieja como dicen Uds. o A;o Nuevo como decimos nosotros,
Espero sugerencias, graciasl!!!!
La verdad que recibir el año junto a la Torre Eiffel es un tanto caótico, demasiada gente y como nos metamos demasiado en el meollo, cuesta luego volver a nuestro hotel o usar el transporte público las pocas horas que está abierto después de la media noche.
En cuanto a pasar la noche vieja, próximo al Sena suele haber muchos barcos donde se celebran fiestas hasta altas horas de la noche, luego tienes discotecas como Crazy Horse Paris, Cabaret BRASIL TROPICAL o Discoteca Le Duplex, lo mejor que puedes hacer es ir consultado entre la amplia oferta y elegir el ambietne que más os guste 😀
Saludos!